El fin de la operation banner
Wednesday, August 1st, 2007
Los más pesimistas pensaban que el ejército británico se iba a retirar en unos meses, un año como mucho; corría el año 1969, y los católicos habían sido atacados por los protestantes en una serie de marchas de protesta, para pedir más empleo, más vivienda y más derechos, reservados casi en exclusiva a los protestantes.
El ejército de su Majestad se desplegaba en el Ulster como fuerza pacificadora, en una misión de seguridad, y fueron recibidas, paradójicamente, con más euforia entre los católicos: comenzaba la operation banner.
La campaña de ataques del Ejército Republicano Irlandés (IRA) tornó la misión en una operación contraterrorista, ocupando un territorio hostil, y sabedores de que la victoria total no iba a llegar. La represión que protagonizó el ejército británico contra los católicos no hizo otra cosa que alimentar las filas del IRA.
Una de estas medidas represoras (la detención de cualquier persona sospechosa de ser un terrorista IRA aún sin que mediaran pruebas), derivó en una gran manifestación el domingo 30 de enero de 1972 en Londonderry, que fue duramente reprimida por un regimiento de paracaidistas: 14 personas (los más jóvenes tenían 17 años) murieron por disparos del ejército.
El domingo sangriento ha quedado marcado en la memoria colectiva británica como un punto oscuro; muestra de ello fueron las duras críticas que le cayeron al grupo U2 cuando compuso una fabulosa canción titulada Bloody Sunday; en esta versión grabada en directo, Bono canta el nombre de las víctimas:
Los ataques del IRA contra el ejército no iban sino a crecer a partir de esa fecha: la misión se cierra con un balance de 763 soldados muertos y unos 300 muertos del lado irlandés, más de la mitad civiles.
Un total de 300.000 efectivos del ejército han pasado por esta misión, que con 38 años es la más larga de la historia del ejército británico dentro de su propio territorio. Como dice el general Sir Mike Jackson en un prólogo a un análisis sobre las operaciones militares relacionadas con esta misión (pdf), “el servicio en el norte de Irlanda ha afectado a toda una generación de hombres y mujeres al servicio ejército británico”. El mismo general traza paralelismos con las misiones de Irak o Afganistán, exportando “las lecciones” aprendidas sobre territorio irlandés.
“Esto no es como un partido de rugby en el que al terminar vamos a darnos todos la mano. Ha habido un altísimo grado de sacrificio”, dice el general Nick Parker, al frente de las tropas en Irlanda del Norte, en una sensacional crónica firmada por Begoña Arce.
Hoy, el ejército británico ya no patrulla por las calles de Irlanda del Norte. Solo quedan 5.000 efectivos en sus cuarteles; dicen que no ya cumplirán labores de seguridad, trasferida por entero a la policía; por si acaso todo el proceso político se va al garete, esos efectivos tendrán poderes especiales en Irlanda del Norte, que no se les confiere en el resto del Reino Unido.