Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Archive for the ‘Medios De Comunicacion’ Categora

Gracias

Thursday, July 16th, 2015

“Nunca repitas la misma palabra y evita empezar la frase con un adverbio”: el consejo de Alicia Rivera se me quedó grabado el día que me estrené en la sección de ciencia de El País escribiendo un artículo titulado ‘Nanotecnología y eficiencia para construir el buque pesquero de 2020‘. Guardo aún la plancha metálica con la que se imprimió esa hoja y que Rivera me regaló al día siguiente, “porque es una costumbre que cuando uno se estrena, se lleve la plancha”.

Llevo desde ayer saltándome esa regla porque no he parado de repetir la palabra ‘gracias’, en tantas ocasiones precedida del adverbio ‘muchas’. Si en español es difícil encontrar un sinónimo perfecto de una palabra, con ‘gracias’ se hace un tanto más complicado. Al diccionario me remito.

Y todo porque Pedro J., ahora ya mi director, ha anunciado en Twitter que me incorporo a El Español.

 


 

La verdad es que ha sido un aluvión de felicitaciones sinceras y de palabras que me abruman. Hacía tiempo que no me sonrojaba tanto. He intentado contestar a todas, al menos con la fórmula más sencilla: “¡[muchas] gracias!”.

Desde que empecé este blog en 2006 no he parado de tener la mayor recompensa que puede tener un juntaletras como yo: lectores. Lectores que me habéis seguido en otras redes, en otros espacios, en los medios donde he escrito (20Minutos y El País) y que sin duda ahora lo haréis en El Español. Y me echaréis ese cable, esas correcciones, esas críticas y alimentaréis esos debates que me han hecho tomarme esto del periodismo más en serio todavía.

Han sido dos años en los que he estado alejado de una redacción. Eso para un periodista es como para un marinero mandarlo desterrado al Tibet, pero cuando el marinero elige el ‘monasterio tibetano’ no puede quejarse.

Estos dos años hice cosas que me apetecían, que nunca había hecho y que tenía ganas de hacer. Estar a otros lados de la comunicación me ha hecho conocer algo mejor el periodismo, para lo malo, pero sobre todo para la bueno: creo que estamos en el mejor momento para nuestra profesión en mucho años, sobre todo porque son muchos los que tienen, tenemos, muchas ganas de hacerlo mejor cada día.

Pero sobre todo estos dos años he conocido a gente increíble (que ya forman parte de mi vida) y que se añaden a los buenos amigos que han estado siempre allí. Es la mejor de las suertes. Tanto a unos como a los otros el ‘muchas gracias’ se queda más que corto.

Una redacción no son solo unas mesas, unas sillas y una moqueta (la peor parte). Son personas que trabajan para un proyecto común. Y esta redacción en la que entro a formar parte tiene un equipazo que abruma. Vuelvo a trabajar con profesionales excelentes , como Daniel Basteiro, Mariagela Paone o Mabel Cobos. De ellos guardo recuerdos muy gratos porque tienen una concepción franca del compañerismo y se mueven con algo que es básico: sentido común. Y empiezo a trabajar con gente a la que tengo un respeto profesional extraordinario y de los que seguro me tocará aprender mucho. Porque en esto de juntar palabras [con sentido] y hacer fotos [enfocadas], uno no puede hacer otra cosa que aprender y aprehender.

Quiero acabar este post con las personas que han propiciado todo esto: María Ramírez y Eduardo Suárez, que desde hace unos meses hemos estado simplemente charlando, como lo hice luego con Fernando Baeta y finalmente con Pedro J. Ramírez. No he tenido la sensación de haber estado en un [tedioso] proceso de selección, sino en un proceso de recibimiento. Gracias por hacer el inicio tan grato y sobre todo por hacerme partícipe de ‘El Español’.

Y bueno, que ya sabéis lo que toca: más periodismo.

2014 fotográficamente hablando

Tuesday, December 30th, 2014

El ser humano tiene costumbres fijas: todos los años, cuando arranca el mes de diciembre, los medios de comunicación publican sus especiales del año. Es la primera dosis de nostalgia para un año que aún no terminado. “Balance informativo de un año que termina”.

Nos forzamos a recordar lo que acabamos de vivir como si formara parte de una historia muy pretérita. En los medios digitales, dentro de estos especiales, hay una sección que no falta: las fotos del año. Y existen, básicamente, dos maneras de abordar la selección: dar muchas o dar las justas. La primera opción responde, básicamente, a una llamada loca a las visitas; la segunda corresponde más a tener cierto criterio fotográfico, a veces no compartido por todos, para hacer ese balance de la nostalgia.

El germen de todas estas fotos que vemos repetidas en especial tras especial son las agencias. Cuando arranca el mes doce estas agencias lanzan a sus abonados su propia selección con etiquetas como “Pictures of the year“, resumido en el acrónimo POY. Su criterio es tan ancho como compresible, porque vende su producto y la mejor manera es sacar pecho con todo lo hecho en el año. Muchos medios se limitan simplemente a volcar ese material, para que el lector se encierre a ver ‘tropecientasmilquinientasventiochenta’ fotos que se repiten en muchos medios por igual.

Explicado lo anterior, el propósito de este post es hacer unos apuntes sobre lo que ha sido fotográficamente el año. Para facilitar la labor abordo los temas para contar con qué me quedo. Esto es una mera selección, y posiblemente haya temas ‘gordos’ que me haya saltado.

Ébola. Ha sido el tema periodístico de este año. TIME eligió a ‘los luchadores contra el ébola‘ como personaje de estos 365 días. Por los países afectados han pasado los mejores fotoperiodistas del momento. Sería difícil seleccionar uno solo. Allí está la fotografía de Samuel Aranda, que acabó en la portada de la web y de papel del NYT.

 

 

También está el trabajo incesante de Alberto Rojas, de El Mundo, que ha demostrado que no basta con ir, sino que hay que volver y no dejar de ir. Rojas ha hecho, para mi, el mejor seguimiento sobre la epidemia a pie de tiendas de campaña. Cuando escribo estas líneas, El Mundo publica su reportaje titulado ‘Diario del ébola en Liberia‘.

 

Diario del ébola de Alberto Rojas

Diario del ébola de Alberto Rojas

Quizá quien ha sabido captar mejor la angustia, el abandono y la desesperación que ha generado el ébola ha sido John Moore, fotógrafo de la agencia Getty. Es, quizá, el fotógrafo que más pronto siguió la historia, con las primeras fotos que movieron la consciencia contra la desidia informativa. Moore llegó de los primeros, pero además de manera brillante.

 

 

Moore fue además uno de los fotógrafos que inmortalizó a Saah Exco, el niño de 10 años desnudo a la que nadie asistía en las calles de Monrovia porque estaba infectado de ébola.

 

 


Siria. Los fotoperiodistas se han ido replegando de Siria ante los secuestros y la falta de seguridad ante una fraticida guerra civil y religiosa, con los bandos enfrentados sin querer testigos. Una de las fotos del 2014 es la llegada de Javier Espinosa a Madrid, tras el secuestro durante meses junto al fotógrafa Ricardo García Vilanova.

En este resumen quiero destacar dos fotos difundidas por trabajadores de organismos internacionales. La primera es esta, del niño Marwan.

Fotografía de Marwan, publicada por Andrew Harper.

Fotografía de Marwan, publicada por Andrew Harper.

La foto fue difundida en Twitter por uno de los jefes de la UNCHR y se convirtió en viral a los pocos momentos. Aquí ya contamos cómo la negligencia periodística y oportunista obvió que el niño venía acompañado de su familia, y los medios la difundieron como si Marwan hubiera atravesado él solo el desierto. Pasados los días, poco nos importó la suerte de Marwan.

La segunda foto es esta, del campo de refugiados de Yarmouk, en las afueras de Damasco. Muestra el momento en el que la ayuda humanitaria llega a este campo de refugiados palestinos, cercado, sin comida ni agua, durante semanas.

Distribución de ayuda en el campo de refugiados palestino en Yarmouk, en febrero de 2014. Foto UNRWA

Distribución de ayuda en el campo de refugiados palestino en Yarmouk, en febrero de 2014. Foto UNRWA

La fotografía fue distribuida por la UNRWA. Hace unos días el fotógrafo y editor gráfico de El País Gorka Lejarcegui se preguntaba quien era el autor de la foto. La agencia de la ONU para Palestina había distribuido la fotografía pero no había desvelado la foto. A través de un contacto en la UNRWA pude confirmar que el autor de la fotografía no podía ser desvelado por motivos de seguridad.

La desesperación de las fronteras. Muchas fotos que marcan este 2014 están protagonizadas por persona que huyen de su presente en busca de un futuro, de un dorado más allá de vallas y mares que marcan fronteras. La foto de Massimo Sesitini, con africanos y sirios llenando una barcaza en el Mediterráneo, quedará como una de esas instantáneas difíciles de olvidar del 2014. Sesitini es un fotógrafo veterano, que muchos clasificarían como paparazzo.

Las fronteras de Ceuta y Melilla ha generado fotos duras, derivadas de la respuesta policial. Sucede que, como muchos de estos temas tratados en este resumen es la misma foto repetida muchas veces. Eso puede hacer que nos anestesiemos ante un tema, incluso que lo veamos como normal. El efecto ha de ser el contrario. Esas fotos, esas imágenes, aunque se repitan hasta la saciedad, son solo muestra patente de nuestra miseria humana.

Hacemos prensa mala”, ironizaba el fotoperiodista Juan Ríos, uno de los que ha estado presente en este 2014 en la valla de Melilla. Una labor informativa que sale pese a los esfuerzos de policías que ‘solo’ cumplen ordenes de políticos para que no haya testigos de sus golpes y de esa ‘imagen tan negativa’.

También ha funcionado las fotografías por contraste. La vida y la otra vida: la fotografía de José Polazón muestra a unos jugadores de golf disfrutando de su partida mientras unas personas se aferraban a lo alto de la valla de Melilla. La imagen fue difundida por la ONG Prodein.  Indignación absoluta a golpe de twitts, como si los culpables de esa valla fueran solo los golfistas, insensibles a esa escena para ellos normal y diaria. “Hay que seguir con la vida”, decía un golfista en un informativo.

Hong kong. Si van a hacer una revolución hoy, como ayer, busquen una frase, un lugar y algo que simbolice su movimiento. Los hongkoneses lo entendieron con el paraguas, símbolo de sus protestas ante la reducción de libertades por parte de China.  Como llovía, los manifestantes tiraron de paraguas. Y los medios se agarraron a ese recurso. La revolución de los paraguas. Y el reguero de fotos no paró.

 

Portada de TIME sobre 'La Revolución del Paraguas'

Portada de TIME sobre ‘La Revolución del Paraguas’, con la foto de Xaume Olleros, fotógrafo español afincado en Hong Kong

La abdicación y coronación.  Si algo es la Monarquía, cómo institución, es imagen. 2014 quedará como el año en el que un rey vivo le cedió el testigo a su hijo. La abdicación de Juan Carlos I y la llegada de Felipe VI ha producido una serie de fotos, aunque no tendría claro cual es las pocas fotos que representan ese momento.

Allí está el desastre de las fotos que distribuyó la Casa Real con el rey Juan Carlos firmando su abdicación. Habían pensando en todo menos en la imagen. Un desastre no digno de una institución que debe cuidar sobre todo las formas. Ese estilo desfasado quizá comienza a superarse con la llegada de los nuevos reyes, con nuevos avances como contar con profesionales acreditados. Los retratos oficiales firmados por Gorka Lejarcegi son una prueba de ello. Estos nuevos reyes han mostrado cierta sensibilidad a la fotografía, contando ya de príncipes con las cámaras de Cristina García Rodero o Dany Virgili.

Los fastos de la coronación dieron lugar a muchas imágenes. La foto que llenó la portada de El Mundo, de Carlos García Pozo el día de la proclamación del nuevo monarca; o la fotografía de Froilán hablando por el móvil en una ventana tomada por Juan Carlos Cárdenas; o la posteriomente archifamoso saludo real del Pequeño Nicolás al nuevo rey; o las instantáneas tomadas en la calle de policías cayendo sobre ciudadanos que blandían banderas republicanas en el paseo real por las calles de Madrid.

Las otras fotografías del 2014.  Quedan muchos temas que merecerían la profundidad de los aquí mencionados. Ucrania, dónde la escuela rusa de fotografía se ha puesto patente con unas brutales imágenes; Gaza, que ha dado lugar a unas fotos bestiales de la destrucción y opresión de un pueblo que parece no tener límite; la huida desesperada ante el avance del Estado Islámico en Irak; la revuelta de Ferguson y las protestas contra el racismo en EE UU; esas imágenes que da el fútbol, sobre todo en un año de Mundial y en el año en el que el Real Madrid alzó su cacareada décima (fotos que no verán en este blog, por razones de sentimiento atlético)…

¿Y cómo resolver todas omisiones? Recomendado algunos resúmenes del año.

Gettyimages. La agencia distribuye un especial del año muy denso, con cientos de fotos, en las que invita a los lectores a votar. De esa selección, estas son las 10 más votadas, entre ellas varias del ya citado Moore y su trabajo sobre el ébola.

TIME. Me gusta la mesura de la revista estadounidense que ha seleccionado tan solo 10 fotografías de este año.

El País. Ha optado por clasificar las imágenes de manera cronológica, dando unas 120 fotografías para resumir todo el año.

Google. Merece la pena pararse un momento en el especial del gigante de internet, sobre todo por el formato y distribución de las imágenes.

Autobombo. No podía dejar de cerrar este post de 2014 con una selección de 10 post dedicados a la fotografía:

– La fotografía ha muerto…¡viva el documentalismo!. En este post analizo las nuevas fronteras del documentalismo relacionado con la imagen.

– Un editor gráfico llamado Immanuel Kant. O los límites éticos sobre las fotografías del ébola.

– Cuando se gana a un gigante. La lucha de la fotógrafa iraní Tavakolain contra un mecenas que quería mandar en su proyecto, contando en dos post I y II.

La sesión de Platon a Snowden.

Historia de una fotografía: Taxi al infierno.

Getty Images, un gran y atrevido movimiento, donde analizo el paso de este gigante de la fotografía que permite insertar sus fotos en páginas sin fines comerciales.

Cuando Putin marcó un gol a toda la prensa mundial con su propaganda.

Sebastião Salgado: el empacho de la perfección.

– Reflexiones sobre el World Press Photo.

Pam, la mujer que engañó a Franco y Hitler

Y esto solo es un resumen de todo un año que termina.

La fotografía ha muerto: ¡Viva el documentalismo!

Wednesday, December 3rd, 2014

El título que acaban de leer es falso. La fotografía no ha muerto. Va muriendo un tipo de fotografía. O al menos seguirá existiendo con un poso de fotografía zombi. Y los zombis gustan mucho. Me explico.

Hace unos días leíamos la noticia de que la agencia Reuters había comenzado a estructurar su departamento de fotografía en América. Estructurar significa despedir. Cómo son gente un poco más seria, han empezado despidiendo a dos jefes, pero en su memoria ya avisaba que es una senda que seguirá, pese a que aumenta el presupuesto en un 1% para su departamento. Ese dinero irá dirigido al video y a una app para tabletas y smartphones.

La rentabilidad es la que mueve a Reuters a hacer estos pasos. El vídeo tiene, al menos, dos ventajas frente a la fotografía en las webs: puede llevar publicidad previa (pasta) y es más cuantificable (podemos saber exactamente cuantas personas han visto un vídeo, cosa que es más complicada en el caso de la fotografía que suele ir acompañado de un texto, un reportaje, que se lleva el premio de la visita).

Se espera que si Reuters apuesta por el vídeo hará unos vídeos de calidad profesional,  aunque sea para el consumo anecdótico del hecho anecdótico de la actualidad anecdótica. No es el caso de la mayoría de los medios en España, cuyos vídeos distan en general de una calidad aceptable, no solo en la factura sino también en el contenido. ¿Quién no ha visto una entrevista con un sonido deficitario o un vídeo realizado por el osado reportero con el móvil? Los medios españoles han entendido las dos premisas anteriores de los vídeos, llenan sus webs con vídeos, pero en lugar de dar una calidad decente, que restaría dinero, han apostado por “dar un lo que sea”, que suele coincidir con no invertir más.

Pero el enemigo de la fotografía no es el vídeo. Tampoco lo es la profusión de cámaras y de ojos. De hecho esa profusión es una ayuda: en un alarde optimismo inusual de quien escribe, pienso que tanta ‘amateurización’ (que hace fotos porque las ama) hará que la ‘otra fotografía’ destaque de tanto estiércol. No digo mierda, porque la mierda no sirve, mientras el estiércol tiene un función necesaria. Sin ir más lejos, yo mismo soy productor de estiércol, de anécdotas sin fondo.

¿Y cuál es la ‘otra fotografía’? Es un tema largo, pero al menos dejo unos apuntes sobre mi punto de vista, del todo rebatible y discutible.

Por un lado el aspecto estético y técnico se le presupone a la ‘otra fotografía’. Las fotos bonitas, encuadradas y el axioma ‘una imagen vale más que mil palabras’, es tan viejo como no estrictamente necesario. La fotografía no puede ni debe renunciar al texto. El fotógrafo virtuoso, de estampas, no vale por sí solo. Formaría parte de esa fotografía zombi, de ese estiércol necesario.

El fotógrafo que se ocupa de ‘la otra fotografía’ tiene que ser un documentalista y no un mero cazador de imágenes bonitas. Cada foto tiene que tener un reflejo del conocimiento del tema que se inmortaliza, pero incluso tiene que tener un soporte textual que la haga ir más allá de la mera imagen. Eso requiere que el fotógrafo se lo estudie, se lo empape, se lo sepa, sin depender de un redactor. El mismo tiene que ser su propio redactor, aunque trabaje con otro redactor.

Estamos hablando, evidentemente, de una fotografía documental, del reportaje de profundidad. Y ese reportaje está en peligro de extinción, al menos en España, porque no se invierte en él desde los grandes medios. Como sucede en el caso del vídeo, se prefiere la foto rápida, que sea un apoyo al texto, una mera ilustración, que un valor en si mismo y un maridaje necesario con el texto. Tampoco existe una dirección eficiente desde los medios, en los que al fotógrafo se le guíe hacia donde quiere llegar y sobre, se le deje tiempo para trabajarlo. La inversión en tiempo es casi tan necesaria como la inversión en dinero.

Esta ‘otra fotografía’ no puede tener en el vídeo a un enemigo sino a un aliado. Muchos fotógrafos han creado una resistencia brutal al vídeo, primero porque entienden que es un lenguaje distinto, al que hay que adaptarse, y segundo porque les quitaría tiempo para hacer las fotos que quieren hacer. Es comprensible. Pero creo que el documentalismo actual necesita, aunque parezca un contrasentido, del vídeo para profundizar en su labor. Si estamos para contar una historia, procedamos a usar todos los instrumentos, pero hagámoslo bien. Nos tocará a muchos seguir estudiando.

Si repasamos un poco lo apuntado hasta ahora se nos debería de hacer plantear el estado de la cuestión en los medios [españoles] cuando tenemos que dejar blanco sobre negro que la fotografía no debe renunciar al texto ni al vídeo, y que desde los medios directamente ni se piensa ni se invierte en periodismo documental (en fotos o vídeos), cómo si hacen medios como NYT o The Guardian. Echénle si quieren un vistazo a MediaStorm ¿Por qué solo copiamos o directamente fusilamos reportajes y no copiamos su estilo?

¿Y dónde radica actualmente este documentalismo? Se sitúa, en España, en los proyectos personales, que con arrojo sacan muchos fotógrafos documentalistas adelante a costa de dedicarle horas y su propio dinero, porque los medios digitales están más a ver que cazan gratis en redes sociales para hacer titulares cómo ‘el vídeo del que todo el mundo habla’, sin querer apostar por hacer ellos mismos el contenido, el vídeo y/o la fotografía de la que todo el mundo habla.

Es más barato que lo hagan otros y que yo simplemente lo enlace y explique (un poquito) el fenómeno. Y encima casi sin pensar. Que pensar cansa.

Reflexiones sobre el World Press Photo 2014

Monday, February 17th, 2014

Llevo viendo las fotos premiadas en el World Press Photo de este año desde el sábado, con tranquilidad y de una manera reposada. Es un lujo que uno puede permitirse cuando no le ahoga la premura de las fotogalerías, los análisis a vuela pluma, la búsqueda de los premiados españoles, las llamadas a estos… Y este margen de tiempo te permite, además, leer lo que otros han escrito y reparar en cosas que quizá tu no habías visto. Todo ventajas, en resumen.

Metapost aparte, he aquí una serie de reflexiones que me han suscitado las fotos premiadas en esta edición.

El ganador. John Stanmeyer se ha alzado con el premio absoluto por una fotografía no especialmente espectacular y de la que uno tiene que leer el pie para enterarse de qué va. Y entonces uno entiende que esa foto, sin ser la más espectacular, comunica y conmueve al tratar un tema tan dramático como la emigración y la desesperación humana por un futuro mejor. Sin obviedades. Está línea del fotoperiodismo es la más complicada de abordar, en tensión con la otra escuela que apuesta por los fotones y el espectáculo dramático.

SIGNAL 26 February 2013 African migrants on the shore of Djibouti city at night, raising their phones in an attempt to capture an inexpensive signal from neighboring Somalia—a tenuous link to relatives abroad. Djibouti is a common stop-off point for migrants in transit from such countries as Somalia, Ethiopia and Eritrea, seeking a better life in Europe and the Middle East.


Señal. Emigrantes africanos buscan cobertura en sus móviles en una playa de Djibouti para poder hablar con sus familias. Foto J.Stanmeyer/VII

Retoque, el justo. Con la polémica absurda desatada el año pasado por el retoque que tenía la foto ganadora, no parece una casualidad que el jurado haya sido muy conservador en premiar a las fotografías con un retoque, digamos, más plano y conservador ¿Consecuencias? En las siguientes ediciones los fotógrafos se cortarán un poco en pasarse con el retoque, porque la excesiva postproducción ya no tiene premio. De hecho, un 8% de los trabajos presentados fueron eliminados del concurso por saltarse la reglas y procesar en exceso la imagen.

La falta de edición y de inversión.En una entrevista publicada en BJP, Gary Knight, presidente del jurado en esta edición, destacaba el hecho de que cada vez van menos fotógrafos a cubrir informaciones de primer orden. Knight se quejaba, además, de la falta de edición de los reportajes, planos y sin ritmo, y añadía que los fotógrafos premiados pertenecen, en muchos casos, a grandes organizaciones que aún están dispuestas a invertir en reportajes y en fotoperiodismo:

“And then, within these stories, it was very evident that many of them hadn’t been well developed, so when you come to judge that story, you are left thinking: ‘It hasn’t been edited very well. There is no narrative.’ Both in terms of depth and breadth, I noticed that something was missing. If you look at the organisations that have won awards – National Geographic, The New York Times, AP, AFP and Reuters – it’s evident that there’s very few [institutions] left that can still afford to provide resources to photographers. I’m seeing in these awards the real-life consequence of the lack of resources that photographers have to go out into the world and cover stories with any depth at all.”

En la página de la fundación que otorga los premios ha colgado en su web entrevistas a miembros del jurado.

Los medios españoles pintan poco. Pregunta: ¿cuántos periódicos, revistas o digitales españoles pueden sacar pecho por haber producido y publicado con anterioridad entre sus páginas algún de los trabajos premiados en los últimos años? Pocos o ninguno. No es un problema de cantera de fotógrafos. Talento hay a raudales: el español Moises Saman, comisionado por Magnum, o Pau Barrena, han sido dos españoles premiados en esta edición.

La clave es que los medios españoles no apuestan por el fotoperiodismo. Van a lo rápido, a lo sencillo y a lo barato, muy acorde a lo que señalaba el presidente del jurado.  No hay una dirección fotográfica eficiente que haya entendido de qué va la fotografía actual. Los responsables de estas secciones son meros gestores de horarios, libranzas y buceadores de agencias buscando los fotones que hacen las grandes agencias para salvar el día a día. Con plantillas de fotógrafos mermadas, estos andan con cubriendo como pueden los flecos del día a día, de rueda de prensa en rueda de prensa, y de partido de fútbol en partido de fútbol, no vaya a ser que le caiga un tirón de orejas al jefe por que se le haya escapado un fotón en una aburrida rueda de prensa. No da tiempo para que se puedan explayar en un tema. Y, en plena crisis económica que vivimos, anda que no hay temas y temas por los que apostar.  Sorprende ver como luego por estas latitudes los medios publican con profusión ‘las mejores fotos del año’, azuzados por la búsqueda del click, pero sin ninguna reflexión por parte de esos responsables de porque sus medios no están ni estarán entre los premiados. Pero tampoco es que los nuevos medios digitales hayan hecho una apuesta por el fotoperiodismo. Como mucho, algunas fotos espectaculares de algún colaborador en caso de carga policial, eso si no la han robado y usado previamente alguna foto que se haya colgado en una red social.

El momento. Quizá la foto que más me ha perturbado es la que firma el iraní Amir Pourmand. En ella un joven llora sobre el hombre de su verdugo momentos antes de ser ahorcado.

st before a noose is put on his neck, Alireza Mafiha, 23, lays his head on an executioner's shoulder. Together with Mohammad Ali Sarvari, 20, he was convicted for stabbing a man and stealing the equivalent of $20. The pair were arrested after posting a video on YouTube showing the attack. Though their victim did not die, the judiciary convicted them of being “mohareb,” a Shiite legal term that translates as “waging war against God”, a crime that carries the death sentence.

Alireza Mafiha, 23 años, llora sobre el hombre de uno de sus verdugos, poco antes de ser ejecutado en Irán junto a Ali Sarvari, de 20 años. Ambos pegaron y robaron a un hombre el equivalente a 20 $. Fueron identificados por haber subido a Youtube la paliza; fueron condenados a muerte pese a que la víctima sobrevivió a los golpes. Foto:  Amid Pourmand/ ISNA

Sin políticos. Ningún político protagoniza ni una solo fotografía premiada. ¿Casualidad? ¿Hartazgo? Puede que tenga más que ver con que los políticos proyectan de por sí sus imágenes, y que los premios pretendan reconocer más a los temas que no tienen tanto el foco mediático encima.

 

Hollande y la vuelta al cole

Wednesday, September 4th, 2013

Las agencias Reuters y AFP sirvieron ayer una foto de Hollande en un aula de Denain, con motivo del primer día de colegio. La foto de fue ampliamente difundida por Twitter:

 

"Una cosa que decir: gracias al fotógrafo re Reuters por esta foto de Hollande"
 

Tras enviarlas a sus clientes, tanto Reuters como AFP, mandaron una orden a sus clientes para retirar las fotografías.  La agencia francesa argumentó una “decisión editorial” para su retirada.

La fotografía deja al señor presidente de la República Francesa en ridículo sin aportar ninguna información. Solo es un gesto captado por un fotógrafo. El error fue, desde luego, distribuir una imagen que caricaturiza a un personaje, pero que no añade ninguna información. Ridiculizar por ridiculizar no debe de ser la función de un periodista. El problema es que el error se ha intentado subsanar con una retirada, lo que levanta los fantasmas de las presiones del poder y la censura, además de no arreglar nada ya que la imagen ya la puede ver todo el mundo y el efecto rebote es peor: pedir que no se hable de una fotografía es incitar a que se hable aún más de ella.

Las agencias tienen un primer filtro, el de su criterio periodístico, sin una connotación editorial excesiva para servir ampliamente a sus clientes, de todo pelaje y condición. Luego recae en los medios y sus editores gráficos (si los tienen, si se han salvado de los recortes) dar o no determinadas imágenes. Con los gestos, los editores tienen un gran aliado para destrozar la imagen de un personaje. Un gesto es una milésima de segundo: tocarse la nariz porque algo molesta, una mueca…y sacarlo de su contexto es fácil para ridiculizar. Y ese tiene que ser un límite del editor gráfico: damos información no destrozamos imágenes.

Aunque siempre esta el extremo de las fotografías proporcionadas por el mismo poder, donde todo es perfecto y adulador. Aquí la fotogalería de esa misma vista realizada por el fotógrafo de la presidencia francesa.

Actualizción: La agencia AFP ha explicado en este post porque decidió retirar la foto, cuyo criterio comparto al 100% y tal y cómo escribí esta mañana :

AFP tieme como regla nunca difundir imágenes que rediculizan gratuítamente a la gente. Decidimos publicar una fotografía pro su valor informativo, nunca por la violencia, la ocurrencia, el ridículo que pueda generar. Por ejemplo, sucede frecuentamente que nuestros fotógrafos, en conferencias internacionales, sorprenden a dirigentes mundiales en posturas poco ventajosas, metiéndose el dedo en la nariz o otras. 

Vía | L’Express 

PS: no puedo dejar de recomendar una entrevista en JotDown a Santiago Lyon, responsable máximo de fotografía y vicepresidente de AP.

Neda no era Neda

Friday, November 16th, 2012

Los medios viven inmersos en la obsesión de que toda noticia o persona que la protagoniza tiene que tener una foto o una imagen. Esa obsesión se ha visto alimentada con todo este universo digital. Antes eran los periodistas del medio o las agencias las que proporcionaban esas imagenes. Si había un muerto de por medio, acudían a la familias o amigos para que les proporcionara una foto del difunto. Un veterano de noticias de sucesos me confesó un día que en su vida había robado muchas fotos de las casas de difuntos noticiosos.

Ahora también robamos, pero sin entrar en las casas. Si pasa algo, los editores gráficos corremos al oráculo  y le preguntamos por la imagen. Muchos no dudan en asaltar Facebook o cualquier otra red social y robar (sí, es un robo) la imagen. Ya puestos, casi no se contrasta si esa persona que han descubierto es o no la protagonista de la noticia. Tenemos la imagen, ¿cómo nos vamos a llevar el chafón de que esa no es la persona que realmente buscamos?

Algo así debió pasar en el caso de Neda; murió apaleada durante una protesta de aquella revolución verde iraní, aquella que nos empeñamos en decir que era una revolución digital a golpe de Twitter. El vídeo de su muerte, subido por un videoaficionado a la red, recorrió el mundo entero. Las imagenes valieron una mención especial en los World Press Photo de ese año.

Teníamos la cara de ella destrozada por los golpes. Pero nos faltaba su imagen sonriente. Algún iluminado se metió en Facebook y se topó con una tipa con pañuelo, que se llamaba [casi] igual y vivía en Irán. ‘Es ella’, se dijo satisfecho. Es posible que la subiera, a su vez, a Twitter, y entonces mucha gente dijera al unísono: ‘Es ella’. Editores de medios de comunicación con cierta credibilidad llegaron a la misma conclusión, porque ahora lo que dice Twitter  es verdad, y para qué contrastar . Y esa imagen pasó a ser el retrato de ella, que no era ella.

Neda Soltani (izquierda) and Neda Agha-Soltan (derecha)

Ella, la del retrato, no estaba muerta. Se llama Neda Agha-Soltan. Pero ese fallo encadenado, esa mentira multiplicada hasta convertirse en verdad, la puso en un brete: el régimen iraní la acusó de simular su muerte y ella, ajena a todo esto, tuvo que dejar su país.

Todo un drama humano causado gracias a la obsesión de tener una imagen de toda cosa que pasa.

Tres años más tarde cuenta su historia a la BBC. | vía PetaPixel

Arantza

Monday, November 12th, 2012

Conocí a Arantza primero por teléfono. Trabajábamos en la misma empresa (Prisacom), pero en edificios distintos, ella en deportes y yo en la mesa central.

Recuerdo el día que murió el futbolista Puerta. La información arrancaba con un ‘los peores augurios se han cumplido’. A nuestra jefa de entonces, Vanessa, le pareció que esa frase era una frase demasiado hecha y me pidió que les llamara para que se cambiara; pocos horas más tarde, un atleta español (ya no recuerdo ni cómo se llamaba) no se clasificó para una prueba en la final de los mundiales o europeos de atletismo. La crónica arrancaba con un ‘no pudo ser’. Y se repitió la misma llamada.

No recuerdo si al otro lado estaba ese día Arantza, pero tuvimos conversaciones de esas de ‘quita, pon’, durante algún tiempo. Ella también llamaba para vender las piezas de deportes, avisar de las erratas que metíamos en portada o de cualquier destrozo, muchos de ellos causados por mi. Cada vez que colgaba, me contó tiempo más tarde, echaba exabruptos contra mi persona: ‘¿Moeh?, el Moeh este es un…’ Y así durante unos meses.

Nos conocimos en un sarao de empresa, no sé si en la cena de Navidad (por entonces había cestas y se celebran cenas pagadas por la patronal). ‘¿Tu eres Moeh?’, me dijo. Creo que esperaba a un monstruo o a un tipo con cola de demonio. Pero nos caímos mejor que bien. Afianzó nuestra amistad su traslado a Miguel Yuste. Sufrimos los primeros Juegos Olímpicos juntos, aquellos de Pekín; luego grandes premios de F-1, todo el fútbol habido y por haber, mundiales, eurocopas…Horas y horas de trabajo, muchas más de las que fija un contrato, muchas trabajando para que luzca más el trabajo de otros.

Estábamos uno para el otro; despotricábamos contra las injusticias que vivíamos en primera persona; hablamos (y nos asesorábamos) sobre el amor, sobre la vida; ella estuvo a mi lado en los peores momentos de mi vida; también en todas las alegrías y casi todas las fiestas y juergas, muchas, pero nunca demasiadas. ‘Moeh, somos Zipi y Zape’, me soltó un día en la cafetería mientras se tomaba una manzanilla, algo muy suyo. ‘¿Quién es el rubio y quién es el moreno?’, añadió partiéndose de risa.

El sábado la llamé para decirle que compartía lista con otras 128 compañeros. Lo hice llorando. Y fue ella la que me consoló: le brota la valentía vasca por todas sus venas.

Releo lo que escribo y parece una elegía. Pero Arantza está más que viva y entera. Es una gran periodista y mejor persona. Ahora parece que soy yo el que usa los tópicos al escribir (Vanessa, perdóname), pero a veces son los tópicos los que mejor funcionan porque son los que mejor se entienden.

Ya no vendrá a mi sitio a decirme ‘invítame a un agua’. Tampoco serán en esas paredes donde nos consolemos. No será en Miguel Yuste donde compartamos esos cafés, esas manzanillas ni los homenajes culinarios a los que ella siempre se empeña en invitar. Será en otros sitios, sin moqueta, y con la ventaja de que el periódico no ocupará ya tanto tiempo en nuestras conversaciones.

Te quiero, te aprecio. A por todas Arantza. Tu y tantos amigos, como Txetxo, Julio, Gallito, Carmen, Gloria, Ibañez, Manu, Toño, Oli, Aitor, Abel, Lobo y un puto largo etc.

Triunfa la (tele)basura

Wednesday, December 29th, 2010

En media hora CNN+ echa el cierre. En el mismo canal se enchufará el canal temático de reality show de Telecinco. Gran Hermano. A todas horas. Triunfa la telebasura. Triunfa un modelo de televisión que ha hallado la tecla de la audiencia masiva, donde un personaje es la columna vertebral de toda la programación, donde importa muy poco el interés público y mucho la caja registradora.

“El periodismo tiene un papel esencial en la formación de la opinión pública”, es un mantra que se repite en las facultades de periodismo. Cada vez el periodismo está más arrinconado. Y lo peor es que parece que la ciudadanía, a esa que tenemos que ayudarle a formar su opinión independiente, de todos los signos políticos, no lo echa de menos. No es su culpa, algo estaremos haciendo mal los que nos dedicamos a esto.

El cierre de CNN+ no es solo Gabilondo, ni los empleados que se quedan en la calle, aunque ellos sufren de manera directa el golpe de un cierre. Es también un signo más, de que esta profesión va acumulando fracasos y desengaños con la sociedad. Perdemos todos. No parece que nos sientan necesarios. Y sin embargo, seguiremos, tropezaremos con más cajas registradoras e intentaremos recuperar la confianza de a esos a quien nos debemos, esa ciudadanía que se queda hoy con menos periodismo y más (tele)basura .

El valor informativo de una foto

Wednesday, February 10th, 2010

¿Qué valor informativo tiene dar la imagen de un hombre, civil, desconocido, víctima de un atentado terrorista, con todas las tripas por fuera? El pasado viernes hubo un atentado en Islamabad, y la agencia Reuters, siguiendo su protocolo de actuación, mandaron a un fotógrafo al lugar de la explosión, y a un segundo al hospital. Este último se encontró de bruces con otro atentado en las puertas del centro sanitario. Y tomó dos fotografías (si alguien está interesado, las puede ver en el blog de la agencia). El editor escribe:

“¿Cuánto horror tiene que ser enviado por el cable (a los clientes de la agencia)?¿Tienen que ser enviadas todas? ¿Tiene que tener la gente la posibilidad de ver estas imágenes en Internet? Yo creo que sí, otros están en contra (…) ¿Tiene que estar el mundo expuesto a la brutalidad de este tipo de imágenes o tiene que estar este horror confinado a aquellos que lo sufrieron en primera mano – las mismas víctimas, los muertos, los periodistas, las fuerzas de seguridad presentes? Si la respuesta es no, ¿porqué se envía a periodistas a la escena en primer momento? ¿Tenemos que esconder esto al mundo? El hecho es que fue un ataque en un hospital lo que marca la diferencia del nivel de brutalidad que tiene que ser visto. Yo creo que si. Es posible que tu no estés de acuerdo”

Yo no tengo una respuesta categórica, y me escudo en esa cosa que se llama “valor informativo de la imagen”. ¿Aporta algo al lector verle las tripas a un hombre en primera página? Desde luego que quedaría retratada la brutalidad del atentado, ¿pero no habría otra manera? ¿otros encuadres, no tanto detalle?

Sanjay Gupta, el cirujano enviado especial de la CNN a Haití

Friday, January 22nd, 2010

Se llama Sanjay Gupta. Ha ganado un Emmy. Pero no es presentador ni actor ni periodista: es neurocirujano y trabaja para la CNN. Ahora es el cirujano enviado especial de la cadena a Haiti. Empezó a trabajar en la CNN en verano de 2001, para cubrir el envío de antrax en sobres. Luego se fue a  Irak, operando a víctimas civiles y militares, casi a la luz de las cámaras. Va a todas estas zonas en crisis bajo el título “chief medical correspondent”.El de Haití no es su primer desastre natural: en 2005 se fue a Sri Lanka a cubrir el tsunami.

En este vídeo vemos como auxilia a un niño en Haití, con las cámaras preparadas para tal efecto.

Acompaña al doctor Gupta, la estrella de la cadena Anderson Cooper, que también ha dado ante las cámaras su dosis de heroísmo, salvando a un niño herido de una turba, tal y como cuenta en su propio blog con una serie de fotos y vídeos:

El problema no es que el periodista acuda a salvar a las víctimas que pueda; el problema está en hacer de ello un exhibicionismo acorde con la noticia como espectáculo: es entonces cuando el reportero se mete dentro del relato de los hechos, se convierte en protagonista y explota este vértice hasta la saciedad.

Vía | El Blog de Le Monde sobre el terremoto de Haití, dónde se pregunta: “¿Salvar o filmar, hay que elegir?” .