Una cosa es que el lector sea una pieza angular en los medios digitales: puede comentar las noticias, mandar correcciones, o incluso generar su propio contenido. Y otra cosa es poner al lector a hacer un ingente trabajo de documentación, que el medio directamente no puede asumir.
Antecedentes del caso: el Parlamento británico pone a disposición 700.000 documentos sobre gastos de sus parlamentarios. Transparencia informativa, o más bien un exceso de información, que supone una desinformación en si misma: es dificil procesar toda es información.
Solución de The Guardian: poner a los lectores a cotejar los datos:
“Únete a nosotros en el escrutinio por los 700.000 documentos de gastos de los parlamentarios para identificar reclamaciones individuales, o documentos que crees que merecen una investigación más profunda. Puedes trabajar en los gastos del propio de tu propio parlamentario, o aprieta el botón para empezar a revisar”
Hay que reconocer que The Guardian son un rato listos: por un lado hacen que el lector se crea un periodista de investigación, parte de la noticia misma, y sobre todo se ahorra unos dineros y recursos en esta labor ingente. Vamos, un morro que se lo pisan, pero una idea brillante.
Estoy por no salir hoy de casa y ponerme a buscar gastos raros en las cuentas de los parlamentarios. Por ejemplo, cuánto se gastan en libros y qué libros se compran. Pedazo de plan para un viernes soleado.