Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Archive for the ‘Periodismo’ Categora

Gracias

Thursday, July 16th, 2015

“Nunca repitas la misma palabra y evita empezar la frase con un adverbio”: el consejo de Alicia Rivera se me quedó grabado el día que me estrené en la sección de ciencia de El País escribiendo un artículo titulado ‘Nanotecnología y eficiencia para construir el buque pesquero de 2020‘. Guardo aún la plancha metálica con la que se imprimió esa hoja y que Rivera me regaló al día siguiente, “porque es una costumbre que cuando uno se estrena, se lleve la plancha”.

Llevo desde ayer saltándome esa regla porque no he parado de repetir la palabra ‘gracias’, en tantas ocasiones precedida del adverbio ‘muchas’. Si en español es difícil encontrar un sinónimo perfecto de una palabra, con ‘gracias’ se hace un tanto más complicado. Al diccionario me remito.

Y todo porque Pedro J., ahora ya mi director, ha anunciado en Twitter que me incorporo a El Español.

 


 

La verdad es que ha sido un aluvión de felicitaciones sinceras y de palabras que me abruman. Hacía tiempo que no me sonrojaba tanto. He intentado contestar a todas, al menos con la fórmula más sencilla: “¡[muchas] gracias!”.

Desde que empecé este blog en 2006 no he parado de tener la mayor recompensa que puede tener un juntaletras como yo: lectores. Lectores que me habéis seguido en otras redes, en otros espacios, en los medios donde he escrito (20Minutos y El País) y que sin duda ahora lo haréis en El Español. Y me echaréis ese cable, esas correcciones, esas críticas y alimentaréis esos debates que me han hecho tomarme esto del periodismo más en serio todavía.

Han sido dos años en los que he estado alejado de una redacción. Eso para un periodista es como para un marinero mandarlo desterrado al Tibet, pero cuando el marinero elige el ‘monasterio tibetano’ no puede quejarse.

Estos dos años hice cosas que me apetecían, que nunca había hecho y que tenía ganas de hacer. Estar a otros lados de la comunicación me ha hecho conocer algo mejor el periodismo, para lo malo, pero sobre todo para la bueno: creo que estamos en el mejor momento para nuestra profesión en mucho años, sobre todo porque son muchos los que tienen, tenemos, muchas ganas de hacerlo mejor cada día.

Pero sobre todo estos dos años he conocido a gente increíble (que ya forman parte de mi vida) y que se añaden a los buenos amigos que han estado siempre allí. Es la mejor de las suertes. Tanto a unos como a los otros el ‘muchas gracias’ se queda más que corto.

Una redacción no son solo unas mesas, unas sillas y una moqueta (la peor parte). Son personas que trabajan para un proyecto común. Y esta redacción en la que entro a formar parte tiene un equipazo que abruma. Vuelvo a trabajar con profesionales excelentes , como Daniel Basteiro, Mariagela Paone o Mabel Cobos. De ellos guardo recuerdos muy gratos porque tienen una concepción franca del compañerismo y se mueven con algo que es básico: sentido común. Y empiezo a trabajar con gente a la que tengo un respeto profesional extraordinario y de los que seguro me tocará aprender mucho. Porque en esto de juntar palabras [con sentido] y hacer fotos [enfocadas], uno no puede hacer otra cosa que aprender y aprehender.

Quiero acabar este post con las personas que han propiciado todo esto: María Ramírez y Eduardo Suárez, que desde hace unos meses hemos estado simplemente charlando, como lo hice luego con Fernando Baeta y finalmente con Pedro J. Ramírez. No he tenido la sensación de haber estado en un [tedioso] proceso de selección, sino en un proceso de recibimiento. Gracias por hacer el inicio tan grato y sobre todo por hacerme partícipe de ‘El Español’.

Y bueno, que ya sabéis lo que toca: más periodismo.

Una foto, una secuencia y un candidato

Thursday, April 9th, 2015

El primer ministro y candidato conservador, David Cameron, visitaba el miércoles un colegio. Esta foto ha corrido como la pólvora por las redes sociales:

Una foto (estática, por definición) puede hundir una visita de un candidato a un colegio, si es la única imagen que trasciende. La niña parece aburrida, dormida, hastiada por lo que le cuenta el candidato conservador…¿pero realmente pasó eso? Dentro vídeo:

La niña no estaba aburrida, ni dormida…estaba entre avergonzada y con la risa tonta de tener a un candidato y tantos fotógrafos alrededor. Pero ahora va cada uno y le da el significado a la foto, a ese instante, que no era lo que parecía y le pone el pie que quiera: “Niña reacciona ante el primer ministro Cameron”. Por ejemplo.

Actualización: La foto de lo que no es, portada de ‘The Guardian’. El pie reza: “David Cameron ayuda ayer con las lecciones de lectura en la escuela católica Sagrado Corazón en Westhoughton cerca Bolton”. A mi me parece una edición gráfica tan intencionada que encaja más en la desinformación.

Y esta otra: “Sí Lucy, sabemos todos cómo te sientes”

Merkel y Tsipiras para todos los gustos

Tuesday, March 24th, 2015

El encuentro entra la canciller alemana Merkel y el primer ministro griego Tsipras copa (*) la fotos de portada de la mayor parte de la prensa europea. Y hay fotos para todos los gustos.

Una primera imagen que me ha llamado la atención es esta de la agencia AFP. Es el momento en el que Merkel y Tsipiras están subiendo al estrado para participar en la ceremonia de bienvenida del griego a Berlin.

Esta foto es tan buena como editorializante. Esa Merkel marcando el paso, esa alfombra roja yendo más allá. Sin embargo ha reinado otra foto de momentos justo posteriores a la subida de la escalinata, que recogen medios como Financial Times o The Guardianen sus primeras.

Y sin embargo, en ese mismo gesto, unas fracciones de segundo antes o después, nos encontramos con un gesto de Tsipiras totalmetne distinto, como en este periódico que tan bien pronunciaba Carrascal a las tres de la mañana en Antena 3.

La edición internacional del NYT se decanta por este momento de la rueda de prensa, que sinceramente no es ni chicha ni limoná.

Peor aún es esta edición gráfica de Die Welt. Corrección extrema y sin decir nada de nada.

En resumen: hay una Merkel y un Tsipiras para cada periódico y línea editorializante.

 

Engañar y de dejarse engañar

Thursday, March 5th, 2015

Los World Press Photo ha decidido retirarle el premio al fotógrafo italiano Giovanni Troilo. Y lo hacen tan solo dos días después de haberle ratificado el premio tras la denuncia de falsedad presentada por el alcalde de Charleroi.

¿Qué ha cambiado en unas horas? Que el Jurado ha podido confirmar que una de las fotos no fue hecha en Charleroi, sino en Molenbeek, otro municipio belga. El propio Troilo, según WPP, les ha confirmado que mintió en el pie de foto, y el jurado ha decidido, finalmente, retirarle el premio.

Las dudas eran tan serias y las declaraciones del propio fotógrafo, situándose más en la estela del artista metido a documentalista que recrea,  invitaban a pensar a una descalificación. Los WPP se empeñaron en mantener el premio, pese a las serias dudas y prácticas de este reportaje, como colocar a un primo y a su novia en un coche para obtener una fotografía mientras mantenían relaciones sexuales, con un flash remoto para inmortalizar la escena, algo que viola las bases de concurso.

“Los fotoperiodistas que quieren representar no llaman a sus primos para fornicar en un coche”, resumía Jean François Leroy, el cabeza del reputado festival Visa Pour L’Images en su página de Facebook. Y añadía el bombazo: “Después de unos días reflexión, hemos tomado la decisión de no exponer los WPP este año en Perpiñán. Es una decisión dura. Pero los valores que defendemos no son negociables”.

En el comunicado de descalificación de los WPP se puede leer:

“Based on the mixture of reactions we’ve received over the past week, it is clear to me that the debate taking place about the definitions of press photography, photojournalism and documentary photography is necessary, and it will have implications for the professional ethics of practitioners. We find ourselves right in the middle of this debate, and we aim to use this as a learning experience, to give focus to the discussion and bring it to the next level. In order to do this, we are organizing a discussion about image integrity that will take place during the Awards Days in Amsterdam and we also plan to hold a debate about ethics in the profession during the same event at the end of April.”

Las negritas son mías. No hay un problema en cuanto a definición de fotoperiodismo ni la ética que lo debe sustentar. El problema está en que se da pábulo a la recreación y a la fantasía de los fotógrafos para recrear una realidad. El aplauso de los falsos documentales y documentalistas (propio de fotoartistas) ha contaminado al fotoperiodismo. Todo vale, todo se confunde, cuando lo que está claro es lo que es periodismo y lo que es fantasía (o al menos huele a ello).

Siempre me llamó la atención cómo la ambición por un premio puede, si no arruinar, dejar en entredicho la carrera de un fotógrafo. Nunca lo he llegado a entender. Él se dice hoy apenado.

Los WPP siempre acarrean este tipo de polémicas. Tal vez les vendría bien un poco más de sosiego y no tener tanta prisa y tanto secretismo en el proceso.¿Por qué no aumentar las exigencias del concurso y que no ‘cualquiera’ con ‘cualquier cosa’ se pueda presentar? ¿Por qué no publicar una lista de 10 trabajos finalistas por categoría para someterlo no a una votación pública sino a un escrutinio generalizado? Hoy en día el escrutinio del público ayuda mucho más que un puñado de expertos.

Seguirá habiendo mentirosos y tramposos, pero al menos se lo pondrían un poco más difícil. De eso se trata. Nada más.

‘Distorsionar’ la realidad

Friday, February 27th, 2015

No hay World Press Photo (WPP) sin polémica. Con el cacareado 20% de descalificados en la ronda final por manipulación y trampas digitales que se saltaron las normas del concurso, el debate se sitúa ahora en la otra manipulación: la del fotógrafo que coloca la realidad para construir una historia. Su historia. Este extremo es más serio que la de da por subir o bajar de forma exagerada las luces y las sombras para darle dramatismo a una foto plana.

Giovanni Troilo se alzó con el primer premio en la categoría de temas contemporáneos con un reportaje sobre Charleroi, titulado nada más y nada menos que ‘El corazón negro de Europa‘. Charleroi es un pueblo situado a unos cuantos kilómetros de Bruselas y que conocemos de paso todos los que hemos ido a la capital de Europa Ryanair mediante. Fue uno de esos trabajos del WPP que a mí no me llamó nada la atención.

La polémica salta ahora a la palestra porque el alcalde, ejerciendo de alcalde, se ha sentido ofendido. Dice que el reportaje no representa para nada la realidad del pueblo. “El sujeto fotográfico construido por el fotógrafo es una seria distorsión de la realidad que mina la ciudad y a sus habitantes, así como la profesión de fotoperiodista”, escribe el ofendido regidor al miembro del jurado de los WPP Michele McNally, del NYT. Si cada alcalde marcara lo que es fotoperiodismo en función de cómo se retrata a su pueblo íbamos aviados.

El señor alcalde (“Alcalde, todos somos contingentes, pero usted es necesario“) se agarra un argumento sólido: el propio Troilo, sobre una de sus fotografías en la que se ve un coche mientras unos brazos, piernas y cabezas se contorsionan, admite que uno de los contorsionistas es su primo contorsionando con su novia en el vehículo aparcado, algo que según él es todo muy normal en el postindustrialmente deprimido pueblo de Charleroi. Y de esto infiere el alcalde que si ha puesto a su primo a fornicar en un coche, que el resto a saber si es ‘verdad’ o es también fingido [Hasta el momento no sabemos hasta dónde llega el fingimiento del contorsionismo].

¿Y el fotógrafo que ha dicho? Se preguntarán a hasta altura de la historia. Al principio guardó silencio y luego pensó que lo mejor era pasar al ataque: “Ma non è un reportage investigativo. È storytelling…“. Lo que viene a ser que no era un reportaje sino una historieta…Y añade: “Mi reportaje no es un reportaje clásico, es un historia, es mi historia de lo que he visto, que conozco, que sé que ha sucedido”. También se le pregunta por la suerte de bodegón con armas y dinero, algo que él asegura que es muy frecuente en el postindustrialmente deprimido, perverso y oscuro Charleroi. “Nadie va a la cárcel por una foto mía”.

WPP ha anunciado que abre una investigación.  El jurado y la organización han alardeado este año de ser implacables con la manipulación digital y parece ser que se les ha colado la manipulación de toda la vida: la de colocar frente al objetivo la realidad recreada.

Unos premios de fotografía, pero más en concreto de fotoperiodismo, no se puede permitirse el lujo de tener a un ganador que alardee de que su trabajo no es un “reportaje clásico”, sino una recreación de una realidad presumiblemente vivida por él. [Podrían optar también por abrir una nueva sección llamada ‘falso documental’ y todos tan contentos].

Pero también hay que añadir que es algo normal que sucedan estas cosas, cuando al fotoperiodista se le dice que es ante todo un artista, que tiene que sacar de sus entrañas todo su ser y plasmarlo en su fotografía, que tiene que ser una fotografía conceptual, recreada, que lo de la realidad es lo de menos, que todo es ficción, que todo es pose, que todo son efectos especiales, que el reportaje tiene que ser ficción basada en hechos reales… y que encima todo el elenco de críticos, galeristas y medios de comunicación aplaudan fuerte ante el género del falso documental.

Pues no. El fotoperiodismo es real.  Llámenme clásico.

Actualización, 2 de marzo 2015. Los WPP han decidido mantener el premio a Giovanni Troilo: 

“The conclusion of this investigation is that World Press Photo finds no grounds for doubting the photographer’s integrity in carrying out his work. No misleading facts have been uncovered in the caption information that was made available for the jury. As a result Giovanni Troilo’s award stands in the 2015 Photo Contest”. 

Queda admitido el posado de un primo y las historietas que uno se monta a partir de la realidad.

PS: La banda sonora del post la propone Lara Hermoso.

Marcha Republicana: Una foto redonda

Monday, January 12th, 2015

Hoy he estado todo el día viendo la Marcha Republicana con la que Francia ha respondido, en las calles, a los brutales atentados terroristas que ha sufrido estos días. Confieso que llevo desde el miércoles oyendo, leyendo y viendo medios franceses. Poca atención – mal hecho – he prestado a los medios españoles o internacionales. Pero la prima lingua tira.  En unas horas, con más tiempo y el lunes ya puesto en orden, escribiré algunas reflexiones sobre estos días aciagos.

A estas horas quiero analizar una foto redonda.

Place République. Foto de S. Mahe, para Reuters.

He visto hoy muchas fotos de agencias; también muchas portadas y distintas elecciones. ¿Por qué esta es la foto más redonda? Juguemos al descarte:

– Nunca hubiera elegido la foto de los mandatarios situados en la cabecera para una portada de un periódico de papel. No eran los protagonistas, aunque han dado buenas fotos, cómo esta de Merkel y Hollande en El Elíseo. Son, aunque lo no parezca, actores secundarios, para una buena doble página interior. Si fueran Churchill, De Gaulle o Roosvelt, tal vez. Pero son quienes son. No hay talla para darles el protagonismo.  Esta es la opción por la que se ha decantado ‘ABC‘,  ‘Cinco Días‘, y menos la opción de ‘The New York Time‘ (edición europea), con dos fotos mal casadas. El protagonismo de la foto tiene que estar en aquella amalgama que llamamos ‘pueblo’.

– La siguiente elección lógica dentro de este planteamiento sería una foto donde se viera la muchedumbre que ha desbordado la protesta. Han optado por esta opción, y con foto a cinco columnas y generosa en altitud, ‘El País‘. A mi parecer, el titular (“Unidos por la libertad”)  hace perder fuerza a la foto, y esta portada no será recordada, que es a lo que tendría que haber aspirado una portada hoy. Con la misma fórmula, la de la muchedumbre, funciona mejor ‘Le Figaro‘  con un titular tan redondo como “Francia en pie” o más rematado en el caso de ‘La Croix‘, con un simplemente “En pie”.

– Fotos originales de la jornada las ha proporcionada JR, un artista francés del que os he hablado varias veces en este blog, y que ha estado presente con unas grandes gafas en forma de pancarta. Se ha especulado si eran las gafas de Charb, director de Charlie Hebdo y uno de los asesinados. Charb usaba gafas metálicas, y no estas de pasta. La interpretación es libre.

 

 

 

Las gafas de JR están presentes en las portadas de ‘La Vanguardia‘ o de ‘The Guardian‘. Siendo las fotos muy buenas, creo que en las portadas no tan funciona y distrae. “¿Unas gafas?”, podría preguntarse el lector. Entonces habría que darle la respuesta en el pie (no alcanzo a ver si lo hacen).

– Llegamos de nuevo a la foto redonda, firmada por Stephane Mahe y distribuida por Reuters. Es la Libertad, que asoma solo la mano, blandiendo la bandera, guiando al pueblo y de paso a la propia Marienne. Es un Delacroix actualizado. El fotógrafo ha encontrado la foto porque tenía la referencia del cuadro. La composición es redonda. Los protagonistas reflejan la diversidad de Francia tan repetida estos días. “Aux armes citoyennes”, parece que les dice, como les decía Marienne en el cuadro.  Pero en lugar de los mosquetes del lienzo, corona la foto un gran lápiz y pancartas de “Yo soy Charlie”. La foto rezuma ‘République’. Foto redonda.

Place République, Stephane Mohe
No tan al margen: ¿Algún periódico español ha mandado algún fotógrafo propio a París? Será que está muy lejos y es muy caro. Déjà vu. También observo cada vez menos originalidad y atrevimiento en las portadas de papel en España, que deberían ser, sobre todo en días cómo estos, más imaginativas y aspirar a permanecer.

Actualización: No había visto la portada de La Razón hasta bien entrada la mañana (gracias por el aviso, Lara). Han usado la misma foto, pero en una configuración a doble página, que le infiere un carácter muy épico si cabe.

Es vespertino Le Monde también ha elegido esta foto para su portada

Lemonde

Una vida sin Google News

Thursday, December 11th, 2014

Hoy Google News ha anunciado que el próximo 16 de diciembre echará el cierre a su servicio de Google News en España. Lo hace porque es cuando se sancionará la ley que obliga a los agregadores (no solo Google, sino también Menéame) a tener que pagar un canon por reproducir parte de las noticias. La clave de la ley es que establece que es canon es irrenunciable. Aunque un medio digital quiera estar de forma gratuita en Google News o en cualquier agregador, la ley obliga al agregador a tener que pagar a todos los editores.

Cualquier medio podía haber optar porque Google no indexe sus contenidos. ¿Por qué no lo hacen? No suelen responder a esto. Además de no querer renunciar a las visitas que les trae el agregador, ningún editor quiere jugársela y dar ese paso solo él, porque el resto seguiría en Google. Tampoco ningún editor se atreve a poner un muro de pago total, porque el resto seguiría en abierto ¿Se van a poner también de acuerdo en cerrar todos a la vez sus contenidos?

Se discute cuántas visitas proporciona este servicio de Google News u otro agregador a cada medio. Algunos minimizan el número de lectores finales que llegan por esta vía.  ¿Por qué entonces nos hemos pasado media vida periodística titulando para que las noticias las coja mejor Google News? ¿Por qué nos hemos pasado la otra media vida ‘meneando’ noticias en Meneame? Era tal esta última práctica que hubo un periodo de tiempo en el que el servicio baneó las IP de casi todos los medios porque nos pasábamos el día meneando noticias como propias.

A Google News y Menéame los editores de medios impresos, un auténtico lobby que cuida sus intereses de manera peculiar, les piden una compensación por usar sus noticias. Ni Google News ni Menéame tienen publicidad  (este último si que tiene publicidad, gracias por la corrección, Wicho). Proporcionan visitas a unos medios que tienen su servicio en abierto y gratuito. El símil sería este: un relaciones públicas lleva clientes a una discoteca y el dueño de la discoteca, en lugar de pagar al relaciones de turno le cobra por cada cliente; otro: es como si un periódico gratuito reclamara dinero a las personas que se dedican a distribuirlo. Muy marciano todo.

Google cierra este servicio porque no es su negocio. Ni siquiera se aviene a dar la batalla. Sabe por la experiencia en otros países europeos que al final, quien pierde más son los medios, y ya terminarán por volver. Es una empresa, un negocio y tienen su propia estrategia.

¿Cómo será, entonces, la vida de los medios digitales en España sin estos agregadores? De acuerdo con lo que ha pasado en el resto de la  vieja europea (porque esto no pasa en EEUU, nos pasa solo a los europeos que no entendemos un carajo de este mundo actual) los medios notarán una bajada en las visitas. No será la hecatombe, pero más de uno entrará en pánico porque los puestos de jefatura en los medios digitales está sujeto a la audiencia, casi tanto como un programa de televisión.

Para compensar la bajada de visitas, los medios se pondrán a fortalecer sus tácticas en las otras vías de entrada indirecta: las redes sociales, Twitter y Facebook principalmente. Cabe el riesgo de que para compensar esa caída algunos recurran a crear ‘bandada de estorninos‘, que es poner a todos sus redactores a twittear como locos sus propios contenidos ¿Se imaginan a algún medio obligando a sus redactores a tener su cuenta personal vinculada al medio dónde trabajan? Lo veremos como parte de esta estrategia.

También veremos a estos grandes medios tirar de estrategias sucias como han hecho y hacen para inflar sus cuentas de visitas, consistente básicamente en agregar a su sitio matriz la visita de otros portales que poco tienen que ver con su labor informativa.

Una tercera vía para compensar esta bajada de visitas será recurrir a contenidos ‘pincha-pincha’, donde cabe todo ese magma de sensacionalismo, tetas por las tetas, viralidad a tope…y poco interés periodístico.

Se puede dar la paradoja de que los medios tengan ahora que pagar a Google para que, por ejemplo, sus especiales de Lotería de Navidad salgan los primeros en el buscador. Hasta ahora los medios se tiraban como locos a hacer contenidos sobre el sorteo meses antes para que posicionara bien el contenido en el buscador. ¿Les perjudicará Google ahora?


Todo esto, evidentemente, es lo barato
. Ninguno de los responsables de los medios digitales va a pensar que para compensar todo esto lo único que tienes que hacer es contenido periodísticamente interesante, usando bien todos tus recursos multimedia (da pavor tener que recordar que no solo hay texto y una foto para dar un tema) y dando temas en profundidad y con originalidad. ¿Por qué seguimos escribiendo una información como si fuera a ser impresa? ¿Por qué no usamos otros recursos más, como el ‘liveblogging’ o invertimos más tiempo en piezas explicativas con recursos visuales y no solo textuales? Los medios digitales siguen teniendo la potencialidad de un Ferrari conducidos cómo si solo fuera un Seiscientos que solo puede avanzar con la marcha atrás puesta.

De todo esto pueden sacar cierta ventaja medios ‘nativos’ digitales, siempre y cuando además de la estrategia en Redes Sociales (se mueven con más agilidad) den unos contenidos y una información diferenciada, bien hecha y que dé valor añadido al lector. No des lo viral, sino que tu contenido valga tanto que sea viral para otros.  Además, estos medios, por su estructura más pequeña, se pueden mover con mayor agilidad en ciertos temas que los grandes no incluyen de entrada en su agenda periodística.

La ausencia de Google News no será la hecatombe para nadie. Pero si que será otro oportunidad perdida para que el periodismo en este país deje de pensar tanto en las estrategias del papel y la tinta que se han congraciado para este cierre. Que no lo celebren mucho.


PS1: Las fotos que ilustran en este post son un guiño al periodismo tan añorado por algunos.

PS2: ¿Afectará a esto las alertas de noticias que tiene Google? Si es así, ¿cómo sobrevivirán tantos gabinetes de prensa que tenían en esto la principal fuente para saber cuando alguien publicaba algo sobre ellos?

La fotografía ha muerto: ¡Viva el documentalismo!

Wednesday, December 3rd, 2014

El título que acaban de leer es falso. La fotografía no ha muerto. Va muriendo un tipo de fotografía. O al menos seguirá existiendo con un poso de fotografía zombi. Y los zombis gustan mucho. Me explico.

Hace unos días leíamos la noticia de que la agencia Reuters había comenzado a estructurar su departamento de fotografía en América. Estructurar significa despedir. Cómo son gente un poco más seria, han empezado despidiendo a dos jefes, pero en su memoria ya avisaba que es una senda que seguirá, pese a que aumenta el presupuesto en un 1% para su departamento. Ese dinero irá dirigido al video y a una app para tabletas y smartphones.

La rentabilidad es la que mueve a Reuters a hacer estos pasos. El vídeo tiene, al menos, dos ventajas frente a la fotografía en las webs: puede llevar publicidad previa (pasta) y es más cuantificable (podemos saber exactamente cuantas personas han visto un vídeo, cosa que es más complicada en el caso de la fotografía que suele ir acompañado de un texto, un reportaje, que se lleva el premio de la visita).

Se espera que si Reuters apuesta por el vídeo hará unos vídeos de calidad profesional,  aunque sea para el consumo anecdótico del hecho anecdótico de la actualidad anecdótica. No es el caso de la mayoría de los medios en España, cuyos vídeos distan en general de una calidad aceptable, no solo en la factura sino también en el contenido. ¿Quién no ha visto una entrevista con un sonido deficitario o un vídeo realizado por el osado reportero con el móvil? Los medios españoles han entendido las dos premisas anteriores de los vídeos, llenan sus webs con vídeos, pero en lugar de dar una calidad decente, que restaría dinero, han apostado por “dar un lo que sea”, que suele coincidir con no invertir más.

Pero el enemigo de la fotografía no es el vídeo. Tampoco lo es la profusión de cámaras y de ojos. De hecho esa profusión es una ayuda: en un alarde optimismo inusual de quien escribe, pienso que tanta ‘amateurización’ (que hace fotos porque las ama) hará que la ‘otra fotografía’ destaque de tanto estiércol. No digo mierda, porque la mierda no sirve, mientras el estiércol tiene un función necesaria. Sin ir más lejos, yo mismo soy productor de estiércol, de anécdotas sin fondo.

¿Y cuál es la ‘otra fotografía’? Es un tema largo, pero al menos dejo unos apuntes sobre mi punto de vista, del todo rebatible y discutible.

Por un lado el aspecto estético y técnico se le presupone a la ‘otra fotografía’. Las fotos bonitas, encuadradas y el axioma ‘una imagen vale más que mil palabras’, es tan viejo como no estrictamente necesario. La fotografía no puede ni debe renunciar al texto. El fotógrafo virtuoso, de estampas, no vale por sí solo. Formaría parte de esa fotografía zombi, de ese estiércol necesario.

El fotógrafo que se ocupa de ‘la otra fotografía’ tiene que ser un documentalista y no un mero cazador de imágenes bonitas. Cada foto tiene que tener un reflejo del conocimiento del tema que se inmortaliza, pero incluso tiene que tener un soporte textual que la haga ir más allá de la mera imagen. Eso requiere que el fotógrafo se lo estudie, se lo empape, se lo sepa, sin depender de un redactor. El mismo tiene que ser su propio redactor, aunque trabaje con otro redactor.

Estamos hablando, evidentemente, de una fotografía documental, del reportaje de profundidad. Y ese reportaje está en peligro de extinción, al menos en España, porque no se invierte en él desde los grandes medios. Como sucede en el caso del vídeo, se prefiere la foto rápida, que sea un apoyo al texto, una mera ilustración, que un valor en si mismo y un maridaje necesario con el texto. Tampoco existe una dirección eficiente desde los medios, en los que al fotógrafo se le guíe hacia donde quiere llegar y sobre, se le deje tiempo para trabajarlo. La inversión en tiempo es casi tan necesaria como la inversión en dinero.

Esta ‘otra fotografía’ no puede tener en el vídeo a un enemigo sino a un aliado. Muchos fotógrafos han creado una resistencia brutal al vídeo, primero porque entienden que es un lenguaje distinto, al que hay que adaptarse, y segundo porque les quitaría tiempo para hacer las fotos que quieren hacer. Es comprensible. Pero creo que el documentalismo actual necesita, aunque parezca un contrasentido, del vídeo para profundizar en su labor. Si estamos para contar una historia, procedamos a usar todos los instrumentos, pero hagámoslo bien. Nos tocará a muchos seguir estudiando.

Si repasamos un poco lo apuntado hasta ahora se nos debería de hacer plantear el estado de la cuestión en los medios [españoles] cuando tenemos que dejar blanco sobre negro que la fotografía no debe renunciar al texto ni al vídeo, y que desde los medios directamente ni se piensa ni se invierte en periodismo documental (en fotos o vídeos), cómo si hacen medios como NYT o The Guardian. Echénle si quieren un vistazo a MediaStorm ¿Por qué solo copiamos o directamente fusilamos reportajes y no copiamos su estilo?

¿Y dónde radica actualmente este documentalismo? Se sitúa, en España, en los proyectos personales, que con arrojo sacan muchos fotógrafos documentalistas adelante a costa de dedicarle horas y su propio dinero, porque los medios digitales están más a ver que cazan gratis en redes sociales para hacer titulares cómo ‘el vídeo del que todo el mundo habla’, sin querer apostar por hacer ellos mismos el contenido, el vídeo y/o la fotografía de la que todo el mundo habla.

Es más barato que lo hagan otros y que yo simplemente lo enlace y explique (un poquito) el fenómeno. Y encima casi sin pensar. Que pensar cansa.

Un editor gráfico llamado Immanuel Kant

Sunday, October 12th, 2014

Las fotos de Teresa Romero en la habitación del hospital de Carlos III, donde está aislada recibiendo tratamiento para hacer frente al ébola ha abierto, de nuevo, la polémica sobre la idoneidad de la publicación de unas fotos.

Las imágenes son obra de la fotógrafa Andrea Comas de la agencia Reuters. Ayer esta agencia internacional las distribuyó y la mayoría de medios, decidió publicarlas en sus webs, en grande, bien destacadas e incluso en forma de galería dando toda la secuencia. Mención especial merecen ‘El País’ y ‘El Periódico’, que decidieron retirarla y, al menos en el primer caso, pedir públicamente disculpas por su publicación. Esto último difícilmente se hubiera producido de no tener a las redes sociales echando humo. Queramos o no, las redes sociales se convierten en ese susurro, ruido o jaleo que marca en muchos casos el devenir de la publicación de una información: no es muy bonito que te saquen los colores públicamente.

Criterios para no publicarla. Cuando vi ayer la foto, avisado por dos amigas periodistas (coincide en que ambas tienen sentido común afilado)  que me la mandaron casi al unísono por WhatsApp acompañada de mensajes de indignación [periodística], no tuve ninguna duda: la foto no era publicable porque no añadía nada significativo a la información. La imagen viola, además, el derecho a la intimidad, consagrado en la Constitución y que solo puede ser violentado en caso de ser información de pública relevancia. Hay muchas sentencias del TC al respecto, donde limita expresamente el ámbito privado, incluso estamos en un sitio tan ‘público’ como un hospital, que es sobre todo privado. Y lo de saltarse las leyes está un poco feo. [Por cierto, que un olé a las autoridades por no cuidar la intimidad del paciente y que haya sido tan fácil saltarse todas las barreras]

También hay un punto que no es ligero: la foto está tomada con un teleobjetivo largo, lo implica cierto esfuerzo por vulnerar esas barreras de privacidad. ¿Qué diferencia hay en, por ejemplo, haber cogido un dron y haberse colocado frente a la ventana para tomar un vídeo o unas fotos más cerca y con más calidad?

Kant sirve para todo. Más allá de mi criterio de no publicarlas busqué el libro de estilo de la propia agencia Reuters y que tenía que decir sobre el derecho a la intimidad (privacy). La agencia viene a decir que si hay leyes sobre la intimidad – como el caso español – hay que ser escrupuloso en su cumplimiento, con la puerta siempre abierta del ‘interés informativo’. De no haber leyes o de tener serias dudas la agencia escribe:

It is difficult to lay down any specific guideline in this instance. A good rule of thumb may be to put yourself in the shoes of the subject of the image and consider whether you would feel your privacy was invaded if the image were to be published, and whether you would be able to defend publication on the ground of public interest if we were to publish the image.

En román paladino, en caso de duda, hay que ponerse en la piel del fotografiado: ¿nos hubiera gustado vernos en la cama de un hospital mientras luchamos contra una enfermedad? Creo que todos tenemos la respuesta.

Conecta este criterio con el imperativo categórico de Kant: “Obra solo de forma que puedas desear que la máxima de tu acción se convierta en una ley universal”, que es otra manera de formular la regla de oro de la ética: “Trata a los demás como querrías que te trataran a ti (en su forma positiva) o no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti (en su forma negativa)”.

La lejanía de las fotos. La conexión entre las fotos de la infectada española y los infectados en África es clara. Hemos visto innumerables fotos de africanos agonizando en algún hospital o en la calle, donde ya no solo nos da igual sacarlos, sino que no nos interesamos en ni en cómo se llaman. Pueden suscitar dudar, pero entiendo el argumento fundamental para publicarlas: esas fotos ponen encima de la mesa la falta de medios y las condiciones con las que afrontan la enfermedad en esos países. Aunque Kant nos tiraría de las orejas y creo que tampoco nos dejaría publicarlas, porque pasamos a usar a las personas como medios para un fin (el de la denuncia, que ayudaría al colectivo frente al individuo) y dejaríamos de ser ‘legisladores universales’ (lo que nos vale para el caso de Teresa, no nos vale para el caso de un africano).  Yo en todo caso publicaría siempre las menos escabrosas.

‘Me too’ . En el ámbito anglosajón se llama el efecto ‘me too’ (yo también) cuando en el ámbito empresarial uno quiere hacer lo mismo que la competencia. Este efecto queda patente en los medios digitales: ¿cómo puedo yo dejar de publicar una fotografía que lleva la competencia? Hemos caído en andar como pollos sin cabeza, en tener que dar información a cada minuto antes que el otro y si no tenemos información vale de todo, sobre todo la especulación y el sensacionalismo.

Al final la responsabilidad de la publicación de estas fotografías está en cada uno de los medios. “La crisis del periodismo”, leía ayer en twitter, “no es solo del papel”.  Quizá nos hemos olvidado para qué estamos.

Txetxo Yoldi tiene memoria

Tuesday, September 23rd, 2014

Conocí primero a Txetxo Yoldi por su firma. Era una de esas firmas que se repetían en la páginas de ‘El País’, el periódico del que he sido lector siempre lector.

Solo he hecho una vez en mi vida una cobertura de un juicio: el de los atentados del 11-M, para 20 Minutos. Yo no tenía prácticamente ni idea de qué iba un juicio, y la idea general que tenía se remitía a las películas americanas. Me sirvió de ayuda la letrada (y además amiga) Paloma Llaneza, que me proporcionó el teléfono de Txetxo. “Para lo que quieras y necesites”, me dijo Txetxo en una breve llamada. “Ya nos veremos en la sala”, añadió. Hubo un silencio incómodo cuando le dije que lo iba a cubrir desde la redacción. Años después Txetxo no se acordaba de esa llamada.

Esta breve anécdota resume quién es Yoldi: un tipo que siempre está dispuesta a ayudar y nunca con la boca pequeña.

Hoy escribo de él porque estrena memorias periodísticas: Peor habría sido tener que trabajar, editado por libros.com . Las memorias se leen en 2.40, lo que dura un vuelo entre Madrid y Bruselas, sin levantar la vista, porque engancha. Se agradecen los capítulos someros, al grano, muy a su estilo, pero añadiendo sus expresiones y citas de otros, que tanto le gusta colar. Además es elegante, porque en su larga trayectoria no sale mal parado casi nadie, salvo los que salen mal parados por acción propia.

Yo he sido un privilegiado por ver trabajar a Yoldi de cerca en la redacción de ‘El País’. Los lunes no tenía que leer su columna en las hojas del periódico porque siempre tenía el privilegio de leerlas los jueves o los viernes, impresas en un Din-3 y precedido de un “¿a ver qué te parece la columna?”, dejándola sobre mi teclado. Tras su lectura se establecía un diálogo donde yo preguntaba sobre alguna cosa que deslizaba en el texto. “¡Pero por cómo no sabes eso! ¡Qué joven eres!”, me soltaba (y me sigue soltado). También le vi manejar la bomba de relojería que era el ‘Caso Divar’, del que da cuenta en las memorias en su capítulo final. Hoy me tengo que esperar, como todos, a que lo publique en su blog ‘El último recurso.

Txetxo Yoldi, retratado por un servidor.

Txetxo Yoldi, retratado por un servidor.

Por su culpa, además, me compré un Smart. Quería una moto. Le pregunté cual sería la idónea, porque es un motorista de primer nivel. “¿Has llevado alguna vez moto? ¿No? Pues entonces cómprate un Smart”, me soltó. Cuando unos meses más tarde me vio con el casco de la bici me vino a decir que no tenía remedio: “Si te dije que no te compraras una moto no era para que te subieras a una bici, que es muchísimo más peligroso”.

En resumen, compren y lean el libro. Les divertirá y les reconciliará con el oficio de periodista, tanto si son lectores como ejercientes.

No creo en los maestros, pero sí en los ejemplos. Para mí, Txetxo Yoldi es todo un ejemplo.

Queda pendiente que me diga qué moto me tengo comprar.