Mañana de sábado, mañana de mítines, mañana de trabajo. PSOE y PP han llenado los recintos donde celebraban sus mitines. El PSOE ha tirado de amplios planos, tomados desde grúas para mostrar a los 20.000 convencidos que han llenado la plaza de toros de Valencia.
Rajoy ha congregado a unos 6.000 en Málaga, en un recinto más pequeño pero con un lleno hasta la bandera. La realización del PP ha optado por intercalar entre las imágenes del candidato las caras de jóvenes mujeres de belleza desde luego admirable. Una, dos, tres … ¿belleza para convencer? En el tiempo que ha conectado CNN + – precisamente cuando Rajoy se dirigía a los suyos – el realizador no ha enfocado en ningún momento a ni un solo mozo, ni guapo ni feo: todo era la cara con su retórica, algún que otro plano general, y sobre todo las ya mencionadas simpatizantes. Por si fuera poco, los realizadores del mitín de Rajoy han vuelto a mostrar las mismas caras una y otra vez, como si de realizadores de fútbol se trataran, de esos que van a la caza de la hincha agraciada con una dulce belleza.
La realización televisada de los mítines en España las hacen directamente los partidos políticos. Las televisiones toman la señal directamente, con lo cual no pueden decidir que cámara enfoca, que plano es el más idóneo. Está bien que nos metan a los jóvenes detrás del candidato para dar imagen de juventud, y nos oculten a los viejos lejos en la grada. Lo hacen todos. Pero que Rajoy esté hablando de ETA, la economía, el paro, la educación…y pasen a enfocar a sus seguidoras más bellas…
Todas estas manipulaciones – legítimas, claro que sí – se solucionarían con un poco de exigencia de las televisiones y el resto de profesionales de la comunicación. Debería de ser como en el caso estadounidense – al menos así lo he comprobado yo – cuando las televisiones conectan en directo con los mítines: una sola cámara fija proporciona la imagen del busto parlante del candidato, de tal manera que solo se ve quien está detrás de orador, y el realizador no se deleita con la caza de lo bello. Ya lo hacen los periodistas por ellos.