Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Marcha Republicana: Una foto redonda

Moeh Atitar de la Fuente - Monday 12 de January de 2015

Hoy he estado todo el día viendo la Marcha Republicana con la que Francia ha respondido, en las calles, a los brutales atentados terroristas que ha sufrido estos días. Confieso que llevo desde el miércoles oyendo, leyendo y viendo medios franceses. Poca atención – mal hecho – he prestado a los medios españoles o internacionales. Pero la prima lingua tira.  En unas horas, con más tiempo y el lunes ya puesto en orden, escribiré algunas reflexiones sobre estos días aciagos.

A estas horas quiero analizar una foto redonda.

Place République. Foto de S. Mahe, para Reuters.

He visto hoy muchas fotos de agencias; también muchas portadas y distintas elecciones. ¿Por qué esta es la foto más redonda? Juguemos al descarte:

– Nunca hubiera elegido la foto de los mandatarios situados en la cabecera para una portada de un periódico de papel. No eran los protagonistas, aunque han dado buenas fotos, cómo esta de Merkel y Hollande en El Elíseo. Son, aunque lo no parezca, actores secundarios, para una buena doble página interior. Si fueran Churchill, De Gaulle o Roosvelt, tal vez. Pero son quienes son. No hay talla para darles el protagonismo.  Esta es la opción por la que se ha decantado ‘ABC‘,  ‘Cinco Días‘, y menos la opción de ‘The New York Time‘ (edición europea), con dos fotos mal casadas. El protagonismo de la foto tiene que estar en aquella amalgama que llamamos ‘pueblo’.

– La siguiente elección lógica dentro de este planteamiento sería una foto donde se viera la muchedumbre que ha desbordado la protesta. Han optado por esta opción, y con foto a cinco columnas y generosa en altitud, ‘El País‘. A mi parecer, el titular (“Unidos por la libertad”)  hace perder fuerza a la foto, y esta portada no será recordada, que es a lo que tendría que haber aspirado una portada hoy. Con la misma fórmula, la de la muchedumbre, funciona mejor ‘Le Figaro‘  con un titular tan redondo como “Francia en pie” o más rematado en el caso de ‘La Croix‘, con un simplemente “En pie”.

– Fotos originales de la jornada las ha proporcionada JR, un artista francés del que os he hablado varias veces en este blog, y que ha estado presente con unas grandes gafas en forma de pancarta. Se ha especulado si eran las gafas de Charb, director de Charlie Hebdo y uno de los asesinados. Charb usaba gafas metálicas, y no estas de pasta. La interpretación es libre.

 

 

 

Las gafas de JR están presentes en las portadas de ‘La Vanguardia‘ o de ‘The Guardian‘. Siendo las fotos muy buenas, creo que en las portadas no tan funciona y distrae. “¿Unas gafas?”, podría preguntarse el lector. Entonces habría que darle la respuesta en el pie (no alcanzo a ver si lo hacen).

– Llegamos de nuevo a la foto redonda, firmada por Stephane Mahe y distribuida por Reuters. Es la Libertad, que asoma solo la mano, blandiendo la bandera, guiando al pueblo y de paso a la propia Marienne. Es un Delacroix actualizado. El fotógrafo ha encontrado la foto porque tenía la referencia del cuadro. La composición es redonda. Los protagonistas reflejan la diversidad de Francia tan repetida estos días. “Aux armes citoyennes”, parece que les dice, como les decía Marienne en el cuadro.  Pero en lugar de los mosquetes del lienzo, corona la foto un gran lápiz y pancartas de “Yo soy Charlie”. La foto rezuma ‘République’. Foto redonda.

Place République, Stephane Mohe
No tan al margen: ¿Algún periódico español ha mandado algún fotógrafo propio a París? Será que está muy lejos y es muy caro. Déjà vu. También observo cada vez menos originalidad y atrevimiento en las portadas de papel en España, que deberían ser, sobre todo en días cómo estos, más imaginativas y aspirar a permanecer.

Actualización: No había visto la portada de La Razón hasta bien entrada la mañana (gracias por el aviso, Lara). Han usado la misma foto, pero en una configuración a doble página, que le infiere un carácter muy épico si cabe.

Es vespertino Le Monde también ha elegido esta foto para su portada

Lemonde

Artsy, una red social para el arte

Moeh Atitar de la Fuente - Saturday 3 de January de 2015

Hace unos días recibí un correo de esos que uno sospecha, al ver el asunto, que acabará en la papelera (‘reaching out about guerraypaz.com’). Lo abrí y lo que empecé a leer me gustó. El tipo que me escribía trabajaba en ‘Artsy‘, una suerte de red social que conecta a artistas, galerías, coleccionistas, educadores, estudiantes y consumidores de arte. Habían localizado un post mío de 2010 sobre el artista JR (en el correo me hace la pelota y me dice que es fantástico, aunque sospecho que no se lo ha leído bien del todo) y proponían que incluyera un enlace a su perfil en esta suerte de repositorio de artistas. Su lema: “Haciendo el mundo del arte accesible a cualquiera que tenga una conexión a internet”.

Artsy ofrece a galerías y artistas poder mostrar sus trabajos. Fotógrafos como Martin Schoeller o Vee Speers ya tienen perfil en esta red social del arte.

 

Perfil de Martin Schoeller en Artsy.

Perfil de Martin Schoeller en Artsy.

 

Como mero usuario sin pretensiones (te puedes hacer un perfil y conectarlo con otras redes sociales como Twitter o Facebook), uno sigue a artistas o temáticas, cómo esta de “retratos contemporáneos“. También tiene una sección para el sector educativo, con artículos algo básicos destinados más bien a estudiantes de instituto.

Artsy también ofrece contenido específico sobre artistas, como este post delicioso sobre el estudio del artista JR.

Si uno ve quién está detrás de Artsy (grandes coleccionistas, mecenas, profesionales del arte como galeristas o curadores, millonarios como la ex del magnate Murdoch, o el fundador de Google, Eric Schmidt, el de Twitter Jack Dorsey…) verá que esta web creada en 201o tiene un gran potencial, con unos 20.000 artistas. Su negocio radica en poner en contacto a artistas, galerías y compradores, con una comisión por las ventas.

2014 fotográficamente hablando

Moeh Atitar de la Fuente - Tuesday 30 de December de 2014

El ser humano tiene costumbres fijas: todos los años, cuando arranca el mes de diciembre, los medios de comunicación publican sus especiales del año. Es la primera dosis de nostalgia para un año que aún no terminado. “Balance informativo de un año que termina”.

Nos forzamos a recordar lo que acabamos de vivir como si formara parte de una historia muy pretérita. En los medios digitales, dentro de estos especiales, hay una sección que no falta: las fotos del año. Y existen, básicamente, dos maneras de abordar la selección: dar muchas o dar las justas. La primera opción responde, básicamente, a una llamada loca a las visitas; la segunda corresponde más a tener cierto criterio fotográfico, a veces no compartido por todos, para hacer ese balance de la nostalgia.

El germen de todas estas fotos que vemos repetidas en especial tras especial son las agencias. Cuando arranca el mes doce estas agencias lanzan a sus abonados su propia selección con etiquetas como “Pictures of the year“, resumido en el acrónimo POY. Su criterio es tan ancho como compresible, porque vende su producto y la mejor manera es sacar pecho con todo lo hecho en el año. Muchos medios se limitan simplemente a volcar ese material, para que el lector se encierre a ver ‘tropecientasmilquinientasventiochenta’ fotos que se repiten en muchos medios por igual.

Explicado lo anterior, el propósito de este post es hacer unos apuntes sobre lo que ha sido fotográficamente el año. Para facilitar la labor abordo los temas para contar con qué me quedo. Esto es una mera selección, y posiblemente haya temas ‘gordos’ que me haya saltado.

Ébola. Ha sido el tema periodístico de este año. TIME eligió a ‘los luchadores contra el ébola‘ como personaje de estos 365 días. Por los países afectados han pasado los mejores fotoperiodistas del momento. Sería difícil seleccionar uno solo. Allí está la fotografía de Samuel Aranda, que acabó en la portada de la web y de papel del NYT.

 

 

También está el trabajo incesante de Alberto Rojas, de El Mundo, que ha demostrado que no basta con ir, sino que hay que volver y no dejar de ir. Rojas ha hecho, para mi, el mejor seguimiento sobre la epidemia a pie de tiendas de campaña. Cuando escribo estas líneas, El Mundo publica su reportaje titulado ‘Diario del ébola en Liberia‘.

 

Diario del ébola de Alberto Rojas

Diario del ébola de Alberto Rojas

Quizá quien ha sabido captar mejor la angustia, el abandono y la desesperación que ha generado el ébola ha sido John Moore, fotógrafo de la agencia Getty. Es, quizá, el fotógrafo que más pronto siguió la historia, con las primeras fotos que movieron la consciencia contra la desidia informativa. Moore llegó de los primeros, pero además de manera brillante.

 

 

Moore fue además uno de los fotógrafos que inmortalizó a Saah Exco, el niño de 10 años desnudo a la que nadie asistía en las calles de Monrovia porque estaba infectado de ébola.

 

 


Siria. Los fotoperiodistas se han ido replegando de Siria ante los secuestros y la falta de seguridad ante una fraticida guerra civil y religiosa, con los bandos enfrentados sin querer testigos. Una de las fotos del 2014 es la llegada de Javier Espinosa a Madrid, tras el secuestro durante meses junto al fotógrafa Ricardo García Vilanova.

En este resumen quiero destacar dos fotos difundidas por trabajadores de organismos internacionales. La primera es esta, del niño Marwan.

Fotografía de Marwan, publicada por Andrew Harper.

Fotografía de Marwan, publicada por Andrew Harper.

La foto fue difundida en Twitter por uno de los jefes de la UNCHR y se convirtió en viral a los pocos momentos. Aquí ya contamos cómo la negligencia periodística y oportunista obvió que el niño venía acompañado de su familia, y los medios la difundieron como si Marwan hubiera atravesado él solo el desierto. Pasados los días, poco nos importó la suerte de Marwan.

La segunda foto es esta, del campo de refugiados de Yarmouk, en las afueras de Damasco. Muestra el momento en el que la ayuda humanitaria llega a este campo de refugiados palestinos, cercado, sin comida ni agua, durante semanas.

Distribución de ayuda en el campo de refugiados palestino en Yarmouk, en febrero de 2014. Foto UNRWA

Distribución de ayuda en el campo de refugiados palestino en Yarmouk, en febrero de 2014. Foto UNRWA

La fotografía fue distribuida por la UNRWA. Hace unos días el fotógrafo y editor gráfico de El País Gorka Lejarcegui se preguntaba quien era el autor de la foto. La agencia de la ONU para Palestina había distribuido la fotografía pero no había desvelado la foto. A través de un contacto en la UNRWA pude confirmar que el autor de la fotografía no podía ser desvelado por motivos de seguridad.

La desesperación de las fronteras. Muchas fotos que marcan este 2014 están protagonizadas por persona que huyen de su presente en busca de un futuro, de un dorado más allá de vallas y mares que marcan fronteras. La foto de Massimo Sesitini, con africanos y sirios llenando una barcaza en el Mediterráneo, quedará como una de esas instantáneas difíciles de olvidar del 2014. Sesitini es un fotógrafo veterano, que muchos clasificarían como paparazzo.

Las fronteras de Ceuta y Melilla ha generado fotos duras, derivadas de la respuesta policial. Sucede que, como muchos de estos temas tratados en este resumen es la misma foto repetida muchas veces. Eso puede hacer que nos anestesiemos ante un tema, incluso que lo veamos como normal. El efecto ha de ser el contrario. Esas fotos, esas imágenes, aunque se repitan hasta la saciedad, son solo muestra patente de nuestra miseria humana.

Hacemos prensa mala”, ironizaba el fotoperiodista Juan Ríos, uno de los que ha estado presente en este 2014 en la valla de Melilla. Una labor informativa que sale pese a los esfuerzos de policías que ‘solo’ cumplen ordenes de políticos para que no haya testigos de sus golpes y de esa ‘imagen tan negativa’.

También ha funcionado las fotografías por contraste. La vida y la otra vida: la fotografía de José Polazón muestra a unos jugadores de golf disfrutando de su partida mientras unas personas se aferraban a lo alto de la valla de Melilla. La imagen fue difundida por la ONG Prodein.  Indignación absoluta a golpe de twitts, como si los culpables de esa valla fueran solo los golfistas, insensibles a esa escena para ellos normal y diaria. “Hay que seguir con la vida”, decía un golfista en un informativo.

Hong kong. Si van a hacer una revolución hoy, como ayer, busquen una frase, un lugar y algo que simbolice su movimiento. Los hongkoneses lo entendieron con el paraguas, símbolo de sus protestas ante la reducción de libertades por parte de China.  Como llovía, los manifestantes tiraron de paraguas. Y los medios se agarraron a ese recurso. La revolución de los paraguas. Y el reguero de fotos no paró.

 

Portada de TIME sobre 'La Revolución del Paraguas'

Portada de TIME sobre ‘La Revolución del Paraguas’, con la foto de Xaume Olleros, fotógrafo español afincado en Hong Kong

La abdicación y coronación.  Si algo es la Monarquía, cómo institución, es imagen. 2014 quedará como el año en el que un rey vivo le cedió el testigo a su hijo. La abdicación de Juan Carlos I y la llegada de Felipe VI ha producido una serie de fotos, aunque no tendría claro cual es las pocas fotos que representan ese momento.

Allí está el desastre de las fotos que distribuyó la Casa Real con el rey Juan Carlos firmando su abdicación. Habían pensando en todo menos en la imagen. Un desastre no digno de una institución que debe cuidar sobre todo las formas. Ese estilo desfasado quizá comienza a superarse con la llegada de los nuevos reyes, con nuevos avances como contar con profesionales acreditados. Los retratos oficiales firmados por Gorka Lejarcegi son una prueba de ello. Estos nuevos reyes han mostrado cierta sensibilidad a la fotografía, contando ya de príncipes con las cámaras de Cristina García Rodero o Dany Virgili.

Los fastos de la coronación dieron lugar a muchas imágenes. La foto que llenó la portada de El Mundo, de Carlos García Pozo el día de la proclamación del nuevo monarca; o la fotografía de Froilán hablando por el móvil en una ventana tomada por Juan Carlos Cárdenas; o la posteriomente archifamoso saludo real del Pequeño Nicolás al nuevo rey; o las instantáneas tomadas en la calle de policías cayendo sobre ciudadanos que blandían banderas republicanas en el paseo real por las calles de Madrid.

Las otras fotografías del 2014.  Quedan muchos temas que merecerían la profundidad de los aquí mencionados. Ucrania, dónde la escuela rusa de fotografía se ha puesto patente con unas brutales imágenes; Gaza, que ha dado lugar a unas fotos bestiales de la destrucción y opresión de un pueblo que parece no tener límite; la huida desesperada ante el avance del Estado Islámico en Irak; la revuelta de Ferguson y las protestas contra el racismo en EE UU; esas imágenes que da el fútbol, sobre todo en un año de Mundial y en el año en el que el Real Madrid alzó su cacareada décima (fotos que no verán en este blog, por razones de sentimiento atlético)…

¿Y cómo resolver todas omisiones? Recomendado algunos resúmenes del año.

Gettyimages. La agencia distribuye un especial del año muy denso, con cientos de fotos, en las que invita a los lectores a votar. De esa selección, estas son las 10 más votadas, entre ellas varias del ya citado Moore y su trabajo sobre el ébola.

TIME. Me gusta la mesura de la revista estadounidense que ha seleccionado tan solo 10 fotografías de este año.

El País. Ha optado por clasificar las imágenes de manera cronológica, dando unas 120 fotografías para resumir todo el año.

Google. Merece la pena pararse un momento en el especial del gigante de internet, sobre todo por el formato y distribución de las imágenes.

Autobombo. No podía dejar de cerrar este post de 2014 con una selección de 10 post dedicados a la fotografía:

– La fotografía ha muerto…¡viva el documentalismo!. En este post analizo las nuevas fronteras del documentalismo relacionado con la imagen.

– Un editor gráfico llamado Immanuel Kant. O los límites éticos sobre las fotografías del ébola.

– Cuando se gana a un gigante. La lucha de la fotógrafa iraní Tavakolain contra un mecenas que quería mandar en su proyecto, contando en dos post I y II.

La sesión de Platon a Snowden.

Historia de una fotografía: Taxi al infierno.

Getty Images, un gran y atrevido movimiento, donde analizo el paso de este gigante de la fotografía que permite insertar sus fotos en páginas sin fines comerciales.

Cuando Putin marcó un gol a toda la prensa mundial con su propaganda.

Sebastião Salgado: el empacho de la perfección.

– Reflexiones sobre el World Press Photo.

Pam, la mujer que engañó a Franco y Hitler

Y esto solo es un resumen de todo un año que termina.

Una vida sin Google News

Moeh Atitar de la Fuente - Thursday 11 de December de 2014

Hoy Google News ha anunciado que el próximo 16 de diciembre echará el cierre a su servicio de Google News en España. Lo hace porque es cuando se sancionará la ley que obliga a los agregadores (no solo Google, sino también Menéame) a tener que pagar un canon por reproducir parte de las noticias. La clave de la ley es que establece que es canon es irrenunciable. Aunque un medio digital quiera estar de forma gratuita en Google News o en cualquier agregador, la ley obliga al agregador a tener que pagar a todos los editores.

Cualquier medio podía haber optar porque Google no indexe sus contenidos. ¿Por qué no lo hacen? No suelen responder a esto. Además de no querer renunciar a las visitas que les trae el agregador, ningún editor quiere jugársela y dar ese paso solo él, porque el resto seguiría en Google. Tampoco ningún editor se atreve a poner un muro de pago total, porque el resto seguiría en abierto ¿Se van a poner también de acuerdo en cerrar todos a la vez sus contenidos?

Se discute cuántas visitas proporciona este servicio de Google News u otro agregador a cada medio. Algunos minimizan el número de lectores finales que llegan por esta vía.  ¿Por qué entonces nos hemos pasado media vida periodística titulando para que las noticias las coja mejor Google News? ¿Por qué nos hemos pasado la otra media vida ‘meneando’ noticias en Meneame? Era tal esta última práctica que hubo un periodo de tiempo en el que el servicio baneó las IP de casi todos los medios porque nos pasábamos el día meneando noticias como propias.

A Google News y Menéame los editores de medios impresos, un auténtico lobby que cuida sus intereses de manera peculiar, les piden una compensación por usar sus noticias. Ni Google News ni Menéame tienen publicidad  (este último si que tiene publicidad, gracias por la corrección, Wicho). Proporcionan visitas a unos medios que tienen su servicio en abierto y gratuito. El símil sería este: un relaciones públicas lleva clientes a una discoteca y el dueño de la discoteca, en lugar de pagar al relaciones de turno le cobra por cada cliente; otro: es como si un periódico gratuito reclamara dinero a las personas que se dedican a distribuirlo. Muy marciano todo.

Google cierra este servicio porque no es su negocio. Ni siquiera se aviene a dar la batalla. Sabe por la experiencia en otros países europeos que al final, quien pierde más son los medios, y ya terminarán por volver. Es una empresa, un negocio y tienen su propia estrategia.

¿Cómo será, entonces, la vida de los medios digitales en España sin estos agregadores? De acuerdo con lo que ha pasado en el resto de la  vieja europea (porque esto no pasa en EEUU, nos pasa solo a los europeos que no entendemos un carajo de este mundo actual) los medios notarán una bajada en las visitas. No será la hecatombe, pero más de uno entrará en pánico porque los puestos de jefatura en los medios digitales está sujeto a la audiencia, casi tanto como un programa de televisión.

Para compensar la bajada de visitas, los medios se pondrán a fortalecer sus tácticas en las otras vías de entrada indirecta: las redes sociales, Twitter y Facebook principalmente. Cabe el riesgo de que para compensar esa caída algunos recurran a crear ‘bandada de estorninos‘, que es poner a todos sus redactores a twittear como locos sus propios contenidos ¿Se imaginan a algún medio obligando a sus redactores a tener su cuenta personal vinculada al medio dónde trabajan? Lo veremos como parte de esta estrategia.

También veremos a estos grandes medios tirar de estrategias sucias como han hecho y hacen para inflar sus cuentas de visitas, consistente básicamente en agregar a su sitio matriz la visita de otros portales que poco tienen que ver con su labor informativa.

Una tercera vía para compensar esta bajada de visitas será recurrir a contenidos ‘pincha-pincha’, donde cabe todo ese magma de sensacionalismo, tetas por las tetas, viralidad a tope…y poco interés periodístico.

Se puede dar la paradoja de que los medios tengan ahora que pagar a Google para que, por ejemplo, sus especiales de Lotería de Navidad salgan los primeros en el buscador. Hasta ahora los medios se tiraban como locos a hacer contenidos sobre el sorteo meses antes para que posicionara bien el contenido en el buscador. ¿Les perjudicará Google ahora?


Todo esto, evidentemente, es lo barato
. Ninguno de los responsables de los medios digitales va a pensar que para compensar todo esto lo único que tienes que hacer es contenido periodísticamente interesante, usando bien todos tus recursos multimedia (da pavor tener que recordar que no solo hay texto y una foto para dar un tema) y dando temas en profundidad y con originalidad. ¿Por qué seguimos escribiendo una información como si fuera a ser impresa? ¿Por qué no usamos otros recursos más, como el ‘liveblogging’ o invertimos más tiempo en piezas explicativas con recursos visuales y no solo textuales? Los medios digitales siguen teniendo la potencialidad de un Ferrari conducidos cómo si solo fuera un Seiscientos que solo puede avanzar con la marcha atrás puesta.

De todo esto pueden sacar cierta ventaja medios ‘nativos’ digitales, siempre y cuando además de la estrategia en Redes Sociales (se mueven con más agilidad) den unos contenidos y una información diferenciada, bien hecha y que dé valor añadido al lector. No des lo viral, sino que tu contenido valga tanto que sea viral para otros.  Además, estos medios, por su estructura más pequeña, se pueden mover con mayor agilidad en ciertos temas que los grandes no incluyen de entrada en su agenda periodística.

La ausencia de Google News no será la hecatombe para nadie. Pero si que será otro oportunidad perdida para que el periodismo en este país deje de pensar tanto en las estrategias del papel y la tinta que se han congraciado para este cierre. Que no lo celebren mucho.


PS1: Las fotos que ilustran en este post son un guiño al periodismo tan añorado por algunos.

PS2: ¿Afectará a esto las alertas de noticias que tiene Google? Si es así, ¿cómo sobrevivirán tantos gabinetes de prensa que tenían en esto la principal fuente para saber cuando alguien publicaba algo sobre ellos?

La fotografía ha muerto: ¡Viva el documentalismo!

Moeh Atitar de la Fuente - Wednesday 3 de December de 2014

El título que acaban de leer es falso. La fotografía no ha muerto. Va muriendo un tipo de fotografía. O al menos seguirá existiendo con un poso de fotografía zombi. Y los zombis gustan mucho. Me explico.

Hace unos días leíamos la noticia de que la agencia Reuters había comenzado a estructurar su departamento de fotografía en América. Estructurar significa despedir. Cómo son gente un poco más seria, han empezado despidiendo a dos jefes, pero en su memoria ya avisaba que es una senda que seguirá, pese a que aumenta el presupuesto en un 1% para su departamento. Ese dinero irá dirigido al video y a una app para tabletas y smartphones.

La rentabilidad es la que mueve a Reuters a hacer estos pasos. El vídeo tiene, al menos, dos ventajas frente a la fotografía en las webs: puede llevar publicidad previa (pasta) y es más cuantificable (podemos saber exactamente cuantas personas han visto un vídeo, cosa que es más complicada en el caso de la fotografía que suele ir acompañado de un texto, un reportaje, que se lleva el premio de la visita).

Se espera que si Reuters apuesta por el vídeo hará unos vídeos de calidad profesional,  aunque sea para el consumo anecdótico del hecho anecdótico de la actualidad anecdótica. No es el caso de la mayoría de los medios en España, cuyos vídeos distan en general de una calidad aceptable, no solo en la factura sino también en el contenido. ¿Quién no ha visto una entrevista con un sonido deficitario o un vídeo realizado por el osado reportero con el móvil? Los medios españoles han entendido las dos premisas anteriores de los vídeos, llenan sus webs con vídeos, pero en lugar de dar una calidad decente, que restaría dinero, han apostado por “dar un lo que sea”, que suele coincidir con no invertir más.

Pero el enemigo de la fotografía no es el vídeo. Tampoco lo es la profusión de cámaras y de ojos. De hecho esa profusión es una ayuda: en un alarde optimismo inusual de quien escribe, pienso que tanta ‘amateurización’ (que hace fotos porque las ama) hará que la ‘otra fotografía’ destaque de tanto estiércol. No digo mierda, porque la mierda no sirve, mientras el estiércol tiene un función necesaria. Sin ir más lejos, yo mismo soy productor de estiércol, de anécdotas sin fondo.

¿Y cuál es la ‘otra fotografía’? Es un tema largo, pero al menos dejo unos apuntes sobre mi punto de vista, del todo rebatible y discutible.

Por un lado el aspecto estético y técnico se le presupone a la ‘otra fotografía’. Las fotos bonitas, encuadradas y el axioma ‘una imagen vale más que mil palabras’, es tan viejo como no estrictamente necesario. La fotografía no puede ni debe renunciar al texto. El fotógrafo virtuoso, de estampas, no vale por sí solo. Formaría parte de esa fotografía zombi, de ese estiércol necesario.

El fotógrafo que se ocupa de ‘la otra fotografía’ tiene que ser un documentalista y no un mero cazador de imágenes bonitas. Cada foto tiene que tener un reflejo del conocimiento del tema que se inmortaliza, pero incluso tiene que tener un soporte textual que la haga ir más allá de la mera imagen. Eso requiere que el fotógrafo se lo estudie, se lo empape, se lo sepa, sin depender de un redactor. El mismo tiene que ser su propio redactor, aunque trabaje con otro redactor.

Estamos hablando, evidentemente, de una fotografía documental, del reportaje de profundidad. Y ese reportaje está en peligro de extinción, al menos en España, porque no se invierte en él desde los grandes medios. Como sucede en el caso del vídeo, se prefiere la foto rápida, que sea un apoyo al texto, una mera ilustración, que un valor en si mismo y un maridaje necesario con el texto. Tampoco existe una dirección eficiente desde los medios, en los que al fotógrafo se le guíe hacia donde quiere llegar y sobre, se le deje tiempo para trabajarlo. La inversión en tiempo es casi tan necesaria como la inversión en dinero.

Esta ‘otra fotografía’ no puede tener en el vídeo a un enemigo sino a un aliado. Muchos fotógrafos han creado una resistencia brutal al vídeo, primero porque entienden que es un lenguaje distinto, al que hay que adaptarse, y segundo porque les quitaría tiempo para hacer las fotos que quieren hacer. Es comprensible. Pero creo que el documentalismo actual necesita, aunque parezca un contrasentido, del vídeo para profundizar en su labor. Si estamos para contar una historia, procedamos a usar todos los instrumentos, pero hagámoslo bien. Nos tocará a muchos seguir estudiando.

Si repasamos un poco lo apuntado hasta ahora se nos debería de hacer plantear el estado de la cuestión en los medios [españoles] cuando tenemos que dejar blanco sobre negro que la fotografía no debe renunciar al texto ni al vídeo, y que desde los medios directamente ni se piensa ni se invierte en periodismo documental (en fotos o vídeos), cómo si hacen medios como NYT o The Guardian. Echénle si quieren un vistazo a MediaStorm ¿Por qué solo copiamos o directamente fusilamos reportajes y no copiamos su estilo?

¿Y dónde radica actualmente este documentalismo? Se sitúa, en España, en los proyectos personales, que con arrojo sacan muchos fotógrafos documentalistas adelante a costa de dedicarle horas y su propio dinero, porque los medios digitales están más a ver que cazan gratis en redes sociales para hacer titulares cómo ‘el vídeo del que todo el mundo habla’, sin querer apostar por hacer ellos mismos el contenido, el vídeo y/o la fotografía de la que todo el mundo habla.

Es más barato que lo hagan otros y que yo simplemente lo enlace y explique (un poquito) el fenómeno. Y encima casi sin pensar. Que pensar cansa.

Un editor gráfico llamado Immanuel Kant

Moeh Atitar de la Fuente - Sunday 12 de October de 2014

Las fotos de Teresa Romero en la habitación del hospital de Carlos III, donde está aislada recibiendo tratamiento para hacer frente al ébola ha abierto, de nuevo, la polémica sobre la idoneidad de la publicación de unas fotos.

Las imágenes son obra de la fotógrafa Andrea Comas de la agencia Reuters. Ayer esta agencia internacional las distribuyó y la mayoría de medios, decidió publicarlas en sus webs, en grande, bien destacadas e incluso en forma de galería dando toda la secuencia. Mención especial merecen ‘El País’ y ‘El Periódico’, que decidieron retirarla y, al menos en el primer caso, pedir públicamente disculpas por su publicación. Esto último difícilmente se hubiera producido de no tener a las redes sociales echando humo. Queramos o no, las redes sociales se convierten en ese susurro, ruido o jaleo que marca en muchos casos el devenir de la publicación de una información: no es muy bonito que te saquen los colores públicamente.

Criterios para no publicarla. Cuando vi ayer la foto, avisado por dos amigas periodistas (coincide en que ambas tienen sentido común afilado)  que me la mandaron casi al unísono por WhatsApp acompañada de mensajes de indignación [periodística], no tuve ninguna duda: la foto no era publicable porque no añadía nada significativo a la información. La imagen viola, además, el derecho a la intimidad, consagrado en la Constitución y que solo puede ser violentado en caso de ser información de pública relevancia. Hay muchas sentencias del TC al respecto, donde limita expresamente el ámbito privado, incluso estamos en un sitio tan ‘público’ como un hospital, que es sobre todo privado. Y lo de saltarse las leyes está un poco feo. [Por cierto, que un olé a las autoridades por no cuidar la intimidad del paciente y que haya sido tan fácil saltarse todas las barreras]

También hay un punto que no es ligero: la foto está tomada con un teleobjetivo largo, lo implica cierto esfuerzo por vulnerar esas barreras de privacidad. ¿Qué diferencia hay en, por ejemplo, haber cogido un dron y haberse colocado frente a la ventana para tomar un vídeo o unas fotos más cerca y con más calidad?

Kant sirve para todo. Más allá de mi criterio de no publicarlas busqué el libro de estilo de la propia agencia Reuters y que tenía que decir sobre el derecho a la intimidad (privacy). La agencia viene a decir que si hay leyes sobre la intimidad – como el caso español – hay que ser escrupuloso en su cumplimiento, con la puerta siempre abierta del ‘interés informativo’. De no haber leyes o de tener serias dudas la agencia escribe:

It is difficult to lay down any specific guideline in this instance. A good rule of thumb may be to put yourself in the shoes of the subject of the image and consider whether you would feel your privacy was invaded if the image were to be published, and whether you would be able to defend publication on the ground of public interest if we were to publish the image.

En román paladino, en caso de duda, hay que ponerse en la piel del fotografiado: ¿nos hubiera gustado vernos en la cama de un hospital mientras luchamos contra una enfermedad? Creo que todos tenemos la respuesta.

Conecta este criterio con el imperativo categórico de Kant: “Obra solo de forma que puedas desear que la máxima de tu acción se convierta en una ley universal”, que es otra manera de formular la regla de oro de la ética: “Trata a los demás como querrías que te trataran a ti (en su forma positiva) o no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti (en su forma negativa)”.

La lejanía de las fotos. La conexión entre las fotos de la infectada española y los infectados en África es clara. Hemos visto innumerables fotos de africanos agonizando en algún hospital o en la calle, donde ya no solo nos da igual sacarlos, sino que no nos interesamos en ni en cómo se llaman. Pueden suscitar dudar, pero entiendo el argumento fundamental para publicarlas: esas fotos ponen encima de la mesa la falta de medios y las condiciones con las que afrontan la enfermedad en esos países. Aunque Kant nos tiraría de las orejas y creo que tampoco nos dejaría publicarlas, porque pasamos a usar a las personas como medios para un fin (el de la denuncia, que ayudaría al colectivo frente al individuo) y dejaríamos de ser ‘legisladores universales’ (lo que nos vale para el caso de Teresa, no nos vale para el caso de un africano).  Yo en todo caso publicaría siempre las menos escabrosas.

‘Me too’ . En el ámbito anglosajón se llama el efecto ‘me too’ (yo también) cuando en el ámbito empresarial uno quiere hacer lo mismo que la competencia. Este efecto queda patente en los medios digitales: ¿cómo puedo yo dejar de publicar una fotografía que lleva la competencia? Hemos caído en andar como pollos sin cabeza, en tener que dar información a cada minuto antes que el otro y si no tenemos información vale de todo, sobre todo la especulación y el sensacionalismo.

Al final la responsabilidad de la publicación de estas fotografías está en cada uno de los medios. “La crisis del periodismo”, leía ayer en twitter, “no es solo del papel”.  Quizá nos hemos olvidado para qué estamos.

A veces se gana

Moeh Atitar de la Fuente - Monday 29 de September de 2014

Hace unos días contaba como la fotógrafa iraní, Newsha Tavakolian, rechazó el premio de la fundación Carmignac porque el patrón de la misma había decidido entrometerse en su proyecto, cambiando hasta el título del mismo. La fotoperiodista renunciaba a los 50.000 € con los que se le había premiado.

Hoy, en su Facebook, Tavakolian comunica que vuelve a aceptar el premio, porque la Fundación Carmignac ha decidido cambiar las reglas del juego, quizá por la mala imagen que ha generado este caso. Así, cada año el fotógrafo tendrá un ‘curador’ que le guíe su trabajo, que será el presidente del jurado, compuesto por gente que entiende de fotografía, y no por el propio banquero Carmignac, que de acuerdo con estas bases, no volverá a entrometerse en el trabajo de un fotógrafo premiado. Escribe Newsha Tavakolian:

Este fin de semana la Fundación Carmignac volvió al tema, con la promesa de que a partir de ahora no habrá más injerencia en mi proyecto y que dos miembros clave del jurado se encargarán de la curaduría de mi trabajo , exposiciones y libros.

“He decidido aceptar estas nuevas condiciones, porque para mí se trataba de una sola cosa, poder como fotógrafo elegir el título, las ediciones y los textos de mi obra .

Esto nunca hubiera sido posible sin el profundo compromiso mostrado por los miembros del jurado que se han levantado por el principio fundamental que hace que todos amemos la fotografía , el periodismo y el arte : la libertad de expresión

Txetxo Yoldi tiene memoria

Moeh Atitar de la Fuente - Tuesday 23 de September de 2014

Conocí primero a Txetxo Yoldi por su firma. Era una de esas firmas que se repetían en la páginas de ‘El País’, el periódico del que he sido lector siempre lector.

Solo he hecho una vez en mi vida una cobertura de un juicio: el de los atentados del 11-M, para 20 Minutos. Yo no tenía prácticamente ni idea de qué iba un juicio, y la idea general que tenía se remitía a las películas americanas. Me sirvió de ayuda la letrada (y además amiga) Paloma Llaneza, que me proporcionó el teléfono de Txetxo. “Para lo que quieras y necesites”, me dijo Txetxo en una breve llamada. “Ya nos veremos en la sala”, añadió. Hubo un silencio incómodo cuando le dije que lo iba a cubrir desde la redacción. Años después Txetxo no se acordaba de esa llamada.

Esta breve anécdota resume quién es Yoldi: un tipo que siempre está dispuesta a ayudar y nunca con la boca pequeña.

Hoy escribo de él porque estrena memorias periodísticas: Peor habría sido tener que trabajar, editado por libros.com . Las memorias se leen en 2.40, lo que dura un vuelo entre Madrid y Bruselas, sin levantar la vista, porque engancha. Se agradecen los capítulos someros, al grano, muy a su estilo, pero añadiendo sus expresiones y citas de otros, que tanto le gusta colar. Además es elegante, porque en su larga trayectoria no sale mal parado casi nadie, salvo los que salen mal parados por acción propia.

Yo he sido un privilegiado por ver trabajar a Yoldi de cerca en la redacción de ‘El País’. Los lunes no tenía que leer su columna en las hojas del periódico porque siempre tenía el privilegio de leerlas los jueves o los viernes, impresas en un Din-3 y precedido de un “¿a ver qué te parece la columna?”, dejándola sobre mi teclado. Tras su lectura se establecía un diálogo donde yo preguntaba sobre alguna cosa que deslizaba en el texto. “¡Pero por cómo no sabes eso! ¡Qué joven eres!”, me soltaba (y me sigue soltado). También le vi manejar la bomba de relojería que era el ‘Caso Divar’, del que da cuenta en las memorias en su capítulo final. Hoy me tengo que esperar, como todos, a que lo publique en su blog ‘El último recurso.

Txetxo Yoldi, retratado por un servidor.

Txetxo Yoldi, retratado por un servidor.

Por su culpa, además, me compré un Smart. Quería una moto. Le pregunté cual sería la idónea, porque es un motorista de primer nivel. “¿Has llevado alguna vez moto? ¿No? Pues entonces cómprate un Smart”, me soltó. Cuando unos meses más tarde me vio con el casco de la bici me vino a decir que no tenía remedio: “Si te dije que no te compraras una moto no era para que te subieras a una bici, que es muchísimo más peligroso”.

En resumen, compren y lean el libro. Les divertirá y les reconciliará con el oficio de periodista, tanto si son lectores como ejercientes.

No creo en los maestros, pero sí en los ejemplos. Para mí, Txetxo Yoldi es todo un ejemplo.

Queda pendiente que me diga qué moto me tengo comprar.

 

Newsha Tavakolian o el precio de ser libre

Moeh Atitar de la Fuente - Monday 22 de September de 2014

Cuando ves al día alrededor de 10.000 fotografías procedentes de agencias y de fotógrafos varios, además de bucear en foros buscando estimulo (fotográfico) visual, el umbral de que algo te sorprenda lo tienes muy alto. Por eso cuando chocas con la obra de un fotógrafo muy potente haces todo lo posible para no perderle la pista.

Mi primer contacto con el trabajo Newsha Tavakolian fue a raíz de la llamada ‘Revolución Verde’, en algún reportaje sobre jóvenes iraníes más que por sus propias fotos sobre el tema. Me quedé enganchado a su trabajo porque cumplía una función básica en el fotoperiodismo: acercar una realidad, la iraní, alejada de la nuestra, pero con la apariencia de no alterar esa realidad. O dicho de otro modo: autenticidad. Buceen por sus reportajes.

Hoy me he conectado a Facebook después de varios días sin hacerlo en el ordenador y me encuentro con la noticia de que ha renunciado a 50.000 euros que con el que le había premiado la Carmignac Gestion photojournalism, un premio concedido por la fundación del banquero francés Edouard Carmignac. Según explica la propia fotógrafo en un extenso comunicado colgado en su página de Facebook, la desavenencias comenzaron cuando el propio Carmignac quiso editar el trabajo de la fotógrafa y cambiarle hasta el título de todo el proyecto:

“Mi aceptación de los términos del premios de la Carmignac Gestion Foundation estaba basada en el entendimiento que tendría la plena libertad como fotógrafa para crear un trabajo que es fiel a mi visión como una fotoperiodista y fotógrafa artística establecida. Desafortunadamente, sin embargo, desde el momento que mandé mi trabajo, el señor Carmignac insistió en editar personalmente mis fotografías así como alterar los textos que acompañaban a mis fotografías. La interferencia del señor Carmignac en mi trabajo culminó en la elección totalmente inaceptable del título de mi trabajo que minaba mi proyecto irremediablemente.

La insistencia del señor Carmignac en aspectos esenciales de mi trabajo hubiera cambiado completamente la naturaleza de mi proyecto desde un sutil intento de llevar a través de las realidades de la vida de mi generación en Irán una visión estereotipada burda y horrible de Irán. Su insistencia en cambiar el nombre del proyecto de ‘Páginas en blanco de una álbum de fotos iraní’ al manido y cargante ‘La generación perdida’ era directamente inaceptable”

Los que pagan creen que mandan y creen que la libertad periodística-artísica tiene que pasar por su tamiz. Uno se queda anonadado cuando ve a todo un banquero metido a mecenas y queriendo cambiar los aspectos fundamentales de una obra no solo artística – siempre subjetiva – sino también periodística – menos subjetiva.

Newsha Tavakolian explica en el comunicado cómo le explicó en un correo al propio banquero las dificultades que tiene un fotoperiodista iraní como ella, que vive y trabaja en Irán, y que sabe hasta donde se la quiere jugar por decisión propia, pero no por decisión ajena. Este detalle fue usado por la fundación para explicar el rechazo del premio, diciendo que la fotógrafa y su familia había sido presionados por el Gobierno iraní. Tavakolian niega tal extremo en el comunicado: “Todas las presunciones en esta declaración son absolutamente falsas y risible. Yo no estoy de ninguna manera en peligro, no al menos más que otros periodistas que están en Irán.

Tavakolian es un ejemplo, en un momento donde es difícil encontrar gente que lo parezca. Ya lo es por la contundencia de su trabajo, que insisto en que se acerquen a verlo. Pero lo es, además, en la trastienda. Eso es ser independiente: mandar a la porra a un banquero y su dinero por tu libertad. Que cunda el ejemplo.

Platon fotografía a Snowden

Moeh Atitar de la Fuente - Thursday 14 de August de 2014

Platon es uno de los mejores retratistas de fotografía editorial actual. La revista Wired lo eligió para que firmara el reportaje y la portada sobre el fugitivo número de EEUU, el exagente de la NSA Edward Snowden, huido de su Gobierno y refugiado en Moscú.

La fotografía de portada ha levantado cierta polémica en EEUU: el exagente, para muchos un traidor, para otros muchos un héroe de la libertad de expresión, sale abrazando una bandera de su país, el símbolo que tanto les une. Allí el primer acierto del fotógrafo o/y de la revista, al no hacer solo un buen retrato, sino un retrato con mucho significado.

Portada de Wired

Portada de Wired, firmada por Platon.

El estilo de Platon, tan característico, deja marca en el retrato: el viñeteado es una de sus principales marcas, muy acentuada en esta ocasión. Para gustos colores, pero en mi opinión demasiado acentauda.

EL reportaje también incluye otras fotografías realizadas por Platon. Como podemos ver en el vídeo ‘making of’ de la sesión-entrevista, las fotografías del más reportaje (no del retrato) están tomadas con una Leica (no consigue acertar el cuerpo, podría ser una Leica M9, o la Leica M.Monocromo o otra de la serie M).

Platon fotografía a Snowden con una Leica.

Platon fotografía a Snowden con una Leica.

El tratamiento de la fotografía está muy bien logrado. Si no es analógico, lo parece, con un grano potente y uniforme.

Del vídeo también podemos sacar el esquema de luz que usa para el retrato, tan sencillo como eficaz: fondo blanco, un flash con paraguas en picado, y una ventana al techo para rebotar. Sencillo sí, pero además bien medido.

Esquema de luz de Platon durante al sesión a Snowden

Esquema de luz de Platon durante al sesión a Snowden

Si algo sabe hacer Platon (además de excelentes fotos) es contar la historia que envuelve a los retratos. Dicho en otras palabras: sabe venderse. Allí está la delicia de libro ‘Platon Republic’, con un apéndice donde cuenta la sesiones a personajes de primera magnitud con su puño y letra. Pero también está como contó la sesión a Putin (con los Beatles como estrategia para entrarle al presidente ruso) o a la líder opositora birmana, Aung San Suu Kyi, con supuesta persecución de la policía secreta birmana.