Guinea Bissau es un nuevo narcoestado. En sus tierras no crece la planta de la coca, ni Marihuana, ni las preciosas adormideras de donde se extra la mortífera heroína. Guinea Bissau, por su posición geoestratégica es la nueva ruta de entrada de la cocaína procedente de América a Europa, donde España es el país del Mundo donde más coca se consume.
Es algo generalizado en los países del golfo de Guinea (Liberia, Sierra Leona,Ghana, etc), según el reciente informe de la UNODC ( Oficina de las Naciones Unidas para las Drogas y el Crimen), pero Guinea Bissau se lleva la palma, porque resortes del estado (el ejército), o la falta de estos, hacen que sea una joya para los carteles de la droga procedente del continente americano.
G. Bissau es el quinto país más pobre del planeta, donde la mayoría de la población sobrevive con poco más de un euro al día; los cuatro vehículos que tiene la policía judicial (encargada de investigar los casos de tráfico de drogas) necesitan ser reparados, pero daría igual porque no tiene dinero para gasolina, pero tampoco para cobrar los 100 dólares mensuales que cobra cada agente, según un artículo de TIME publicado en el número de julio de 2007.
Las costas atlánticas de Guinea Bissau tienen 350 km de longitud (con especial atención en las Islas Bijagós), y ni una patrullera que las pueda vigilar; además, han proliferado las pistas de aterrizaje en el país, y eso que no tiene avionetas. En paralelo, según el citado artículo, las mansiones de “hombres de negocios” colombianos en Guinea han proliferado, atraídos bajo la escusa oficial de dedicarse al sector de la pesca. Por si todo esto fuera poco, un sector importante del ejército colabora con los traficantes, siguiendo Vivienne Walt. En un artículo de The Economist (éste de 7 de junio) se aseguraba que un soldado puede ganar 500 dólares por proporcionar “seguridad” para los aterrizajes o amerizajes de un buen alijo.
Pero Guinea Bissau solo es el punto de entrada. La droga viaja luego vía Nigeria trasportada hasta España o Portugal por paqueteros, o correos humanos según el citado informe de la ONU. Las rutas marítimas tampoco son descartadas. El precio de la droga se va multiplicando: 10.000 dolares en Guinea Bissau, 40.000 en España y 120.000 dólares en los países nórdicos y Rusia.
Guinea Bissau es utilizada por sus escasos medios y la complicidad de determinados poderes estatales (¿los mismos que permiten el tránsito inhumano de las pateras?), pero también por el mayor control que se ha puesto en los aeropuertos sobre los vuelos procedentes de lugares sensibles de América del Sur. En un mundo globalizado, la droga siempre encontrará la mejor ruta para llegar a su destino, aunque tenga que dar la vuelta al mundo.