Vigesimonoveno dia de guerra
Thursday, August 10th, 2006
Número de fallecidos libaneses: Más de 1000.
Número de fallecidos isrealíes: Más de 100. Fuente BBC
Luz verde para la ofensiva en el sur del Líbano. Hizbollah, sin muestras de debilitamiento. Cambios en el mando del ejército israelí. Antes de más guerra, un poco de diplomacia. Chirac presiona a EE.UU. para alcanzar un acuerdo en el Consejo de Seguridad cuanto antes. Nasrallah partidario del despliegue del ejército libanés, aunque sin abandonar el discurso de siempre. Propaganda: batalla por las ondas y webs jaqueadas. Acciones de guerra. Ayer, el gobierno de Olmert dio luz verde al plan para ampliar la ofensiva hasta el río Lítani, adentrándose 30 kilómetros en el interior del Líbano. El objetivo sería expulsar a la milicia de Hezbollah de esa área para evitar el lanzamiento de proyectiles sobre territorio israelí.
Entierro multitudinario en Beirut de las 41 personas fallecidas tras el bombardeo de un edificio en el sur de la capital el lunes pasado. El ejército israelí bombardeo a un kilómetro y medio del cortejo fúnebre. Foto NYT
La capacidad bélica de Israel se ha puesto en entredicho. Solo ayer fallecieron 15 soldados en combates con Hezbollah. La milicia anunciaba además que había destruido 13 carros de combate
extremo no confirmado por Israel. El número de milicianos, según el ejército israelí ascendía a la cuarenta, extremo tampoco confirmado por la milicia. Al tiempo, Hezbollah seguía lanzando Katiushas sobre el norte de Israel, matando a una madre y a su hijo. En los ataques fallecía una madre y su hijo de corta edad.
En mitad de la guerra, Israel cambia el mando de la guerra. Solo hay que leer el editorial publicado hoy por el periódico israelí, Haaretz, con un final contundente: “Esta no es la manera de llevar una guerra, y no es la manera de acometer cambios en el liderazgo del mando que está combatiendo.”
El sustituto de Udi Adam, ha sido el segundo del jefe del Estado Mayor, el general Moshe Kaplinsky. Kaplinsky, de acuerdo con la biografía oficial colgada en la web del ministerio de defensa israelí, fue entre 1991 y 1993 comandante de la brigada del este en el sur del Líbano. Pero sobre todo es hombre de confianza del jefe del Estado Mayor Israelí, quien está asesorando a un inexperto ministro de defensa israelí Amir Peretz, que solo alcanzó el grado de capitán, visto por algunos como graduación demasiado baja para comandar dicho ministerio.Un soldado israelí, herido en los combates, es acompañado hasta una ambulancia. Foto NTY.
Peretz se estaría dejando asesorar por el Jefe del Estado Mayor, ambos partidarios del plan ofensivo. Todo encajaría en ese cambio al frente del ejército, en búsqueda de una uniformidad de criterio ante la previsible invasión a gran escala, con una movilización aún mayor de reservistas que les llevara a cumplir esa misión.
Sobre el terreno, los combates por tierra aumentaban en intensidad, ya que el ejército israelí se habría 9 kilómetros en el interior del Líbano, en las proximidades de Khiam. Sin embargo, la operación a gran escala no habría comenzado aún.
Movimientos. Y la operación no habría comenzado para dar tiempo a la diplomacia. Al menos eso asegura el ministro de justicia israelí: “debemos agotar todas las posibilidades de una solución diplomática. Esfuerzos importantes están siendo desarrollados en este sentido en Nueva York (…) es cuestión de algunas horas, unas 24 horas, seamos pacientes.”
El presidente francés (o asturiano según se mire), Jacques Chirac hacía unas declaraciones contundentes en una rueda de prensa celebrada ayer, en la que calificaba “de inmoral” no encontrar una solución a la guerra entre Israel y Hezbollah, detallando el plan que se iniciaría con el cese de las hostilidades y el despliegue de una fuerza multinacional. Además, el presidente Chirac consideraba “légitimo que Irán, una potencia importante en esta región, sea consultada.” Estos mensajes parecían tener como destinatario a la administración Bush.
En el Líbano, el líder de Hezbollah, Nasrallah se mostró partidario del despliegue de 15.000 efectivos del ejercito libanés en el sur del país, pero al tiempo advertía a los árabes residentes en Haifa que abandonaran la zona para no ser víctima de los katiushas lanzados por la milicia. Amenazaba con convertir Líbano en “una tumba para el estado sionista.”
La batalla propagandística: guerra psicológica. La televisión de la milicia, Al Manar-tv, aseguraba tener una audiencia de 10 millones de espectadores, lo que la situaría entre las 5 televisiones árabes más visitas, hasta que esta fue atacada. Israel, además, había conseguido colar en las emisiones de la cadena un clip de unos 90 segundos en el que se insultaba a Nasrallah, en un ejemplo de propaganda negra. La página web de la televisión fue jaqueada el pasado domingo, apareciendo el siguiente mensaje: “Marketing del terrorismo: Hezbollah usa Al Manar TV para extender of the Al Manar TV extender la incitación y el odio alrededor del globo”. Los ataques no solo afectarían a la televisión de Hezbollah.
No es casualidad que en los últimos días Israel haya aumentado el lanzamiento de panfletos sobre Líbano, así como el envio de mensajes grabados a través de los teléfonos móviles.