Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Guerra (s) en el cuerno de África

Moeh Atitar de la Fuente - Thursday 14 de December de 2006

Posiblemente el cuerno de África sea la región más desolada por incesantes guerras, y sin visos de solucionarse, con conexiones entre ellas.

Leo en el NYT un reportaje titulado, Los islamistas de Somalia y Etiopía se ciñen por la guerra que ilustra parte de las claves para entender lo que está pasando en Somalia.
Dos bandos internos: la llamada Unión de Cortes Islámicas (UCI) y el Gobierno Federal Transitorio, establecido en la actualidad en Baidoa, a unos 260 km de la capital Mogadisho.
Las Cortes Islámicas proliferaron después de la desmembración del Estado, durante la guerra civil de principios de los años 90; durante esa guerra se formaron numerosos Señores de la Guerra, que vivía por y para la guerra; la intervención de Estados Unidos bajo bandera de la ONU para poner fin a la guerra terminó en un desastre, inmortalizado en la película Black Hawk Down.

Un grupo de jóvenes (niños casi) milicianos de la UCI durante una exibición el pasado viernes. Foto NYT

Hasta junio de éste año, Mogadisho era controlado – o descontrolado – por distintos señores de la guerra. Precisamente la UCI lanzó una ofensiva contra estos Señores de la Guerra (que formaron la Alianza para la restauración de la Paz y del Contraterrorismo, al que se le acusa de haber sido fundada gracias a ayudas de EE.UU.) controlando la ciudad, y poniendo un severo orden basado en leyes fundamentalistas.
Mientras, Etiopía ha comenzado a movilizar tropas alrededor de la frontera, además de las tropas que ya tiene en el interior de Somalia como apoyo hacia el Gobierno Federal Transitorio, el cual se ha visto mermado por la victoria de la UCI . Etiopía acusa a la UCI de lanzar una Jihad en contra de su país y de recibir armamento y entrenamiento de Eritrea, provincia que se independizó de Etiopía.Mapa extraído de Wikipedia

A su vez, la UCI acusa al país vecino de ser una marioneta en manos de Estados Unidos, y le dio el plazo de una semana para que las tropas salieran del país.
Hace unas semanas el general estadounidense John P. Abuzaid – Centcom – se reunió con Meles Zenawi, primer ministro etiope, quién le aseguró que en poco tiempo su ejército podía poner fin a la UCI.
No parece claro si Washington quiere una guerra abierta entre la UCI y Etiopía, ya que ello provocaría una crisis humanitaria grave. Jendayi Frazer, el máximo responsable para África en el Departamento de Estado de los EE.UU, aseguraba a New York Times que de producirse esa guerra “sería un baño de sangre” El congresista demócrata Donald M Payne, previsiblemente futuro presidente del subcomité para África, hacía estas declaraciones: “Los Islamistas no se van a ir, asi que cuanto antes hablemos con ellos, mejor.” Por su parte, una delegación de la UE se reunió con la UCI.
Somalia, el paradigma de las nuevas guerras. La mayoría de los conflictos se producen en países donde el estado se ha desintegrado y dónde las estructuras del ejército no son importantes. No hay armemento pesado, sino armas ligeras a base de Ak-47; no hay tampoco ni aviones, ni carros de combate, sustituídos por simples vehículos y camiones. Todo se pone al servicio de la guerra: no hay distinción ya no solo entre civiles y militares, sino entre adultos y niños, hombres y mujeres, cuyo papel se circunscribe en el frente y no solo en la rataguardia.
En estos conflictos, la figura clave es el Señor de la Guerra que crea estructuras paraestatales, y que vive por el conflicto y para el conflicto; estos señores de la guerra son los que reparten la ayuda internacional, y se alimentan precisamente de ella. Los embargos con los que la comunidad internacional intenta mermar estas guerras, producen, paradójicmente, lo contrario: un equilibrio de fuerzas y una perpetuación del conflicto, además de la entrada de terceros países que ayudan a los bandos violando el embargo y haciendo un gran negocio. Somalia es el mejor laboratario para observar esta triste realidad.