Conferecia politica del PSOE (III): sobre la igualdad
Saturday, September 16th, 2006
Regla de toda Conferencia Politica: trae a alguien con mucho tirón mediático para alcanzar una relevancia en el exterior. El PSOE ha acertado en organizar un acto en femenino con Ségolène Royal, con la vicepresidenta de la Vega y Carmen Alborch moderado por la periodista Angels Barceló. A sus espeldas, un grupo de mujeres sentadas en cubículos de colores. El escenario medido, calculado, con una pantalla gigante donde se veía a la interveniente. En el pie de la pantalla se leían los sms que el público iba enviando. Lleno hasta la bandera, con ministros sentados en primera fila, pero en los escalones.
Royal, la candidata. Antes de su llegada a Madrid, Royal acudía a un acto en Lens donde ha intervenido los siete supuestos precandidatos a la candidatura del Partido Socialista a la presindencia de la República – notese lo enrevesado de la frase que refleja el proceso de selección de candidaturas. Si vemos los titulares con los que Le Monde resume cada una de las intervenciones, salta a la vista los dos candidatos con discursos más distantes: frente a una Ségolène dispuesta a “recuperar juntos nuestro país“, tenemos a Jospin que aboga por unas “políticas verdaderamente de izquierdas.” El primero es un discurso hacia fuera; el segundo, hacia dentro. Royal va por delante de las encuestas. Jospin es el líder que espera Sarkozy – o cualquiera candidato de la derecha – para recordarle el fracaso que llevó a un Le Pen a disputar la segunda vuelta frente a Chirac en las pasadas elecciones.
Ya en la conferencia del PSOE, la primera intervención corrió de las manos de la vicepresidente De la Vega, que recordó que “no hay razón para el optimismo porque las cifras son aún sangrantes.” Para ello ha propuesto “un gran pacto social por la igualdad”, en que “hombres y mujeres cerremos la puerta a la discriminación y a la violencia”.
Royal la casi precandidata – en quince días se postulan oficialmente las candidaturas – Royal ha destacado “el modelo español” para igualdad, consistente en un gobierno paritario, una ley contra la violencia doméstica y la igualdad de los matrimonios homosexuales. Ese modelo “ha sacudido sacudido mucho en otros países y en muchos partidos socialistas europeos”, sostenía la líder en un francés claro, pausado, sostenido, pero tapado tras una traducción simultánea a todo volumen. En el acto, ha recordado el momento en que un líder de su partido se preguntó en voz alta – con la típica mentalidad machista añado yo – que quién iba a cuidar a sus cuatro hijos si ella era la candidata socialista a la presidencia. En la misma línea recordó como Alain Juppe – condenado en 2004 por malversación de fondos – distituía a las ministras en las crisis de gobierno.
Carmen Alborch, candidata a la alcaldía de Valencia, recalcó la importancia de la aprovación de la ley de Violencia de Género, lo que supuso “el inicio de una mayor toma de conciencia frente a este grave problema, que hasta ahora permanecía en el ámbito privado”.
Tal vez solo deberíamos ver a nuestro alrededor para darnos de que la desigualdad existe, y de que no puede ser otra cosa que injusta. Solo echándole un vistazo a la blogoesfera podemos darnos cuenta de la escasa presencia femenina.
Royal, la candidata. Antes de su llegada a Madrid, Royal acudía a un acto en Lens donde ha intervenido los siete supuestos precandidatos a la candidatura del Partido Socialista a la presindencia de la República – notese lo enrevesado de la frase que refleja el proceso de selección de candidaturas. Si vemos los titulares con los que Le Monde resume cada una de las intervenciones, salta a la vista los dos candidatos con discursos más distantes: frente a una Ségolène dispuesta a “recuperar juntos nuestro país“, tenemos a Jospin que aboga por unas “políticas verdaderamente de izquierdas.” El primero es un discurso hacia fuera; el segundo, hacia dentro. Royal va por delante de las encuestas. Jospin es el líder que espera Sarkozy – o cualquiera candidato de la derecha – para recordarle el fracaso que llevó a un Le Pen a disputar la segunda vuelta frente a Chirac en las pasadas elecciones.
Ya en la conferencia del PSOE, la primera intervención corrió de las manos de la vicepresidente De la Vega, que recordó que “no hay razón para el optimismo porque las cifras son aún sangrantes.” Para ello ha propuesto “un gran pacto social por la igualdad”, en que “hombres y mujeres cerremos la puerta a la discriminación y a la violencia”.
Royal la casi precandidata – en quince días se postulan oficialmente las candidaturas – Royal ha destacado “el modelo español” para igualdad, consistente en un gobierno paritario, una ley contra la violencia doméstica y la igualdad de los matrimonios homosexuales. Ese modelo “ha sacudido sacudido mucho en otros países y en muchos partidos socialistas europeos”, sostenía la líder en un francés claro, pausado, sostenido, pero tapado tras una traducción simultánea a todo volumen. En el acto, ha recordado el momento en que un líder de su partido se preguntó en voz alta – con la típica mentalidad machista añado yo – que quién iba a cuidar a sus cuatro hijos si ella era la candidata socialista a la presidencia. En la misma línea recordó como Alain Juppe – condenado en 2004 por malversación de fondos – distituía a las ministras en las crisis de gobierno.
Carmen Alborch, candidata a la alcaldía de Valencia, recalcó la importancia de la aprovación de la ley de Violencia de Género, lo que supuso “el inicio de una mayor toma de conciencia frente a este grave problema, que hasta ahora permanecía en el ámbito privado”.
Tal vez solo deberíamos ver a nuestro alrededor para darnos de que la desigualdad existe, y de que no puede ser otra cosa que injusta. Solo echándole un vistazo a la blogoesfera podemos darnos cuenta de la escasa presencia femenina.
Y llegamos a la zona del lobby, con los encuentros, abrazos sinceros o no tan sinceros. Lo mas socorrido y repetido es el “que bien te veo”. No es casualidad que la zona lobby sea una prolongación de la cafetería. Desde que no se puede fumar, estas zonas han perdido ese ambiente especial que le daba el humo.