Guerra y Paz

A través de mi buen amigo Tito, un canario con la suerte de vivir en esas paradisíacas islas, me llega un artículo en PDF publicado en el periódico gratuito ADN del 7 de septiembre. En esa columna, su autor, Javier Calvo, recoge un cúmulo de despropósitos racistas acerca del drama humano de los cayucos. Para que se hagan una idea, el señor Calvo sugiere plagar la costa de tiburones como “factor disuasorio”, para luego añadir que desecha la idea de construir una verja porque le viene – al iluminado éste – “una visión de los africanos trepando por la verja y tirando el cayuco por encima.”
El insulto final ya no va dirigido solo a los subsaharianos, sino a los canarios:

“La solución es tan fácil que nadie la ve: hay que renunciar a la soberanía de las Canarias. Que se las queden. Problema solucionado. As en vez de repartirnos inmigrantes por la península, nos repartimos a los canarios. Que vean que los godos somos buena gente. Yo mismo me ofrezco para alojar a un canario en casa. A condición de que planchar y sepa cocinar.”

Aparte de estos epítetos racistas, el columnista, critica la gestión política realizada por el gobierno que considera este problema europeo. Entiende el señor Calvo – consultando un mapa – que a Europa le dé igual lo que pase en Canarias. Nada ayuda, desde luego, que un alto cargo alemán diga que en España no se va hundir por la llegada de 25.000. Y de la oposición del Sr. Rajoy, casi ni hablamos.
El problema no es solo canario. El problema no es solo español. Es un problema europeo. Porque, aunque al señor Calvo le cueste entenderlo – con mapa incluído – Canarias es España y España es Europa. Gracietas y chistes con éste drama ni uno, y menos en un periódico.
Hay que señalar que ADN ha colgado una carta del director de repulsa hacia este artículo, señalando que se aparta de su línea editorial – que digo yo podían haberse leído la columna antes de publicarla. Al tiempo, comunica su decisión de suprimir el artículo de Internet. ¿Habrá escrito la misma excusa en cada uno de los ejemplares gratuitos que repartió al día siguiente? Lo desconozco.
Suscribo lo dicho por el propio periódico:

“La solidaridad y realismo con que se ha enfocado el problema en el archipiélago canario es un ejemplo humanitario que debería servir para evitar que este tema se intoxique con actitudes partidistas, electorales, frívolas o irónicas.”

PS: Recomiendo el flickr de Bailed, un periodista, con instantáneas sobre el drama de los cayucos.