Amnistía Internacional tiene una función esencial: sirve como arma contra la amnesia, y logra algunos titulares como el que lleva hoy The Guardian: en esta ocasión Amnistía Internacional ha elaborado un informe sobre el material de guerra suministrado por países extranjeros a Israel y que fue usado –especialmente el de origen estadounidense — durante el bombardeo indiscriminado sobre Gaza, una de las zonas con mayor densidad de población del mundo, y que dejó más de mil muertos. Extraígo algunos puntos:
“Las fuerzas israelíes han usado fósforo blanco y otras armas suministradas por EE UU para llevar a cabo serias violaciones de la leyes humanitarias internacionales, incluyendo crímenes de guerra”, asegura Donatella Rovera, que encabezó la misión de Amnistía Internacional en el sur de Israel y Gaza. “Sus ataques tuvieron como resultado la muerte de cientos de niños y otros civiles y una destrucción masiva de casas y infraestructura. Al mismo tiempo, el lanzamiento de cohetes por Hamas y otros grupos armados palestinos, menos letales que el armamento usado por Israel, también causó importantes muertes de civiles y constituye un crimen de guerra” (…)
Desde hace años, Los Estados Unidos de América ha sido el mayor suministrador de armas convencionales de Israel. Bajo un acuerdo de 10 años hasta el 2017, EE UU debe proporcionar 30.000 millones de dólares en ayuda militar a Israel, un incremento del 25% comparado con el periodo precedente de la administración Bush. (…)
Etiqueta en los restos de un misil fabricado en EE UU que mató a tres paramédicos y un niño en enero de 2009. Fotografía Amnistía Internacional
En Gaza, una vez terminados los combates, los investigadores de Amnistía Internacional encontraron fragmentos y componentes de la munición usada por el Ejército israelí — incluyendo muchas fabricadas en EE UU — entre los escombros de escuelas, hospitales y casas de civiles. Se incluía proyectiles de artilleria y tanques, morteros y remanentes de Hellfire (misiles guiados) y otros misiles aéreos y bombas lanzadas desde F-16, así como restos humeantes altamente incendiarios de fósforo blanco.
También encontraron restos de un nuevo tipo de misil, lanzado aparentemente por aviones sin tripulación, que hace estallar una gran cantidad de cubos afilados minúsculos del metal, cada uno de ellos de entre 2 mm y de 4 mm de tamaño. Esta metralla realizada con fines mortales había perforado puertas gruesas de metal y penetrado profundamente en muros de cemento y ésta claramente diseñada para maximizar los daños humanos.
La lectura del informe trae consigo algunas sorpresas — de nuevo rescatadas de la amnesia — sobre los países que venden armas a Israel. No hay ningún país que haya reducido sus ventas a Israel, pese a las críticas solapadas que se le hace cuando mata a palestinos:
Desde la llegada del PSOE al Gobierno de España la venta militar a Israel ha pasado de 35.000 euros a 2.260.000 euros. No está nada mal el incremento. ¿”Armamento defensivo”? España ha vendido municiones a Israel por cerca de 1 millón de dólares, según el informe de Amnistía Internacional, que cita datos de la ONU. ¿Balas defensivas? ¿de goma?