McCain, progeorgiano
Moeh Atitar de la Fuente - Wednesday 13 de August de 2008
No había duda de que McCain en el conflicto entre Rusia y Georgia se iba a decantar por Georgia. El candidato republicano ha visto una oportunidad de oro para mostrarse él también — y sin salir del país — como un candidato firme en cuestiones exteriores. Y que mejor que protestar airadamente contra Rusia, y despertar los viejos fantasmas de la guerra fría.
El candidato republicano emitió el viernes — mientras la Casa Blanca aún se mostraba prudente — un comunicado condenando “la agresión rusa”. Era tan solo el primero de tres comunicados en la misma línea. Para ello consultó y contó con el apoyo de la Casa Blanca a través de consejero en seguridad nacional, Stephen Hadley.
Ayer, McCain iba más allá, y en un acto electoral celebrado en Penssylvania reproducía lo que le dijo al oído McCain al presidente Mikhail Saakashvili en una conversación telefónica: “Hoy todos somos georgianos“:
Si todos los estadounidenses son georgianos, McCain lo es un poco más: su principal asesor en materia de relaciones exteriores, Randy Scheunemann, es un reconocido lobbista georgiano en los pasillos de Washington. Scheuemann usó a su señorito el pasado mes de abril para mostrarle su apoyo incondicional a su señorito Saakashvili, el mismo día que la empresa lobbista para la que trabajaba firmaba un contrato para seguir representando a Georgia por 200.000 dólares. Desde el equipo de campaña de McCain dicen que Scheuemann ya no trabaja para el señorito georgiano, pero se les olvida recordar que esto fue una imposición del candidato a todos sus asesores: solo se hacía lobbye para él.
Si McCain se ha mostrado partidario de Georgia, Obama parecía en esto europeo: los primeros días emitió varios comunicados llamando a ambas partes a un cese el fuego, condenando la respuesta rusa, pero también la acción de Georgia sobre Osetia del Sur. Pero el demócrata puede que, cuando despierte de sus vacaciones en Hawaï, se encuentre con un McCain que se ha colgado todas las medallitas en política exterior que él se había llevado en su tour veraniengo.
PS: “Georgia dice que las tropas rusas continúan combatiendo pese al acuerdo“, titular del NYT.
Esto va derivando lentamente. Ya veremos cómo llegamos a fin de mes. Tengo la impresión que llegaremos mal. Keep in touch
Dos de los mejores análisis que he leído sobre el conflicto de Georgia: el conservador Bruce Anderson en The Independent y Paul Craig Roberts -antiguo asesor de Reagan en materia económica- en Counterpunch. Dos viejos zorros de los tiempos de la guerra fría y partidarios del pragmatismo de la realpolitik enormemente críticos con el demencial “idealismo” de la administración Bush y sus ansias de hegemonía.
Anderson expone una de las raices del problema:
“By the early 1990s, there was a need for a new system of collective security in Europe, embracing the Russians. Once Moscow had renounced the ill-gotten gains of 1944-45, we should have welcomed the Russians back to a Europe which had been spiritually impoverished by their absence. […] Once the Communist threat was lifted and the Soviet Empire dismantled, we had no quarrel with Russia. A sustained peace-making effort over the past 15 years would have created a diplomatic means of solving the Georgian question before it became one.”
Craig Robertson señala a los culpables:
“President Reagan negotiated the end of the cold war with Soviet President Gorbachev.,The neoconservatives, whom Reagan fired and drove from his administration, were furious. The neocons had hoped to win the cold war, thereby establishing American hegemony.”
McCain, como buen neo-con, está empeñado en echar más leña al fuego. En cambio, un Obama más pragmático, aún posicionándose claramente a favor de Rusia, parece haber adoptado una postura más equilibrada, crítica a Georgia incluída: “Georgia should refrain from using force in South Ossetia and Abkhazia, and a political settlement must be reached that addresses the status of these disputed regions”. Quizá una postura como la de McCain es más seductora para los votantes estadounidenses, pero podría desembocar en una escalada bélica de consecuencias imprevisibles. No me gusta nada Obama, pero quizá él sea la mejor baza para evitar que todo esto se salga de madre.
Un saludo