Aído y el velo
Moeh Atitar de la Fuente - Thursday 26 de June de 2008
Dice Aído: “En nuestro país, los hombres árabes o musulmanes pueden vestir al modo occidental porque su cultura no les exige que lleven ningún símbolo. Las mujeres, sin embargo, llevan vestidos largos que les tapan el cuerpo y también un pañuelo sobre la cabeza que les cubre el cabello”. Dejemos de lado eso de mezclar árabes y musulmanes. Lo que me llama la atención de estas declaraciones son dos cosas: uno, que no critica a las monjas por llevar insufribles sotanas, mientras los curas pueden en manga de camisa ; y que estas declaraciones las haga en una jornada en el Congreso sobre El Papel de las Mujeres en la Alianza de Civilizaciones. ¡Toma alianza!
Las declaraciones de la ministra me parecen muy ligeras, muy simplista, que no quiere ver más allá de sus narices y que demuestra que un tema muy complejo tiene una mirada etnocentrista, de superioridad cultural.
Otro ministro, en otro momento, dijo algo más acertado: en España no hay debate sobre el uso del velo. No había hasta que llegó Aído.
PS: Nota aclaratoria: No estoy a favor del uso del velo persé, pero tampoco a favor de que las monjas se pongan sus hábitos. Pero entiendo que si a una monja le ha dado la gana libremente ponerse el hábito, lo mismo puede hacer libremente una mujer con el velo…
Qué tal:
Es una crítica acertada, similar a la que yo mismo hago sobre este tema. Occidente adolesce de mucha hipocresía y cinismo sobre este tema, y uno de sus datos sintomáticos es esto que estás señalando. Efectivamente, las monjas deben mostrar un recato “similar” (“similar”, entre comillas, porque nadie las obliga a llevar burkas ni su recato implica morirse de calor, necesariamente y, por último, nadie las apedrearía ni quemaría vivas en caso de no “recatarse”) al de muchas mujeres musulmanas pero, también, habría que señalar que ambos casos no son idénticos.
Mientras que las monjas pertenecen a una asociación religiosa, la mujer musulmana no pertenece a ninguna, y debería tener derecho a vestirse como quisiera. Incluso anque fuera su sentimiento más genuino el desear estar toda tapada incluso con 40 grados a la sombra, también así sigue siendo discriminatorio hacia la mujer su vestimenta. No hablemos de las que no tienen más alternativa que vestirse como los imanes quieren que se vistan, a riesgo de su propia vida.
En Occidente, me gustaría saber cuántas de las que vociferan que las discriminan si no las dejan estar todas tapadas, son realmente libres para vestirse ligeras de ropas un día caluroso. Me imagino que más de una de ellas (¿casi todas?) recibiría una buena tunda de parte de su marido en caso de pretender salir a la calle de minifalda y camiseta.
Creo que quienes temen ser “islamófobos” si critican esta situación, en realidad son cómplices del machismo.
En fin. Saludos.