Sensacional – que no sensacionalista – portada del diario The Independent sobre el cruce de la frontera hacia Egipto por parte de palestinos residentes en Gaza.
Unos 2.000 palestinos de Gaza “han cruzado” la frontera hacia Egipto. No sólo el Gobierno de Israel tiene culpa por la situación en la que viven los palestinos : los gobiernos árabes, que se llenan la boca con la causa palestina, tienen mucho, mucho que ver, y cuanto más cerca…
Lo vivido estos días en Gaza es sólo la punta del iceberg. Porque los habitantes de Gaza depende de la ayuda internacional, y el ministro de defensa israelí ha cortado todos los suministros de humanitarios a la franja, para hacer presión a Hamás y que no lancé más cohetes sobre su territorio.
Cortando el combustible – pagado por la UE – de la planta eléctrica palestina – construída por la empresa estadounidense Enron -, el Gobierno de Israel solo consigue dar más combustible y más alas a Hamas, y debilitar a todo civil que ande por allí, para ver si así, sin cosas con las que llenar su estómago, se quedan sin fuerzas y dejan de salir a las calles para apoyar a Hamas. Ahora, Barak, ese “hombre de paz”, recula, y vuelve a permitir un envío de combustible para la planta, y medicina para los hospitales ¡Qué Generoso! Deberían salir todos los habitantes de Gaza con retratos del ministro israelí darle las gracias públicamente.
Fotografía de un grupo de israelíes protestando contra el sitio al que está sometida la Franja de Gaza (Flickr Activestills). Mientras a los dos lados haya gente así, queda algo de esperanza.
Olmert, el primer ministro israelí, dice esto que sigue y se queda tan campante: “A lo que mi respecta, todos los residentes de Gaza pueden ir andando y no tener gasolina para sus coches, porque tienen un régimen terrorista que no permite a la gente del sur de Israell vivir en paz”. Cierto que Hamas tira cohetes sobre población civil, totalmente condenable, pero dejar a todo un pueblo pudriéndose por eso como que no es muy justo. No es ya el diente por diente, ojo por ojo (tan extendido por toda la región): es el ojo por ojo, más la pierna, más el brazo, más la pierna…más un par de vidas, que más da.
Y esto es tan meridiánamente claro como cumplir el derecho internacional, que estipula que la ayuda humanitaria destinada para la población civil no puede ser cortada. Ahora que, como todos los palestinos de la franja “tienen un régimen terrorista”, pues metamos a todos en el mismo saco. Y Egipto que siga dejando la frontera cerrada y no permita que se trasladen a los enfermos a su territorio.
“Solo los muertos han visto el fin de la guerra”, reza una frase atribuida a Platón. La guerra no termina en el campo de batalla, y acompaña al combatiente hasta el final de sus días.
Richard Davis, el soldado de 19 años en cuyo asesinato está basada ‘En el Valle de Elah’
A partir de esta historia, Haggis monta una especie de thriller sin mucha chicha, alegato en contra de la guerra y viaje al EE UU profundo, donde no faltan los bares de striptease con tetas al vuelo, las biblias en los cajones, armerías con recortadas en las vitrinas y las cafeterías de carretera, aunque por fin no hay ninguna camarera que se acerque al cliente para ofrecerle, cafetera en mano, un poco mas de agua con aspecto de café.
El director cuenta con tres pedazos de actores que hacen un papel soberbio: Tommy Lee Jones encarna el papel de padre, veterano del ejército – sirvió en la Policía Militar – que recorre varios estados en su pick up para ir a buscar a su hijo, desaparecido; Susan Sarandon interpreta a la madre atormentada que ve como sus hijos, siguiendo los pasos del padre se han alistado a servir en el ejército, y este papel – que la militante antiguerra de Irak borda – ya lo encarnó, si no me falla la memoria, en un corto en el que interpretaba a la madre de un soldados que esperaba noticias de él tras un atentado en la base de EE UU en Arabia Saudí donde estaba destinado; y la gran y bella Charlize Theron que vuelve a su moreno natural y su tez sin maquillaje para encarnar a una policía de la localidad donde está la base.
El viaje que realiza el padre no es solo en búsqueda de su hijo y consiguiente investigación criminal, sin que aparecezcan los chicos del CSI, otro cliché de los últimos tiempos. Es también un viaje a la debilidad del ensimismamiento estadounidense, que nada se cuestiona y todo se lo cree, que para ellos esa guerra solo existe en forma de noticias breves y análisis vistos y oídos a través de una televisión de los años 70, a través de la cual Bush y sus acólitos no paran de decir que lo que quieren es llevar la democracia a Irak y vencer al Mal con mayúsucula . El padre se cree lo que ve en esa televisión de viejos botones, y pasa de las lágrimas de su hijo que le llama desconsolado desde un lejano campamento.
Pero el infierno que vivió el hijo en la guerra queda recogido por los trozos de vídeos y fotografías recuperados de un teléfono “abrasado por el calor iraquí”, y que como en casos reales, se convierten en un transmisor de la realidad que ha visto el soldado, y que el padre ve con horror y arrepentimiento de no haberse dado cuenta antes de que su hijo no iba a ser un héroe y que lo que había vivido lo deshumanizó.
Todo ello concluye en un primer final esperado, con un patriotismo de rebeldía, en forma de bandera invertida, pero patriotismo al fin y al cabo: “esta nación necesita ayuda”. Y es un primer final, porque hay un segundo después de los créditos, que curiosamente es el único momento de alegato serio contra la guerra desde la perspectiva de las víctimas iraquíes, y no del trauma psicológico que viven estos chicos tras volver del infierno, que justifica en parte sus salvajadas por lo dura que es la guerra, las drogas y la tensión acumulada . Tendría el cine estadounidense también que ahondar más en sacudir las conciencias desde ese aspecto: el de las víctimas de esta guerra que han visto su país invadido y destrozado en pro de la democracia, y como se han cometido auténticas salvajadas por parte de la tropa estadounidense . Pero seamos realistas: les importa sus chicos y no a los que han torturado y asesinado. Esos han visto otro final de la guerra, adelantado, y sin posibilidad de narcotizarse y alcoholizarse para olvidar.
Un par de críticas: el guión falla en algunos aspectos, como los interrogatorios en los que el padre está presente. Hay un par de diálogos absurdos- “le dije que no comprara esos calcetines”-. A la película le sobran unos 15 minutos, porque una vez que se resuelve el caso en cinco minutos podía haber montado el show final. Y el título de la película – En el Valle de Elah, donde se enfrentaron David y Goliat -, tendría que haberse traducido como En el valle del Terebinto, para que sonora un poco más.
PS: no os perdáis la crítica de Tormento en Chiquiworld. Me la he leído una vez escrita ésta, para que no “contamine” mis opiniones. Y no puedo estar más de acuerdo.
Si Leonardo Da Vinci hubiera vivido en nuestros días, sin duda trabajaría para una de las grandes empresas del armamento. Sería tal vez tan misterioso como entonces, pero usaría un sistema informático para encriptar sus planos.
El semanal XL publica hoy un curioso reportaje sobre los planes de Leonardo para construir una especie de ejército autómata: “El genio toscano escondió en el Codex Atlanticus las instrucciones para construir una armada de autómatas. Ahora un grupo de italianos ha podido descifrarlas”.
Al más estilo Código Da Vinci, los investigadores del grupo Loenardo3 están recreando los inventos militares que Leo dejo en sus planos, llenos de trampas que sólo él sabía interpretar . Y dejo muchos, porque solo dormía unos minutos cada dos horas, bebía solo para saciar la sed, y comía lo justo para saciar el hambre. El resto del día lo ocupaba para sus invenciones, pinturas, esculturas, disección de cadáveres…
El hijo de Bin Laden quiere ser “embajador de la paz”. El mismo que se caso con una abuela británica dice ahora que quiere ser eso: un embajador para la paz.
Los talibanes pasan la frontera de Afganistán. Un breve reportaje en NYT sobre como los talibanes están imponiendo su way of life en los poblados fronterizos entre Pakistán y Afganistán. Allí no hay casi estado, y los grupos tribales no respetan las fronteras que en su día se trazaron. Y ha sido así desde hace bastante tiempo.
“Los médicos y las enfermeras han emigrado en masa, agravando la ya existente escasez de personal (…) El sistema sanitario es en un caos por la falta de un marco institucional, una electricidad intermitente, agua no potable y una frecuente violación de la neutralidad médica. El ministerio de salud y las autoridades locales están incapacitados para enfrentar estos grandes desafíos, mientras las actividades de las agencias de ONU y las organizaciones están severamente limitadas.”
590 entradas, 1257 comentarios. Gracias por estar, gracias por leer, gracias por comentar, gracias por debatir, gracias por sugerir y, sobre todo, gracias por corregir…
A raíz del lanzamiento del Nano – el coche del fabricante indio Tata que costará 1.700 euros y que no llegará a Europa por contaminante y poco seguro – la revista TIME ha publicado una fotogalería con los 12 coches más importantes de la historia:
El show me the money, se está transformando en el montrez-moi l’argent : el presidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy, ha realizado varias visitas oficiales fuera de la Unión Europea en sus primeros ocho meses de mandato; en la mayoría de ellos, el presidente francés ha cerrado importantes contratos entre los gobiernos a los que visitaba y las empresas francesas. Sarkozy ha actuado como el mejor representante de los negocios franceses en el mundo. Y ha vendido casi de todo, con cifras mareantes, que son siempre el titular de los medios de comunicación. Veamos los ejemplos más sonados:
En Marruecos, 3.000 millones de euros. El presidente Sarkozy llegaba a Marruecos el 24 de octubre, y se iba un par de días después con unos contratos para empresas francesas que sumaban unos 3.000 millones de euros. De nuevo, la energía nuclear se ponía encima de la mesa: Areva firmaba un contrato con Office Chérifien des Phosphates para poder extraer uranio a partir de fosfato, posiblemente a cambio de construír una central nuclear.
Pero Sarkozy no ha barrido solo para casa. Precisamente China es el mejor ejemplo: el Gobierno de Pekín anunciaba el día de antes que iba a comprar 160 aviones al fabricante europeo Airbus, de la que España, Alemania y Gran Bretaña son socios; China también anunció la compra de 10 helicópteros Eurofighters, que tiene una cadena de montaje en Albacete. Gadafi compró por valor de 160 millones misiles del fabricante europero EADS.
Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, un punto y seguido. Sarkozy iniciaba ayer una visita oficial a estos tres estados. En el primero, Sarkozy olvidaba cualquier crítica a Riad sobre la violación de los derechos humanos, pero solo se limitaba a anunciar “gruesos contratos” entre Arabia Saudí y empresas galas.
Hay que matizar: muchos de esos contratos son simplemente compromisos o protocolos, que luego hay que materializar. Pero sin duda Sarkozy se ha convertido no solo en el presidente de la República, sino en el mejor representante de las empresas francesas por todo el mundo, capaz de mirar para otro lado en cuestiones de derechos humanos si hay dinero de por medio, y pese a comenzar a enfadar a sus socios europeos.