The Guardian abre hoy con una exclusiva: en mayo pasado, durante la celebración del 60 aniversario de la creación del estado de Israel, Olmert pidió permiso a Bush para bombardear las instalaciones nucleares iraníes. Según cuenta el diario británico, el mandatario estadounidense le dio “la luz roja”, es decir, que nada de ataques contra Irán. La negativa estaba fundada en una serie de contraindicaciones del medicamento :
— La reacción de Irán podía haber incluido una ola de ataques contra el ejército estadounidense desplegado en Afganistán e Irak, así como los buques desplegados en el Golfo Pérsico. Ante un bombardeo a Irán, EE UU está mucho más expuesto a la reacción iraní que el propio Israel.
— El riesgo de una guerra de gran escala: EE UU temía — y teme — que un solo ataque no fuera suficiente para acabar con las instalaciones nucleares iraníes y el ataque derivara en una guerra a gran escala.
— El rotativo apunta que la administración estadounidense temía que un ataque a Irán pudiera derivar en atentados en el mismo EE UU preparados desde Canadá por algún militante de Hezbullah.
No hay que olvidar tampoco que fue el mismo medicamento que usó unilateralmente Israel en 1981 para acabar con las pretensiones nucleares de Irak, sin el permiso — al menos explícito — de EE UU . Pero entonces el enfermo era otro y el cuadro sintomático no era el mismo: EE UU no estaba tan dentro de Oriente Próximo como lo está ahora, e Irak no tenía tanta capacidad de reacción contra EE UU como la tiene ahora Irán. De momento, al menos de cara al público, EE UU apuesta por duras sanciones como mejor fármaco ya que las contraindicaciones son menos acusados a corto plazo que la otra alternativa
Enfrascados en la campaña electoral estadounidense, los tambores de guerra pueden sonar mejor a McCain, que pierde crédito por la crisis financiera. The Guardian no podía dejar de apuntar un posible plan de ataque para octubre, días antes de las elecciones, aunque entre las “contraindicaciones del medicamento” seguirían siendo las mismas. Pese a ello sería bueno estar más pendiente de Oriente Próximo estos días de crisis financiera y campaña electoral.