Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Archive for the ‘Cine’ Categora

Billetes de dólar con las caras de superhéroes

Sunday, April 13th, 2008

El George Washington se convierte en Spiderman y el Andrew Jackson en un combatiente de Sparta:

Vía | Film, blogging the Reel World

‘El acento’ de Bond

Friday, March 28th, 2008

Una mañana de 1953 el escritor y periodista de fortuna Ian Fleming se despertó convertido en James Bond. Pero, a diferencia de la metamorfosis de Gregor Samsa, la del muy británico Fleming se veía venir. Educado en Eton, pulimentado en la academia militar de Sandhurst, obsesionado con el Foreign Office -donde no fue admitido-, curtido como periodista en Reuters y engolfado con una cuadrilla de colegas escritores afiliados a la disipación -como Noel Coward- era de esperar que fabricara un personaje como 007. Fleming no fue un gran escritor; ni siquiera un buen escritor. Pero no es necesario el talento para construir un personaje de masas, como se decía cuando Umberto Eco empezaba a estudiar los entresijos de la cultura popular. Para crear a James Bond le bastó con sublimar sus carencias. En lugar del rostro franco y bonachón del escritor, calcado de Leslie Howard, Fleming dibujó un atleta de pelo oscuro, sonrisa cruel y una lívida cicatriz; y en vez de un corresponsal fatigado, apareció en sus novelas un asesino despiadado, mujeriego y adicto al martini con vodka y al black jack. Bond estaba hecho.

Seguir leyendo en El hombre que quiso ser Bond, el Acento de EL PAÍS.

El próximo 28 de mayo se cumple 100 años del nacimiento de Ian Fleming, el creador de James Bond, nombre que cogió tomado de un ornitólogo estadounidense. Con los aniversarios siempre coinciden noticias como la subasta de objetos relacionados con el personaje en cuestión, en este caso la subasta de las cartas entre Ian y su Moneypenny.

La Vaquilla para empezar el día

Wednesday, March 26th, 2008

Hace unos días unos amigos nos pusimos a recomendar películas españolas para unos italianos, amigos a su vez de una amiga: El verdugo, El pisito, Plácido, La Vaquilla, La Escopeta Nacional, Belle Epoque o La Lengua de las Mariposas, estaban en la lista, todas ellas de Rafael Azcona, fallecido ayer.

Hoy el día, en lugar de la música de primera hora, Toño ha elegido este fragmento de La Vaquilla, escena mítica de una película mítica sobre la Guerra Civil.

  

Dos recomendaciones:

El guión era un arte, por Carlos Boyero

Rafael, por Elvira Lindo.

Una de cine: En el valle de Elah

Monday, January 21st, 2008

“Solo los muertos han visto el fin de la guerra”, reza una frase atribuida a Platón. La guerra no termina en el campo de batalla, y acompaña al combatiente hasta el final de sus días.

En el valle de Elah no es una película sobre batallas en las calles de Bagdad; es una película sobre la situación en la que viven los soldados estadounidenses tras la vuelta de Irak. Y se acerca demasiado a la realidad como para convulsionar ciertas conciencias: leíamos hace unos días en el NYT como soldados veteranos de la guerra de Irak estaban implicados en más de 200 homicidios o intentos de homicidio en EE UU. Droga, alcoholismo, desintegración familiar y el infierno vivido en sus carnes son los catalizadores de estos desintegrados de la sociedad.

Le película se acerca aún más cuando ves que está basada en hechos reales: Richard Davis, un soldado de 19 años, fue asesinado en noviembre de 2003; su padre, un ex agente de policía se pone en marcha para investigar el asesinato de su vástago. Hoy, una fundación lleva su nombre.

Richard Davis, el soldado de 19 años en cuyo asesinato está basada ‘En el Valle de Elah’

A partir de esta historia, Haggis monta una especie de thriller sin mucha chicha, alegato en contra de la guerra y viaje al EE UU profundo, donde no faltan los bares de striptease con tetas al vuelo, las biblias en los cajones, armerías con recortadas en las vitrinas y las cafeterías de carretera, aunque por fin no hay ninguna camarera que se acerque al cliente para ofrecerle, cafetera en mano, un poco mas de agua con aspecto de café.

El director cuenta con tres pedazos de actores que hacen un papel soberbio: Tommy Lee Jones encarna el papel de padre, veterano del ejército – sirvió en la Policía Militar – que recorre varios estados en su pick up para ir a buscar a su hijo, desaparecido; Susan Sarandon interpreta a la madre atormentada que ve como sus hijos, siguiendo los pasos del padre se han alistado a servir en el ejército, y este papel – que la militante antiguerra de Irak borda – ya lo encarnó, si no me falla la memoria, en un corto en el que interpretaba a la madre de un soldados que esperaba noticias de él tras un atentado en la base de EE UU en Arabia Saudí donde estaba destinado; y la gran y bella Charlize Theron que vuelve a su moreno natural y su tez sin maquillaje para encarnar a una policía de la localidad donde está la base.

El viaje que realiza el padre no es solo en búsqueda de su hijo y consiguiente investigación criminal, sin que aparecezcan los chicos del CSI, otro cliché de los últimos tiempos. Es también un viaje a la debilidad del ensimismamiento estadounidense, que nada se cuestiona y todo se lo cree, que para ellos esa guerra solo existe en forma de noticias breves y análisis vistos y oídos a través de una televisión de los años 70, a través de la cual Bush y sus acólitos no paran de decir que lo que quieren es llevar la democracia a Irak y vencer al Mal con mayúsucula . El padre se cree lo que ve en esa televisión de viejos botones, y pasa de las lágrimas de su hijo que le llama desconsolado desde un lejano campamento.

Pero el infierno que vivió el hijo en la guerra queda recogido por los trozos de vídeos y fotografías recuperados de un teléfono “abrasado por el calor iraquí”, y que como en casos reales, se convierten en un transmisor de la realidad que ha visto el soldado, y que el padre ve con horror y arrepentimiento de no haberse dado cuenta antes de que su hijo no iba a ser un héroe y que lo que había vivido lo deshumanizó.

Todo ello concluye en un primer final esperado, con un patriotismo de rebeldía, en forma de bandera invertida, pero patriotismo al fin y al cabo: “esta nación necesita ayuda”. Y es un primer final, porque hay un segundo después de los créditos, que curiosamente es el único momento de alegato serio contra la guerra desde la perspectiva de las víctimas iraquíes, y no del trauma psicológico que viven estos chicos tras volver del infierno, que justifica en parte sus salvajadas por lo dura que es la guerra, las drogas y la tensión acumulada . Tendría el cine estadounidense también que ahondar más en sacudir las conciencias desde ese aspecto: el de las víctimas de esta guerra que han visto su país invadido y destrozado en pro de la democracia, y como se han cometido auténticas salvajadas por parte de la tropa estadounidense . Pero seamos realistas: les importa sus chicos y no a los que han torturado y asesinado. Esos han visto otro final de la guerra, adelantado, y sin posibilidad de narcotizarse y alcoholizarse para olvidar.

Un par de críticas: el guión falla en algunos aspectos, como los interrogatorios en los que el padre está presente. Hay un par de diálogos absurdos- “le dije que no comprara esos calcetines”-. A la película le sobran unos 15 minutos, porque una vez que se resuelve el caso en cinco minutos podía haber montado el show final. Y el título de la película – En el Valle de Elah, donde se enfrentaron David y Goliat -, tendría que haberse traducido como En el valle del Terebinto, para que sonora un poco más.

PS: no os perdáis la crítica de Tormento en Chiquiworld. Me la he leído una vez escrita ésta, para que no “contamine” mis opiniones. Y no puedo estar más de acuerdo.

El Trailer de la película

Viajes con el cine a la guerra

Saturday, December 1st, 2007

Grandes viajes al corazón de la guerra es un reportaje de Guillermo Altares sobre ” las 16 mejores batallas” contadas en 16 películas. Algún cinéfilo echará de menos alguna.

Las flores de Harrison – incluida en la selección – me parece una de las mejores películas sobre reporteros de guerra, y algo tendrá que ver que esté basada en una novela (Le diable a l’avantage) de la reportera y fotógrafa de guerra Isabel Ellsen. El desembarco de Salvar al Soldad Ryan me parece buenísimo – aunque luego tengan la incorrección de lanzar morteros a golpes y sin saltar por los aire -. En Apocalypse Now, se pronuncia una de las frases míticas de la historia del cine bélico: “Hueles eso muchacho, lo hueles. Nada en el mundo huele así. No hay nada como el olor del napalm por la mañana”. Black Hawk derribado es quizá la mejor película de cine bélico hecha en los últimos diez años:

Así hasta 16 viajes al corazón de la guerra.

Persépolis, de Marjane Satrapi

Friday, November 2nd, 2007

Persépolises un comic donde la dibujante y escritora Marjane Satrapi cuenta su vida desde su infancia en Irán. Allí vivió las revueltas contra el tirano Shaa y la victoria de la revolución Jomeini, que vino a restringir aún más las libertades.

Lo bueno de Persépolis es que está contado con la inocencia de una niña, que ve como su realidad cambia. Los padres de Marjane deciden mandarla a estudiar al extranjero para que tenga un poco de libertad y mejor educación que la proporcionada en el Irán postrevolucionario que vive enfrascado en una cruenta guerra contra Irak. En Austria, Marjane se encontrará como extraña, lejos de los suyos, al tiempo que empieza los verdaderos descubrimientos de la vida, con unas palabras de su madre siempre presentes: “No olvides de donde vienes, cuales son tus raíces”.

Tras estudiar cuatro años estudiando en el extranjero, la joven Marjane vuelve al Irán donde la rebeldía no está permitida.

Persépolis pertenece a ese género de comic – si se puede hablar de género – en el que una vivencia personal transmite un hecho histórico. Sartrapi borda esta pretensión, y su lectura es adictiva.

Este cómic novelado se fue publicando en cuatro volúmenes entre el año 2000 y el 2003. Ahora ha sido adaptada al cine con un coste de unos cinco millones de euros, en un largometraje de dibujos animados. Sin haber visto la película aún, la mejor recomendación es que empiecen por el formato papel: será difícil que la película lo supere.

Una frase de la autora: “Si en los países musulmanes tratan de cubrir a las mujeres, en Ámerica tratan que parezca un trozo de carne”, en una entrevista el pasado 21 de octubre en el NYT (traducida en Entrecomics ).

MySpace de la película (y vale la pena verlo) .

Trailer de la película (en francés)

PSPA: Gracias por olvidártelo. El libro está a buen recuado 😉

El último Rey de Escocia: un Idi Aminde cine

Saturday, February 24th, 2007

Idi Amin Dada fue uno de los más devastadores dictadores que conoció el siglo XX. En Ébano Kapunscinski le dedica todo un capítulo: “Amin era un ejemplo clarísismo de la relación entre el crimen y el bajo nivel cultural”.

Idi Amin era originario de Kawka, una región inhóspita situada entre Sudán, Uganda y el antiguo Zaire, hoy convertido en República Democrática del Congo. Allí no había nada que hacer, y menos que comer, así que, junto a su madre se desplaza al interior de Uganda.

Era un tipo gordo que medía alrededor de 1’90. Por eso un día un oficial británico de los King’s African Rifles se fijó en él, y lo alistó para el ejército británico.

Los King’s African Rifles se nutrían de los bayaye, que era personas que pertenecían a otras tribus, y que se había instalado en una ciudad donde eran minoría, y vivían marginados. La razón para usar a estos era sencilla: al ser minoría extraña, exógena, no tenían la menor piedad para someter a la mayoría local.

Amin era un bayaye, y se mostró muy eficiente en las embosacadas y el cruel sometimiento a las tribus con las que el Imperio de su Majestad se iba manteniendo.

Era 1946, y tras la Segunda Guerra Mundial, tocaba el inicio de un largo final para el colonialismo. A los oficiales británicos se les acababa el chollo: había que “africanizar” los ejércitos antes de marcharse.

Usan el mismo esquema que todos los mandos – en distinto grado – antes de abandonar su colonia: nombrar a personas de su confianza, hasta ese momento obedientes y que no fueran muy capaces. Eligiendo a los más inefecaces pero fieles como oficiales, pretendían prolongar su presencia, y una vez estuviera fuera mantener su influencia.

Por eso Amín saltó de teniente a General, nombrado por los británcios antes la independecia de 1962. La Uganda independiente estaba gobernada por Milton Obote, con Idi Amín de jefe militar.

El de Obote fue un gobierno corrupto, que empezó a perseguir a minorías tribales. En una cosa como en la otra, participó activamente Amín. De hecho fue acusado por la prensa de haberse quedado con un botín de uno de los numerosos saqueos a las guerrillas rivales.

Se adelantó a su detención, y aprovechando un viaje de Obote, dio un golpe de Estado. Como era un bayaye, el General Idi no tenía un apoyo mayoritario en el ejército. Por ello se dirigió a los cuartales donde estaban las militares que no pertenecían ni a su tribu ni condición (los langi y los acholi), y disparando sin piedad, sus tropas leales se hicieron con el poder.

Portada del semanario TIME, del 7 de marzo de 1977: El salvaje hombre de África.

Idi Amín comenzó a ponerse títulos: primero Marical, luego Mariscal Vitalicio, más tarde se nombró el Rey de todas las bestias y peces del Mundo, Vencedor del Imperio Británico, hasta llegar a nombrarse el último Rey de Escocia, junto a los que había combatido cuando pertenecía al ejército de su Majestad.

De su vida privada, se sabe que estaba casado con al menos cuatro mujeres, a las que iba repudiando a discreción. En sus masiones de Kampala, orgías y carnicerías sucedían por igual. En la prensa internacional se empezó a decir que Idi se comía a sus enemigos políticos, siguiendo los consejos ritualísiticos de chamanes africanos.

Amín tenía la costumbre de visitar las guarniciones esparcidas por todo el país. En tales ocasiones, los soldados se congregaban en la plaza de armas. El mariscal pronunciaba un discurso. Le gustaba hablar durante horas. Como sorpresa, solía traer consigo a un dignatario, civil o militar, al que acababa de acusar de traición, complot o atentado. Al reo, atado con cuerdas, previamente apaleado y paralizado por el terror, lo colocaban en una tarima. La multitud, excitada ante el espectáculo, entraba en trance y se ponóa a aullar. “What shall I do with him?”, Amín intentaba gritar más fuerte que la multitud. Y los cohortes contestaban: “Kill him! Kill him now!”.

Ébano, Ryzard Kapunscinski
Entre 150.000 y 300.000 personas fueron exterminadas por el ejército de Idi Amin, que sospechaba de todas las tribus. También expulsó a 70.000 asiáticos del país, con los mismos argumentos que usó Hitler para perseguir a los judíos. El General no ocultaba su adminiración por el criminal dictador alemán.
Megalómano perdido, aceptó que un equipo extranjero rodara un documental sobre él. Como no le gustó, llamó a un realizador alemán, Barbet Schroeder, para que le arreglara el documental. Cortó un par de escenas, y añadió la palabra autorretrato al título. Idi quedó convencido.
Sentía que todo el mundo le podía traicionar. Por ello jamás dormía en la misma residencia, cambiaba con frecuencia de coche – Kapunscinski cuenta que se le podía ver por la capital Kampala conduciendo un camión militar para despistar a sus rivales – cambiaba de consejeros y ministros cuando soñaba que le estaban traicionando, terminaba matándolos y, quién sabe, haciéndose una barbacoa con sus tripas.

Amin era tan cruel como loco de atar. Se lanzó en guerras con la mayoría de sus vecinos, llegando a mandar batallones a combatir en Sudáfrica contra el régimen del Aparheid.

El 27 de junio de 1976, un avión que cubría la ruta entre París y Tel Aviv, fue secuestrado por militantes palestinos. El avión fue desviado hasta Uganda, donde el dictador recibió y mostró su apoyo a los secuestradores.

Tras ser liberados los rehenes no judíos, Israel comenzó a diseñar una operación de rescate, que tuvo lugar el 2 de julio, cuando un comando de fuerzas especiales israelíes aterrizaron a bordo de dos C-130 y mataron a todos los secuetradores y liberaron a los rehenes.

Todo el mundo empezaba a mirar con recelo a un “salvaje” como Idi Amin. Además el ejército comenzó a debilitarse, tant que cuando, lanzó una ofensiva contra Tanzania, la acción se volvió en su contra y fue su final. Corría el año 79. Un año más tarde, Obote, su rival, volvía a gobernar tras un fraude electoral.

A Idi Amín salió a un dorado exilio en Arabia Saudí, único país que le aceptó en su seno. Moriría en la cama de un hospital, a los 80 años de edad.

La película

El Rey de Escocia es una película ambientada en la corte de Idi Amín, donde llega un médico escocés recién licenciado, para convertirse en el médico personal del dictador.
El loco mandatario lo nombra su consejero, y comienza el periplo del joven por las maldades del régimen.

Forest Withaker hace el papel de General, y por ello ha sido nominado para el Oscar como mejor actor principale. Según las quinielas, es muy probable que se lleve el premio.
Si Withaker borda el papel, la película es un tanto flojilla. La sensación es la misma que con Diamantes de Sangre: cuando pasas por el tamiz de Hollywood una historia cruel, la crueldad como que no es tanto como la que debería reflejar. Es una sensación personal, pero hará falta meter más tesión a éste tipo de películas para que sacuda alguna conciencia.
Cuando termina uno de ver la película se puede ir perfectamente a cenar, porque no te afecta demasiado lo que has visto, ya que la dosis de crueldad no sobrepasa el humbral necesario.
La frase: “Estamos en África. La violencia genera violencia. Recurre a otro recurso y estas muerto”.

Diamantes de sangre

Sunday, February 11th, 2007

DiCaprio lleva dos películas seguidas sorprendiéndome. Aquí borda el papel ,salvo por el guión y el director que alargan demasiado ciertas escenas lacrimógenas, tal vez para compensar por el metraje salpicado de sangre y alguna que otra amputación. Su compañero de reparto, Djimon Hounsou, le va a la par. Por si fuera poco nos ponen a unos imponentes ojos azules – Jennifer Connelly – haciendo de periodista.
La película está ambientada en la guerra de Sierra Leona, año 1999, donde el donante fue precisamente el control de las minas diamantes, con protagonismo de mercenarios extranjeros y combatientes sin escrúpulos que dejaron un país con miles de amputados a golpe de machetes.

Diamantes de sangre es una película en la línea de Syriana o el Señor de la Guerra, ese cine que pretende mover algo conciencias, mostrando lo más podrido de lo que consumios y en parte somos. Sin embargo, Diamantes de sangre quiere dejar claro quienes son los malos desde el principio, dos personajes que se mueven en la City londinense, que solo desfilan al principio y al final de la cinta. Es curioso, pero tras ver tanta muerte y destrucción, el castigo que se llevan los malos malísimos es un escarnio público – reportaje periodístico mediante – y consabidas protestas de grupos con estética antiglobalización a las puertas de sus empresas. El espectador tiene que quedarse conforme con esta justicia tan asimétrica, y sale del cine pensando que los malos malísimos se han llevado la peor pena para ellos: el descrédito público. Nos autoabsolvemos, porque resulta que al final nadie compra diamantes, ni su coche usa gasolina ni su PC necesita un mineral que solo se encuentra en determinadas regiones de África que da la casualidad que es donde más guerras hay. Lo mismo harán las actrices que luzcan preciosos diamantes en sus cuellos, la noche de los Oscar, donde Di Caprio ha sido nominado por su interpretación de traficante de diamantes y soldado de fortuna.
Toca la película muy de lleno el tema de los niños soldados, esos pífanos del siglo XXI al que aquí me refería tan solo hace unas horas. El proceso de captación y adiestramiento es simplemente estremecedor.
Hay escena que no me resisto a contar: los dos protagonistas entran a un poblado que acaba de ser arrasado por los rebeldes y entablan conversación con un anciano desquiciado que se ha salvado de la jauría. El anciano, en medio de un país asolado y destruido, suelta una frase brillante: “si encuentran petróleo aquí, entonces si que estaremos perdidos.”

Enlaces de interés:
Entrevista a DiCaprio en La Vanguardia
Documental sobre la posguerra en Sierra Leona, siguiendo al fotógrafo Pep Bonet

Con Scorsese…¡por fin Cine!

Sunday, October 29th, 2006

Y Cine con mayúscula el que hace Martín Scorsese con su última película, The Departed – traducida como El infiltrado. Como he leído en Shandy King, esta es la disculpa de Scorsese por hacernos tragar el bodrio de Gangs of New York.

La película tiene un guión excelente, porque juega con todos los elementos que tiene, y el espectador no para de sorprenderse hasta de los finales previsibles. El eje central se plantea a partir de dos aspirantes a policías con vidas paralelas: Colin Sullivan (Matt Demon) es infiltrado en la policía estatal por Frank Costello (Jack Nicholson), jefe de la mafia irlandesa en Boston; Billy Costigan (Leonardo DiCaprio) es infiltrado por el jefe de la policía Oliver Queenan (Martín Sheen) en la panda de criminales que encabeza Costello. Asi se plantea todo un Thriller policíaco que te deja clavado en el asiento hasta el último fotograma. El guión solo flaquea en el planteamiento inicial: los policías saben todo de uno, y nada del otro.
Si el guión es insuperable – digno de Oscar – el plantel de actores se supera; DiCaprio está soberbio; Demon en su línea ascendente desde que protagonizara la saga Bourne (en 2007 se rodará la última entrega); de Jack Nicholson no se puede esperar otra cosa que un papel bordado; y Martín Sheen es el mejor jefe de policía de los últimos que he visto desfilar por la pantalla, con cigarrillos incluidos en estos malos tiempos para la nicotina.
Es indudable que Scorsese es un genio de esto del cine, hasta para elegir una banda sonora electrizante. ¿Volverá a ser nominado hasta la saciedad en los Oscar para no llevarse luego ni el pedestal de la estatuilla?
Scorsese es capaz de darle su atmósfera hasta a Bario Sésamo. Juzguen ustedes mismos:

Más en:
La argentinidad… al palo: entrevista al director.
Topmadrid
Un especial en Sobrecine
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Guitars of the rocks
Zootropo