Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Archive for the ‘Oriente Próximo’ Categora

Enric González, 1991

Tuesday, December 30th, 2008

Casi todos los días empiezo leyendo la columna que Enric González escribe en Pantallas, sección de El País. Hoy escribe una columna sobre el ERE de RTVE, que ha terminado con la jubilación de Rosa María Calaf : “Conviene recordar, sin embargo, que no es lo mismo un televisor coreano que una crónica coreana”, concluye su columna”Y no es lo mismo la voz de Rosa María Calaf que una broma del Follonero. La broma del Follonero, necesaria, divertida y más rentable que cualquier noticia, sólo es saludable cuando disponemos de alguien que nos cuenta lo que no es broma. No estoy seguro de que los empresarios quieran distinguir entre una cosa y la otra”.

Hoy — por recomendación insistente de Alicia Rivera, otra veterana de contar noticias — me he puesto a navegar por las crónicas que Enric González mandaba desde Arabia Saudí en 1991, donde fue enviado por la entonces redactora jefa de Internacional (Mariló Ruiz de Elvira) para cubrir la guerra del Golfo. Os dejo alguna de estas perlas periodísticas:

— Crónica del 7 de enero de 1991, La prensa se prepara para ir a la guerra:

Una máscara antigás, un traje hermético de plástico, guantes y botas especiales, un chaleco antibalas, una caja con medicamentos y jeringuillas y un voluminoso casco. Cada día, 69 periodistas se ponen todo este equipo y pasean como marcianos mareados por los alrededores de la piscina del hotel Internacional de Dahran. Son los 69 integrantes del pool periodístisco que cubrirán la información desde el frente saudí si estalla la guerra en el golfo Pérsico.Todos los periodistas admitidos en el pool por la Oficina Unificada de Información de la fuerza multinacional pertenecen a medios de comunicación norteamericanos. Antes de integrarse en este equipo han debido superar varias pruebas críticas. La más temida, la de resistencia en carrera, consistió en correr milla y media (casi 2,5 kilómetros) en menos de 15 minutos. Todos los candidatos la superaron, cosa explicable si se tiene en cuenta que las frugales comidas de campaña y la forzosa abstinencia de alcohol impuesta por el régimen saudí han provocado un generalizado adelgazamiento entre los periodistas desplazados a la zona. Los habituales viajes al frente a bordo de vehículos especialmente incómodos y las inclemencias climáticas han contribuido a endurecer las carnes de los periodistas. (continuar leyendo la crónica)

— Crónica del 10 de enero de 1991: La incredulidad saudí va a la guerra:

Nunca una guerra -si algún día la hay- se había preparado con tanta calma y entre tanta incredulidad. Los programas de protección civil en Arabla Saudí, cuidadosamente planificados para culminar el 15 de enero, cuando se cumple el plazo de la ONU se desarrollan paso a paso y se han integrado ya en una rutina diaria que pasa francamente inadvertida.
La cuestión es que los ciudadanos de la provine a oriental, donde está el grueso de la fuerza multinacional, nunca han acabado de creerse que vaya a haber guerra.
Una encuesta realizada entre profesores, políticos y periodistas saudíes, publicada ayer, llegaba a una conclusión monosilábica: no. (continuar leyendo la crónica)

— Crónica del 18 de enero de 1991, primeros días de guerra, “La guerra, señor, la guerra”:

“¿Qué?”. “La guerra, señor, la guerra”, decía un marciano envuelto en una resplandeciente sudadera plateada. La voz sonaba lejana, apenas un eco desde el interior de una máscara negra con un largo filtro antigás alzado allí donde los humanos suelen tener la barbilla. Tocado con una vistosa capucha de plástico azul eléctrico, el marciano recibía conuna leve inclinación de cabeza a los clientes del hotel en cuanto hacían su aparición, somnolientos, en el vestíbulo del hotel AlKhozaba de Riad. “Siga las flechas fosforescentes, sefior, al refugio, al refugio”, indicaba con premura el marciano plateado a todo el que llegaba (Continuar leyendo)

— Crónica del 21 de enero, sencillamente inmejorable, una obra de arte: La guerra en la Luna:

Cuanto más cerca está uno de la guerra, menos comprende lo que ocurre en ella, por aquello de los árboles que no dejan ver el bosque. En este caso, además, se nos había advertido que todas las imágenes y todas las informaciones sobre el desarrollo de los combates serían minuciosamente revisadas y censuradas por los militares. Pero en Arabia Saudí la falta de información excede ya las previsiones más pesimistas. Es como si la guerra se librara en la Luna y de vez en cuando se les cayera un misil por aquí.
A los ciudadanos de este país les resulta difícil entender la guerra en que están metidos: el frente está en algún lugar de la galaxia -no se puede decir dónde y no se puede llegar a él-, el enemigo, a su vez, es un fantasma mudo -ni se le ve ni dice nada-, pero se sabe que le gusta disparar misiles contra Ucronia, un país inexistente, al que los más suspicaces identifican con Israel.Generalmente, los periodistas conectan con su redacción y cuentan lo que sucede sobre el terreno. Aquí y ahora, sucede lo contrario: los periodistas tienen que telefonear a su oficina central -o escuchar la BBC- para saber qué está ocurriendo delante de sus narices. No pueden desplazarse al frente -excepto un grupo de norteamericanos y británicos a los que llevan de excursión exactamente allí donde no pasa nada-, ni tomar imágenes en la retaguardia, ni hablar con los soldados, excepto los oficialmente autorizados. (Continuar leyendo)

— Crónica del 22 de enero, El mando aliado investiga si el misil que cayó sobre Riad fue un Scud o un Patriot:

Dice la celebrada ley de Murphy que cuando algo puede ir mal, va mal. En Murphy debió pensar el domingo por la noche el general Norman Schwarkopf cuando algo que cayó del cielo -hasta ahora no se ha podido concretar el qué- abrió un enorme cráter junto a la base aérea militar de Riad. El impacto se produjo apenas a 100 metros de uno de los avanzados aviones AWACS con que las fuerzas de EE UU controlan desde el aire. Teniendo en cuenta que nunca hasta ahora había caído algo sobre Riad, hay que admitir que Sadam Husein estuvo a punto de acertar los 14 en su primera apuesta.
El algo que cayó junto a la base aérea pudo ser un misil Scud iraquí muy bien apuntado, un antimisil Patriot norteamericano muy mal apuntado o un meteorito. La tercera posibilidad parece estadísticamente descartable, así que o Scud o Patriot. (Continuar leyendo)

— Crónica del 24 de enero, desternillante: La condición humana:

Esta guerra que viene librándose en Irak, Kuwait, ciertas calles desafortunadas de Israel y “algún lugar del desierto saudí”, es considerada como la máxima expresión de la alta tecnología bélica. Artilugios como el misil de crucero Tomahawk y el antimisil Patriot, que se presentan por primera vez en público, son el acabose en materia de perfeccionamiento y modernidad informática. El ser humano que maneja todo este material apenas difiere, sin embargo, del que cruzó los Alpes con Aníbal hace 22 siglos. En la tensa espera de la batalla que se librará en este inhóspito desierto, la variopinta -y difícilmente coordinable- condición humana de las fuerzas multinacionales tiene poco que ver con la infalible modernidad de su armamento. (Continuar leyendo La condición humana)

Como me ha sabido a poco hoy me he comprado Historias de Nueva York y Historias del Calcio. Prometen…

Carnicería en Gaza

Sunday, December 28th, 2008

Hay un principio fundamental en el derecho internacional, en las leyes de guerra: una respuesta a una agresión debe de ser proporcionada. Es algo parecido al diente por diente, ojo por ojo. Pero invocar al derecho internacional, incluso a las propias leyes del Talión, es casi sarcástico cuando hablamos de Israel. En Gaza ya van más de 270 muertos, muchos de ellos niños, en la operación militar israelí que empezó ayer y a estas horas aún sigue. Se trata de la mayor carnicería protagonizada por Israel — y ha protagonizado unas cuantas — en los últimos 60 años.

Hemos visto ya muchos de estos crímenes. Crímenes porque se atacan zonas residenciales de forma indiscriminada. La respuesta del atacante es sencilla y redundante: usan civiles, niños, para proteger a los combatientes de Hamás, o de cualquier grupo de la resistencia palestina. La primera vez esta justificación puede colar; la segunda, también. Pero cuando siempre acudes a lo mismo, empiezas a tener un problema de credibilidad. Por cierto, un dato importante que destaca el editorial de The Guardian: Gaza, con 1,5 millones de habitantes y 365 kilómetros cuadrados, es uno de los territorios del mundo con mayor densidad de población del mundo. Un ataque aéreo en una zona tan poblada solo puede dar como resultado una masacre.

Fotografía de Getty, tomada de The Independent.

Pero la retórica en estos casos es redundante hasta la saciedad. El éstandar de las reacciones suele responder a ésta fórmula: “Pedimos contención a las dos partes y llamamos a un alto el fuego inmediato”. Lo dicen líderes mundiales de la talla de Sarkozy, Solana, Brown, etc. Cinismo puro al colocar en la misma altura a quien se ha liquidado de un plumazo a más de 200 personas, y a Hamas, que rompió la tregua y no para de aterrorizar lanzando cohetes de fábricación casera también sobre la población civil, y que ni de lejos llega a causar las mismas víctimas. Recuerden: en la guerra, proporcionalidad.

Y todos los cínicos se reúnen entorno a la mesa del Consejo de Seguridad:

“Los miembros del Consejo han solicitado a todas las partes que detengan inmediatamente todas las actividades militares”, ha declarado el embajador croata, Neven Jurica, actual presidente del Consejo. La declaración, acordada tras cuatro horas de negocición a puerta cerrada, ha solicitado a todos los implicados que aborden “las urgentes necesidades humanitarias y económicas en Gaza”. De igual modo, los miembros del Consejo “hicieron hincapié en la necesidad de restaurar la calma completamente” para despejar el camino de cara a una solución política israelo-palestina.

Conclusión: los dos son iguales, y hay que mandar un poco de alimentos para que no desfallezcan por el hambre y esperen a morirse por las bombas.

Cómo es tradicional, EE UU se escapa de esta última fórmula cínica y equilibrada redactada en los despachos de los ministerios de Asuntos Exteriores y cinismo sin frontera. Rice ayer fue clara, meridiana: la culpa es de Hamás por romper la tregua. Los muertos palestinos ni mencionarlos:

“Los EE UU condenan enérgicamente los repetidos ataques de morteros y cohetes contra Israel y pone la responsabilidad en Hamas por romper el alto el fuego y por renovar la violencia en Gaza. El alto el fuego debe de ser restablecido inmediatamente. Los EE UU llaman a todos los implicados para llevar la urgente ayuda humanitaria al inocente pueblo de Gaza”

¿Y toda esta masacre de Israel a que viene? Viene a que Israel tiene en su interior una de las mayores crisis políticas de su historia. Livni — ministra de Asuntos Exteriores y aspirante a presidir el próximo ejecutivo — viene insistiendo en esta idea: “Israel debe derribar a Hamás, y un Gobierno bajo mi dirección lo hará”.

La única razón de ser de Israel ha pasado, pasa y pasará, por el argumento de que todos sus vecinos quieren acabar con su existencia. Sus vecinos — que son de una inteligencia supina — se encargan de alimentar esta razón. Ya saldrá alguno — si no lo ha hecho ya — a decir que hay que acabar con Israel. Y entonces el círculo se empieza a cerrar: tienen una justificación más y dirán que en el fondo esos 270 muertos — y todos los anteriores — querían su destrucción. Tal vez así puedan salir de su crisis política interna, a costa de sus enemigos.

Al Zaidi, el héroe

Wednesday, December 17th, 2008

Un héroe no nace, se hace. Más bien lo hacen. Es lo que le ha pasado al periodista iraquí Muntadhar Al Zaidi que el domingo le tiró dos zapatos a la cara a Bush. Ese gesto ha sido intepretado en todo el mundo como un auténtico gesto de valentía, heroismo, ya no solo en el mundo árabe.

La heroicidad se mide por el reconocimiento, y el reconocimiento por la reacción de los otros. Los iraquíes han salido a la calle para protestar por la detención del héroe. Pero lo han hecho con zapatos en la mano y pidiendo de paso la salida de las tropas estadounidenses.  Ya hablan de que el incidente del zapato a derivado en la revuelta del zapato. Esta tesis señala que los iraquíes — anestesiados o más bien desesperados por la situación — han vuelto a salir a la calle. El gesto del héroe solo ha sido el disparador de todo el nacionalismo que tenían dentro contra los ocupantes.

El reconocimiento ya no solo se mide en las manifestaciones carnales. Ahora, cualquier gesto heróico tiene que ser reconocido en la Red. Pásense por cualquier red social, empezando por Facebook, o Flickr donde puedes mandar la foto con los zapatos que te gustaría tirarle a la cara a Bush . Le podemos añadir también la cantidad de videojuegos en el que puedes tomar partido por la parte que más te resulte simpática: tirarle a Bush unos zapatos, o convertirte en el mismo presidente de los EE UU y ponerte a sortear la lluvia de calzado.

El reconocimiento reclama conocimiento. El periodista héroe ya tiene entradas en distintos idiomas en la Wikipedia. Porque hoy no eres un héroe sino tienes una entrada en la Wikipedia.

El caso de Al Zaidi no es desde luego el primero, ni el último. Además, lo mejor de esta virtualidad es que hasta los anti héroes tienen su reconocimiento: el presunto chorizo francés Jérôme Kerviel, se convirtió en una estrella en miles de grupos por Internet que jaleaban su acción: birarle a su banco unos 5.000 millones de euros.

Pero ¿sirve de algo ser héroe? No lo parece. El hermano del lanzador de zapatos ha denunciado que está ingresado en un hospital tras recibir una buena tunda. Dice que tienen una pierna partida. No podía ser otra parte del cuerpo sino de la que procedía el arma del crimen. Y sigue detenido, pese a la presión de una asociación de abogados árabes que le han recordado al gobierno iraquí y al estadounidense que son los responsables de la salud de detenido.

Las armas del héroe fueron dos zapatos. Son las pruebas del hecho. Pero hay quien las quiere, que espera adorar al fetiche. El ex seleccionador de fútbol iraquí Adnan Hamad ha puesto encima de la mesa 100.000 dólares para quedarse con el calzado. Hamad es otro héroe: llevó a su selección al estrellato al ganar el campeonato de Asia. El héroe pasado quiere el arma del héroe presente, por si tuviera un poder mágico. Suena mitológico. Pero a Hamad le ha salido un duro competidor: dicen que un multimillonario saudi ha ofrecido 10 millones de dólares por los zapatos. De fraguarse la venta, serían los zapatos más caros de la historia.

Pero casi nunca un héroe lo es por unanimidad. Siempre hay alguno que saca la postilla, que cree que el hecho que ha convertido al hombre en héroe es un gesto vil, rastrero, y por tanto que nada tiene que ver con la heroicidad. En este caso quiero resaltar una crítica que viene de cerca: Tariq Alhomayed es editor del periódico saudí Sharq Al Awsat. Por tanto no es un tertuliano de la Fox o del New York Post. Su tesis se la he oído a otros: un periodista no debe de actuar así. Sus armas no son unos zapatos sino la palabra, la pregunta cabrona, pero nunca la violencia. La democracia iraquí le da la posiblidad de usar la palabra, señala. La profesionalidad queda por lo suelos con estos comportamientos se lamenta Alhomayed. Pero se olvida de algo importante: en la democracia iraquí han muerto unos 300 periodistas iraquíes en estos últimos años. Por abrir la boca, nada más y nada menos. Ni una línea en las palabras de Alhomayed para esos héroes tan anónimos como muertos.

A los héroes les persigue el castigo por su acción. Dicen que Al Zaidi le pueden caer entre siete y 15 años de prisión por el gesto heróico. Propongo un post para alguien experto en derecho comparado: ¿qué pena de cárcel le puede caer a un periodista por tirarle unos zapatos a su presidente en una rueda de prensa en España, Francia, EE UU, Reino Unido, Rusia…? Sería divertido ver a los líderes aparecer con casco ante los periodistas, ante la ameneza de una lluvia de zapatos. A veces se lo merecen, pero reconozcamos que no son las formas [Por cierto, la única lesionada por el incidente ha sido Dana Perino, la portavoz de la Casa Blanca, a la cual golpeó en un ojo un micrófono que salió propulsado al recibir el impacto de uno de los zapatos. Ella — que se ve mujer de potingues — no ha usado esta vez maquillaje para taparse el moratón. Que se note la herida de guerra].

Esta construcción del héroe actual no ha acabado. Falta el culmen: una entrevista televisada en la que explique todos los detalles. Espero que no sea tonto y que cobre una buena suma. Después de todo el héroe también tiene que generar algo de envidia.

No tan al margen:

Dan Perino — la portavoz de la Casa Blanca con el ojo morado — se las tuvo que ver con los periodistas sobre el inicidente del zapato. A los periodistas de la Casa Blanca no les hace falta zapatos para hacer daño…

Como Blackwater sirve a América

Tuesday, December 16th, 2008

Extraigo fragmentos de un Artículo de opinión pubicado en el Wall Street Journal:

El Gobierno vio la necesidad de americanos altamente experimentados y entrenados para proteger a sus civiles en el exterior y seleccionó a Blackwater.
Cada individuo que ha trabajado en Irak para Blackwater ha servido previamente en el ejército de EE UU o como oficial de policía. Muchos fueron altamente condecorados. Y desde el principio, estos individuos han estado obligados por contratos detallados que aseguran un control y dirección intensiva del gobierno.
(…)
En unas declaraciones públicas esta semana, Jeffrey A. Taylor, Fiscal de los Estados Unidos en el Distrito de Columbia dijo: Hay que indicar que las acusaciones de hoy son muy limitadas en sus alegaciones. Seis guardias de Blackwater han sido acusados por un injustificado tiroteo el 16 de septiembre de 2007, no toda la organización de Blackwater en Bagdad. Había 19 guardias en el equipo Raven 23 ese día en la Plaza Nisour. Muchos actuaron profesionalmente, responsablemente y honorablemente. De hecho estas acusaciones no tienen que ser leídas como una acusación contras estos bravos hombres y mujeres que arriesgan su vida como contratistas de seguridad de Blackwater”.
(…)
Nuestros equipos no están cocinando o llevando abastecimiento. Llevan balas. Son veteranos militares que han elegido servir otra vez a su país. Muy poca gente conoce a alguien que quiera ir voluntariamente a una zona de guerra a proteger a gente que no conoce. Yo conozco a 1000 de ellos, y estoy orgulloso de que formen parte de nuestro equipo.”

Éste artículo ha sido escrito por Erik D. Prince, fundador y cabeza de la empresa Blackwater, a raíz de las acusaciones contra seis empleados de la compañía la semana por la muerte de 17 civiles iraquíes en la Plaza Nisour .

Prince no hace mención en éste artículo de los emulumentos que reciben ya no sus empleados sino el mismo por prestar un servicio de seguridad. Prince, como muchos otros, ha visto un negocio en la presunta escasa capacidad de respuesta que tienen los ejércitos de hoy en día para determinadas labores de seguridad en zonas de guerra. Es paradigmático que además, quienes busquen este lucro procedan del ejército, de la policía, donde directamente no se pudieron forrar. Y justifican su lucro como un servicio a su nación, como una acción patriótica.

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El gesto que resume la presidencia de Bush

Sunday, December 14th, 2008

Un periodista iraquí ha lanzado hoy a la cara del presidente Bush sus zapatos y le ha llamado perro durante la rueda de prensa conjunta que celebraba con el primer ministro iraquí Al Malaki, quien ha actuado de guardaespaldas. La fotografía, de AFP, habla por si sola:

Vía | ELPAÍS.com 

Actualización: El vídeo con la secuencia: “¡Toma tu beso de despedida, pedazo de perro!”, le dice el reportero mientras le tira cada uno de los dos zapatos, el peor gesto y el peor insulto para el peor presidente. Pero hay que reconocer que George W. Bush tiene reflejos…y el periodista, mala puntería

El precio de la lealtad en Irak

Saturday, December 13th, 2008

50 dólares por poner una bomba, reportaje de Ramón Lobo, en El País:

El capitán Ibrahim Munther, responsable de la seguridad de Wajihiyah, es optimista: “La gente se hartó de violencia y están perdiendo el miedo. Cada vez tenemos más y mejor información”. Uno de los canales en los que fluyen nombres de sospechosos son los Hijos de Irak, que en Diyala pertenecían en un 90% a Al Qaeda. “No todos eran militantes convencidos, muchos lo hacían por dinero. A veces pienso que si llegase otro con 400 dólares en vez de 300 se pasarían otra vez al enemigo”, explica el capitán norteamericano.

Esa es la fragilidad que debe de tener en cuenta EE UU: el aumento de tropas — the surge — y la compra de voluntad de los iraquíes — los hijos de Irak — ha sido efectivo, pero puede resultar efímero: ¿qué alternativa tienen preparada cuando se vayan reduciendo el número de tropas estadounidense? ¿Darán 500 dólares cuando la insurgencia ofrezca 400 al iraquí? ¿Qué capacidad tiene el Gobierno iraquí para mantener el sueldo a los miembros de cuerpos de seguridad? Demasiadas incógnitas.

Dos sobre Irak

Saturday, December 6th, 2008

Cargos para los responsables de una matanza. El 17 de septiembre de 2007, 17 civiles iraquíes fueron asesinados en Bagdad al paso de un convoy del Departamento de Estado de EE UU escoltado por empleados de Blackwater. Los empleados de seguridad abrieron fuego contra la multitud que se agolpaban en plaza de Nisour. No había ninguna amenaza que justificara el uso del fuego, y menos de manera tan despropocionada. Según anuncia NYT, el próximo lunes se presentarán cargos contra cinco de los seis empleados de seguridad que participaron en el tiroteo.

Todos ellos pasaron por el ejército antes de enrolarse en la compañía de seguridad e impunidad privada, llamados por el aumento del sueldo o porque en el ejército habían sido rechazados. Paul Slough, el que era señalado como líder del grupo, se metió en Blackwater al ser rechazado en un cuerpo de élite del ejército de EE UU por una lesión que arrastraba en sus tiempos de jugador de futbol americano.

Los abogados de estos futuros acusados ya están trabajando para lograr un acuerdo y no llegar al juicio. Tienen las espaldas cubiertas, porque uno de los últimos decretos firmados por el procónsul Bremer antes de ceder el poder a los iraquíes fue el que daba inmunidad a los empleados de las empresas de seguridad en suelo iraquí.

Todo parece señalar que se ha encontrado un resquicio: una ley antidroga de tiempos de Reagan sobre el uso desproporcionado de armas de fuego les puede mantener treinta años bajo la sombra. La pregunta es sencilla: ¿A qué pena se enfrentarían estos mismos individuos si el tiroteo se hubiera efectuado en tierras estadounidense?

Retirada maquillada.  Presentación del equipo de seguridad de Obama: “Dije que íbamos a retirar nuestras tropas de combate en Irak en 16 meses, con la compresión de que pueda ser necesario, de que sea probablemente necesario mantener una fuerza residual para proporcionar entrenamiento, soporte logístico, para proteger a nuestros civiles en Irak”. Se baraja que esas fuerzas residuales puede oscile entre 30.000 y 55.000 efectivos. Actualmente hay cerca de 150.000 soldados estaodunidense en Irak.  Se trataría de estar pero sin parecer que se está, para cumplir una promesa electoral.Veamos si aclara su postura al menos ambigua sobre los empleados de empresas de seguridad privada.

El otro fuego amigo de la guerra del Golfo

Thursday, November 20th, 2008

Hay expresiones que se ponen de moda en las guerras. Las canturrean los portavoces militares, y con más o menos recelo (dependiendo del grado de apoyo) la reproducen los medios hasta que se cuelan en las mentes de todos. “Víctimas colaterales”, “fuego amigo”…y una larga colección de eufemismo.

La expresión “fuego amigo” se puso de moda en la segunda guerra del Golfo (1991). Con esa expresión EE UU justificaba la muerte de sus propios soldados por sus propias balas. En esos casos no era el temible ejército de Sadam — considerado por ellos mismos como el tercero, cuarto o quinto,  más importante — quien mataba a los soldados de la coalición: los carros de combate disparaban a sus propios carros de combate en la confusión de la noche y del desierto.

El pasado lunes,  el Comité consultivo de investigación sobre enfermedades de ex combatientes de la Guerra del Golfo del Congreso de los EE UU dictaminó que el llamado sindrome de la guerra del Golfo existe. En la guerra del Golfo participaron unos 700.000 soldados del lado de la coalición, incluídos soldados españoles. Un 25% sufre este sindrome: dolores de cabeza, perdida de memoria, malestar general, problemas respiratorios, digestivos, pesadillas, ciertos ataque psicóticos… y así una larga colección de síntomas distintos. Para llegar a esta conclusión,  el Departamento de Defensa y Departamento de Asuntos veteranos ha gastado más de 400 millones de dólares. Señalan a varios culpables: pesticidas, el bromuro de piridostigmina (proporcionado a la tropa para evitar el gas nervioso), y “otros tóxicos”, incluyendo los que emanaron del petróleo quemado por los iraquíes, que de algo tenían que ser culpables. En definitiva, una colección de fuego amigo. En Gran Bretaña, el síndrome está ya reconocido, y en Francia tienen su propia versión, por una droga que se  le daba a los soldados para permanecer hasta 70 horas despierto.

Vietnam, 1968, Irak 2008

Friday, October 31st, 2008

“He ordenado que todos los bombardeos aéreos, navales y de artillería cesen a partir de las 8 a.m hora de Washington, viernes por la mañana.He tomado esta [esta decisión] con la creencia de que esta acción puede llevar a progresar hacia un establecimiento pacífico de la guerra vietnamita”: así comunicaba el presidente de EE UU, Lyndon B. Johnson, el cambio de estrategia en la guerra de Vietnam, el 31 de octubre de1968, hace hoy 40 años.

La National Public Radio publica hoy un reportaje sobre este acontecimiento, trazando paralelismo con la guerra de Irak, paradojas de la historia, el día antes en el que Petreaus asume el mando del CENTCOM. Por aquel entonces quien comandaba las tropas en Vietnam era el general Creighton Abrams, quien redujo la presencia militar de los 500.000 a los 30.000 efectivos en los cuatro años en los que estuvo al cargo. Petreaus mira ahora Vietnam, repasa las lecciones y no le importa decir que hay que sentarse a hablar con los talibanes.

Una ejecución en Irak

Tuesday, October 7th, 2008

Hoy me ha estremecido el reportaje que escribe Robert Fisk en The Independent. El escenario es el cuartel general de los servicios secretos en Kazimiyah, un barrio chií de la capital iraquí. El guión, el de una cruel ejecución por parte de iraquíes, en su particular Abu Ghraib . El relato, de un ex oficial británico:

“Pero ahorcar no es fácil. Hay una celda con un barra debajo del techo de la que cuelga una soga y un banco en el que la victima está de pie con las manos atadas (…) He estado en la celda, aunque siempre estaba vacía. Pero no mucho antes de que la visitara, llevaron a ese chico para ahorcarlo. Le hicieron ponerse en pie en el banco, le pusieron la soga alrededor del cuello y le empujaron. Pero saltó al suelo. Podía ponerse en pie. Así que acortaron la cuerda de la soga y lo pusieron de nuevo en el banco y volvieron a empujar. Pero no fucionó.
Empezaron a cavar en el suelo donde estaba el banco para que el chico pudiera caer lo suficiente para que se le partiera el cuello. Levantaron las baldosas y el cemento. Pero eso no funcionó. Podía mantenerse aún en pie cuando retiraban el banco. Así que le llevaron a una esquina de la celda y le pegaron un tiro en la cabeza”

El artículo de Fisk no hace más que indignarte. Recoge también casos de gente casi iletrada a la que las fuerzas estadounidenses acusaban de tener un doctorado, de haber estudiado en la Sorbona, y de ser las mentes de las armas de destrucción masiva con las que dicen que soñaba Saddam Hussein, que por cierto también fue ahorcado.

En la festividad de la llegada de la supuesta democracia importada, se abolió la pena de muerte, usada hasta la saciedad por la dictadura depuesta. Pero el Gobierno interino la restituyó en agosto de 2004: había que limpiar Irak, y la pena de muerte estaría en activo hasta que el país quedara niquelado. Y así colgaron a Saddam y a unos cuantos acólitos; pero también a muchos otros, en muchos casos sin al menos juicio público. Al menos 33 según Amnistía Internacional. Sumen todos los que no se oficializan y simplemente se ejecutan.