Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Una mala foto es una mala imagen

Thursday, July 2nd, 2015

Hubo un tiempo no muy remoto en el que la Corte española contaba en nómina con los mejores hacedores de imágenes. Nombres como Tiziano, Juan Pantoja, Rubens, Velázquez, Alonso Cano, Goya… andaban los pasillos de los palacios reales para inmortalizar a los reyes de las distintas dinastías. Formaban parte de la herramienta inicial, básica, y fundamental de la comunicación política que ha sido siempre la imagen. Sin imagen y sin palabra no hay comunicación política que valga.

Pero vivimos tiempos aciagos en cuanto a la generación de imágenes políticas desde la Política española. Se hace cansino repetir que hoy en las redes sociales, por el ritmo de la información, es necesario quizá más que nunca (al menos en cantidad) la producción de imágenes, de fotografías, de vídeos… de conceptos visuales potentes, en definitiva. Pero parece que hemos entendido lo de la cantidad pero nos hemos olvidado, del todo, de la calidad.

Esta semana hemos tenido dos ejemplos claros, con sendos restaurantes como escenario de la foto política del día, realizadas y distribuidas desde La Moncloa.

La primera inmortalizaba la comida entre Rajoy y Sarkozy en una tasca madrileña.

La foto está hecha con un angular, que deformar excesivamente la perspectiva de la imagen, con un Rajoy en primer término que lo hace más grande de lo habitual, con un Sarkozy arrinconado, más pequeño de lo habitual (que ya es difícil). Por las sombras y el brillo en el marco, inferimos que el fotógrafo ha tirado de flash. La sombra que proyecta Rajoy genera cierta inquietud en el espectador, que se convierte en pavor al ver la tremenda y desproporcionada mano. La mesa vacía, sin ni siquiera agua, con esos palillos de dientes y ese salero, casa a la perfección con la decoración cargante de los cuadros.

La segunda fotografía, tomada ayer, inmortaliza un momento aún más histórico: los presidentes vivos de la Democracia compartiendo cena con el rey Juan Carlos I en el Restaurante Lucio. Han trascendido dos imágenes.

Las fotos no están, cuanto menos, a la altura del momento. En la página web de La Moncloa no figura ni tan siquiera el autor.

Foto distribuida por La Moncloa de la cena del rey Juan Carlos I con los presidentes.

Foto distribuida por La Moncloa de la cena del rey Juan Carlos I con los presidentes.

La segunda foto distribuida por La Moncloa consigue algo casi imposible: mejora la anterior:

Ni que decir tiene que todas las fotos de estos momentos culinarios han desfilado por las páginas de medios digitales e impresos. Lejos estamos aquí de la decisión que tomaron los principales medios y agencias americanas de no publicar ni distribuir las fotos del afamado y admirado Pete Souza, al considerarlo cuanto menos comunicación política, propaganda y no periodismo. Aquí a callar y a publicar, sin ni siquiera reclamar calidad.

Rajoy se puede permitir tener fotos malas (reto es encontrar alguna buena de estos años), porque se descuentan de sus intereses. Para mí distribuir determinadas fotos es como publicar un comunicado lleno de faltas de ortografía (¿qué diríamos?).

Lo que se hace más flagrante es que la Casa Real siga distribuyendo fotos de los reyes que parecen hechas, si me permiten la osadía, por un convencido republicano infiltrado en La Zarzuela.

Solo hay que echar un vistazo a las fotos que distribuyeron con motivo del primer aniversario en el trono. Lo difícil, de nuevo, es encontrar una foto que pase el filtro de cualquier editor gráfico con algo de exigencia. “Inéditas fotos” era el titular más común para esta ristra de fotos en la mayoría de los medios. Mejor que hubieran seguido siendo inéditas muchas de ellas, con los protagonistas (los reyes y las infantas) con el peor gesto posible, con encuadres torcidos y con ese flash mal usado, que con unas cámaras que a 1200 ISO no se nota apenas el ruido uno sigue sin saber que necesidad tienen estos fotógrafos de reventar el barniz de las paredes de palacio foganozo mediante.

Foto distribuida por la Casa Real con motivo del primer aniversario del reinado de Felipe VI

Foto distribuida por la Casa Real con motivo del primer aniversario del reinado de Felipe VI

Sigue así, un año después, la estela del reinado de Juan Carlos I, con unas fotos malas hasta para el día histórico de su abdicación. Tal vez no son conscientes de que una mala foto es una mala imagen. Y la constancia en la falta de calidad no tiene excusa posible. Eso sí, al menos para las fotos de posado eligen a los mejores.

 

Txetxo Yoldi tiene memoria

Tuesday, September 23rd, 2014

Conocí primero a Txetxo Yoldi por su firma. Era una de esas firmas que se repetían en la páginas de ‘El País’, el periódico del que he sido lector siempre lector.

Solo he hecho una vez en mi vida una cobertura de un juicio: el de los atentados del 11-M, para 20 Minutos. Yo no tenía prácticamente ni idea de qué iba un juicio, y la idea general que tenía se remitía a las películas americanas. Me sirvió de ayuda la letrada (y además amiga) Paloma Llaneza, que me proporcionó el teléfono de Txetxo. “Para lo que quieras y necesites”, me dijo Txetxo en una breve llamada. “Ya nos veremos en la sala”, añadió. Hubo un silencio incómodo cuando le dije que lo iba a cubrir desde la redacción. Años después Txetxo no se acordaba de esa llamada.

Esta breve anécdota resume quién es Yoldi: un tipo que siempre está dispuesta a ayudar y nunca con la boca pequeña.

Hoy escribo de él porque estrena memorias periodísticas: Peor habría sido tener que trabajar, editado por libros.com . Las memorias se leen en 2.40, lo que dura un vuelo entre Madrid y Bruselas, sin levantar la vista, porque engancha. Se agradecen los capítulos someros, al grano, muy a su estilo, pero añadiendo sus expresiones y citas de otros, que tanto le gusta colar. Además es elegante, porque en su larga trayectoria no sale mal parado casi nadie, salvo los que salen mal parados por acción propia.

Yo he sido un privilegiado por ver trabajar a Yoldi de cerca en la redacción de ‘El País’. Los lunes no tenía que leer su columna en las hojas del periódico porque siempre tenía el privilegio de leerlas los jueves o los viernes, impresas en un Din-3 y precedido de un “¿a ver qué te parece la columna?”, dejándola sobre mi teclado. Tras su lectura se establecía un diálogo donde yo preguntaba sobre alguna cosa que deslizaba en el texto. “¡Pero por cómo no sabes eso! ¡Qué joven eres!”, me soltaba (y me sigue soltado). También le vi manejar la bomba de relojería que era el ‘Caso Divar’, del que da cuenta en las memorias en su capítulo final. Hoy me tengo que esperar, como todos, a que lo publique en su blog ‘El último recurso.

Txetxo Yoldi, retratado por un servidor.

Txetxo Yoldi, retratado por un servidor.

Por su culpa, además, me compré un Smart. Quería una moto. Le pregunté cual sería la idónea, porque es un motorista de primer nivel. “¿Has llevado alguna vez moto? ¿No? Pues entonces cómprate un Smart”, me soltó. Cuando unos meses más tarde me vio con el casco de la bici me vino a decir que no tenía remedio: “Si te dije que no te compraras una moto no era para que te subieras a una bici, que es muchísimo más peligroso”.

En resumen, compren y lean el libro. Les divertirá y les reconciliará con el oficio de periodista, tanto si son lectores como ejercientes.

No creo en los maestros, pero sí en los ejemplos. Para mí, Txetxo Yoldi es todo un ejemplo.

Queda pendiente que me diga qué moto me tengo comprar.

 

Fotografías para una abdicación

Tuesday, June 3rd, 2014

Un rey suele abdicar una sola vez en su vida. Por eso lo vivido ayer fue un hecho histórico y periodístico sin precedentes. Pero es un hecho controlado, y por tanto podía haber sido algo mejor escenificado, al menos desde el punto de vista fotográfico.

Esta fue la secuencia, en tres fotos, que publicó la Casa Real, a través de su cuenta en Twitter y de su página web:

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El rey Juan Carlos abdica la corona

El rey Juan Carlos abdica la corona

 

El rey Juan Carlos abdica la corona

El rey Juan Carlos abdica la corona

El despacho del rey debe de ser uno de los lugares más difícil para sacar una foto decente, porque está todo cubierto de madera barnizada con un brillo que rebota cualquier luz artificial . El autor de la foto ha optado por tirar con un flash, sin rebotarlo al techo ¿Cómo saberlo? En la segunda foto, sobre la columna, se ve claramente el destello.

Las fotos son técnicamente muy malas. Los gestos, tanto del rey Juan Carlos como del presidente Rajoy, son más que mejorables. Parece que el fotógrafo solo tuvo la opción de captar el momento tal cual sucedió. Y optó por la solución del flash, sin medir la luz y me jugaría 300 maravedis que con la opción automática de TTL. Con ello se garantizó que no se le escapará la instantánea, seguramente tras haber tirado ráfagas y ráfagas.

Hubo un tiempo en el que los monarcas se rodeaban de los mejores artistas. Repasen la lista de pintores de la corte. Hoy la fotografía en la Casa Real es, sencillamente, vapuleada. Ayer era un día histórico, que hubiera requerido imágenes históricas y bien hechas, y no esta improvisación.

Las fotos del discurso siguen esa línea de desastre técnico. La iluminación, realizada para el vídeo, es directamente nefasta, con un viñeteado sobre el monarca que no tiene ningún sentido:

 

Discurso del rey Juan Carlos.

Discurso del rey Juan Carlos.

Y esa improvisación se ve latente en todas las fotos que  hace la propia Casa Real. El día del aniversario de los príncipes de Asturias, la cuenta de la Casa Real en Twitter hacía públicas estas dos fotos:

 

Las fotos hablan por sí solas. Son malas, improvisadas y mal editadas. Da la impresión de que cualquiera, sin el mínimo conocimiento básico de fotografía, haya cogido la cámara y se haya marcado unas fotos. Y no son posados que se hacen ante miles de fotógrafos, sino uno, de la Casa, con lo cual los príncipes de Asturias y las infantas podían haber posado y habérselo tomado con cierta calma. Cuando ves la fotos que se hacen desde la Casa Real te da la impresión de que no les interesa, de que tienen mucha prisa y que todo está improvisado y sin control.

La prensa fue ayer y hoy la primera perjudicada porque el material fotográfico era malísimo. Solo hay que ver las ediciones especiales, con las fotos antes citadas. Pero añadamos que ninguna portada arriesgó, en cuanto a diseño, lo más mínimo. Dentro de 30 años nadie se acordará de estas portadas. Sirva como ejemplo estas dos portadas de hoy, de El País y El Mundo:

El País opta por una foto del día, de Juanjo Martín servida por EFE, y la coloca a cinco columnas. Es una foto bastante mala, con un verde de fondo que la mata y donde el rey Juan Carlos no es que salga muy favorecido. Mientras, El Mundo , opta por la fotografía facilona y obvia, también firmada por Juanjo Martín. El rey se va: lo sacamos tomando la puerta.

[ver nota al final del artículo sobre un párrafo suprimido]

En la edición gráfica, no siempre las fotos del día son las mejores. Por eso fue más acertada la elección de ABC o de La Vanguardia: 

 


La Casa Real es consciente de que se abre un nuevo tiempo de cambio, donde la comunicación va a ser fundamental. La fotografía, la imagen, es un punto clave. Se trata de encontrar el equilibrio entre la naturalidad y la justa exposición de los nuevos monarcas. Y sobre todo tratar la imagen, la fotografía, con profesionalidad e intencionalidad en las fotografías producidas y controladas desde la Casa Real. Y últimamente esto no ha sucedido.

Pero también es fundamental abrir, en este nuevo tiempo, el acceso a los profesionales de la fotografía que trabajan para agencias y periódicos, creando un ambiente propicio para hacer buenas fotografías, sin miedo a que te saquen una mala foto. Porque al final, cuantas más fotos dejes hacer, más probabilidad tienes de proyectarte en los medios. Si optaran por dar solo sus fotos, o las de EFE, desde su cuenta de Twitter o de Flickr (sangrante que aún no tengan uno abierto) o a través de su web, solo perpetuaríamos el mismo error. No solo el medio es el mensaje.

Podrían empezar por pasearse por los archivos de Getty Images, y ver las primeras fotos publicadas del futuro Felipe VI, hechas por fotógrafos profesionales a los que se les daba un mayor acceso que ahora. Salían fotos como esta ¿A qué no está mal?

 

Esperemos que el cambio en La Zarzuela también llegue a su fotografía. Porque su futuro dependerá de la imagen que proyecten.

Fe de errores: en una primera versión de este post sostenía que La Casa Real había optado por dejar entrar en la recepción de la tarde solo a un fotógrafo de EFE. Gracias a un comentario de Antonio Villareal, pude comprobar que realmente no fue así, y esta vez se dejó entrar a más fotógrafos que a los de la agencia EFE. Si que mantengo que es un error apostar por un pool solo de EFE, o de tu propio fotógrafo, porque te juegas la visión de un acto, de una situación, a una sola mirada. Soy poco partidario de los pool, pero cuando son necesarios tienen que ser abiertos a más de un fotógrafo, para garantizarte una variedad interpretativa de lo fotografiado.

A la República se va con chófer

Monday, April 14th, 2014

Fueron muchos los hombres protagonistas de aquellas primeras horas decisivas tras la victoria republicana en las elecciones municipales, el 14 de abril de 1931. Pero quizá fue Miguel Maura, hijo del político conservador y monárquico Antonio Maura, quien más se metió en el papel de protagonista de la Historia. Miguel Maura, tras la dictadura de Primo de Rivera, había comenzado a distanciarse de la Monarquía y girado claramente hacia la República, sin desde luego abandonar su posicionamiento conservador. Formó parte del Gobierno provisional. Y este es su relato de cómo, ‘un señorito chulo’, como le definió Azaña, en un coche con chófer, acompañado de Largo Caballero, hizo los traspasos de poder de la Monarquía a la República por teléfono, en tres horas y “sin incidente alguno” en toda España:

Serían las seis cuando, convencido de la inutilidad de mis esfuerzos para convencer a mis compañeros de la urgencia de tomar el poder por nuestra propia cuenta aquella misma tarde, salí de la biblioteca y, atravesando el vestíbulo, subí los primeros peldaños de la escalera. Desde allí, dirigiéndome al público que llenaba la planta baja, pregunte en medio de un silencio absoluto:

– ¿Estáis dispuestos a venir conmigo a ocupar el Ministerio de la Gobernación?

El griterío fue tal que mis compañeros salieron precipitadamente de la biblioteca y… ya no pudieron volver a ella, arrastrados por la riada humana tras de mí y de los que conmigo salían a la calle, en busca de los coches.

Cogí del brazo a Largo Caballero, que era el único que había asistido a mi propuesta durante la discusión, y subimos a mi coche. Guiaba mi mecánico, Antonio Milla. A su lado se había sentado un ciudadano (para mí entonces) totalmente desconocido (que resultó ser su luego gran amigo Arturo Soria Espinosa ‘El Terremoto’, uno de los líderes estudiantiles de la época de la Dictadura). Detrás íbamos Largo Caballero y yo. No  me ocupé para nada de los que les ocurría a los demás, y como mi coche estaba en el zaguán interior del jardín, cuando salimos a la calle todavía andaban mis compañeros en busca de los vehículos necesarios. Ganamos con eso algo de tiempo, porque el peligro de quedar embotellados, si nos reconocían las muchedumbres que poblaban las calles a esa hora, era serio.

Sin dificultad, y gracias a ese detalle, llegamos cerca de la Cibeles. A partir de allí nos fue forzoso ir muy despacio, porque la calzada estaba repleta de gentes. Pronto nos reconocieron, y entonces empezó nuestro calvario. Tardamos cerca de dos horas en recorrer el trayecto de la calle Alcála que une al Plaza de la Cibeles con la Puerta del Sol, o sea poco más de un kilómetro. El gentío nos abría camino a fuerza de empujones y apreturas, pero a la vez se subían a los estribos y las aletas de mi coche, en forma tal que cerraban materialmente las ventanillas y dentro nos asfixiábamos. Hube de propinar, lamentándolo, sendos puñetazos en los estómagos de los que cubrían las ventanas, para poder respirar.

En la Puerta del Sol, la aglomeración desbordaba ya toda la medida imaginable (ver foto de Alfonso Sánchez). Las farolas, los tranvías, parados en medio de la Plaza, los balcones y los tejados eran ocupados por innumerables racimos humanos. El griterío ensordecía.
Los coches que conducían a mis compañeros tardaron aún en aparecer por la entrada de la Puerta del Sol que da a la calle Alcalá.

Según luego supe, Azaña, que venía con Casares Quiroga en uno de los últimos, iba refunfuñando malhumarado, diciendo que seríamos ametrallados por la Guardia Civil, que aquello era una locura y llamándome ‘señorito chulo‘.
Por fin, llegó mi coche ante la puerta principal del Ministerio. La puerta estaba cerrada.

En el balcón principal, con gran asombro mío, ondeó de pronto la bandera republicana. Eran Rafael Sánchez Guerra y el que iba a ser mi subsecretario Manuel Ossorio Florit, que habían entrado poco antes por una puerta de la calle Pontejos y, al ver que llegábamos, se apresuraron a izar la bandera. Ante la puerta cerrada sólo estábamos Largo Caballero y yo, rodeados, claro es, de una masa vociferante que pedía que abriesen las puertas.

De pronto, se abrieron estas de par en par, y apareció en el zaguán un piquete de la Guardia Civil cerrando el paso. Me cuadré delante de ellos, me descubrí y les dije:

– ¡Señores: Paso al Gobierno de la República! Los soldados, como si lo hubiesen ensayado previamente, abrieron el paso y, en dos filas, una a cada lado, prestaron armas.

Pasamos, saludando Largo Caballero y yo. Al llegar a la escalera principal, subí las escaleras de tres en tres, y fui directamente al despacho del ministro, que conocía bien de antaño. Allí me encontré con Mariano Marfil, amigo de siempre, y, repito, persona más que excelente. No había abandonado su puesto en los tres días transcurridos desde las elecciones, y noche y día había estado al pie del cañón, cumpliendo sus deberes. Me dirigí a él y le dije:

– Amigo Marfil: Aquí está usted de más desde este momento.
Me hago cargo perfectamente de ello y ahora mismo me marcho – y, en efecto, desapareció-.

Hubo de salir por la puerta trasera del edificio, porque las demás estaban abarrotadas de público.

Me arrepentí luego, y me he arrepentido varias veces más tarde, de la descortesía un tanto brutal con que traté en aquella ocasión a quien tanto respeto merecía por su conducta, y a quien tanto estimaba. Meses después, en extensa y cordial conversación con él en mi casa, solicité y obtuve su perdón, y reanudamos nuestra añeja amistad brevemente interrumpida.

Este fue, querido lector, el ceremonial del famoso ‘traspaso de poderes’ que nos habían anunciado los de la acera de enfrente, y que había provocado casi una batallas en el seno nuestro Gobierno Provisional. Diez palabras de cada lado bastaron, y en realidad sobraron, para tomar las riendas de un poder que yacía en el arroyo.

Tomé en el acto el teléfono, y ordené a la central del Ministerio que me fuera dando las provincias según fueran ellas saliendo. Los demás ministros, que iban llegando con infinitos apuros al Ministerio, se reunieron en el despacho del subsecretario.
En el acto empezó a sonar el teléfono. Uno a uno los gobernadores se ponían al aparato y el diálogo se repetía.

– ¿Quién está al aparato? – preguntaba yo imperiosamente-.
– Aquí el gobernador – contestaba una voz más o menos serena, según el grado de información del interfecto -.
– ¿El gobernador de la Monarquía? ¿No es eso?
– ¡Claro que sí! – decían unos, muy seguros de su prepotencia: otros, en cambio, vacilantes y como atontados –
– Aquí el ministro de la Gobernación de la República. Ahora mismo entrega usted el mando al presidente del Comité Republicano, y, en su defecto, al presidente de la Audiencia. Le advierto que le hago responsable personalmente de la menor resistencia y de cualquier demora en cumplir esta orden. ¿Estamos?

A veces, el diálogo seguía con preguntas atolondradas, o con vacilaciones más que explicables en quienes se veían, de pronto, no sólo destituidos, sino entregados inermes a las masas enemiga. Sólo uno, el de Huelva, pareció resistirse. La rociada que recibió de mí, que no fue menguada, bastó para calmarle. El cambio de autoridades de todas las provincias se hizo en menos de tres horas, por teléfono y sin el menor incidente en parte alguna de España. No hubo un solo herido, ni los gobernadores sufrieron el menor vejamen por parte de los republicanos.

La desmemoria del trabajo esclavo

Friday, January 24th, 2014

Brunete, 1939. Acabada la Guerra Civil, la dictadura franquista crea un sistema de redención de penas para presos políticos. El sistema es muy sencillo: mano de obra esclava a cambio de redimir las penas. Esa mano de obra será usada para reconstruir ciudades, pueblos, carreteras, ferrocarriles… Todos los datos que siguen los extraigo del ‘Víctimas de la Guerra Civil‘, coordinado por Santos Juliá. La idea se le ocurre al jesuita Pérez del Pulgar. No es baladí que la Iglesia se ponga al servicio del régimen en esto: había que redimir también la ideología de los presos, “la extirpación de las ideas marxistas en favor de las ideas católicas”. Se constituye así en octubre de 1938 El Patronato Central de Redención de Penas. En 1939; 12.781 presos fueron usados como mano de obra esclava; en 1943 ascendía a 44.925. A estos hay que sumar los llamados Batallones Disciplinario de Trabajadores, que ya usaron durante la fase final de la Guerra Civil a presos, y cuya cifra se sitúa en 87.589 trabajadores en 1938, sumar también los Trabajos en Regiones Devastadas (4.075 presos en todo el territorio nacional en 1943, y que no se disolvió hasta 1957) o las Colonias Penitenciarias Militarizadas.

Brunete fue en el verano de 1937 escenario de una de las batallas más cruentas de la Guerra Civil. Se calcula que más de 30.000 soldados de los dos bando perdieron la vida.  Acabada la Guerra Civil, fue reconstruido por el Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones. 367 presos fueron usados en esas obras, según datos del Ministerio de Justicia citados en este trabajo.

Brunete 2014. El alcalde de Brunete quiere que ese conjunto reconstruido en parte gracias a mano de obra esclava sea hoy declarado por la Comunidad de Madrid Bien de Interés Cultural. En la plaza, varias placas colocadas durante el franquismo recuerdan que fue el escenario de una gran victoria militar. No parece que se quiera recordar y reconocer el trabajo de presos esclavizados. Desconozco si hay en algún rincón de esa localidad algún reconocimiento a ellos. Los hay en pocas ciudades y localidades reconstruidas con sangre y sudor de estos hombres que fueron simplemente esclavizados.

Una mierda en el metro

Wednesday, September 18th, 2013

Podría ser solo una anécdota. Me topé con la mierda antes de verla: la olí. Un tremendo pestazo llegaba por el pasillo, y se hacía mayor conforme me iba acercando a la defecación humana. Estaba al borde de la escalera, justo en un recoveco, en una esquina, de tal manera que lo más fácil era pisarla. Pero allí estaba, intacta y desafiante.

Subí hasta el vestíbulo del metro de Ruben Darío, salida Serrano / Castellana. No había nadie: de un tiempo a esta parte los recortes han hecho que sea hasta difícil encontrarse con un trabajador del metro en las taquillas. Irá a peor: ayer los sindicatos (defensores del empleo) llegaron a un acuerdo con la empresa para que se vayan a su casa 673 personas, eso si de manera voluntaria, que para echarles a la fuerza siempre hay tiempo. Así que usé el interfono amarillo, que hace unos años era solo para emergencias, y ahora sirve hasta para ‘explicaciones’. Apreté y salió la voz de una mujer de la caverna para avisarme, retumbando en todo el vestíbulo, que no me oía. No funciona y nadie lo arregla.

Pensé en largarme y no avisar. Me vino a la cabeza una pobre señora, anciana, con bastón, que pisaba sobre la plasta y resbalaba. O en ese niño con zapatos nuevos, recién estrenados para el inicio de curso, llegando a casa con ellos hechos mierda. O en esos tacones de aquella pija con la que me había cruzado esta mañana y que iba a toda prisa porque llegaba tarde. Me imaginé el disgusto al ver su Manolos de palo teniendo por fin algo humanamente original. Pero subí, salí a la superficie, dejé que el sol me cegara, y me dirigí al otro vestíbulo, este en la glorieta de Ruben Darío, donde suele estar el trabajador de la estación que aún no han recortado. Le indicó el problema y la localización. “¿Otra vez? Nos pasa mucho. Es que los indigentes que viven debajo del puente [de Castellana] entran a hacer sus cosas aquí. Pero ahora mismo avisamos”.

Sería una sola anécdota si uno no se hubiera fijado en que en Madrid hay basuras por todos lados. Vivo en esta ciudad desde hace 13 años, y visitándolo con frecuencia desde que no tengo memoria. En esencia esta ciudad hay mucho guarro: gente que mea sin rubor en una esquina, que tira un papelito al suelo, que pega con un periódico a su perro en el hocico si se le escapa una gotita de pepí en casa, pero que no recoge la mierda en la calle, que deja una litrona apoyada sobre una papelera o que hace mudanza y deja toda la porquería que no quiere en un contenedor reservado para cartón y vidrio. No creo que el número de puercos haya aumentado en esencia: pienso que su rastro es más visible.

Los recortes de este Ayuntamiento en recogida de basuras y mantenimiento de la ciudad la hace más sucia cada día. Lo normal era antes encontrarse a barrenderos, camiones cisterna, que limpiaban con bastante regularidad las calles. Aún así tenías que sufrir la horda de meadores y vomitadores en las calles del centro, especialmente los fines de semana. Queda patente que gastamos mucho menos que antes echando un vistazo a los contenedores de cartón, llenos a rebosar, porque se retiran poco. Sucede lo mismo con las papeleras. De las mierdas, en todas las formas y procedencias, ya hemos hablado suficiente.

Es muy sencillo: más recortes, menos dinero, menos limpieza, más mierda. Ríanse porque desde hace un par de años los vecinos de la villa con casa en propiedad pagan un nuevo impuesto de basuras (Tasa por prestación del servicio de gestión de Residuos Urbanos, para ser precisos) creado por Gallardón.

Pero no todo queda reducido a la calle. Veo esta noticia en La Sexta: ambulatorios llenos de basura por la nueva adjudicación del servicio de limpieza. ¡Ratas en un centro médico!

Así que Madrid empieza a apestar. A todos los niveles.

Nefastas portadas

Wednesday, July 17th, 2013

Hay momentos en el que los españolitos estamos más pendientes de las portadas de los periódicos. Algunos, entre los que me incluyo, esperamos el momento en el que el director de turno (si no el espabilado redactor que se adelanta a su jefe) twittea la portada. Corremos todos a sorprendernos, llevarnos la mano en la cabeza e indignarnos porque el periodismo se prostituye a unos precios muy baratos. Se paga por el servicio, y el servicio debe de ser nefasto, porque no es un sector precisamente boyante.

Es verano. En verano tenemos pocas noticias, pocas fotos. Todo recae. El mundo periodístico parece que se desacelera, aunque este año la primavera se ha prologado un poco más gracias a las declaraciones de Bárcenas, ante el juez y antes ante Pedro J. Ramirez.

 

En medio de la que está cayendo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se reunió con empresarios de alto copete. Llama la atención de que la media de edad de la merienda ronda los 60 años, siendo el más joven el propio Rajoy.

La ecuación es simple: los empresarios arropan a Rajoy, metido en unas acusaciones de corrupción sin parangón en la historia. Y los asesores de Rajoy han pensado que hay que controlar todo, incluidas las fotografías del evento sexuagenario. Así que las puertas de Moncloa quedaron cerradas para la prensa, y solo Diego Crespo, fotógrafo de La Moncloa, pudo fotografiar a estos señores encorbatados y para los que la jubilación es una quimera.

Lo normal es que los jefes de fotografía de los principales diarios se echaran las manos a la cabeza y dijeran que no tragaban, que por allí no pasaban, y que preferían dar una foto de unos guiris en la playa, algún manifestante egipcio exaltado o incluso una original foto de Obama, que es un recurso socorrido y que siempre queda guapo en portada.

Quiero pensar – llamadme ingenuo – que esos jefes fueron a las reuniones de primera con atrevidas propuestas y que los directores, que saben muchísimo de fotografía, les dieron argumentos solventes para dar la foto propagandística de La Moncloa. Pero luego pienso que no debió de ser así, y que para los jefes de fotografía lo más cómodo era presentar esas fotos de los sexuagenarios.

Portadas del 17 de julio

Portadas del 17 de julio con fotografías proporcionadas por La Moncloa (Click para agrandar, pero tampoco os perdéis gran cosa gráficamente hablando)

Llama la atención que Abc y La Razón no adviertan que esa foto la ha transmitido La Moncloa. ¿Se imaginan titulares dictados por La Moncloa, sin entrecomillado? Bueno, tampoco hay que imaginar mucho.

Con todo esto pierde el lector, esa persona que tiene que hacer el esfuerzo de llegar hasta uno de los pocos kioskos que quedan abiertos en su ciudad para comprar un periódico y se encuentra con estas portadas monótonas y nada periodísticas. No será la intención de muchos de los profesionales que trabajan en esos periódicos, pero les ha quedado unas portadas muy propagandísticas. Hoy de postre, champán en La Moncloa. Invita el gabinete de prensa.

PS: Luego está la imaginación desbocada: La Gaceta:

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A quién creer, ¿al prestamista o al deudor?

Saturday, June 9th, 2012

Hemos sido rescatados, por mucho que el Gobierno no quiere. Los hasta 100.000 millones de euros que van a llegar a los bancos desde el FROB nos los han vendido el ministro Guindos como “unos préstamos a unos condiciones muy favorales, mucho mejores que las del mercado”. Un préstamo que llegará a los bancos, que a su vez empezarán a dar créditos a las empresas y las familias, con lo que nos endeudaremos todos, pero que Guindos ve como clave para que la economía vuelva a generar empleo y riqueza. Un mundo de rosa. Dice el resposanble de Economía del Gobierno que “las condiciones van a ser impuestas a los bancos, no a la sociedad”. De Guindos remitía al comunicado del Eurogrupo para saber la cantidad.

Leyendo el comunicado del Eurogrupo vemos que De Guindos si no miente, tiene una clara distorisión de la realidad.

“The Spanish government will retain the full responsibility of the financial assistance and will sign the MoU”.

 

En román paladino: quien responde de la cantidad prestada es el Gobierno español. Es dinero es deuda pública. Los intereses afectarán a los presupuestos del Estado. ¿De qué cuantía estamos hablando? No lo sabemos porque como somos tontos, cortos de mente, no entenderíamos las cifras, y ya nos enteraremos de refilón, cuando de paso los auditores extranjeros nos digan cuánto dinero hay que meter, en un claro descredito para los inspectores del Banco de España.

Pero el comunicado del Eurogrupo desmienta, además, esta frase tan repetida por De Guindos: “No habrá consecuencias para la sociedad española”. Esas consecuencias son más recortes, para ajustar un déficit (donde se cuentan al menos los intereses de esos hasta 100.000 millones de euros). El Eurogrupo es claro:

The Eurogroup notes that Spain has already implemented significant fiscal  and labour market reforms and measures to strengthen the capital base of the Spanish banks. The Eurogroup is confident that Spain will honour its commitments under the excessive deficit procedure and with regard to structural reforms, with a view to correcting macroeconomic imbalances in the framework of the European semester. Progress in these areas will be closely and regularly reviewed also in parallel with the financial assistance.

En castellano: las reformas laborales y los recortes que ha hecho el Gobierno para reducir el déficit son los adecuados, según el Eurogrupo, van por buen camino, pero advierte que “el progreso en estas áreas será revisado regularmente y de cerca en PARALELO con la asistencia financiera”. Es decir vincula la asistencia financiera a un control de la política macroeconómica, a la reducción del défict, a justo aquello que decía De Guindos que no iba a afectar: “al conjunto de la sociedad”.

Guindos ha actuado como si no fueramos a leer por nuestra cuenta. Es como quien pide un crédito, se somete a un escrutiño más que riguroso por parte del banco,  y luego asegura que en verdad se lo han dado sin presentar la nómina, a un interés más que favorable y además le han regalado un juego de cama para la casa.

Pero lo peor no es lo que el comunicado ya apunta: las condiciones que nos van a poner los prestamistas para esos hasta 100.000 millones van a ser draconianos. Tendremos, de nuevo, que leer por nuestra cuenta, porque para el Gobierno todo serán eufemismo.

Rajoy: sin preguntas y sin fotos

Thursday, December 8th, 2011

Mariano Rajoy estrecha la mano al secretario del Tesoro de EE UU, Timothy Geithner durante su encuentro de ayer. Es su bautismo internacional, después de haber ganado las elecciones.

Un editor gráfico, un periódico, espera siempre tener la mayor diversidad de opciones para elegir la mejor. En este caso, espera que lleguen las fotos de agencias, hechas por fotógrafos profesionales, con distintos puntos de vista, con distinta intencionalidad, que da ese abanico posible que le permite decir: esta.

Portada de varios periódicos con la fotografía facilitada por el PP

Portada de varios periódicos con la fotografía facilitada por el PP

Hay veces que la concurrencia de todos los fotógrafos es imposible ( o la hacen imposible), porque los fotografiados solo quieren a un fotógrafo. Entonces se habilita una cosa que se llama en la jerga periodística pool: la foto la hace uno de los fotógrafos acreditados y luego se la da a todos los medios que lo soliciten. No es un fotógrafo de una de las partes, sino es un profesional elegido entre todos los prensentes, por sorteo, por veteranía, porque pertenece a la agencia local…

El encuentro entre Rajoy y Geithner ha sido inmortalizado por un único fotógrafo, cuya profesionalidad nadie pone en duda, pero que trabaja para una de las partes: el Partido Popular. ¿Alguien se cree que el Partido Popular va a distribuir una foto que no sea amable para los intereses de su líder?

Imagen colgada en el Flickr del PP, y mal llamada Pool

Imagen colgada en el Flickr del PP, y mal llamada Pool

Para el aparato progandístico de un partido las fotos internas están muy bien, pero para la información, por el interés general, es una merma, una deficiencia, una competencia desleal y una manipulación interesada. ¡Pero qué vamos a esperar de alguien que no se enfrenta a las preguntas de los periodistas en meses!

Esta práctica no es nueva, pero cada día es más habitual. Al igual que cubrimos comparecencias de prensa sin preguntas, debemos cubrirlo gráficamente , pero siempre avisando de que es una fotografía que ha sido proporcionada por esa parte interesada.

Tendremos una presidencia Rajoy con mucha foto en Flickr, al estilo Obama con Pete Souza y su equipo de fotógrafos. La diferencia sustancial es que estos no suelen estar para proporcionar imágenes a los medios, si no documentar la presidencia con su visión de parte. Rara vez se convierten en suministradores únicos de fotos de algo que ha pasado ese mismo momento. Recuerdo pocas ocasiones, como la de la reunión del equipo de seguridad durante la operación para matar a Bin Laden. No están para colocar sus fotos en las portadas, y ese el acertado equilibrio.

PS: Hasta donde yo sé, al igual que las fotos, solo hay un vídeo: el proporcionado por el PP. Para muestra, un botón: las imágenes usadas por RTVE proceden del vídeo proporcionado por el Partido Popular.

¡Qué vienen los tecnocratas!

Thursday, November 17th, 2011

Un fantasma recorre Europa: es el fantasma del capitalismo salvaje. Es un fantasma que se ha encarnado en forma de tecnócratas. Han sido los gobiernos de Italia y Grecia los primeros en tener a dos de estos tipos al frente; les acompaña, a nivel continental, el presidente del banco central europeo.

No son estos tecnócratas gente que solo sepa mucho de economía. Tiene, contrariamente a lo que pudiera parecer, un poso ideológico: el neoliberalismo. Han demostrado, además, ser muy competentes para salvarse el cuello, pero no para hacer bien su trabajo. Estaban en el centro de la crisis: Papedemos, el griego, ha pasado por distintas entendidas financieras, pero principalmente por el Banco Central Griego (hasta el 2002) y luego en el Banco Central Europeo (hasta el 2010); Monti, el italiano, lo tiene todo, desde haber sido consejero internacional de Goldman Sachs (uno de los bancos desencadenante de la crisis) o Coca Cola, pasando por ser miembro del oscurantismo grupo Bilderberg hasta ser comisario europeo para el mercado interno y la competencia; y el último tecnócratas en primera fila europea es Mario Draghi, también italiano, actor de los desastres económicos primero como vicepresidente de Goldma Sachs y luego como presidente del Banco Central Italiano hasta este mismo octubre.

Son tecnócratas puestos por la presión de los mercados, de la UE, pero con la bendición de los partidos políticos nacionales. Ni en Grecia ni en Italia los parlamentos, donde realmente está el poder que deriva de la ciudadanía, se han opuesto a tener unos cabezas de Gobierno ajenos a la política. Son ellos los que en última instancia han dado la espalda a sus ciudadanos, que ven como de la noche a la mañana dirigen sus países personas que no se han sometido a las urnas. Y todo de una manera bien legal ¿Sabían, por ejemplo, que en España cualquier ciudadano con derechos políticos puede ser presidente del Gobierno?

Monti ha sido claro en sus primeras palabras: “La no presencia de políticos facilitará en vez de obstaculizar”, ha declarado el nuevo primer ministro. Sus 13 carteras han ido a parar a personas que no tienen nada que ver con ningún partido. El mensaje queda claro: la política no vale, la ideología no sirve, ¡viva la técnica (neoliberal de mercado, claro)!

Tenemos en Europa nuestra propia versión de Inside the job, con esta colección de nuestros particulares personajes procedentes de la fauna que nos han llevado a este pozo y de la que se han lucrado muchos.

Mientras, Rajoy, en plena recta final de la campaña que le llevará previsiblemente a la Moncloa, arremete contra todos estos gobiernos tecnócratas que no han pasado por el tamiz de las urnas. ¿Para qué traer un tecnócrata si lo puedo hacer yo?