El primero es un recopilatorio de declaraciones públicas de Chávez en la que no deja titere con cabeza: Bush, Israel, Alan García…hasta los periodistas…
El segundo es un ataque a Mister Danger, como llama al presidente de los EE.UU.
En el afán de probar que Saddam Hussein quería dotar a Irak de armas de destrucción masiva, la administración Bush abrió un portal titulado Operation Iraqi Freedom Document Portal, donde se colgaron gran parte de los documentos que se han ido encontrando en Irak desde la invasión en marzo de 2003. Esos documentos contienen desde fórmulas matemáticas hasta ingredientes básicos para fabricar ya no solo una bomba nuclear, sino gas sarin y tabun. El NYT consultó a varios expertos en armamento químico y no convencional, llegando a la conclusión de que con el contenido proporcionado en ese portal se podía fabricar dichas armas. Eso no significa que cualquiera pudiera fabricar una bomba sucia, pero si que podía haber puesto en el buen camino a estados y grupos terroristas que estén interesados en tener armas de este tipo.
“Estamos convencidos de que el D.N.I esta tomando los pasas apropiados para mantener el equilibrio entre la información pública y la seguridad nacional”, ha declarado Gordon D. Johndroe, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional para explicar la retirada del portal.
¿Funcionará esto cómo contrarresto a las declaraciones mal dichas. más manipuladas y de Kerry en las elecciones del martes?
Cuando la BBC cerró su casi nonato proyecto de televisión en árabe, allá por mediados de los años de los 90, ni de lejos se sospechaba que ese aborto iba a ser el feto de un nuevo proyecto: Al Jazeera.
La idea surgió del emir de Qatar, Hamad Bin Khalifa, que llegó al poder destronando a su padre sin pegar ni un solo tiro. Corría el año 1996 cuando reunió a esos periodista en paro – ¡qué peligroso es un periodista en paro! – y montó una televisión con un presupuesto cuasi ilimitado en los siguientes 10 años.
Se dice que Al Jazeera fue la primera en llegar a las noticias 24 horas en árabe; hubo intentos, proyectos, como el de la MBC, con capital saudí, pero que no cuajó entre las incipientes audiencias vía satélite que el mundo árabe iba teniendo.
Paradojas de la vida: la tímida apertura que permitió que los súbdito más que ciudadanos de los países árabes tuvieran una parabólica en el tejado de sus casas, llevó la voz de la oposición de muchos de esos regímenes a través de la nueva cadena. La nefasta calidad de las televisiones nacionales en materia de información – sumidas en un discurso oficialista – junto a la falta de competencia a nivel internacional, hizo que Aljazeera se convirtiera en líder de audiencia, y pasara a tener una relación más de odio que de amor con los distintos gobiernos árabes. Si a esto le sumamos el estallido de la segunda Intifida y su cobertura continuada, entendemos gran parte de su éxito.
Video promicional de Al Jazeera: buscando la verdad… aunque el precio sea la libertad o la propia vida. “La visión, y la otra visión” es el lema de la cadena.
Nombres como Apple, Google, Ikea y Starbuck, comparten con Al Jazeera el top teen en notoriedad mundial en marcas. ¿Cómo una televisión árabe se convierte en un fenómeno global reconocido por todo el mundo, por delante de la Coca Cola? Quizá la respuesta venga de los atentados del 11-S, y la oleada de vídeos que Al Qaeda ha enviado y Aljazeera ha emitido revindicando acciones y lanzando nuevas amenazas. “En un vídeo emitido por la cadena qatarí Aljazeera…” fue una frase cada vez más escuchada sobre todo a partir del inicio de los bombardeos sobre Afganistán y sobre todo desde el inicio de la guerra e invasión de Irak.
Precisamente, emitir estos vídeos ha hecho que Aljazeera sea señalada por muchos como una aliada de los terroristas, cuando la realidad no es nunca tan negra ni tan blanca, y se acerca más al gris con matices. Poco se ha reparado, por ejemplo, que Collin Powell, Condolezza Rice y Rumsfeld desfilaron por la televisión para defender su postura en Irak, o que la televisión qatarí ha estado abierta no solo a los portavoces de Hamás, sino también al de los portavoces del gobierno israelí. Tampoco reparamos que la sede de Aljazeera está en Doha, donde también esta la base militar estadounidense más grande de la zona.
Pese a ello, fue instigada, castigada y bombardeada en Afganistán e Irak, porque ofrecía la visión del enemigo. La coletilla que antes mencionábamos – “en un video emitido por Aljazeera”- se hizo casi diaria con los secuestros y ejecuciones de la insurgencia iraquí. Aljazeera ahorraba a sus espectadores la sangre de las ejecuciones, y siempre editaba los vídeos antes de ser emitidos. Quizá por ello la insurgencia iraquí se decidiera por un modelo de comunicación asimétrica, colgando los vídeos en la red, y para que los viera en toda su crudeza y crueldad quien quisiera verlos.
“Si todo el mundo ve la CNN, ¿qué ve la CNN? Aljazeera Channel”
En estos diez años Aljazeera ya no está sola, y la han salido múltiples rivales como Al Arabiya, siguiendo la misma fórmula que instaurara la CNN a principio de los años 80.
Aljazeera ha diversificado su contenido: desde el año 2003 emite solo deportes en un nuevo canal, y en el año 2005 lanza un canal para niños, capitaneada por Mahmoud Bouneb, antiguo director de la edición en árabe de Radio Suiza.
No hay que olvidar lo más importante de todo: Aljazeera es un negocio, basado en la información eso si, pero un negocio al fin y al cabo. No olvidemos tampoco que Aljazeera está en Qatar, y que Qatar forma parte de los Emiratos Árabes Unidos. Ante la evidencia de que les queda poco petróleo, estos Emiratos han decidido, sabiamente, invertir en negocios a escala mundial, como la línea aérea Emirates – que ya da, por su patrocinio, nombre al flamante estadio del Arsenal – como el control de puertos y líneas marítimas a nivel mundial o como la propia Aljazeera. Dentro de esta línea, estuvo el lanzamiento de la página web en inglés de la cadena, y el reto mayor: el lanzamiento que nunca llega de la versión en inglés de Aljazeera, con unas expectativas de 50 millones de espectadores. Entre los empleados de Aljazeera Internacional está John Rushing, teniente de los marines estadounidenses, y oficial de prensa del Comando Central en Doha durante la invasión de Irak.
Tarde lo que tarde, ya hay una página en inglés de amigos de Aljazeera.