Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Archive for the ‘UK’ Categora

Un príncipe quemando el motor de un avión

Tuesday, April 14th, 2009

Los hijos del príncipe de Gales no paran de dar titulares a la prensa británica gracias a suinstrucción militar. Recuerden aquel cabreo que se pilló el príncipe Harry  cuando le dijeron que no podía ir a la guerra de Irak, y cómo luego se fue de tapadillo a Afganistán con la consiguiente campaña de publicidad a posteriori. Hoy es el otro hermano, William, de apariencia más sensata, quien da el titular a la prensa: “El príncipe Willian castigó un avión de 1 millón de libras (1,1 millón de euros) al girar el interuptor equivocado y ‘quemar’ el motor”, escribe  el Daily Mail. Pese a haber quemado uno de los motores (según el oficial encargado del entrenamiento la nave, un Tucano, tiene otros “dos o tres” , a otros tres pilotos les pasó lo mismo), el príncipe terminó su entrenamiento en 12 semanas.

“Sabemos que este incidente ha tenido lugar. Pero podemos confirmar que no se produjo ningún daño en ningún avión durante los entrenamientos del príncipe William. Es todo lo que tenemos que decir en esta materia”, ha asegurado un portavoz de Buckingham Palace.

Frase del día: Brown y las heridas

Sunday, May 4th, 2008

Gordon Brown se ha pegado el mayor bacatazo electoral de los laboristas del Reino Unido en los últimos cuarenta años. Ésta derrota electoral es ya señalada como el ‘momento Major’ por los comentaristas británicos, y las tornas se pueden volver hacia el Camaleón Cameron. El tiempo lo dirá.

El premier británico, que sustituyó al triunfante  y populista Blair , ha concedido una entrevista a la BBC: “Siento a los electores heridos”, como si la relación fuera de novios, de infidelidades, y los electores se hayan ido con el otro. Si vemos toda la entrevista, Brown viene a decir que ahora me toca a mi hacer lo que quiero hacer. La entrevista es incisiva en muchos momentos, como suele ser patente de la BBC.

‘El acento’ de Bond

Friday, March 28th, 2008

Una mañana de 1953 el escritor y periodista de fortuna Ian Fleming se despertó convertido en James Bond. Pero, a diferencia de la metamorfosis de Gregor Samsa, la del muy británico Fleming se veía venir. Educado en Eton, pulimentado en la academia militar de Sandhurst, obsesionado con el Foreign Office -donde no fue admitido-, curtido como periodista en Reuters y engolfado con una cuadrilla de colegas escritores afiliados a la disipación -como Noel Coward- era de esperar que fabricara un personaje como 007. Fleming no fue un gran escritor; ni siquiera un buen escritor. Pero no es necesario el talento para construir un personaje de masas, como se decía cuando Umberto Eco empezaba a estudiar los entresijos de la cultura popular. Para crear a James Bond le bastó con sublimar sus carencias. En lugar del rostro franco y bonachón del escritor, calcado de Leslie Howard, Fleming dibujó un atleta de pelo oscuro, sonrisa cruel y una lívida cicatriz; y en vez de un corresponsal fatigado, apareció en sus novelas un asesino despiadado, mujeriego y adicto al martini con vodka y al black jack. Bond estaba hecho.

Seguir leyendo en El hombre que quiso ser Bond, el Acento de EL PAÍS.

El próximo 28 de mayo se cumple 100 años del nacimiento de Ian Fleming, el creador de James Bond, nombre que cogió tomado de un ornitólogo estadounidense. Con los aniversarios siempre coinciden noticias como la subasta de objetos relacionados con el personaje en cuestión, en este caso la subasta de las cartas entre Ian y su Moneypenny.

Recomendaciones de ‘Le Monde’ a Carla Bruni para su estancia ‘chez les Windsor’

Wednesday, March 26th, 2008

El presidente de la República Francesa visita Londres, acompañado de su mujer, Carla Bruni. La pareja pernoctará en en el palacio de Windsor, residencia predilecto de la Reina Isabel II.

Le Monde aconseja en un artículo cómo deben de comportarse los Sarkozy chez les Windsor, con unas recomendaciones finales para Carla:

” La primera dama de Francia, Carla Bruni-Sarkozy, tiene que saber: La reina prefiere estar rodeada de hombres y detesta las conversaciones de ‘mujeres’. No se interesa por la moda, se maquilla poco y le gusta vestirse de manera clásica. Detestando el universo libertino, Isabel es más mojigata, más inhibida. Ella solo ha conocido un hombre en su vida, Philip.”

Leyendo entre líneas: Carla se va a aburrir en Londres. 

El príncipe Harry en la guerra de Afganistán

Thursday, February 28th, 2008

Finalmente, el príncipe Harry ya ha estado en combate. Pasó por Irak, pero no puso su vida en riesgo, quedándose en la retaguardia. En Afganistán, Harry, tercero en la línea de sucesión, ha podido participar en operaciones de combate en la provincia de Helmand, una de las de mayor presencia taliban.

La noticia abre ahora todos los medios británicos, salvo la BBC, que la da un poco más reducida; la misión de Harry empezó unas cuantas semanas antes de navidad. El príncipe tenía la misión de pedir ayuda aérea y señalar las posiciones de los talibanes durante los combates, para que arrojaran “bombas de 277 kilos“, contra el enemig. El tercero en la línea de sucesión era llamado por sus compañeros “Terry Taliban”, y mismo nombre que el título de éste vídeo que rodaron soldados británicos en Afganistán.

Harry patrullando por la localidad de Garmisir en la provincia de Helmand

Daily Mail cuenta donde el príncipe defecaba y no se duchaba en cinco días. El rotativo británico también lleva declaraciones del príncipe en las que asegura que no ha echado nada de menos:<< “I honestly don’t know what I miss at all: music, we’ve got music, we’ve got light, we’ve got food, we’ve got (non-alcoholic) drink.”>> Nótese como se ha especificado que no eran bebidas alcohólicas.

La historia salta ahora a los medios británicos porque el medio digital estadounidense Drudge Report . Los medios británicos lo sabían, pero tenían el compromiso de no decirlo para no poner en la pista a los talibanes.

El general Richard Dannatt, jefe del Estado Mayor, se ha mostrado en un comunicado muy enfadado con éste medio, y lo compara con los británicos, que fueron buenos chicos – por la cuenta que les trae – y no lo contaron: <<“I am very disappointed that foreign websites have decided to run this story without consulting us. This is in stark contrast to the highly responsible attitude that the whole of the UK print and broadcast media, along with a small number of overseas, who have entered into an understanding with us over the coverage of Prince Harry on operations.”>>

En una entrevista con medios británicos, The Guardian cuenta cómo fue la Reina Isabel la que le dijo que se iba a ir a Afganistán. La reacción del príncipa habla por si sola: <<The prince said he considered leaving the army after the Iraq issue. When he was told by his grandmother, the Queen, that he would be going to Afghanistan, he said he felt “a bit of excitement, a bit of “phew, finally get the chance to actually do the soldiering I wanted to do from ever since I joined.”>>.

Leídas las declaraciones de este jóven de 23 años podemos concluir: Harry, Happy, happy, por ir a la guerra…

Actualización: El vídeo de Reuters, con entrevista al joven incluida…

Los soldados británicos ya no quieren ir a la guerra

Monday, January 28th, 2008

Un informe anual, que elabora el comité de Defensa de la Cámara de los Comunes , señala que los soldados británicos ya no quieren seguir en el Ejército, y terminan colgando el uniforme después de su compromiso inicial . Lo peor es que el Ejército británico convence cada vez a menos gente para alistarse. Ello se traduce en una cuestión sencilla: el Ejército no da abasto, y opera desde el 2002 por encima de sus posibilidades en cuanto a personal se refiere.

“Nos referimos a que hay signos de que la marcha voluntaria en las fuerzas armadas, en particular en el Ejército de tierra, se ha incrementado y que el personal de la RAF no están renovando su compromiso de permanencia como pasaba en el pasado” asegura el informe. Según The Times, el año pasado, el 4,3% de los oficiales y el 5,8% de otros rangos en el Ejército dejaron el ejército pronto, lo que supone un aumento del 1%.

La escasez de personal afecta a todas las armas y cuerpos del Ejército británico, señala el informe, pero especialmente las referentes al servicio médico.

En cuanto al reclutamiento, el informe destaca que el Ejército fracasa sobre todo en el reclutamiento de las llamadas minorías étnicas – punto que destaca el periódico The Independent – ya que solo ha aumentado en el 5,8% los nuevos soldados procedentes de estas minorías, cuando el objetivo era del 8%.

Y todo ello solo tiene una causa: el Ejército británico va mal porque hay guerra, en Irak y en Afganistán. Los soldados – al ser menos y tener más misiones – tienen poco tiempo para “descansar” de la zona de combate, y, para colmo, no entran reclutas nuevos, con lo cual el problema se agrava.

Paradójico: la guerra le sienta mal al Ejército, a los soldados.

Pakistán, ‘el lugar más peligroso del mundo’, y Exteriores sin actualizar

Sunday, January 6th, 2008

Una de las informaciones más útiles que puede dar la página web de un ministerio de Asuntos Exteriores es las recomendaciones a los ciudadanos sobre viajes a determinados lugares. Además, se da una mínima información de contexto sobre lo que está pasando en el país, si bien, como es lógico. El ciudadano espera una actualización de las recomendaciones y la información en un tiempo razonable.

La página web del Ministerio de Asuntos Exteriores ofrece este servicio. En el caso de Pakistán, la información no está actualizada desde el pasado 25 de octubre.

Pantallazo de la web del MAE

Evidentemente no recoge la información del asesinato de Benazir Bhutto, tal y como si lo hacen el Foreing & Commonwealth Office -en portada y sin la necesidad de ir a buscar el rincón donde se esconde la información – y la página France-Diplomatie.

Un mal consuelo para los funcionarios del Palacio de Santa Cruz: la página web del Departament of State va incluso peor que la del Ministerio de Asuntos Exteriores español, ya que la información no está actualizada desde el pasado mes de septiembre.

Será que a lo mejor no han recibido el The Economist de esta semana: Pakistan, The word’s most dangerous place.

Por cierto, el mismo titular que usaba en 2002 NYT Salman Rushdie para una columna de opinión sobre Pakistán.

La ingratitud británica con sus intérpretes en Irak

Tuesday, August 7th, 2007

Lo cuenta el periódico The Times: El Reino Unido niega el asilo a 91 intérpretes iraquíes que han trabajado al servicio del ejército de su Majestad.

“Los británicos nos han convertido en una fácil comida cerca de la boca del león”, dice Kinani, un intérprete que ha trabajado desde el 2004 con las tropas británicas, ahora reducidas y en retirada.

Intérpete en Iral. Foto: DoD

Un intérprete traduce a un soldado estadounidense una pintada antiamericana. Foto: DoD

Nada tiene que ver la actitud tan ingrata de los británicos con lo que hicieron los daneses hace poco más de un mes, al sacar en secreto a unos 200 civiles iraquíes que trabajaron con ellos antes de retirarse, o lo que tiene previsto hacer EE UU.

Pero en España también tenemos el affaire del intérprete y la muerte de los espías del CNI, que contó Gervasio Sánchez.

El fin de la operation banner

Wednesday, August 1st, 2007

Los más pesimistas pensaban que el ejército británico se iba a retirar en unos meses, un año como mucho; corría el año 1969, y los católicos habían sido atacados por los protestantes en una serie de marchas de protesta, para pedir más empleo, más vivienda y más derechos, reservados casi en exclusiva a los protestantes.

El ejército de su Majestad se desplegaba en el Ulster como fuerza pacificadora, en una misión de seguridad, y fueron recibidas, paradójicamente, con más euforia entre los católicos: comenzaba la operation banner.

La campaña de ataques del Ejército Republicano Irlandés (IRA) tornó la misión en una operación contraterrorista, ocupando un territorio hostil, y sabedores de que la victoria total no iba a llegar. La represión que protagonizó el ejército británico contra los católicos no hizo otra cosa que alimentar las filas del IRA.

Una de estas medidas represoras (la detención de cualquier persona sospechosa de ser un terrorista IRA aún sin que mediaran pruebas), derivó en una gran manifestación el domingo 30 de enero de 1972 en Londonderry, que fue duramente reprimida por un regimiento de paracaidistas: 14 personas (los más jóvenes tenían 17 años) murieron por disparos del ejército.

El domingo sangriento ha quedado marcado en la memoria colectiva británica como un punto oscuro; muestra de ello fueron las duras críticas que le cayeron al grupo U2 cuando compuso una fabulosa canción titulada Bloody Sunday; en esta versión grabada en directo, Bono canta el nombre de las víctimas:

Los ataques del IRA contra el ejército no iban sino a crecer a partir de esa fecha: la misión se cierra con un balance de 763 soldados muertos y unos 300 muertos del lado irlandés, más de la mitad civiles.

Un total de 300.000 efectivos del ejército han pasado por esta misión, que con 38 años es la más larga de la historia del ejército británico dentro de su propio territorio. Como dice el general Sir Mike Jackson en un prólogo a un análisis sobre las operaciones militares relacionadas con esta misión (pdf), “el servicio en el norte de Irlanda ha afectado a toda una generación de hombres y mujeres al servicio ejército británico”. El mismo general traza paralelismos con las misiones de Irak o Afganistán, exportando “las lecciones” aprendidas sobre territorio irlandés.

“Esto no es como un partido de rugby en el que al terminar vamos a darnos todos la mano. Ha habido un altísimo grado de sacrificio”, dice el general Nick Parker, al frente de las tropas en Irlanda del Norte, en una sensacional crónica firmada por Begoña Arce.

Hoy, el ejército británico ya no patrulla por las calles de Irlanda del Norte. Solo quedan 5.000 efectivos en sus cuarteles; dicen que no ya cumplirán labores de seguridad, trasferida por entero a la policía; por si acaso todo el proceso político se va al garete, esos efectivos tendrán poderes especiales en Irlanda del Norte, que no se les confiere en el resto del Reino Unido.

Mercenarios, el segundo ejército en Irak

Tuesday, July 17th, 2007

Faluya, 31 de marzo 2004: dos vehículos en los que viajan varios agentes de seguridad privada son atacados por la insurgencia; escoltaban un convoy con alimentos para el ejército de EE.UU. Mueren cuatro de ellos (todos vinculados anteriormente con el ejército estadounidense), y sus cuerpos quemados son arrastrados y colgados de un puente por una multitud enfurecida.

Cinco días más tarde, el 4 de abril Najaf, los medios de comunicación se hacen eco de que el cuartel general de los EE.UU en Nayaf fue defendido no por soldados sino por otros agentes de seguridad privada.

Tanto los que murieron en Faluya, como los que hicieron frente a los ataques de la milicas chiíes en Nayaf pertenecían a la misma compañía de seguridad privada: Blackwater.

La mayoría de los medios se refirió (y se refiere) a ellos como “contratistas”. En este término genérico se engloba a todo aquel civil contratado por EE.UU o la Coalición para llevar acabo alguna función, principalmente en Irak o Afganistán; una gran parte de estos contratistas son agentes de seguridad privada, considerados por muchos como simples mercenarios.

El Departamento de Estado reconoce que tiene contratos con al menos 28 compañías de seguridad privada; por su parte, el Departamento de Defensa, no ha hecho pública ninguna relación de empresas con las que tiene contratos en vigor.

Blackwater en la Zona Verde de Bagdad

La privatización de la guerra no es un fenómeno nuevo, pero, tal y cómo relata un informe de junio de 2007 realizado por el CRS para el Congreso de los EE UU (informe en pdf) , es la primera vez que EE.UU tiene que recurrir a contratistas para labores de seguridad.

Se calcula que sólo en Iraq hay entre 20.000 y 30.000 contratistas encargados de tareas de seguridad, pertrechados con las más modernas armas, vehículos blindados, helicópteros y la más alta tecnología en comunicación. Sea cual sea la cifra verdadera, el número supera a los 9.000 efectivos que tiene desplegados en el Reino Unido en Irak.

Hacen funciones que van desde la escolta a personalidades, pasando por distribución de logistica para el ejército, la vigilancia de recintos oficiales, hasta llegar a la vigilancia de los campos de petróleo. Dos ejemplos son esclarecedores: la seguridad del recinto de la embajada de los EE UU, situada en la Zona Verde, corre a cargo de la compañía de seguridad privada Triple Canopi, mientras que el embajador es escoltado por la ya citada Blackwater.

Esta última empresa es el paradigma de la empresa de seguridad privada que opera en Irak. Con un campus de entrenamiento de 970 hectáreas en Carolina del Norte, la empresa cuyo emblema es una huella de oso, no solo proporciona seguridad, sino que también es una especie universidad, con cursos sobre manejo de armas, conducción de vehículos, primeros auxilios, y hasta iniciación al árabe iraquí y urdú.

Las ofertas para trabajar en estas empresas son sustanciosas: un empleado estadounidense o británico de estas compañías puede llegar ganar entre unos 1.000 y 1.500 dólares al día (los mejores pagados son antiguos miembros de cuerpos de élite de los EE UU o el Reino Unido), frente a los entre 140 y 190 dólares que gana un soldado bajo pabellón estadounidense. No es de extrañar que las ofertas de trabajo por Internet, con intermediarios, proliferen por la Red; tampoco debe extrañar que los soldados estadounidenses y británicos prefieran licenciarse y ser contratados por estas empresas de seguridad.

Paul Bremer escoltado por guardaespaldas de Blackwater

Pero ni los estadounidenses ni los británicos son mayoría entre las filas de este segundo ejército en Irak. Muchos de los empleados son iraquíes, o proceden de terceros países que ni tan siquiera tienen tropas desplegadas ni en su día apoyaron la guerra.

Ya en enero de 2004, el periódico La Tercera de Chile recogía un oferta de trabajo de la empresa RedTáctica para ex miembros de las fuerzas armadas (“preferentemente de fuerzas especiales, con salud compatible, y con dominio del inglés”); su destino iba a ser Irak, y la empresa iba a ser acusada de mantener campos de entrenamiento clandestinos en territorio chileno, por no hablar de la fuga de dos hermanos que lograron escapar de Irak y denunciaron los impagos además de las pésimas condiciones de trabajo. El sueldo iba a ser entorno a los 3.000 dólares, cantindad notablemente inferior al que cobraban los soldados de fortuna ingleses, estadounidenses, gurkas nepalíes, filipinos, colombianos o españoles, como daba cuenta el periódico ABC en septiembre de 2004. De nuevo, la empresa que estaba detrás de la contratación era Blackwater, a través de un intermediario chileno.

Mercenario_irak

Pero el negocio no es solo personal: quienes se lucran con la prestación de estos “servicios de seguridad”, son la empresas: el informe del CRS para el Congreso señala que solo la empresa británica Aegis Defence Services Limited ha acumulado contratos por valor de 292 millones de dólares, y espera otros por valor de 400 millones de dólares.

Otro informe, este de la Cámara de Representantes, calcula que solo las actividades que realiza la empresa Blackwater cuesta entre tres y diez veces más si esas mismas actividades de seguridad fueran realizadas por tropas regulares estadounidenses. Es, por tanto, un negocio más que ha proliferado alrededor de la invasión de Irak.

No se sabe cuántos de estos soldados de fortuna han fallecido en Irak. Iraq Coalition casualities tiene recogidas 411 muertes recogidas por medios de comunicación. El propio Congreso de los EE.UU eleva esa cifra a 917 fallecidos (146 en los primero meses de 2007), y unos 12.000 heridos.

La impunidad es otro punto controvertido junto al mero negocio: estos mercenarios o agentes de seguridad no pueden ser juzgados por los tribunales iraquíes; el propio Congreso de los EE.UU duda si los tribunales internacionales pueden considerarlos como mercenarios, y esacapan de la definición de la Convención de Ginebra de 1977, de la que, además EE UU no es firmante; así, los ciudadanos estadounidenses dedicados a estas labores de seguridad solo podrían ser juzgados por tribunales federales estadounidenses o tribunales militares.

De la impunidad con la que algunos de estos agentes operan (ni tan siquiera tienen el freno de una cadena de mando oficializada), da cuenta un vídeo que muestra a supuestos empleados de Aegis disparando contra vehículos de civiles iraquíes sin mediar ni amenazas ni palabras, cómo si de un deporte se tratara.

Un caso similar es el de Washbourne (el que aparece en la fotografía con el brazo tatuado apuntando a un objetivo), un ex marine que trabaja para una de estas empresas: “Quiero matar a alguien hoy“, dijo a su unidad un día por ser el último antes de sus vacaciones. Y terminó disparando contra dos vehículos de iraquíes.

Otra dos firmas de seguridad, Titan y Caci International, estuvieron implicados en los abominables casos de tortura y abusos de la prisión de Abu Ghraib. Pese a que tres de sus empleados fueron acusados formalmente de tener “una conducta abusiva hacia los prisionerios” (es decir, torturas), el Pentágono siguió firmando contratos con las dos empresas.

Estos mercenarios no solo operan en Irak: Afganistán también ha sido su destino. En junio de 2004 las autoridades afganas detuvieron a Jonathon Keith Idema, un ciudadano estadounidesne acusado de mantener una carcel ilegal y de someter a los prisioneros a torturas; EE UU, a través de un comunicado, se disviculó del detenido. Condenado a 10 años por un tribunal afganos, fue amnistiado por el presidente Karzai, y ya está de vuelta en EE.UU.

La privatización de la guerra es tan antigua como la misma guerra; siempre hubo soldados dispuestos a ofrecerse por una buena soldada que por los fines propios de la guerra; pero la privatización de la guerra es un fenómeno en auge desde el final de la Guerra Fría, con la reducción de los efectivos en los ejércitos, el cambio de la naturaleza misma de las guerras, donde las línea entre población civil y ejércitos se ha diluído y de un proceso de privatización generalizada de todo lo estatal, como señala el profesor Peter W. Singer en Outsourcing War.

Irak ya es el paradigma de la privatización de la guerra: el segundo ejército en efectivos desplegado no pertenece a una nación, sino a empresas privadas.

La primera fotografía es cortesía de El Tirador Solitario.

Post publicado simultáneamente en Blog de Bloggers de El País.