Newsweek se descuelga en el número del 9 de febrero con un artículo titulado “El Vietnam de Obama“. Y no puede ser otro que Afganistán. El subtítulo rebaja las espectativas: “La analogía no es exacta. Pero la guerra en Afganistán empieza a parecer inquietantemente familia”.
Todos los conflictos en lo que se ha ido metiendo EE UU después del Vietnam han sido comparados con Vietnam. Es un referente para la audiencia, para los lectores, pero también para los periodistas. Ha pasado con Irak (en varias ocasiones, incluyendo aniversarios); ahora le toca la analogía a Afganistán. Supongo que es fácil buscar analogías entre una guerra nueva, actual, y una tan triada, estudiada, revisada como perdida. Ya saben: todo el mundo necesita una referencia.
El artículo de Newsweek obvia determinados puntos: se centra en la indiscutible influencia de Pakistán y en la supuesta menos visible mano negra de Teherán; pero no menciona, por ejemplo, el papel que tiene la India en todo éste conflicto, en confrontación si quieren con el propio Pakistán.
Y estas palabras del embajador ruso en Afganistán, Zamir Kabulov: “¿Qué es lo que ha recibido el pueblo de Afganistán de la Coalición? Vivían muy pobremente antes y ahora siguen viviendo pobremente — pero aveces también son bombardeados por error”. No olviden que para Afganistán fue también “el Vietnam de los soviéticos”, una guerra imposible de ganar.