Syriana
Moeh Atitar de la Fuente - Tuesday 7 de March de 2006
No ha despertado furor esta película entre la gente con la que fui a verla. A mi, sin embargo, me pareció una película muy buena.
Aparte de la interpretación soberbia de Georges Cloney (merecido Oscar: voy a ir a verla en VO solo para verle hablar árabe), le acompaña los cerca de 60 personajes, 40 de ellos con diálogo. Todo ello en escenarios tan dispares como Irán, Marbella, Ginebra, Líbano o Washington:
La trama se desarrolla en varios niveles:
– un grupo de empresarios que quieren hacer una especie de fusión entre empresas del sector petrolero (como Endesa y la OPA, pero a lo bestia)
– Un asesor financiero afincado en Ginebra, y que está tras la caza de un contrato con un emir de un país ficticio del Golfo.
– Las luchas por el poder dentro de ese país ficticio.
– Un veterano agente de la CIA destinado durante su carrera a misiones secretas en Oriente Medio.
– Un veterano agente de la CIA destinado durante su carrera a misiones secretas en Oriente Medio.
– Dos jóvenes inmigrantes que viven en ese país ficticios, y que intentan ser captados por un grupo terrorista .
Todos estos niveles se van entrelazando; la complejidad de la película es máxima. De hecho, a más de un crítico del celuloide, le ha transmitido la misma sensación: “parece como si hubieras llegado tarde a ver la película, te resulta muy buena, pero tienes la sensación de que te has perdido algo”. En eso, falla la película.
En lo que no falla es en mostrar que todos esos niveles conviven e influyen unos en otros. Es una muestra, a mi parecer, de la realidad. Para muestra, un link: entrevista en Democracy Now a J.Perkins, autor de Confessions of an Economic Hit Man
Todos estos niveles se van entrelazando; la complejidad de la película es máxima. De hecho, a más de un crítico del celuloide, le ha transmitido la misma sensación: “parece como si hubieras llegado tarde a ver la película, te resulta muy buena, pero tienes la sensación de que te has perdido algo”. En eso, falla la película.
En lo que no falla es en mostrar que todos esos niveles conviven e influyen unos en otros. Es una muestra, a mi parecer, de la realidad. Para muestra, un link: entrevista en Democracy Now a J.Perkins, autor de Confessions of an Economic Hit Man
No creo que Syriana sea una película pensada para el público general. Deja cosas que parecen obvias, y tal vez hubiera sido mejor explicarlas con un poco de más diálogo.
Si en Good Night and Good Luck (no me hicieron caso, era digna de Oscar) salías con ganas de echarte un cigarrillo, pese a no ser fumador, después de Syriana te apetece comprarte una Blackberry. Lástima que en España el servicio sea aún tan caro.
Si en Good Night and Good Luck (no me hicieron caso, era digna de Oscar) salías con ganas de echarte un cigarrillo, pese a no ser fumador, después de Syriana te apetece comprarte una Blackberry. Lástima que en España el servicio sea aún tan caro.
PS: La película fue rodada, gran parte, en Marruecos, como otras películas tan grandes como Black Hawk Down o Spy Games (donde Casablanca es también Beirut, como en Syriana).
Precisamente esa sensación de empezar a medio de la película es, para mí, su mayor acierto. Realmente te da la sensación de que es una historia real, que no “empieza” ni “termina” de manera clara, sino que es un trozo de la “gran historia” que es la vida.
Un saludo.