Frentes informativos para el 9 de marzo de 2009
Moeh Atitar de la Fuente - Monday 9 de March de 2009
Un lugar llamado Ulster. Dos soldados murieron ayer en un atentado contra una base militar a 25 kilómetros de Belfast. Dos titulares llaman hoy la atención. The Guardian: ” ‘La guerra está acabada ‘el Ulster unido condena el ataque”; The Independent: “Si estamos en paz, ¿por qué siguen muriendo soldados?”
Al Bashir mueve fichas.El dictador sudanés se dio ayer un baño de multitudes en Darfur. Mientras, sacaba de la cárcel a Hassan El Turabi, islamista educado en la Sorbona, quien invitó a Bin Laden a Sudán, y al cual el dictador envidia . El Turabi fue metido entre rejas hace dos meses por pedir la entrega de Al Bashir a la Corte Internacional; y no es que ahora vaya a darse largos paseos por Jartúm: seguirá en arresto domiciliario, como llevaba varios años, controlado por el dictador. Menudo dúo.
África y la droga. Ya hablamos aquí en 2007 de Guinea Bissau, todo un estado en manos de los narcos. Es una de las bases que usa el narcotráfico para hacer llegar la cocaína a África. El País publica un amplío y muy interesante reportaje: La nueva ruta de la droga corrempe África. En The Guardian leemos un reportaje sobre la producción de coca, que no ha sufrido apenas variaciones.
Amigos y los libros. Mientras leo The Iron Wall, recomendado por Carlos, Hernán habla del libro que ya me espera, de uno de los mejores reporteros de guerra (vivo) que escribe libros.
Los chinches y los hoteles británicos. Dice The Independent que los chinches han vuelto a los hoteles británicos. ¿Pero se habían ido? A lo mejor algo tiene que ver que tengan moquetas hasta en las paredes.
Los Lunnis vuelven. Como los chinches británicos: ¿se habían ido?
Meteduras de pata. Arturo Paniagua recomienda en La Tejedora Fuck my life, una web que recoje los engorros que mandan los internautas. No tiene desperdicio.
Una parte de la “comunidad internacional” parece congratularse enormememnte por la orden de arresto de Omar al-Bashir. Dejando aparte las críticas a la Corte Penal Internacional porque, hasta el momento, sólo ha incriminado a africanos, hay serias dudas de que la orden de arresto no pueda hacer más daño que otra cosa. En primer lugar, es muy poco probable que sea efectiva, en segundo lugar, los países africanos y árabes empiezan a considerar la CPI como un instrumento neo-colonialista (por la aparente parcialidad hacia Áfric mencionada arriba) y puede arruinar unas (frágiles) conversaciones de paz entre el gobierno sudanés y los grupos del sur. De hecho, la primera consecuencia de la orden de arresto es que el gobierno sudanés ya ha expulsado a muchas ONGs y agencias de desarrollo del país, lo que podría tener graves consecuencias para una parte importante de la población.
Sobre esto, un par de lecturas:
There was criticism from legal circles as well. In January, Sir Geoffrey Nice, who was the prosecutor in the Milosevic trial, filed an amicus curiae brief with the ICC on behalf of an umbrella group of Sudanese unions and activists (who had collected the signatures of a million Sudanese), asking the court not to issue an arrest warrant against al-Bashir. The leaders of three ethnic groups in Sudan — who, Ocampo said, were the main target of the genocide — also supported the call. The risk of more violence was simply too great, and an arrest warrant would further discredit the ICC’s image in Sudan, according to the critics.
http://www.spiegel.de/international/world/0,1518,611614,00.html
Last year, according to UN figures, about 150 Darfurians died every month in violence. Fewer than half were civilians; the others were soldiers, militiamen, bandits and rebels. Things could get worse, much worse. There is good reason to believe the aid agency expulsions are only the beginning. Those who have argued that the Sudan government responds to pressure make a critical mistake. Pressure works if the party under pressure can agree with the end point. If that is life imprisonment, pressure only generates counter-pressure. For Khartoum, Moreno-Ocampo’s ultimatum is not negotiable. It is a fight to the death.
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2009/mar/06/sudan-war-crimes
Un saludo