Si un informe no te gusta, que no salga a la luz. Si habla de la guerra de Irak, menos todavía. Y si está realizado por el think tank militar más importante de EE UU guardalo bajo siete llevas y arrójalas al mar.
NYT publica hoy que un informe sobre la reconstrucción de Irak encargado por el Ejército estadounidense a la RAND corporation está metido en un cajón sin ver la luz. El informe, del año 2005, no añade nada nuevo: falta de coordinación entre los militares y los diplomáticos – sin que el presidente Bush hiciera nada para remediarlo, tal y cómo sostiene el informe -, falta de directrices políticas en el momento de la planificación de la guerra – se espero a ganar los combates con el Ejército iraquí para luego pensar en qué hacer con el país -, y sobre todo no tener ni idea de cómo mantener seguridad en un país: ” una fuerzas fuertemente mecanizadas o blindadas, [son] apropiadas para llevar a cabo grandes batallas pero no para restablecer el orden civil. Este objetivo podría haberse conseguido de manera idónea por policía militar o, de manera aceptable, por infantería ligera entrenada en combates urbanos.”