Un nombre árabe te hará bailar en Israel
Wednesday, September 10th, 2008
La secuecia debió de ser la siguiente: Abdur-Rahim Jackson llegó al aeropuerto Ben-Gurion, Tel Aviv, Israel; como miembro de la compañía de danza Alvin Ailey iba a participar en una representación en Israel. Pero había un problema: tenía nombre árabe. “¿Profesión?”, preguntaron los responsables de seguridad del aeropuerto. “Bailarín”, contestó Jackson. “Bailarín, con nombre árabe…¡Pues a bailar!”: Abdur-Rahim Jackson tuvo que danzar para ellos, para demostrar que no era un terrorista o una amenaza para la seguridad del Estado de Israel. Además, a Jackson le preguntaron porque sus padre le pusieron ese nombre. “Fue bastante vergonzoso”, declaró el bailarín de esta compañía, que recientemente el Senado de EE UU calificó como “institución embajadora de la cultura de EE UU por el mundo”.
Abdur-Rahim Jackson cometió otro error además de tener un nombre árabe: no fue vestido de bailarín. Pero Jackson se queja también de que esto le ha pasado en un aeropuerto de EE UU, donde también tuvo que bailar, pero claro, estaba en casa.
Todo esto pasó ayer, en uno de los aeropuertos que presume de seguridad, y en el que los viajeros sufren largos y tediosos interrogatorios. No es la primera vez que los israelíes dudan del arte. Wisam Tayam, un palestino, tuvo que tocar el violín en un paso fronterizo de Cisjordania. Y estas no son ni de lejos las peores humillaciones que tienen que sufrir los palestinos en los pasos fronterizos, que tienen que atravesar para ir a trabajar en Israel.
No sé qué harán si algún día les llega un árabe poeta. Posiblemente le mandarán componer un soneto. ¿Y a un pintor? Un retrato del policía, que luego se quedará para colgar en su salón. ¿Y a un fontanero? Capaces de ponerle a arreglar alguna vieja tubería del aeropuerto. Yo creo que tendría pocas posibilidades: cualquiera escribe una noticia.