El arte en las imágenes de la guerra
Moeh Atitar de la Fuente - Saturday 3 de November de 2007
Nadie dudará que el cuadro Los fusilamientos de la Moncloa que pintó Goya sobre la venganza de las tropas francesas el 3 de mayo de 1808 por el levantamiento del día anterior es una obra de arte. Lo mismo pasa con la Sala de Batallas de El Escorial, o con La rendición de Breda. Es la guerra hecha arte.
Con la aparición de la fotografía, la recreación de la guerra se ha hecho más difícil. El artista – ahora fotógrafo – es testigo directo de la batalla, y la plasma de la manera más fidedigna posible. Es un instante. Goya o Velázquez podían pasarse horas delante del lienzo para manejar la realidad a su antojo. El reportero no. Es la realidad hecha arte.
El arte de la guerra es un reportaje publicado hoy en Babelia. Hay quien exige al fotoperiodismo una actualización, que sea más vanguardista. En este reportaje está la mejor respuesta, dada por Javier Bauluz, el único español ganador del Pulitzer: “Estoy harto de los que dicen que hay que hacer cosas más vanguardistas. De los que piensan que las guerras y los pobres están muy vistos o que un terremoto hay que contarlo fotografiando una grieta de un centímetro en el suelo con la cámara ladeada”.
El contrapunto lo pone Enrique Meneses: “¿Arte? Hay que ser muy torpe para que no entre en el encuadre el detalle que uno quiere destacar. Luego el resultado puede ser artístico, pero si disparas pensando en hacer arte te sale un bodegón”.
La versión digital del reportaje lleva una galería con fotografías tan impresionantes como la que hizo Gervasio Sánchez en agosto de 1992 de las cenizas biblioteca de Sarajevo, bombardeada no solo por la artillería Serbia, sino por la intolerancia contra una sociedad multicultural, o la tomada por Santiago Lyon a un refugiado albanokosovar.