Blair saca algo de pecho ante Irán, pero sin pasarse: “Espero que (Irán) se dé cuenta de que tiene que ponerlos en libertad. Si no, entonces pasaremos a una nueva fase”
Una nueva fase, de nuevo lanzándose mensajes a través de los medios. A lo mejor Blair se refiere a llevar el caso al Consejo de Seguridad, ese lugar al que acuden todos, pero que ya nadie le hace el mínimo caso. ¿No estará planteado Blair una operación de comando para rescatar a los 15 marines? A los británicos – hay que reconocerlo – no les tiembla el pulso, pero tal y cómo están las cosas por Iraq, mejor no lanzarse sobre Irán.
Consecuencia del plan de seguridad para Bagdad: las cárceles está llenas. Si no caben los presos, tampoco hay mucho lugar para los derechos humanos: 700 personas en un centro de detención preparado para 75.
Arabia Saudí quiere ser el líder de los países árabes. Al menos la reunión de la Liga Árabe va a tener lugar en Riad, donde aún se le saca rédito a los acuerdos de Meca que puso fin a las hostilidades entre Hamás y al Fatah.
Oriente Medio está plagado de problemas: Irak, Palestina, el desafío nuclear iraní – que rivaliza con Arabia Saudí para hacerse la potencia predominante en la región – Iraq, etc.
“Tenemos que mostrar al Mundo que somos capaces de resolver nuestros propios problemas”, ha asegurado el jefe de la diplomacia saudí. Pues eso, a ver si es verdad…
Cincuenta años del tratado de Roma. Yo no esperaba nada de la declaración formal que hicieron los primeros ministros europeos en Berlín. De nuevo un brindis al sol, que no consigue lo fundamental: atraer a los ciudadanos europeos. Alan Sked titula su análisis en FP el show de los payasos.
Zapatero no convenció a mucha gente en el programa tengo una pregunta para usted: preguntas concretas, respuestas generales. En estos encuentros, más allá de decir la verdad – que siempre tiene que estar en boca de uno – hay que seducir, mirar a los ojos y no soltar las respuestas que preparan sesudos expertos en las distintas materias, pero que olvidan algo fundamental: comunicar.
Las respuestas fueron demasiado largas, tanto que Lorenzo Milá le tuvo que pedir en varias ocasiones que ciñera sus respuestas, llegando a decirle: “si no me hace caso a mi ¿qué credibilidad va a tener ante los 100 ciudadanos?”
Para próximos programas, los preguntantes tienen que concretar mucho sus intervenciones. Le daría agilidad a un programa que sino resulta algo soporífero – cuando le toque a Rajoy me voy a poner el pijama, porque seguro que me quedo dormido.
En noches como las de ayer se echa de menos, al menos comunicativamente, a Felipe González.
Pero ya saben: desde la barrera, todo se ve muy fácil.
Este tipo de programas son los que demanda la gente en la televisión pública. La audiencia lo demuestra: un 30 % de cuota de pantalla, casi 6 millones de espectadores. El presidente ganó a Los Serrano y al Doctor House.
Un resumen del programa en la hora crítica. La viñeta de JRMora, el café de ZP (por cierto, yo sé de un sitio donde ponen el café a 15 céntimos, pero ni bajo tortura diré dónde…).