Este fin de semana se celebra la cumbre entre países de la UE y África. La cumbre ha comenzado marcada por la presencia de Mugabe, el presidente de Zimbabwe, y la consiguiente ausencia del premier británico, Gordon Brown.
La prensa británica está, en líneas generales, de acuerdo con que el jefe del Ejecutivo británico no acuda a la cumbre. Razonan que Mugabe es un dictador, que no respeta los derechos humanos. La postura de Gran Bretaña, es sin duda, elogiable, pero ya la podrían aplicar con otros países gobernados por dictadores, que sin embargo se pliegan más o menos a sus exigencias.
La postura de la Comisión Europea, en boca de su presidente, ha sido esclarecedora: “Si eres un líder internacional tienes que estar preparado para reunirte con personas que a tu madre no le gustaría que te reunieses. Esto es lo que tenemos que hacer, de vez en cuando”. La postura del Gobierno español, la expresó el ministro de asuntos exteriores: Portugal ha hecho bien en invitarle a Mugabe, pero “a todos nos gustaría que no participase; es la posición española”, y añadió: “No es un líder que vaya a aportar, sino a distraer la atención mediática. A todos nos gustaría que no acudiera. Ésa es la posición española”, dijo.
Pues Mugabe ha ido, y seguramente sufrirá el vacío de los líderes europeos. Lo mejor para desacreditar a un fracasado Mugabe es mostrarle sus cifras: su país está económicamente en ruinas, es el único país africano que no crece económicamente, con una inflación galopante además de las bajas tasas de escolarización. Y África es bastante más que Mugabe y su dictadura.
Las grandes palabras que rodean siempre a estas cumbres ya han aperecido: “Es hora de dejar atrás el paternalismo”, dice Barroso. “Hace décadas que estamos dando ayuda caritativa. Si funcionase, África ya se habría salvado”, dice Michele León, comisario de Desarrollo.
Lo cierto es que Europa está en retroceso dentro de África, su “tradicional patio trasero”. La política de China – ávido de materias primas que tiene el continente africano – es más agresiva y efectiva: Pekín ha encontrado fórmulas “creativas” para desplazar a Europa, como la de construir infraestructuras a cambio de materias primas, trayéndose para ello su propia mano de obra, o la extensión de un incipiente empresariado chino por todo el continente, que en parte está socavando el comercio propio, ya que impide el desarrollo de las industrias nacionales.
El comercio será precisamente la chinita de esta cumbre: la UE puso una fecha límite – finales de 2007, luego prorogada para 2008 – para un acuerdo de libre comercio. Solo trece países africanos han firmado ese acuerdo: Botsuana, Lesoto, Suazilandia, Mozambique y Zimbabue, de la Comunidad de Africa del Sur; Kenia, Uganda, Tanzania, Ruanda, Burundi, Zimbabue (sí, el que está gobernado por Mugabe), Islas Mauricio y Seychelles del África Oriental.
Misiones de Paz. La cumbre no podrá pasar por alto los conflictos armados que hay en el continente africano, especialmente en Somalia y Darfur.
Precisamente efectivos de la Unión Africana van a participar en la misión de paz en Darfur, Sudan y Somalia. Las misiones internacionales bajo mandato de la ONU en África cada vez cuentan con más soldados africanos, motivada por varios aspectos, como el temor que se le cogió a África por el llamado síndrome de Mogadiscio o porque los propios africanos quieren resolver sus problemas.
En Darfur se van a desplegar 26.000 efectivos de la UA; en Somalia se necesitan al menos 20.000 efectivos, pero la UA solo ha comprometido 8.000 soldados. Lo mejor de todas estas misiones de paz es que no se puede llevar a cabo como deberían por algo tan sencillo como la falta de helicópteros, y la falta de medios. The doves of war, un artículo de The Economist de hace un par de semanas, pone el acento precisamente en esta cuestión.
Pero podría dar la sensación de que África es contintente sin presencia militar extranjera, cuando es todo lo contrario: Francia tiene una fuerte presencia militar; EE UU va a tener su propio mando para el continente, AFRICOM, que se prevé esté plenamente operativo en septiembre 2008, para contrarrestar la presencia china, garantizar el abastecimiento de materias primas, y todo en el marco de “la lucha contra el terrorismo”; Gran Bretaña tiene lo que The Economist califica como “el plan más detallado para mejorar las misiones de paz” en África: Eastern Brigade, donde participan los ejércitos de Etiopía, Kenya, Uganda y Rwanda, y que puede estar operativa en 2012 con un coste de unos 350 millones de euros en los cinco próximos años.