Dos crónicas que explican Somalia
Moeh Atitar de la Fuente - Wednesday 31 de January de 2007
Ramón Lobo titula Somalia después de los Islamista ¿qué?:
Etiopía, EE UU y Yusuf airearon la presencia de terroristas de Al Qaeda entre los tribunales islámicos. El entonces embajador estadounidense ante la ONU, John Bolton, presentó en noviembre un proyecto de resolución que incluía el levantamiento del embargo de armas a Somalia (en vigor desde 1994), pese a que el Grupo de Contacto Internacional, auspiciado por la ONU, recomendaba lo contrario. En diciembre, Washington obtuvo del Consejo de Seguridad el texto que buscaba y Etiopía empezó a mover sus piezas.
“La corriente mayoritaria en los islamistas era la moderada dirigida por el jeque Sharif Ahmed [en arresto domiciliario en un hotel de Nairobi ]. En noviembre, en medio de la presión internacional, el ala más radical se hizo con el control de los tribunales. El nuevo jefe era el jeque Hasan Aweys ayudado por Yusuf Indo Ade y Hasan Turki, responsable de los sheebab, unidad de choque de centenares de jóvenes yihadistas. “Ellos decidieron atacar a los etíopes en Baidoa [sede del GFP] y lo perdieron todo”, dice una fuente occidental.
Al principio tuvieron el apoyo de la población, harta de los señores de la guerra. Pero esa simpatía se diluyó tras la prohibición del fútbol, el cine, la música y el khat (una droga local). Las llamadas a la yihad contra la cristiana Etiopía y las promesas de recuperar la Gran Somalia (que incluye Ogadén, Yibuti y una provincia de Kenia) alarmaron a la comunidad internacional. “Los somalíes son en su mayoría de alguna escuela sufí [corriente filosófica del islam considerada herética por los ortodoxos] y no aceptan el radicalismo. Viven por la religión, pero no para ella”, explica la fuente occidental.
Alfonso Armada, titula: Somalia vuelve a retroceder con la ayuda de Occidente:
Después de más de una década de atizarse, los «señores de la guerra» forjaron con el pegamento de la CIA en febrero de 2006 la variopinta e imaginativa Alianza para la Restauración de la Paz y el Terrorismo (la Alianza). Como dice un vecino ilustrado de Jowhar (noventa kilómetros al norte de Mogadiscio, en la región central y mejor regada del país), que prefiere guardar su nombre: «Cuando los Tribunales Islámicos empezaron su actividad, estaban en precario, sin apoyo comunitario, pero cuando los somalíes se dieron cuenta de que los «señores de la guerra» pretendían seguir vendiendo a la gente como si fueran animales, la comunidad se preñó furiosamente contra los «señores de la guerra». El parto fue un bebé llamado Unión de Cortes Islámicas. El resultado final fue la erradicación de los «señores de la guerra» tanto de la capital como del sur y el centro del país, excepto Baidoa y la región de Ghedo».
(…)
La UCI se dividió entre dos sectores: uno encabezado por Sheikh Sharif Ahmed, antiguo profesor de geografía, dispuesto a entablar conversaciones pacíficas con el GFT, los etíopes y los americanos, y otro dirigido por Sheikh Hassan Dahir Aweys, cabecilla del sector más militante y radical, que figuraba en lista negra de los Estados Unidos por haber tomado parte en la «yihad» y estar implicado en la muerte de ciudadanos occidentales. Este sector, en el que había figuras poco recomendables del mundo fundamentalista, llamado Al-Shabab, consideraban «gaalo» (infiel) a quienes trabajaban para organizaciones humanitarias (como Médicos sin Fronteras) dirigidas por «cristianos».
Otra más:
http://www.time.com/time/world/article/0,8599,1583360,00.html