Guerra y Paz

Acciones de guerra. Es paradójico que cuando todo el mundo habla de que el cese de las hostilidades va a empezar el lunes a primera hora, la guerra recoja el día con más soldados fallecidos: en total fallecieron 24 soldados israelíes y unos 40 combatientes de Hezbollah, según informaba el ejercito israelí. La razón es sencilla: Israel sigue avanzando hacia la ribera sur del río Letani, encontrándose con la fuerte oposición de Hezbollah. Los bombardeos aéreos continuaban sobre Tiro y Baalbeck, matando a siete civiles.
En el norte de Israel, un Katiusha lanzado por Hezbollah terminaba con la vida de una persona hiriendo a otras siete.
Movimientos. La Resolución está en la mesa de las tres partes implicadas: el gobierno libanés, el gobierno israelí y Hezbollah. El sábado, tras una reunión de 5 horas, el gobierno libanés aceptaba la resolución, mostrando alguna reserva en cuanto a su contenido. El primer ministro libanés Siniora hablaba más tarde con el presidente estadounidense Bush insistiéndole en la necesidad de desmantelar Hezbollah.
El siguiente en aceptarla fue Hezbollah, que en boca de su líder Nasarallah decía aceptar lo que había decidido el ejecutivo libanés, aunque afirmaba que respondería a cualquier agresión del ejército israelí. “No tenemos que equivocarnos (…) y creer que la guerra ha terminado. Hoy nada ha cambiado y mañana nada habrá cambiado”, sentenciaba Nasarallah en la declaración.
La reacción del ejecutivo presidido por Olmert vendrá en el transcurso del domingo, ya que hoy se reúne el gobierno para cerrar su postura. Todo apunta a que Israel aceptará la resolución, tanto que el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, anunciaba que el cese de las hostilidades se iniciaría a partir del lunes a las 7 de la mañana hora libanesa.
No hay que olvidar la postura mantenida por el ejecutivo israelí, que asegura querer “preparar el terreno” para el despliegue de la fuerza multinacional, que no será otra cosa que el refuerzo de la misión sobre el terreno, la FINUL, coordinado con el despliegu del ejército libanés. De ser paz, será frágil, con la búsqueda, de nuevo, de excusas para volver a la espiral que parece no tener fin.

Coincidía la aprobación de tan medida Resolución, con el anuncio de que Israel iniciaba su gran ofensiva por tierra hasta el río Letani.“Conforme a la decisión adoptaba el miércoles por el gabinete de seguridad, el ejército israelí ha lanzado una operación terrestre al sur del Líbano que debe extenderse hasta el río Litani”, anunciaba un portavoz del ejército israelí. Antes de que los Merkava entraran a tropel en territorio libanés, la aviación israelí había allanado aún más el terreno con intensos bombardeos destruyendo una central eléctrica en Saïda, y con raids sobre Akkar y en Tiro.
De nuevo, Israel anunciaba la apertura de una investigación tras el bombardeo de un convoy de refugiados en el que habrían fallecido 7 personas. Las conclusiones serán las mismas que las anteriores: los civiles se confunden con los milicianos de Hezbollah y estos los usan como escudos humanos. 15 muertos más en esta jornada de bombardeos.
En los combates por tierra solo tenemos la certeza de la muerte de israelíes. Hezbollah apenas da cifras sobre sus combatientes caídos en combate. Ayer, el ejército israelí anunciaba la muerte de dos soldado en el sur del Líbano. En las primeras horas de la ofensiva, 23 soldados israelíes habrían sido heridos en los combates.
Unos 150 Katiushas cayeron ayer sobre el norte de Israel. El número de estos no cesa, pese a que Israel lleva 30 días infringiendo, teóricamente, las posiciones de la milicia. Estas posiciones son tan difusas como la táctica de guerrilla desarrollada por Hezbollah, en una combinación de ejército bien preparado, pero con la mentalidad de guerra asimétrica.

Acciones de guerra. “Israel continua machacando el Líbano”, es el titular de Le Monde. 11 civiles muertos en un raid de la aviación israelí sobre un puente en Akkar, al norte del país. La aviación hizo una primera pasada para destruir el puente y, cuando se concentraba la población para ver los daños causados, volvió a bombardear causando semejante carnicería. Tampoco se libraría de los bombardeos el pueblo vecino de Habbchit, pero tampoco la ciudad de Trípoli. La carretera que conduce al puesto fronterizo norteño con Siria (Mansaa) ha vuelto a ser bombardeada.
Los bombardeos sobre la capital habían sido precedidos del lanzamiento de panfletos donde se avisaba a la población de los barios del sur que iban a sufrir la caída de las bombas. Arma de múltiple filo: por un lado, es cierto que avisa a la población civil; por otro lado, justifica que ya había avisado a los civiles dándole carta verde para destruir infraestructuras y edificios; pero también es igual de cierto que consigue es aterrorizar a la población civil.
En el sur, más bombas. La carretera que une las poblaciones de Saïda y Tiro ya había sido bombardeada y inutilizada el lunes. Pues bien, ayer volvió a ser bombardeada.
En NYT informa que Israel ha pedido a EE.UU. el envío urgente de cohetes M-26, que contienen munición de racimo. Desde Israel se dice que ese tipo de proyectiles son adecuados para atacar los puestos desde los que se lanzan los Katiushas por parte de Hezbollah. Los proyectiles de racimo contienen en su interior miles de pequeñas bombas que al estallar se dispersan destruyendo todo lo que hay en un determinado radio. EE.UU. ha retrasado el envío, debido a que el uso de estos provocaría bajas civiles de ser lanzado en aéreas pobladas. Los M26 son lanzados desde vehículos MLRS.
Los combates por tierra en el sur no cesan sino que se intensifican. Ayer fallecieron dos soldados israelíes, y otros 7 resultaron heridos.
El plan de gran ofensiva sigue en un impás, o al menos eso se asegura desde Israel. De llevarse a cabo dicha operación, aprobada ya, supondría la ocupación de poblaciones en el sur del Líbano hasta el río Letani, y la presencia continuada de tropas israelíes. Se calcula que Hezbollah posee cerca de 4.000 efectivos desplegados al sur del río Letani.
La misma tónica continúa con los Katiushas lanzados por Hezbollah sobre norte de Israel. Solo ayer llovieron unos 185 Katiushas.
Movimientos. Rusia lanzaba una propuesta de cese de las hostilidades durante 3 días, con el objetivo de hacer frente a la crisis humanitaria. La respuesta llegaba en boca del embajador israelí ante la ONU. “Pensamos que es una mala idea” declaraba el embajador después de reunirse con su homólogo ruso para explicarle explicarle que “un alto el fuego de este tipo sólo serviría para un propósito: permitir a Hezbolá reagruparse y recuperarse.”
Las negociaciones entre los bastidores diplomáticos entre Francia y EE.UU. continúan para poder aprobar una resolución. Lo que habría que preguntarse es si EE.UU. tiene voluntad de poner fin a esta escalada. Según fuentes francesas citadas por Le Monde, se habría introducido un párrafo destinado conseguir el beneplácito del Líbano: “Las tropas libanesas deberán comenzar a desplegarse al sur del Líbano en coordinación con la FINUL, en el momento en el que las fuerzas israelíes comiencen a retirarse detrás de la Línea Azul.”
La guerra doméstica israelí. El apoyo a los gobiernos se mide a golpe de encuestas. La popularidad del Primer Ministro ha caído del 75 % al 48; su ministro de defensa, Amir Peretz, ha pasado del 65 % al 37. Todo ello según una encuesta realizada por Haaretz.
Sin abandonar el periódico israelí, leemos un artículo de opinión de Ari Shavit que el titulo lo dice todo: “Olmert no puede permanecer en el puesto de primer ministro.” Las críticas parecen aflorar en Israel porque no se ven resultados de esta guerra. Ello podría llevar a la siguiente lectura: si se baja en las encuestas, auméntese la acción: más bombas.
Y mientras, en los blogs. Veo en Algarabia esta entrevista a Galloway en Skynews. Desde luego, no se muerde la lengua.