Historía de una fotografía: Vista desde la torre del Ayuntamiento de Drede
Friday, January 16th, 2009
Los hechos. 13 de febrero de 1945: la ciudad alemana de Dresde iba a sufrir el peor bombardeo aéreo hasta esa fecha. Meses más tarde la ciudad sería relegada por Hiroshima y Nagasaki, donde se usó por primera vez bombas atómicas. El bombardeo de Dresde no fue cosa de una noche: los raids de la Fuerza Aérea de los EE UU y especialmente de la RAF duraron tres días seguidos. Se calcula que sobre la ciudad cayeron cerca de 4.000 bombas, y que la temperatura en tierra llegó a alcanzar los 1.500 grados centígrados. Aún hoy se discute el número de víctimas. Como tope mínimo se habla de 25.000 muertos; hay quien eleva esa cifra hasta el doble.
La ciudad — con 650.000 habitantes, la séptima en importancia en Alemania — tenía una industria con 50.000 trabajadores, en la que no faltaban las factorías de armamento para nutrir al ejército nazi. Además su posición podía ser clave para una respuesta al avance ruso. Pero sin embargo, las noches del 13 al 15 de febrero, lo que se bombardeó no fue la industria y la infraestructura militar: los Mosquitos, los Lancanster, los Halifax descargaron sus tripas de bombas sobre el centro histórica de la ciudad, donde vívia principalmente población civil. La industria quedó prácticamente intacta.
Hay muchas hipótesis sobre la justificación de este bombardeo. Se dice que fue una venganza inglesa a los bombardeos aéreos sufridos durante la contienda, especialmente los de Coventry, que guarda similitudes con éste; en ésta línea, se asegura que se pretendía desmoralizar ya del todo al pueblo alemán, dejarlo derrotado; otros señalan que su posición estratégica justificaba el bombardeo, ya que incluso el movimiento de refugiados despavoridos podía se beneficioso; y así un largo etc de hipótesis con las que justificar el peor bombardeo aéreo con armamento convencional.
Documentar los horrores de la guerra. Durante la Segunda Guerra Mundial — y antes en la Guerra Civil Española — podemos hablar de fenómeno en el reporterismo fotográfico: retratar los restos, las ruinas que quedaban después de los bombardeos aéreos. Fue el caso de Londres, Conventry, o tantas ciudades aliadas. Pero también lo fue en el lado de los perdedores, en Alemania y Japón. En el país asiático, las imágenes de después del bombardeo nuclear son terroríficas. En Alemania, los fotógrafos del propio país o los recién llegados (como fotógrafos rusos) retrataran las ruinas en las que han quedado las ciudades después de la guerra. Es el caso del fotógrafo de Colonia, Herman Claasen, que tomará unas fotografías sobre cómo había quedado su ciudad, con una fotografía mítica, ‘el cristo en ruinas’. En Dresde, ese trabajo lo iba a realizar el fotógrafo Richard Peter sen
La fotografía. Richard Peter sen volvió a Dresde en septiembre de 1945, con la guerra ya acabada. En esa ciudad había trabajado en los años anteriores como fotoperiodista para una agencia de noticias. Todo estaba destruido. El propio archivo con el trabajo de Peter sen había ardido en las cuatro jornadas de bombardeos. Armado con una Leica, el fotógrafo empezó a retratar las ruinas, los destrozos del centro histórico, los rastros de la muerte dónde antes hubo vida. Más de 1.000 fotografías componen su trabajo de cuatro años.
La más conocida de todas es “Vista desde el ayuntamiento”. En ella se ve al ángel que parece asomarse en medio de toda la destrucción. Del ayuntamiento, apenas se salvó un par de torres, que quedaron en ruinas. Peter sen intentó varias veces hacer la fotografía, escalando como podía hasta la altura de la estatua, por edificios que amenzaban ruina. Una semana tardó en lograr la instantáne, que inmortaliza los restos del horror de la guerra.
Dresde formó parte de la República Democrática de Alemania; en 1989, un agente de la KGB estuvo allí destinado: se llamaba Vladimir Putin. Tras la reunificación, se avanzó en la reconstrucción del centro de la ciudad, especialmente el templo de Dresden Frauenkirche, totalmente destruido por el bombardeo y cuya reconstrucción concluyó en 2005, tres años antes de su 800 aniversario de la ciuda.