Guerra y Paz

Lionel Jospin no se presentará en la carrera interna del Partido Socialista Francés para ser el candidato a la Presidencia. El ex Primer Ministro ha hecho el ruido suficiente para luego no presentarse. Sabia, tardía, pero tramposa decisión.

Sabia porque era un candidato demasiado quemado por no haber disputado ni la segunda vuelta de las pasadas presidenciales, recogiendo más votos el ultraderechista Le Pen.
Tardía porque ya ha puesto en el debate lo que a él le interesaba, con una visión del socialismo anquilosada en su modelo. En estas elecciones presidenciales los ciudadanos buscarán algo nuevo.
Tramposa porque el señor Jospin podrá hacer ahora todo el ruido que quiera para poner piedras en el camino a Ségolène Royal, única candidata con posiblidades reales de llegar a la Presidencia. Cuando critique a la mejor candidata, nadie le podrá echar en cara a Jospin que lo que ambiciona es la candidatura.
¿Por qué el Partido Socialista Francés se empeña en desgastarse primero dentro, para llegar KO a las elecciones que realmente importan a sus ciudadanos? Lo suelen llamar debate interno, pero es más bien un juego de intereses y alianzas personales, con los llamados killers al servicio de su amos y señores.