Musharraf, ¿camino del exilio?
Moeh Atitar de la Fuente - Monday 19 de November de 2007
Mañana el presidente paquistaní, Perves Musharraf, inicia una visita a Arabia Saudí, en medio de señales que no le invitan a ser muy optimista, y por tanto a no viajar si quiere conservar el poder.
Musharraf empieza a perder la apariencia de mantener el control sobre un país de más de 160 millones de habitantes, que en la práctica nadie puede controlar del todo. Esa apariencia la ha perdido al menos en dos provincias, donde las autoridades locales han puesto en libertad a todos los presos políticos detenidos desde que el pasado 3 de noviembre decretara el estado de emergencia, en lo que a todas luces era el inicio de una autogolpe de estado.
Pero también ha perdido el apoyo que tenía hasta ahora de EE UU, que lo ha definido como un aliado clave para la lucha contra Al Qaeda: TNY asegura que el ejército estadounidense está estudiando armar a determinadas zonas tribales para hacer frente a militantes de Al Qaeda y talibanes que operan en la zona fronteriza con Afganistán, siguiendo el modelo de la provincia del Anbar, en Irak. Negroponte le pidió directamente y sin ambages que levantara el estado de emergencia. La respuesta de Musharraf fue darle largas.
En medio de este panorama gris, Musharraf ha recibido el respaldo del Tribunal Supremo – una vez, eso sí, sacudidos los jueces molestos- que ha rechazado cinco de los seis recursos contra su reelección. Para quitar argumentos a sus opositores, el presidente pakistaní ha anunciado que el viernes abandonará la jefatura del ejército.
Y en medio de todo este panorama, Musharraf incumple una regla de oro: no te vayas al extranjero en medio de un estado de emergencia que tu mismo has declarado. Podría decirse que Musharraf ha elegido Arabia Saudí para entrevistarse con su opositor Nawas Sharif, al que depuso en el poder. De momento Sharif se ha negado a reunirse con él.
La noticia del viaje, para más extrañeza, se ha filtrado por la agencia de noticias oficial de Arabia Saudí.¿Y para qué pues este vieje? Puede que Musharraf inicie mañana un viaje hacia un exilio dorado. Desde luego a sus rivales – cercanos y lejanos – se lo ha puesto un poco más fácil.