Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Archive for the ‘Historia de una fotografía’ Categora

Historia de una fotografía: Taxi al infierno

Friday, June 6th, 2014

Amanecer del 6 de junio de 1944. Soldados estadounidenses de la Compañía E, de la 16º DE infantería, perteneciente a la Primera División de Infantería, desembarcan en la playa de Omaha, Normandía. Empezaba la ofensiva terrestre de los aliados contra las tropas nazis. El suboficial de los Guarda Costas, el jefe de fotografía Robert F. Sargent, toma con su cámara imágenes del desembarco. El cuerpo de Guarda Costas de EEUU tuvo el papel crucial de conducir los buques anfibios desde los buques donde embarcaban los soldados, fondeados a unas millas de la costa, hasta la misma playa.

La fotografía.  Se ha hablado mucho de las 8 fotografías del desembarco de Robert Capa que sobrevivieron al mal hacer de un becario que las reveló mal [en la página de la agencia Mangum se puede ver una selección de las fotos de Capa en Normandia] . Pero pocas veces se menciona a Robert F. Sargent. El mismo Capa  le menciona con cierto desdén propio de su ego en sus deliciosas memorias sobre la II GM: “[Al llegar de vuelta a Wetmouth, Inglaterra] supe que el otro fotógrafo asignado a Omaha beach había vuelto hacía dos horas y que no pisó la playa: ni siquiera llegó a dejar el buque. Y ya iba camino de Londres con su impresionante triunfo”.

Los dos Robert había compartido el buque U.S.S Chase. Era lógico que el Robert F. Sargent corriera hasta Londres para hacer llegar las fotos del desembarco: la propaganda de guerra de los aliados requería fotos de la gesta.

Taxis to Hell – and Back – Into the Jaws of Death

Taxis to Hell – and Back – Into the Jaws of Death

 

Robert F.Sargent titulo la fotografía: “Las fauces de la muerte”. En el pie original se puede leer: “Invasores americanos corren por la rampa de una barcaza de desembarco de la Guarda Costera para vadear las últimas peligrosas yardas de la playa de Normandía. El fuego enemigo derribará a algunos de ellos. Su ‘taxi’ se alejará de la arena para volver a traer más pasajeros del buque de transporte de los Guarda Costas”.

El fotógrafo. Nada, salvo estas fotos, se sabe de Robert F. Sargent. Ni de antes ni de después del Día-D. Es extraño, en una sociedad como la estadounidense que rebusca en su historia reciente, no haya (o yo al menos o he encontrado) ningún rastro de este protagonista y notario directo de un momento histórico.

 

Heridos

Un soldado desembarca en el USS Chase, tras haber sido herido en la playa de Omaha.

 

Para mí, más allá de la historia, esta fotografía tiene un valor especial por esta portada. Cosa de editores gráficos.

Babelia

Pam, la mujer que engañó a Franco y Hitler

Tuesday, January 14th, 2014

Una joven posa en una playa. Viste ropa de baño. Y mira con dulzura a la cámara, casi diría que hasta con amor. Responde al nombre de Pam. Quizá estemos ante una de las fotos que más cambió la historia, al menos la de la Segunda Guerra Mundial.

 

Jean Gerard Leigh, 'Pam', posando en un playa/ Foto: The National Archives UK.

Jean Gerard Leigh, ‘Pam’, posando en un playa/ Foto: The National Archives UK.

La fotografía fue encontrada en la cartera que llevaba encadenada el comendante William Martin a su cintura. Martin, con su uniforme de los Royal Marines británicos, había aparecido en la playa de El Potril, Huelva, el 30 de abril de 1943. Las autoridades franquistas comunicaron enseguida el hallazgo a sus homólogos alemanes. En el interior se encontraba, junto a correspondencia donde se revelaban el plan de invasión de Grecia por parte de los aliados, cartas de amor entre Martin y Pam. Los forenses que examinaron el cuerpo determinaron que el hombre había muerto ahogado.

Pero todo, incluido el amor entre Martin y Pam, era mentira. La operación Mincemeat, orquestada por el Servicio de Inteligencia Naval británico, bajo el mando del capitán Ewen Montagu, buscaba hacer creer a los alemanes que el desembarco aliado se iba a producir en Grecia, y no en Sicilia. Los nazis picaron y trasladaron el grueso de las fuerzas hacia Grecia. Los aliados no tuvieron muchos problemas para desembarcar en Sicilia.

William Martin era en realidad Glyndwr Michael, un vagabundo que había muerto de neumonía por ingesta de raticida, tal vez en un caso de suicidio. El cuerpo presentaba los mismos síntomas que alguien muerto por ahogamiento (aquí podéis ver una foto del cuerpo preparado para el engaño). Su cuerpo había sido lanzado a una milla de la costa española por el submarino británico HMS Seraph. Fue enterrado en el cementerio de Huelva, con todos los honores, y con su nomnbre ficticio. ‘Dulce et Decorum est pro Patria Mori'(‘Es dulce y apropiado morir por la patria’), se podía leer en su lápida. Hasta el año 1998 el Gobierno británico no reveló su verdadera identidad.

Pam se llamaba, en realidad, Jean Gerard Leigh (20 de noviembre de 1923- 3 de abril de 2012) , y era una funcionaria dentro del Mi5, el servicio secreto británico. Había sido reclutada a los 18 años para formar parte de la sección de contrainteligencia. Fue seleccionada por el capitán Montagu entre las funcionaras del Mi5, la única rama de la inteligencia británica que tenía mujeres atractivas en su plantilla. Montagu le explicó que tenía que hacerse pasar por la novia de un oficial, sin darle más detalles. Para que todo fuera más creía posible, Montagu tomó el papel de Martin, y empezó a cortejarla, enviándole cartas de amor. Ella le correspondió, salieron por bares y clubes y montaron su romance de engaño, o no tanto, porque, con la esposa de Montagu en EEUU durante la guerra, se sospechó que los dos habían mantenido una suerte de escarceo real, más allá del engaño a los nazis.

Acabada la guerra, Jean fue siempre reacia a que se publicaran las fotos del engaño y que alguien la reconociera. Montagu siguió en contacto con ella tras la contienda. Las cartas siempre arrancaban con un “Querida Pam”, y acababan con un “Siempre tuyo, Ewen (alias Major William Martin)”.

Hollande y la vuelta al cole

Wednesday, September 4th, 2013

Las agencias Reuters y AFP sirvieron ayer una foto de Hollande en un aula de Denain, con motivo del primer día de colegio. La foto de fue ampliamente difundida por Twitter:

 

"Una cosa que decir: gracias al fotógrafo re Reuters por esta foto de Hollande"
 

Tras enviarlas a sus clientes, tanto Reuters como AFP, mandaron una orden a sus clientes para retirar las fotografías.  La agencia francesa argumentó una “decisión editorial” para su retirada.

La fotografía deja al señor presidente de la República Francesa en ridículo sin aportar ninguna información. Solo es un gesto captado por un fotógrafo. El error fue, desde luego, distribuir una imagen que caricaturiza a un personaje, pero que no añade ninguna información. Ridiculizar por ridiculizar no debe de ser la función de un periodista. El problema es que el error se ha intentado subsanar con una retirada, lo que levanta los fantasmas de las presiones del poder y la censura, además de no arreglar nada ya que la imagen ya la puede ver todo el mundo y el efecto rebote es peor: pedir que no se hable de una fotografía es incitar a que se hable aún más de ella.

Las agencias tienen un primer filtro, el de su criterio periodístico, sin una connotación editorial excesiva para servir ampliamente a sus clientes, de todo pelaje y condición. Luego recae en los medios y sus editores gráficos (si los tienen, si se han salvado de los recortes) dar o no determinadas imágenes. Con los gestos, los editores tienen un gran aliado para destrozar la imagen de un personaje. Un gesto es una milésima de segundo: tocarse la nariz porque algo molesta, una mueca…y sacarlo de su contexto es fácil para ridiculizar. Y ese tiene que ser un límite del editor gráfico: damos información no destrozamos imágenes.

Aunque siempre esta el extremo de las fotografías proporcionadas por el mismo poder, donde todo es perfecto y adulador. Aquí la fotogalería de esa misma vista realizada por el fotógrafo de la presidencia francesa.

Actualizción: La agencia AFP ha explicado en este post porque decidió retirar la foto, cuyo criterio comparto al 100% y tal y cómo escribí esta mañana :

AFP tieme como regla nunca difundir imágenes que rediculizan gratuítamente a la gente. Decidimos publicar una fotografía pro su valor informativo, nunca por la violencia, la ocurrencia, el ridículo que pueda generar. Por ejemplo, sucede frecuentamente que nuestros fotógrafos, en conferencias internacionales, sorprenden a dirigentes mundiales en posturas poco ventajosas, metiéndose el dedo en la nariz o otras. 

Vía | L’Express 

PS: no puedo dejar de recomendar una entrevista en JotDown a Santiago Lyon, responsable máximo de fotografía y vicepresidente de AP.

Felici: el primer fotógrafo de un papa

Wednesday, March 13th, 2013

Si El Vaticano tiene algo es tradición. Allí están, por ejemplo, los guardias suizos que guardan las espaldas de los papas desde el siglo XV. Se confirmaron en el puesto cuando protegieron al papa el 6 de mayo de 1527 durante el asedio de las tropas de Carlos V. Las tropas debían de estar más pendientes del saqueo de las joyas vaticanas y de la violación de novicias que de ir a por la cabeza del papa. Defendiendo el palacio de Sant Angelo murieron 42 de los 150 soldados.

Con la fotografía a El Vaticano casi le pasa lo mismo.

El Vaticano ha necesitado la fotografía fundamentalmente como proyección de poder. Antes usó la pintura para esa función. Fue Pio IX (el del pastel) el primer papa en ser fotografiado. Su papado (1846-1878) coincidió con el desarrollo más incipiente de la fotografía y uno de los que le pudo retratar fue Giuseppe Felici.

Pio IX, retratado por Felici

Pio IX, retratado por Felici

Felici (1839-1923) era hijo de un rico terrateniente que se trasladó a Roma para hacerse músico. Allí entró en contacto con artistas y algún incipiente fotógrafo. Fue desde París donde le llegaron las primeras lecciones y su primera cámara. Francia era el epicentro fotográfico gracias a que el Estado había realizado una política de desarrollo y de inversión, comprando y liberando las primeras patentes.

El fotógrafo Giuseppe Felici

El fotógrafo Giuseppe Felici

Los inicios de Guiseppe como fotógrafo responden a los patrones de la época: el paisaje. Es lo más fácil, porque el paisaje, salvo algún árbol, no se mueve. Las cámaras de la época necesitaban largas, larguísimas exposiciones. Y el paisaje era lo más quieto que se tenía. Además tenía una importante salida comercial: los paisajes pictóricos era carisísimos, y las fotografías, siendo un objeto de lujo, eran más accesibles. Además los fotógrafos se afanaban en copiar las proporciones y los estilos marcados por los pintores, en un claro sentimiento de inferioridad. Así que Felici montó su chiringuito de paisajes romanos y vaticanos hechos en placas de colidión.

Felici se mueve en los círculos de artistas, músicos y de algún que otro cardenal. Muchos pasan por su estudio, fundado en 1863 y aún en activo.  También trabaja como documentalista, fotografiando las distintas obras de renovación de la Ciudad Eterna. En 1888, ya con León XIII como sentado en la silla de San Pedro, organiza una suerte de exposición con motivo de su jubileo. El papa le nombró entonces “Fotógrafo papal”, teniendo acceso en exclusiva a la corte vaticana. Se dedicó a ello en cuerpo y alma, y orientó toda su actividad a El Vaticano. Curiosamente quien le nombra fotógrafo oficial y exclusivo de El Vaticano, León XIII, no se deja retratar. Consideraba a la pintura “superior y más benevolente en la presentación del ser humano”. No fue hasta 1901 cuando obtuvo la exclusividad y digamos que un contrato fijo.

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Retrato de sacerdote realizado por Felici

Hasta su muerte en 1923 Felici fue el único fotógrafo con acceso a la corte. Llegó a retratar hasta a un papa muerto, Pio X, documento inequívoco y muy propio de la época. Sus herederos mantuvieron esa exclusiva hasta 1978, cuando El Vaticano creó su propio equipo fotográfico.

Pio X en su muerte, agosto de 1914, en un retrato de Felici

Pio X en su muerte, agosto de 1914, en un retrato de Felici

Los Felici siguieron cerca de El Vaticano. Alberto, hijo del fundador, fue quien inmortalizó los tratos de Letrán que sellaban la paz entre Musolini y El Vaticano, definiendo las fronteras de la Santa Sede. El hijo de este fue quien realizó en 1931 la primera emisión de radio desde El Vaticano.

Hoy en día el estudio Felici sigue en pie. Ya no tienen ese privilegio de retratar en sesiones privadas al papa de turno. “Anteriormente, en tiempo de Juan Pablo II y antes, cuando todavía se utilizaban cámaras analógicas, hicimos retratos oficiales”, cuenta el bisnieto del fundador en una entrevista. “Entonces había que construir las condiciones de iluminación ideales para un retrato. Desde que usamos cámaras digitales, eso ha cambiado. Hoy tenemos el privilegio de tener muchas oportunidades de estar cerca del Santo Padre y es mucho más fácil conseguir un retrato improvisado. Con Benedicto XVI, no hemos hecho ningún posado, pero fotografiado en muchos retratos espontáneos”.

Historia de una fotografía: el retrato malhumorado de Churchill

Tuesday, September 14th, 2010

El fotógrafo. Podemos decir sin que se nos rompa el teclado que Yousuf Karsh (1908-2002) es el fotógrafo retratista del siglo XX. De origen armenio, llegó a Canadá en 1922, tras huir de genocidio de su pueblo. Sus primeros contactos con la fotografía los tuvo con su tío George Nakash, también fotógrafo. Terminara su formación fotográfica en Boston, trabajando como ayudante de  John H. Gado. A principios de la década de los 30 ya estaba instalado en su propio estudio en Otawa, cerca de la oficina del primer ministro.

Autorretrato de Yousef Karsh

Autorretrato de Yousef Karsh

La frase. “La fascinación infinita que siento por la gente que fotografío se debe, en lo que a mi concierne, a lo que yo llamo su fuerza interior. Tratar de captarlo en la película es y será mi objetivo supremo”.

Winston Churchill, por Y. Karsh

Winston Churchill, por Y. Karsh

La fotografía. La situación del estudio cerca de la oficina del primer ministro canadiense atrajo a mucho políticos para hacerse retratos bajo la firma de Karsh. Y en septiembre de 1941, con un Reino Unido intentando hacer frente a la ofensiva marítima del Tercer Reich, aterriza en Canadá el primer ministro Winston Churchill, después de haber recalado en Washington, donde se resistían a entrar formalmente en la Segunda Guerra Mundial. Karsh recibe el encargo de fotografiar a Churchill para un retrato del Gobierno canadiense, con motivo del discurso que iba a dar en el parlamento. Así cuenta el fotógrafo la peculiar sesión:

El retrato de Winston Churchill cambió mi vida. Supe después que había tomado una importante fotografía, pero no podía ni remotamente soñar con que se iba convertir en una de las fotografías más reproducidas de las historia de la fotografía. En 1941, Churchill visitó primero Washington y luego Ottawa. El primer ministro, Mackenzie King, me invitó a estar presente. Después del electrificante discurso, yo esperaba en la sala de los Oradores donde, la tarde de antes, había colocado mis luces y mi camara. El primer ministro, mano a mano con Churchill y seguidos de sus delegaciones, le introdujo en la habitación. Encendí mis focos; Churchill puso cara de sorpresa. “¿Qué es esto? ¿Qué es esto?” Nadie se lo había explicado. Temeroso, di un paso adelante y le dije: “Señor, Espero ser tan afortunado para poder tomar un retrato digno de esta histórica ocasión”. Me echó una mirada y me inquirió: “¿Por qué nadie me lo ha dicho?”, y sus próximos empezaron a reírse, lo que fue una gran ayuda para mi. Churhill encendió un cigarro, dio una calada traviesa, y cedio magnánimamente: “Un solo disparo”. El cigarro de Churchill seguía presente. Le pasé un cenicero, pero no quiso apagarlo. Volví hacia donde estaba mi cámara y me aseguré de que todo estaba en técnicamente en su sitio. Esperé; él seguía dando vigorosas caladas. Esperé. Entonces di un paso hacia él y, sin premeditación, pero sobre todo con respeto, le dije: “Disculpeme, señor”, y le arrebaté el cigaro de su boca. Volvi hacia mi cámara y parecía tan beligerante que podía haberme devorado. Fue en ese momento cuando tomé la fotografía”.

La fama. Churchill no debía de pasarse la vida posando. Así que el retrato del hombre que le estaba plantando cara a Hitler tenía su valor en si mismo. La revista LIFE le compró a Karsh el retrato por unos 100 dólares, y así empezó una colaboración que le llevaría a fotografiar al escritor George Bernard Shaw, Eleanor Roosevelt, los delegados que fundaron la ONU, Ernest Hemingway, Albert Einstein, Fidel Castro o John F. Kennedy.

El legado. Karsh se retiró del mundo de la fotografía en 1987, con 387.000 negativos, de los cuales más de 17.000 eran retratos. Sus trabajos han sido expuestos en el MOMA, el Metropolitan o la National Portrait Gallery de Londres (con retratos de la Reina de Inglaterra). Teresa de Calcuta, Nelson Mandela, Andy Warhol, Walt Disney, la bella Audrey Hepburn, Humphrey Bogart (a este le dejó fumar), Picasso, Miró…todos pasaron por los objetivos de Yousuf Karsh.

Historia de una no fotografía: Cuando Marlene Dietrich fulminó a Helmut Newton

Tuesday, February 9th, 2010

A veces, la historia de una fotografía no conseguida, no realizada, tiene también su gracia.

1972. París. Helmut Newton, quizá uno de los mejores fotógrafos de moda de la historia y un constructor nato de fantasías sexuales plasmadas en fotografías, acude a retratar, acompañado del modisto Karl Lagerfeld,  a la también alemana e icono del cine, Marlen Dietrich, de 71 años. Lagarfeld cuenta la anécdota en el prólogo a un recopilatorio de sus imágenes, editado en formato de bolsillo (dentro de la colección Photo Poche) por la editorial Lunwerg:

No me cuesta nada imaginar al muchacho que vivía en Berlín en los años treinta. Helmut siempre ha conservado el acento típico de Berlín. Es una de las razones por las que me encantan nuestras conversaciones. Éstas pueden durar horas. Es un narrador maravilloso. En Berlín, de 1936 a 1938, trabajó como <> de Yva, un célebre fotógrafo de la época cuyos retratos y fotografías de moda solo conocen unos pocos entendidos. Pero, para mí, Helmut es, ante todo, el escolar de El ángel azul de la clase del profesor Unrat (Emil Jannings), que soplaba las plumas de la falda de Lola Lola (Marlene Dietrich) pegadas en una postal.

Lástima que fuera tan joven en aquella época, porque le habría apasionado fotografiar a Marlene. Estuvo a punto de hacerlo en 1972. Francine Crescent, la redactora jefe de la revista Vogue en París, me pidió que presentara a la Dietrich a Newton para que pudiera hacerle unas fotos. Esto ocurría poco después de una ligera crisis cardiaca en Nueva York….En el ascensor que nos llevaba al piso de Marlene en la avenida de Montaigne, Helmut estaba tan excitado como un colegial contándome la importancia que ella había tenido en sus fantasía eróticas cuando era joven. Las presentaciones fueron cordiales. Luego hablamos de enfermedades y medicamentos, los dos temas predilectos de Marlene. Éstaba llevaba un jersey muy ajustado y una falda cruzada de cuero. De pronto, para saber cuál era mi opinión como modisto, se desabrochó la falda. Nunca olvidaré la sorpresa de Helmut ante ese inesperado strip-tease. Su reacción espontánea: “¡Todavía tiene unas piernas espléndidas!” se le atravesó a la mujer en la garganta, y no hubo sesión de fotos. Una lástima.

Historia de una fotografía: La sesión de Tolstoi a todo color

Tuesday, February 2nd, 2010

1908. El fotógrafo Sergei Prokudin Gorski (1866-1948) escribe a León Tolstoi, autor de Guerra y Paz, y Ana Karenina, que vive retirado en su finca de Yasnaya Polyana:

Recientemente he procesado una placa fotográfica coloreada que alguien (cuyo nombre no recuerdo) le tomó . El resultado era muy pobre, hecha aparentemente por alguien que no estaba acostumbrado al proceso. La fotografía en “colores naturales” es mi especialidad y seguramente usted conoce mi nombre por la prensa. Después de muchos años de trabajo, he conseguido ahora excelentes resultados en la producción de colores exactos. Mis proyecciones coloreadas son conocidas tanto en Europa como en Rusia. Ahora mi método de fotografía requiere no más de entre 1 y 3 segundos, y me he permitido a mi mismo pedirle permiso para visitarle durante uno o dos días (teniendo en mente el estado de su salud y del tiempo) para tomarle una serie de fotografías de usted y de su esposa. El mejor matiz de los colores ha sido completamente logrado….Mi trabajo es el resultado de estudiar las propiedades del bromuro de plata. Para mi, retratarle a pleno y exacto color en su espacio natural es rendir un servicio al mundo entero. Estas imágenes son eternas, no cambian. No hay otros procesos de color que pueda lograr resultados como estos. Lev Nikolayevich, si esta dispuesto a darme este gran servicio no solo a mí, sino también a sus innumerables admiradores, entonces permítame llegar en algún momento después del 2 abril, antes del 5 de abril, fecha en la que tengo que estar en un congreso de Química en Londres. Si esto es imposible, entonces tal vez pueda llegar durante la primera mitad de junio. Como ya he mencionado, solo necesito entre 1 y 3 segundos para tomar la fotografía, por lo que no será nada cansado para usted.

La técnica. Proudkin Gorki es un químico perteneciente a la nobleza rusa de la época final de los zares. Formado como químico en San Petersburgo, también realiza estudios de música y pintura. Durante tres años vive en Berlín, donde estudia fotoquímica, y se interesa por los primeros procesos de coloreado. A su regreso a San Petersburgo, trabaja como director de una empresa de metalurgia que poseía su suegro, al tiempo que es miembro activo de la Sociedad de Tecnología del Imperio Ruso, en la sección de fotografía.
Como el resto de la fotografía, el proceso a color se desarrolla en un ambiente eminentemente científico. El escocés Maxwell, unas décadas antes, es quien descubre la composición de la luz, y toma la primera fotografía a color de la historia (1861). A partir del desarrollo teórico de Maxwell, Gorksi crea su propio sistema de procesado de imágenes en color: siguiendo la teoría de la descomposición de la luz en tres colores básicos, fotografía la misma escena tres veces, sobre la misma placa. No se sabe a ciencia cierta cómo era su cámara, pero se cree que disponía de tres objetivos, cada uno de ellos con un filtro (rojo, verde y azul) para tener los tres canales básicos de la luz.

El retrato publicado y los entresijos de la sesión. El 23 de mayo de 1908, Gorki se traslada finalmente a la finca de Yasnaya Polyana y, durante dos días, toma fotografías del entorno de Tolstoi. Cuando regresa, días después, a San Petersburgo, el fotógrafo escribe al retratado para agradecerle su paciencia y mandarle unos trabajos anteriores, con la promesa de hacerle llegar el retrato a color. El fotógrafo y químico insiste en que su misión es extender la fotografía a color en Rusia. Gorki anuncia otra visita para el mes de junio, pero con un particularidad: “No portaré conmigo ningún gran equipamiento fotográfico, por supuesto”.

Retrato de Tolstoi, 23 de mayo de 1908

El “más reciente retrato de Tolstoi, realizado con el último hito en tecnología fotográfica” sale publicado en el número de agosto de la revisita de la Sociedad de Tecnología del Imperio ruso, aprovechando el aniversario del escritor. En el texto de presentación, el fotógrafo e inventor del proceso saca pecho: “El retrato ha sido tomado en un lunar y colores naturals, conseguidos solo mediate métodos técnicos, sin el uso de pinceles o herramientas de artistas (en alusión al método por el cual se pintaba la fotografías a blanco y negro).  En unos escritos de Gorki encontrados en 1970, el fotógrafo explica que la imagen fue tomada a “las 5.30 de la tarde, inmediatamente después de que Tolstoi diera su paseo en caballo”. Debido al gran número de visitas que recibía el escritor y a su estado de salud (que no le impedía, eso sí, montar en caballo), Gorki no pudo tomar más que esta fotografía, este retrato. Necesitó 6 segundos de exposición y se llevó consigo, debido a la insistencia de sus amigos, una cámara de un formato grande, para poder hacer copias lo más amplias posibles.

Un documentalista en estado puro. Cuando Gorki hace el retrato a Tolstoi ya es un tipo conocido en la sociedad rusa (“seguramente usted conoce mi nombre por la prensa”, le dice en su carta). Esta fama le abre en 1909 la puerta del palacio de los zares.  Impresionado con el trabajo del fotógrafo, el último zar de Rusia, Nicolas II, le da permiso y medios a Gorki para documentar la vida del imperio Rusia. A través del ministerio de transporte, el fotógrafo consigue hasta un vagón de ferrocarril, convertido en cuarto oscuro, donde puede revelar sus fotos. Entre 1909 y 1912, primero, y luego en 1915,  con el permiso y todas las facilidades de Nicolás II , Gorki se adentra en territorios restringidos, y retrata la vida de las regionas más remotas del gran imperio ruso. Fotografia a militares, escritores, niños, burgueses, edificios, iglesias, mezquitas, paisajes, cruces y reliquias, en lugares tan lejanos como Uzbekistán. Parece que el Zar le hubiera encomendado de mostrarle en imágenes todo su imperio, un imperio que en tan solo unos años se transformaría la URSS.

Trabajadores en Kasli, 1910

La tripulación del  Sheksna (1909)

 

Aldeanos de  Grafovka

Puente de hierro sobre Siberia

La colección. Se calcula que Prokudin Gorski realiza unas 10.000 fotografías a lo largo de su carrera. Cuando, tras la llegada de los comunistas al poder, quiere llevarse todo su archivo (unos 3.500 negativos), las autoridades bolcheviques impiden que salga un número importante de ellas, ya que pueden revelar secretos militares. Prodkudin asegura que estas imágenes no son interesantes para el público, y se lleva su colección mermada pero exquisita a París. En 1944, cuatro años después de su muerte, sus hijos deciden vender todo el archivo a la Bibliotequa del Congreso de EE UU, que guarda 1902 negativos, y unos 700 álbumes sin los correspondientes negativos. Por todo ello pagó entre 3.500 y 5.000 dólares de la época.



Mohammed Alim Khan, último emir de Bujara, entonces protectorado ruso 

— Enlaces de interés:

La colección de Prokudin Gorki, en La Biblioteca del Congreso de EE UU, para pasarse un rato largo viendo las fotografías.
Tolstoi a Color, en la página de la Universida de Toronto dedicada al escritor ruso.
Una amplia selección realizada por el blog del Denver Post.

Historia de una fotografía: El mafioso y sus noticias

Monday, November 16th, 2009

Mickey Cohen, mafioso de Los Angeles, sentado en una silla, rodeado de periódicos con titulares sobre sus andanzas. El público de los años 50 siguió las peripecias de este delincuente a través de las primeras de los periódicos. Varios biógrafos aseguran que estaba obsesionado por lo que se decía sobre él en la prensa, y fue conocido como uno de los hombres que más periódicos compraba. Inspiró a varios mafiosos en la gran pantalla. No he encontrado rastro del fotógrafo que tomó la instantánea ni para que medio era.

Vía | LIFE, en un fotogalería titula “Cuando los periódicos importaban“.

Historia de un (as) fotografía (s): El Muro de Berlín

Monday, November 9th, 2009

Veinte años de la Caída del Muro de Berlín. Esta barrera que separó durante 28 años (desde agosto de 1963 hasta noviembre de 1989) Berlín en dos, ha sido un tema fotográfico recurrente. Para muestra, un botón.

El primer desertor. Se llamaba Hans Conrad Schumann. Era un soldado de 19 años. El 15 de agosto de 1963 estaba vigilando la construcción del Muro, cuando decidió saltar al otro lado. Un fotógrafo, Peter Leibing, había recibido el chivatazo de que un guardia de frontera podía desertar ese día.

En la imagen, frente al soldado Schumann, se ve a otro fotógrafo. Ni rastro (al menos yo no lo he encontrado) del resultado de esa instantánea. El soldado Shumman se suicidó en 1998

Cartier Bresson, al pie del muro. El fotógrafo francés realizó una serie de fotografías el mismo año que el Muro fue puesto en pie. Una de ellas es esta: tres berlineses, subidos a lo que parece ser un cuadro de luz, intentan mirar al Berlín oriental.

Rostropóvich. La caída del Muro contó con una banda sonora a cargo de un músico de excepción: Rostropóvich cogió su violonchelo y se puso a tocar a Bach al pie del muro el 11 de noviembre de 1989 (vídeo).

Un fotógrafo en Berlín, el 9 de noviembre de 1989. Luis Magan, fotógrafo de El País, explica en este vídeo cómo se desarrolló su trabajo aquellos días históricos. Aquí se pueden ver una selección de 15 fotografías procedentes de los 20 carretes que tiró en esos días. Muchas de ellas son inéditas.

Cuenta Magan en el vídeo que los berlineses de Berlín oriental se lanzaron a comprar comida en los Mcdonalds. “Abrazaron pronto el capitalismo”, pensara alguno.

El Muro, se ‘trasladada’ estos días a la Castellana de Madrid.

Chapeau. New York Times siguen siendo los mejores en presentar noticias y acontecimientos. Aquí todo su trabajo sobre el aniversario. Esta fotogalería, con un antes y un después interactivo, es de lo mejorcito que he visto para presentar un tema como este. También cuentan con fotos de los lectores.

Historia de una fotografía: Irving Penn, retratos en Marruecos

Friday, October 9th, 2009

Fotografiar un tarta puede ser arte“.”Muchos fotógrafos sienten que sus clientes son el sujeto. Mi cliente es la mujer en Kansas que lee Vogue. Trato de intrigarla, estimularla, alimentarla…El retrato riguroso no es la mayor alegría en el mundo para el sujeto pero puede ser enormemente interesante para el lector “

“A lo largo de los años he gastado miles de horas silenciosamente trabajando en los líquidos, preparando cada hoja como anticipación para conseguir la impresión perfecta”

“Me abalancé sobre él y le abracé. Para mi era el heroíco Chirico; para él yo era un extraño total, probablemente demente. Aún así, se mostró decidio y dijo, ‘Ven a casa y come con nosotros’. Durante dos días me enseñó Roma” ( sobre su encuentro con el artista Giogio de Chirico en Italia, donde fue conductor de ambulancia durante la Segunda Guerra Mundial)

Yo siempre me he situado ante el temor de la cámara. La he reconocido como el instrumento que es, parte Stradivarius, parte escapelo”

“Un buen fotógrafo es uno que comunica un hecho, toca el corazón, deja en el visor a una persona cambiada por haberlo visto. Es, en una palabra, efectivo”.

Estas son algunas frases que dijo Irving Penn a lo largo de su vida, y que se recogen hoy en los distintos obituarios. Se ha destacado su trabajo como fotógrafo de moda. Yo me quedo con su labor documental: en la década de los 50 recorrió varios países de África y América Latina haciendo impresionantes retratos. Gran parte — sino todas — las tomó usando al sol como única fuente de luz. Para ello construyó un estudio portátil, a base de lonas, que colocaba al aire libre y orientado siempre de tal manera que el sol le quedara a su espalda, iluminando de lleno al modelo. Hizo grandes retratos como estos, tomados en Marruecos: