Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Archive for January, 2013

La muerte en Malí

Wednesday, January 23rd, 2013

Hemos visto la primera imagen de la muerte en Malí:

El soldado francés, cubierto con un pañuelo con forma de calavera. / ISSOUF SANOGO (AFP)

El soldado francés, cubierto con un pañuelo con forma de calavera. / ISSOUF SANOGO (AFP)

La polémica sobre esta foto saltó en origen porque se hizo eco de ella el periódico Metro, y empezó a crecer conforme otros medios se hicieron eco de ella. Tanto que el Ejército francés tuvo que salir al paso, tirarle de las orejas al militar en cuestión y decir que eso de matar con una máscara de la muerte es muy feo.

El fotógrafo explica en el blog de AFP:

“A helicopter was coming in to land and churning up tremendous dust clouds. Instinctively, all the soldiers grabbed their scarfs to avoid getting a mouthful of sand. It was evening, and rays of sunlight were pushing through the trees and into the dust clouds. It was a lovely light. I spotted this soldier wearing a strange scarf and took the photo. At the time, nothing about the scene seemed especially unusual or shocking. The soldier wasn’t posing and there was nothing staged about the image. He was just standing there, protecting his face from the dust, waiting for the chopper to land. No one tried to stop me shooting the picture.”

A los soldados no les pareció raro que le fotografiara de esta guisa, porque no es nada raro. Aquí, por ejemplo, un soldado iraquí con un pañuelo-calavera muy parecido, además de unos guantes a juego:

Como editor gráfico a mi la imagen no me llamó especialmente la atención. De hecho la incluí para cerrar la fotogalería sobre las imágenes del avance francés, un día antes de esta polémica. Tal vez no me llamó la atención porque desde siempre los soldados y guerreros se disfrazan para, entre otras cosas, atemorizar aún más a quien tienen delante. Eso hacían, por ejemplo, los aztecas, que creyeron que sus ropajes guerreros eran invencibles hasta que aparecieron los conquistadores a lomos de sus caballos y la cosa acabó como acabó. Lo de afeitarse e ir impoluto es un cosa muy moderna.

Es la primera imagen que hace referencia directa a la muerte en Malí. Es una guerra sin cadáveres. Los fotógrafos como Sanogo viajan empotrados con los soldados franceses. Cuando llegan a las poblaciones recuperadas, ya no queda ningún fiambre. Todos son escenas de la población civil recibiendo con alegría (presumimos que nada fingida) a los soldados franceses y hasta ahora los ineptos soldados malienenses, los mismos que no fueron capaces de hacer frente a las milicias islamistas y/o tuareg del norte.

No hay fotos de muertos con los que polemizar. Pero sí montamos una polémica con una máscara, cuando lo preocupante que en esta, como en todas las guerras, la censura gana aupada por la propaganda. No vemos la prueba de los abusos, de la suciedad, de la miseria humana que es una guerra. Vemos una guerra limpia, casi sin destrozos y menos sin muertos con las tripas fuera.

La comunicación por parte del Ejército francés está siendo de manual: paso restringido a la prensa, que solo puede acceder a las zonas de combate una vez ya no lo son. “Es por vuestra seguridad”, les soltarán a los reporteros. Por eso las primeras imágenes de muerte que veamos en Malí, si las llegamos a ver, causarán estupor y nos alejaremos de la trivialidad de ver a un soldados disfrazado como el personaje de un videojuego (aquí te explican cómo hacertela en casa). Tal vez no queremos ver que los referentes heroicos que tienen hoy los soldados vienen precisamente de ese universo en el que la guerra es un juego en bytes.  

PS: Recomiendo la lectura de ‘Las más de la guerra’, post de Hernán Zin:

Presentar a la violencia armada solo como algo noble, quirúrgico, profesional, es un intento de enmascarar la verdad. Y, lo que resulta peor aún, es dar argumentos para que las guerras se perpetúen y multipliquen. Sigan existiendo.

 

 

Harry, el capitán matatalibanes

Tuesday, January 22nd, 2013

He matado en Afganistán, pero papá quería que actuara cómo un príncipe (…)He tomado una vida para salvar otra vida.  Si hay gente que trata de hacer cosas malas a nuestros chicos, entonces los ponemos fuera de juega (…); “nuestro trabajo aquí es asegurarnos que los chicos en tierra está seguros, y si eso significa que hay que disparar a alguien que les dispara, pues lo haremos (…)

Estas palabras han sido pronunciadas por el capitán Wales, de 28 años. No sería noticia si no fuera el tercero en la línea de sucesión a la corona del Reino Unido.  Harry ha terminado su despliegue en Afganistán con estas declaraciones a la prensa, mantenidas en secreto hasta que ha estado fuera de Afganistán para no poner en peligro su seguridad.

 

Harry, a la carrera en Afganistán

Harry es un auténtico descelebrado: recuerden sus disfraces de nazi, su coqueteo con la droga o su juerga en Las Vagas… cosas de poca importancia (y de mal gusto) si no fuera quien es. Ahora reconoce sin despeinarse que ha matado desde los mandos un helicóptero Apache. Ni siquiera existe un atisbo de lamento, de conciencia. Lo que más perturba es esa naturalidad con la que reconoce que ha matado.  Un porte de chulo matón, de superhéreo, un Tom Cruise en Top Gun y encima con sangre azul.

Lo extraño no es que este niño de papá — acuérdense del cabreo que se pilló cuando no le dejaron ir a la guerra en Irak, y luego como se le fabricó en secreto una tour para que el niño fuera a la guerra de Afganistán — lo diga, lo piense y lo asimile. Lo extraño es que nadie le haya frenado, que ningún asesor le haya aconsejado que eso niño no se dice, que mejor cuenta cualquier milonga o frase tópica sobre la guerra, diciendo que si, pero sobre todo diciendo que no, y todo lo contrario. Una respuesta acorde con los asesores:  una cínica. Así no le damos munición propagandística tan buena al enemigo taliban.

Así que todo ese aparataje mediático que rodea a una institución tan propagandística como es la monarquía ha querido que nos enteráramos todos que su príncipito cumple con su deber, que es un buen soldadito, y que subido a su Apache (eso si, no a cara de perro) mata a nuestros malos. No es nuevo: su tío Andrew combatió en La guerra de Las Malvinas, también a bordo de un helicóptero (la infantería no es cosa de príncipes)  y por empecinamiento de la propia reina que se negó en redondo a que su hijo permaneciera en la retaguardia. Son save the Queen. 

No sé que pensaría Lady Diana: ella lanzándose a desminar el mundo y su vástago matando hombres.

Por cierto, no me resisto a copiar el arranque de este análisis de H.Freeman en The Guardian:

Is it a bird? Is it a plane? Probably a Chinook? Yes! It’s the return of Captain Wales! That superhero who flies into Britain’s life sporadically, straight out of the ebony shadows of an agreed media omerta and into the carefully controlled lights of a single media interview, replete with photos that can’t help but look like an especially sloaney university’s production of Top Gun (it’s the sunglasses).

 

Apuntes sobre Malí (II)

Monday, January 21st, 2013

La historia y sus referentes. En 1893 Francia acababa militarmente con las estructuras montadas por Oumar Tall, heredadas por su hijo Ahmadou Tall, en parte de lo que hoy conocemos como Malí. Un movimiento hereditario, con la yihad en su discurso, que imponía teocracias con modelos administrativos copiados del imperio otomano. Para unos, líderes contrarios a la colonización; para otros, simples contrabandistas que amenazaban los intereses de Francia. El hijo llegó a pactos con Francia, pero todo concluyó con una intervención militar gala a gran escala. Los habitantes del sur de Malí recibieron con los brazos abiertos al Ejército francés que acabó con el movimiento creado por los Tall. Lo recuerda Peter Chilson en FP.

El consenso político. ¿Qué piensa el expresidente Sarkozy de esta intervención?  Él guarda silencio, pero su portavoz oficioso, Brice Hortefeux, ya ha criticado que Francia haya emprendido esta guerra de manera aislada, sin el suficiente apoyo militar y diplomático de otros países. El partido de Sarkozy, hecho añicos tras su marcha, ha mantenido hasta ahora un apoyo más o menos cerrado a la intervención. Pero Copé, presidente actual del Partido, decía hoy en una entrevista radiofónica:

Quels sont les objectifs? […] Il faut que le président de la République dise à partir de quels critères il considèrera que les objectifs ont été atteints. Est-ce que c’est la lutte contre le terrorisme international? Contre le terrorisme dans cette région? Est-ce permettre la réunification du Mali?

El libro blanco.  Francia trabaja ahora mismo en la elaboración de un ‘Libro blanco’ sobre la Defensa, para marcar sus líneas estratégicas. Estos apuntes deberían de haber estado listos en 2012, pero la llegada de Hollande retrasó la publicación final. Parece que estas líneas maestras apuntaban a una disminución de la fuerzas de infantería, para primar sobre todo la fuerza naval y aérea. Francia, hasta ahora, no pensaba que iba a necesitar fuerzas significativas de tierra para intervenir en un país.  Malí puede cambiar las cosas, para volver a poner en valor las fuerzas terrestres. ¿Saben cuántas referencias hay en el Libro Blanco vigente sobre Malí? Ninguna: solo alusiones muy genéricas a la presencia de Al Qaeda en el Sáhara, pero nada concreto. En cuatro años cambian mucho las cosas.

La guerra ‘étnica e identitaria’. Coinciden casi todos los periódicos franceses en publicar artículos sobre las diferencias entre la población de Malí, con palabras como venganza o revancha. Ya saben: hay que poner paz.

 Este post se irá actualizando con epígrafes a partir de lecturas y artículos sobre la guerra en Malí. Te puede interesar leer el post anterior, Apuntes sobre Mali (I)

Apuntes sobre Mali (I)

Thursday, January 17th, 2013

Una guerra asimétrica. La estrategia y la táctica de los grupos rebeldes de Malí responden a la configuración de una guerra asimétrica: frente a un ejército regular, estos se mueven con la ventaja y la adaptación del terreno. No puede faltar un clásico en gran parte de las guerras africanas: los vehículos pickup donde los rebeldes tienen instaladas armas que pueden trasladar con gran facilidad.

Francia se enfrenta a un enemigo que no entiende de filas ni de ‘teatro de operaciones’. El asalto a una planta de gas en Argelia es la mejor prueba: golpeará donde puede y con la mayor resonancia, no siempre buscando el mayor número de bajas. Es una de las características más claras de un conflicto asimétrico. Frente a este enemigo, la guerra convencional que parece haber iniciado Francia, no sirve de mucho si no hay estrategias de respuesta también asimétricas.

¿Todo es Al Qaeda? Bajo la ‘marca’ Al Qaeda se circunscribe distintos grupos terroristas que responden a una estrategia global muy genérica, que mantienen su propia estrategia particular. En el norte de Malí actúan distintos grupos que comparten una ideología islamista radical; gran parte de estos grupos han contado con el apoyo de Al Qaeda para el Magreb Islámico (AMI), que ha encontrado en el norte del país su mejor refugio. ¿Todos son Al Qaeda? No parece: por ejemplo, el grupo que realizó el ataque y secuestro en una planta de gas en el sur de Argelia se escindió de AMI porque su lider, Mokhtar Bel Mokhtar (alias El Tuerto), prefería actuar por libre y seguir moviéndose con demasiada frecuencia en el mundo del contrabando. El ataque sería un golpe encima de la mesa del resentido exlíder de AMI, pero siempre enmarcado en la causa: una venganza porque Argelia ha permitido el uso de su espacio aéreo a Francia.

Los intereses. No parece que, a priori, esta guerra tenga algún interés económico. Malí es un país pobre, y los datos de comercio entre la excolonia y Francia no parece que sea el factor determinante. Las minas de oro suponen un porcentaje importante para la economía malinense, pero irrisorio para París¿Una guerra sin interés económico alguno? No hay guerra en la historia donde no haya siempre un factor económico: nadie manda ‘a morir y matar a sus hijos’ por nada, ni siquiera por el honor.
Malí es importante para Francia por su localización: es frontera con Níger, donde se extrae más de un tercio de todo el uranio usado en las plantas nucleares galas, que proporcionan más del 75 % de toda la energía del país vecino. Tener un ‘Afganistán africano’, con grupos afines al Al Qaeda, amenaza todos esos recursos fundamentales para la seguridad energética de Francia.

Las armas. La caída de Gadafi supuso que todo el arsenal que le habían proporcionado los países occidentales desde su rehabilitación como país ‘amigo’ y no patrocinador del terrorismo quedaba sin control. Partes de esas armas han pasado a estar en el mercado negro, así como bajo el posible control por parte de grupos afines a los rebeldes malinenses y/o de Al Qaeda. Entre ese armamento podrían estar los misiles antitanque Milan, vendidos por Francia al régimen de Gadafi, y que ahora habrían llegado a los grupos afines a Al Qaeda en Malí, aunque no está claro que sepan usarlos.

El fracaso. Malí ha formado parte de la estrategia que lanzó EE UU después del 11-S. Washington patrocinó y entrenó a las tropas de países africanos como Malí para hacer frente a la presencia cada vez más importante de grupos afines a Al Qaeda. Parte del nacionalismo tuareg (población nómada, distinta a la árabe) ha encontrado apoyo en AMI, que se ha ido desplazando hasta el norte de Malí y del Sahel, ante el empuje de las fuerzas argelinas (no siempre eficiente, como demuestra el asalto perpetrado en Argelia a 2.000 km de la frontera de Malí). La retórica de los distintos grupos rebeldes a Bomako coincide en defender un estado islámico muy parecido al impuesto por los talibanes en Afganistán.

Paralelismo afgano. En un conflicto solemos cometer el error y el acierto de acudir a paralelismo con conflictos parecidos. En este caso, Afganistán ha sonado desde el principio en el imaginario de todos los analistas. Quizá no se  hayan aprendido las lecciones que se deberían haber extraído de Afganistán.

Los rebeldes del norte se adaptan muy bien a un terreno hostil: solo el norte de Malí es 1,5 veces mayor que toda Francia y en desierto. Los expertos militares hablan que cuanto más suba la temperatura en la zona, más difícil, por ejemplo, será usar los helicópteros, arma clave para responder a un enemigo difuso.

Pero también se puede parecer a un Afganistán bien remoto, el de los grupos mujahidines, que actuaba casi cada uno por si cuenta frente al enemigo soviético ¿AMI controla a todos los grupos?¿Responden a todos los grupos a una estrategia más común? Una respuesta que se irá definiendo con el tiempo, porque en la actualidad hay que reconocer que el desconocimiento gana a cualquier certeza.

La salida. Francia sostiene que estará el tiempo necesario y que piensa contar con el apoyo de otros países africanos. No parece que de momento eso se vaya a cumplir en un espacio de tiempo relativamente corto, y el Ejército de Malí no ofrece desde luego las mejores garantías para los intereses de Francia

La semántica. No oirán al gobierno galo hablar de islamistas. Para París son terroristas. La semántica está siendo clave dentro de esta guerra, para atenuar una frente interno: Hollande quiere evitar a todo costa que esta guerra sea vista como una guerra contra el Islam que pueda levantar a la población musulmana francesa.

ISSOUF SANOGO (AFP)

Ciegos.  De cara a la comunicación, París tiene ganado, de momento, todo el espacio informativo: controla la zona de guerra y no hay presencia significativa de periodistas en las zonas de combate. No vamos a ver imágenes desagradables, y  solo podemos ver como esperan los soldados franceses a entrar en combate desde Bamako. Los rebeldes y grupos terroristas implicados solo tienen una estrategia posible: mostrar todo el aspecto descarnado de la intervención así como su propio ensañamiento con el enemigo.