Un rey suele abdicar una sola vez en su vida. Por eso lo vivido ayer fue un hecho histórico y periodístico sin precedentes. Pero es un hecho controlado, y por tanto podía haber sido algo mejor escenificado, al menos desde el punto de vista fotográfico.
Esta fue la secuencia, en tres fotos, que publicó la Casa Real, a través de su cuenta en Twitter y de su página web:
El rey Juan Carlos abdica la corona
El rey Juan Carlos abdica la corona
El despacho del rey debe de ser uno de los lugares más difícil para sacar una foto decente, porque está todo cubierto de madera barnizada con un brillo que rebota cualquier luz artificial . El autor de la foto ha optado por tirar con un flash, sin rebotarlo al techo ¿Cómo saberlo? En la segunda foto, sobre la columna, se ve claramente el destello.
Las fotos son técnicamente muy malas. Los gestos, tanto del rey Juan Carlos como del presidente Rajoy, son más que mejorables. Parece que el fotógrafo solo tuvo la opción de captar el momento tal cual sucedió. Y optó por la solución del flash, sin medir la luz y me jugaría 300 maravedis que con la opción automática de TTL. Con ello se garantizó que no se le escapará la instantánea, seguramente tras haber tirado ráfagas y ráfagas.
Hubo un tiempo en el que los monarcas se rodeaban de los mejores artistas. Repasen la lista de pintores de la corte. Hoy la fotografía en la Casa Real es, sencillamente, vapuleada. Ayer era un día histórico, que hubiera requerido imágenes históricas y bien hechas, y no esta improvisación.
Las fotos del discurso siguen esa línea de desastre técnico. La iluminación, realizada para el vídeo, es directamente nefasta, con un viñeteado sobre el monarca que no tiene ningún sentido:
Discurso del rey Juan Carlos.
Y esa improvisación se ve latente en todas las fotos que hace la propia Casa Real. El día del aniversario de los príncipes de Asturias, la cuenta de la Casa Real en Twitter hacía públicas estas dos fotos:
Las fotos hablan por sí solas. Son malas, improvisadas y mal editadas. Da la impresión de que cualquiera, sin el mínimo conocimiento básico de fotografía, haya cogido la cámara y se haya marcado unas fotos. Y no son posados que se hacen ante miles de fotógrafos, sino uno, de la Casa, con lo cual los príncipes de Asturias y las infantas podían haber posado y habérselo tomado con cierta calma. Cuando ves la fotos que se hacen desde la Casa Real te da la impresión de que no les interesa, de que tienen mucha prisa y que todo está improvisado y sin control.
La prensa fue ayer y hoy la primera perjudicada porque el material fotográfico era malísimo. Solo hay que ver las ediciones especiales, con las fotos antes citadas. Pero añadamos que ninguna portada arriesgó, en cuanto a diseño, lo más mínimo. Dentro de 30 años nadie se acordará de estas portadas. Sirva como ejemplo estas dos portadas de hoy, de El País y El Mundo:
El País opta por una foto del día, de Juanjo Martín servida por EFE, y la coloca a cinco columnas. Es una foto bastante mala, con un verde de fondo que la mata y donde el rey Juan Carlos no es que salga muy favorecido. Mientras, El Mundo , opta por la fotografía facilona y obvia, también firmada por Juanjo Martín. El rey se va: lo sacamos tomando la puerta.
[ver nota al final del artículo sobre un párrafo suprimido]
En la edición gráfica, no siempre las fotos del día son las mejores. Por eso fue más acertada la elección de ABC o de La Vanguardia:
La Casa Real es consciente de que se abre un nuevo tiempo de cambio, donde la comunicación va a ser fundamental. La fotografía, la imagen, es un punto clave. Se trata de encontrar el equilibrio entre la naturalidad y la justa exposición de los nuevos monarcas. Y sobre todo tratar la imagen, la fotografía, con profesionalidad e intencionalidad en las fotografías producidas y controladas desde la Casa Real. Y últimamente esto no ha sucedido.
Pero también es fundamental abrir, en este nuevo tiempo, el acceso a los profesionales de la fotografía que trabajan para agencias y periódicos, creando un ambiente propicio para hacer buenas fotografías, sin miedo a que te saquen una mala foto. Porque al final, cuantas más fotos dejes hacer, más probabilidad tienes de proyectarte en los medios. Si optaran por dar solo sus fotos, o las de EFE, desde su cuenta de Twitter o de Flickr (sangrante que aún no tengan uno abierto) o a través de su web, solo perpetuaríamos el mismo error. No solo el medio es el mensaje.
Podrían empezar por pasearse por los archivos de Getty Images, y ver las primeras fotos publicadas del futuro Felipe VI, hechas por fotógrafos profesionales a los que se les daba un mayor acceso que ahora. Salían fotos como esta ¿A qué no está mal?
Esperemos que el cambio en La Zarzuela también llegue a su fotografía. Porque su futuro dependerá de la imagen que proyecten.
Fe de errores: en una primera versión de este post sostenía que La Casa Real había optado por dejar entrar en la recepción de la tarde solo a un fotógrafo de EFE. Gracias a un comentario de Antonio Villareal, pude comprobar que realmente no fue así, y esta vez se dejó entrar a más fotógrafos que a los de la agencia EFE. Si que mantengo que es un error apostar por un pool solo de EFE, o de tu propio fotógrafo, porque te juegas la visión de un acto, de una situación, a una sola mirada. Soy poco partidario de los pool, pero cuando son necesarios tienen que ser abiertos a más de un fotógrafo, para garantizarte una variedad interpretativa de lo fotografiado.