Retrasar el derecho a la pereza
Moeh Atitar de la Fuente - Friday 29 de January de 2010
Paul Lafargue era francés. Fue uno de los si no fundadores, sí uno de los instigadores de la creación del Partido Socialista Obrero Español. Estaba casado con la hija de Carlos Marx, Laura. Capítulo aparte merece las garantías económicas que le pidió Marx a Lafargue cuando pidió la mano de su hija, todo en un tono más que burgués.
Lafargue escribió en 1880 un libro titulado El derecho a la pereza. Era una refutación al Derecho al trabajo (1848), de Louis Blanc. Su visión era utópica: sostenía que los hombres tenían que aspirar a no hacer nada, a no trabajar. Mientras el discurso de su órbita ideológica socialista se movía entorno a la conquista del poder por parte del proletariado, a la conquista de la dignidad del trabajo, a la lucha contra la alienación, etc, el suyo reivindicaba que el hombre tenía que luchar para ser libre y tener la capacidad de simplemente hacer el vago y/o disfrutar de su tiempo. Y era una utopía, además, porque vinculaba esta aspiración al desarrollo de la industria, que permitiría finalmente a las máquinas hacer todos los trabajos del hombre. Veía en la maquina no un enemigo del trabajador, sino su máxima aliada, al contrario que sus coetáneos.
No se ha llegado ni de lejos a la utopía planteado por este matrona del PSOE. La única posibilidad de comenzar a disfrutar y de gestionar el tiempo libre llega en el momento de la jubilación [de júbilo: Viva alegría, y especialmente la que se manifiesta con signos exteriores]. Irónicamente, hoy, un gobierno del PSOE, ha decidido retrasar dos años ese derecho a la pereza que tiene uno después de haberse pasado más de media vida trabajando. Paga, además, el trabajador: con dos años más cotizando, las arcas del Estado se ahorran dos años de pensiones, y además son dos años más por los que un trabajador cotiza, alimentando más tiempo dichas arcas. Con suerte, en esos dos años de trabajo extra, el susodicho llega ya tan fastidiado a la jubilación que se nos muere un poco antes. El Estado conseguiría en ese caso ahorrarse más dinero aún.
Más ironía: el mismo PSOE que defendió las pre jubilaciones en RTVE, mandando a casa a profesionales de larga experiencia que habían cumplido alrededor de los 50 años, contrató a un director del ente octogenario, para ahora subir dos años más la edad para alcanzar la jubilación. Nos quedará, al menos, el derecho a verle la ironía a esta incoherencia.
No tan al margen: ¿Reaccionarán de alguna manera los sindicatos ante este recorte?