Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Rafael Sanz Lobato, el gran fotógrafo amateur

Moeh Atitar de la Fuente - Wednesday 22 de April de 2015

Hoy, a través de un twitt del colectivo ‘No Photo’, he conocido la muerte de Rafael Sanz Lobato (Sevilla, 1932), uno de los mejores fotógrafos españoles del siglo XX. Su reconocimiento como tal llegó bastante tarde, en el 2011, y bajo la forma de un Premio Nacional de Fotografía. Disfrutó de esa gloria de exposiciones como única espada invitada y con la edición de libros, uno de ellos, un photolibro, apenas presentado en el mismo mes que le vio morir.

 

Sanz Lobato, retratado en octubre de 2012 en Albarracín. (foto: Moeh Atitar)

Sanz Lobato, retratado en octubre de 2012 en Albarracín. (foto: Moeh Atitar)

Sanz Lobato pertenecía a esa generación de fotógrafos que se formó en los años 60, entorno a colectivos de fotografía. El accedió con sus 29 años a la Real Sociedad Fotográfica de Madrid. Allí, con su ampliadora, aprendió a revelar sus fotos, a positivar a la perfección. Su relación con el mundo de la fotografía y de los mandamases nunca fue buena.  Así lo recordaba en una entrevista a Angeles García en El País, cuya lectura hoy se hace más que imprescindible.

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Así recordaba el propio Sanz Lobato sus inicios en la fotografía, en una conferencia impartida en el XI Seminario de Fotografía de Albarracín, donde tuve la suerte de conocerle y de la que recupero mis notas:

La forma más directa y bonita es la vocacional. Te da fuerza y vences todas las dificultades que puedas tener. En mi casa, que eramos muy ‘retrateros’, teníamos una caja llena de fotografías de hasta el siglo XIX. No paré de jugar con esas imágenes. Cuando trasladaron a mi padre a Madrid, yo de niño ya sentía la necesidad de documentar, con 14 años, todo lo veía, en las calles, en el rastro, las colas de auxilio social, los ciegos que vendía tiras ¡Si yo tuviera una maquina!, me decía 

No tuve mi cámara hasta que no empecé a trabajar con 20 años en una empresa de maquinaria pesada, y pude ahorrar de las horas extras 1250 pesetas que costó mi primera cámara ¿Y ahora qué?, Pues a revelar, ¿y por qué quedan unas peores que otras? Pues allí empieza mi autodidactismo [con el laboratorio]”, recuerda Sanz Lobato con sus inicios.

 

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Sanz Lobato se ganaba la vida en una empresa america de aparatos de compresión. Los fines de semana tomaba su Seiscientos y con sus “dos nikons comprada a plazos” se iba a los pueblos de España a retratar la vida rural y las fiestas populares. Viendo sus fotos no es de extrañar que fuera una referencia directa de Cristina García Rodero, que lo considera como uno de sus maestros.

“No hay otra cosa que el blanco y negro y bromuro de plata”, dijo el propio Sanz Lobato durante el XI Seminario de Albarracín. “Hay dos oficios en la fotografía: la toma y el positivado. Yo era fotógrafo de viernes a domingo. Siempre se ha dicho que el fotógrafo más completo es el que hace la toma y la interpreta en la copia. Cuando disparas ya tienes en mente cómo va a quedar en el bromuro de plata”.

Sanz Lobato separaba su fotografía personal de la fotografía profesional:

Hay dos tipos de fotografía totalmente separados: la fotografía ‘amateur’, que se hace por amor al arte; ‘fotógrafo amateur’ me parece un término precioso, mejor que ‘aficionado’, que es como más ‘dominguero’; ‘profesionalidad’ y ‘amateur’ es lo mismo que profesional pero en francés”.

Hice una huelga en la empresa americana donde trabajaba como director y me mandaron a la calle. Allí decidí pasarme a la ‘fotografía profesional’. De esa fotografía no hablo. Hablo de la ‘fotografía amateur’, de mi fotografía personal, la que he hecho por amor al arte.

Entre los trabajos profesionales de los que nunca le gustaba hablar estaban campañas publicitarias o los carteles electorales que le hizo al Partido Popular.

Para Sanz Lobato su principal función como fotógrafo era la de documentar lo que tenía alrededor. De esta manera la definía en el mismo seminario.

El documentalismo es lo más importante, porque las generaciones que vienen así conocerán como vestíamos. Yo gracias a la fotografía puedo decir cómo eran los culos de las mujeres en los años 50, 60, y como son ahora, que son mucho mejores. 

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La verdadera fotografía para Sanz Lobato era la argéntica, la de revelado y fijador:

Hacer fotografía con el digital es como cazar perdices al ojeo. Yo le diría a la gente joven, que ha abrazado la ‘nueva religión’,que si quieren ser ‘profesionales’ no les queda más pelotas que el digital…pero la fotografía creativa solo tiene sentido con la fotografía analógica y con el positivado. Si revelas una foto mía en photoshop, las sombras se empastan, se pierde el detalle. Con el tono alto puede dar el pego, dice Sanz Lobato

Con 3.000 euros puedes tener un buen laboratorio y una buena cámara. En el digital tienes que gastarte un dineral en el ‘Mac’, en la impresora…y se te dispara unas diez vez más el presupuesto. Los que queráis dedicaros a la fotografía creativa tenéis que iros al bromuro de plata. No hay otro remedio

 

En aquella entrevista de Angeles García dejo dicho:  “Moriré con un porrito de estos en la boca y tras haber cenado un buen plato de judías del Barco. Así me gustaría acabar”,

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