Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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‘Distorsionar’ la realidad

Moeh Atitar de la Fuente - Friday 27 de February de 2015

No hay World Press Photo (WPP) sin polémica. Con el cacareado 20% de descalificados en la ronda final por manipulación y trampas digitales que se saltaron las normas del concurso, el debate se sitúa ahora en la otra manipulación: la del fotógrafo que coloca la realidad para construir una historia. Su historia. Este extremo es más serio que la de da por subir o bajar de forma exagerada las luces y las sombras para darle dramatismo a una foto plana.

Giovanni Troilo se alzó con el primer premio en la categoría de temas contemporáneos con un reportaje sobre Charleroi, titulado nada más y nada menos que ‘El corazón negro de Europa‘. Charleroi es un pueblo situado a unos cuantos kilómetros de Bruselas y que conocemos de paso todos los que hemos ido a la capital de Europa Ryanair mediante. Fue uno de esos trabajos del WPP que a mí no me llamó nada la atención.

La polémica salta ahora a la palestra porque el alcalde, ejerciendo de alcalde, se ha sentido ofendido. Dice que el reportaje no representa para nada la realidad del pueblo. “El sujeto fotográfico construido por el fotógrafo es una seria distorsión de la realidad que mina la ciudad y a sus habitantes, así como la profesión de fotoperiodista”, escribe el ofendido regidor al miembro del jurado de los WPP Michele McNally, del NYT. Si cada alcalde marcara lo que es fotoperiodismo en función de cómo se retrata a su pueblo íbamos aviados.

El señor alcalde (“Alcalde, todos somos contingentes, pero usted es necesario“) se agarra un argumento sólido: el propio Troilo, sobre una de sus fotografías en la que se ve un coche mientras unos brazos, piernas y cabezas se contorsionan, admite que uno de los contorsionistas es su primo contorsionando con su novia en el vehículo aparcado, algo que según él es todo muy normal en el postindustrialmente deprimido pueblo de Charleroi. Y de esto infiere el alcalde que si ha puesto a su primo a fornicar en un coche, que el resto a saber si es ‘verdad’ o es también fingido [Hasta el momento no sabemos hasta dónde llega el fingimiento del contorsionismo].

¿Y el fotógrafo que ha dicho? Se preguntarán a hasta altura de la historia. Al principio guardó silencio y luego pensó que lo mejor era pasar al ataque: “Ma non è un reportage investigativo. È storytelling…“. Lo que viene a ser que no era un reportaje sino una historieta…Y añade: “Mi reportaje no es un reportaje clásico, es un historia, es mi historia de lo que he visto, que conozco, que sé que ha sucedido”. También se le pregunta por la suerte de bodegón con armas y dinero, algo que él asegura que es muy frecuente en el postindustrialmente deprimido, perverso y oscuro Charleroi. “Nadie va a la cárcel por una foto mía”.

WPP ha anunciado que abre una investigación.  El jurado y la organización han alardeado este año de ser implacables con la manipulación digital y parece ser que se les ha colado la manipulación de toda la vida: la de colocar frente al objetivo la realidad recreada.

Unos premios de fotografía, pero más en concreto de fotoperiodismo, no se puede permitirse el lujo de tener a un ganador que alardee de que su trabajo no es un “reportaje clásico”, sino una recreación de una realidad presumiblemente vivida por él. [Podrían optar también por abrir una nueva sección llamada ‘falso documental’ y todos tan contentos].

Pero también hay que añadir que es algo normal que sucedan estas cosas, cuando al fotoperiodista se le dice que es ante todo un artista, que tiene que sacar de sus entrañas todo su ser y plasmarlo en su fotografía, que tiene que ser una fotografía conceptual, recreada, que lo de la realidad es lo de menos, que todo es ficción, que todo es pose, que todo son efectos especiales, que el reportaje tiene que ser ficción basada en hechos reales… y que encima todo el elenco de críticos, galeristas y medios de comunicación aplaudan fuerte ante el género del falso documental.

Pues no. El fotoperiodismo es real.  Llámenme clásico.

Actualización, 2 de marzo 2015. Los WPP han decidido mantener el premio a Giovanni Troilo: 

“The conclusion of this investigation is that World Press Photo finds no grounds for doubting the photographer’s integrity in carrying out his work. No misleading facts have been uncovered in the caption information that was made available for the jury. As a result Giovanni Troilo’s award stands in the 2015 Photo Contest”. 

Queda admitido el posado de un primo y las historietas que uno se monta a partir de la realidad.

PS: La banda sonora del post la propone Lara Hermoso.

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