Sobre la guerra entre los palestinos
Moeh Atitar de la Fuente - Friday 15 de June de 2007
La tarde del jueves milicianos armados de Hamas se han hecho con el control de la Franja de Gaza; han tomado todos los núcleos de poder que tenía Al Fatah (que no eran otros que los resortes del mínimo estado palestino representado por la Autoridad Nacional Palestina) en Gaza, incluido la sede del Autoridad Nacional Palestina.
Testigos presenciales narraban como milicianos de Hamas ejecutaban con un tiro en la cabeza a combatientes de Al Fatah; el movimiento integrista lo negaba, pese a haber anunciado que habían ejecutado “con seis tiros en el pecho” al jefe de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa en la Franja de Gaza.
“Lo que sucedió hoy en los cuarteles de Seguridad Preventiva fue la segunda liberación de la Franja de Gaza, esta vez de los rebaños de colaboradores”, es lo que ha declarado un portavoz de Hamás, acusando así al movimiento Al Fatah de colaborador con Israel.
La reacción de Abás ha sido declarar el estado de emergencia y disolver el Gobierno de concentración nacional — en el que estaban representados Hamas y Al Fatah — y declarar el estado de emergencia. Además, el presidente palestino ha pedido el despliegue de tropas internacionales en territorio palestino. Hamás, como era de esperar, ha hecho oídos sordos.
Estamos hablando, por tanto, de una división de Palestina en dos: por un lado Hamás controlando la Franja de Gaza, y por otro lado Al Fatah que mantiene su resorte de poder en Cisjordania. Y Palestina no es otra cosa que un gueto, donde tarde o temprano era de esperar un estallido semejante de violencia, muerte y destrucción, con una situación aún más agravada por el fin de la ayuda internacional, que como veremos, ha conseguido todo lo contrario a lo que se buscaba: radicalizar aún más a Hamás y hacerla más fuerte.
La Franja de Gaza, controlada por Hamás, tiene una superficie de 365 km2 con una población de 1,4 millones de personas.
Cisjordania, donde Al Fatah es predominante, tiene una población de unos 2,4 millones de habitantes repartidos en 5.800 km2. En Cisjordania se encuentra la capital Ramala, donde está la sede de la Autoridad Nacional Palestina.
La pugna por el poder — y la lucha entre las facciones armadas, muchas veces poco controladas por la ramas políticas — no son nuevas, pero los acuerdos de la Meca en febrero pasado, con el patrocinio de Arabia Saudí, condujeron al frágil gobierno de unidad nacional, hoy disuelto por Abás.
Con las acciones de los últimos días en la Franja de Gaza, Hamás ha mostrado su poderío militar, ante una Al Fatah debilitada y sin poder hacer frente a la situación.
Cuando Hamás ganó las elecciones legislativas, la comunidad internacional, como previamente había hecho Israel, cerró el grifo económico a Palestina, única fuente de financiación del Estado. No querían que sus fondos fueran gestionados por un grupo al que EE UU y UE calificaban de terrorista. La situación la habían creado ellos, que querían unas elecciones democráticas.
El análisis sesudo era que si cortaban la ayuda económica a Palestina, Hamás no podría gobernar, se vendría abajo y la situación acabaría en un colapso que obligaría a Hamás a reconocer su fracaso, y sentarse a negociar su línea roja: el reconocimiento del estado de Israel.
Puro fracaso: Hamás sigue igual de fuerte que antes, porque tiene los mismos recursos y las mismas fuentes de financiación y ayuda (principalmente Siria e Irán). Pero la debilitada ahora es Al Fatah, que se alimentaba — incluyendo la corrupción de parte de sus líderes — con los fondos internacionales.
Hamás ha demostrado estar bien organizada, equipada, mientras que Al Fatah es la otra cara de moneda, sin mando y sin capacidad de respuesta y sin medios.
Si Hamás parece actuar en bloque — no olvidar que también en su seno hay muchas tendencias — en Al Fatah ya se escuchan voces que cuestionan el liderazgo de Abás y toman en Cisjordania su vengamza, a espaldas de cualquier orden.
“Estoy enfadado con él. No ha dado ordenes directas a nadie durante la crisis. Ahora Gaza ha sido perdida”, asegura Nasser Juna, miembro del parlmanto de Nablus, con fuertes lazos con el brazo armado de los Martires de Al Aqsa, que cita el corresponsal de The Time en Ramala.
Estados Unidos muestra su apoyo al presidente palestino Abás y a los “palestinos moderados”, frente a los que han “protagonizado crímenes de guerra” en Gaza. McCormack, portavoz del Departamento de Estado, no descartaba el envío de tropas internacionales a la zona, y reiteraba que “mediante la violencia”, los palestino no iban a conseguir un estado.
Mientras, Israel, observa, de momento, como los palestinos se pegan entre ellos. Cómo se recoge en el Q&A: Chaos in Gaza, una ayuda del ejército israelí a Abas en la Franja de Gaza, puede suponer “el beso de la muerte” para Al Fatah.
Las próximas horas serán cruciales, aunque las heridas, la muerte, y la sangre derramada estos días entre los palestinos serán difíciles de olvidar, y la población civil palestina seguirá siendo la perdedora de todos estos embates.
Actualización. Dos post recomendados:
- Cómo fabricar una guerra civil, por Enrique Meneses.
- Y ahora Gaza, en Algarabía, con mucho enlaces de interés.
Seguiremos este tema en tu blog
es triste ver la pagina y a la vez doy millones de votos de castigo como el ser humano en esta vida del siglo xx este pasando estas cosas NO ES POSIBLE EN vez de preocuparse por el planeta de la solucion del medio ambiente se esten matando entre seres humanos aqui existe un problema muy serio NO ESENTIENDO COMO es posible que entre lo politico lo religiso y por que no decirlo hasta lo espiritual YA BASTA DE TANTAS ATROCIDADES QUEREMOS UN ALTO AL FUEGO Y SOLUCION PACIFICA ha esta guerra que ha dejado muchas muertes y llantos tristes..