Afganistán: un teniente general soviético, cifras, más soldados
Tuesday, November 25th, 2008
La llegada de Obama a la Casa Blanca y de Petreus al comando central ha colocado a Afganistán de nuevo en el centro. Irak queda de momento en un segundo plano, con unos plazos de retirada ya acordados en Washington y Bagdad. Kabul no es igual, pese a que en el Pentágono — con nuevo inquilino previsible– están ansiosos de que the surge también triunfe en el país centroasiático.
Cifras. La OTAN envío 40.000 soldados a la provincia de Kosovo (2 millones de habitantes), mientras que en Afganistán hay desplegados 30.000 soldados OTAN como recuerda Registran. Sumados a otros 30.000 soldados extranjeros (mayoritaramiente de EE UU) y 140.000 efectivos del Ejército y la Policía afgana, los efectivos en el país son unos 200.000. Para el año 2010, el Pentágono quiere que los afganos cuenten con 160.000 soldados propios, lo que supone que los afganos tendrán más soldados por habitante que EE UU. ¿Pero como se sufragará algo que costará al más que actual Producto Interior Bruto del país?
Leo en el anuario de The Economist que en el año 2001, en las operaciones militares que hicieron salir por patas a los talibanes murieron 12 soldados de la coalición (afganos no incluidos); tan solo en los primeros nueve primeros meses del año 2008 han muerto 230 soldados.
Más tropas, más madera. Washington Post: EE UU enviará en enero 3.500 soldados más a las las provincias de Wardak y Logar. Las rutas que atraviesan las dos provincias, al sur de Kabul, son claves para mantener unidas a las tropas desplegadas en el este con las que se encuentran en el sur, principalmente en Kandahar. Al perder estas rutas, los soviéticos se vieron seriamente perjudicados en la década de los 80, y lo mismo pasó con los sucesivos gobiernos afganos antes de la llegada al poder de los talibanes. Estas dos provincias son feudo de la insurgencia, controladas por los hombres de dos veteranos de aquellas guerras: Heymatyar, brazo armado por Pakistán contra los rusos, y ahora aseguran que anda por la órbita iraní y el también veterano Jalaluddin Haqqani, señalado por EE UU como el principal el principal motor de la insurgencia talibán ya no sólo en Afganistán, sino también en Pakistán.
Un dato importante: estos 3.500 soldados llegarán casi a la vez que Obama a la Casa Blanca, pero también llegarán en pleno invierno, y ya se sabe que el invierno afgano no permite casi nada, así que hasta primavera no veremos la efectividad de este aumento de tropas en estas dos provincias.
El teniente general soviético. Ruslan Aushev, en su día el soldado más joven en llegar a teniente general del ejército rojo, fue entrevistado el domingo por L.A Times, y luego recogido por Danger Room. Aushev, estuvo metido cinco años en en avispero afgano con las tropas soviéticas. Luego fue el primer presidente de Ingusetia, la república que se excindió de la independista Chechenia para seguir siendo república. El ex teniente general asegura que mienstras ellos buscaban llevar a Afganistán las granjas colectivas y anular a la religión, los estadounidenses pretenden llevar la democracia, cuando los afganos no quieren ni una cosa ni la otra.
Da cuatro recetas: 1.- Crear un estado real y efectivo, eliminando la corrupción ; 2.- Crear un ejército afgano propio y eficaz; 3.- La economía debe de ayudar al pueblo; 4.- hablar con los talibanes: “Si despliegas 200.000 tropas alli, de día será tu tiempo. De noche, los talibanes serán los que manden.”
Y una puntualización final: “Cuando estabamos ahí, el ejército afgano estaba más o menos preparado para combatir. Y había oficiales, oficiales y generales, que había sido educados en la Unión Soviética (….)Y cuando nuestras tropas se retiraron en 1989, los siguientes dos o tres años [el presidente afgano] Najibullah estuvo más o menos seguro sin nuetras tropas”. Visto el final de Najibullah poco le sirvieron primero por el avance de los muyahidines (se refugió en el cuartel de la ONU durante tres años) y luego por la llegada de los talibanes, que lo ahorcaron junto a su hermano, para luego despellejar su cuerpo.
La columna de Karzai. Artículo del presidente afgano publicado en The Australian. Hamid Karzai cosecha fracaso tras fracaso, porque su destino político parece no pertenercele. En 2009 se enfrenta a unas elecciones presidenciales: ¿hay recambio? En el artículo Karzai insiste en un punto: la seguridad. Y es cuanto menos irónico que un presidente pida más seguridad cuando ni el mismo es protegido por soldados afganos, sino por tropas extranjeras, en su mayoría mercenarios de empresas de seguridad privada.
Combustible para los talibanes. Entre 100 y 160 dólares cuesta sacarse el carné de conducir en Afganistán. No es la cuantía de las tasas, es la cuantía del soborno. Lo mismo sucede con cualquier licencia, cualquier documentación. La corrupción está por todos lados en ese poco estado que mal funciona. “Al principio con los Taliban, si alguién perdía 1 milón de dólares en la calle nadie lo cogía. Esto es lo que la gente hecha de menos de los taliban”, asegura un afgano en un reportaje del Chicago Tribune.
Reparto escaso de ayuda humanitaria en Herat, donde están desplegadas tropas españolas. ¿Qué pasará cuando llegue el invierno? Vía | Informed Comment.