“Los periódicos son una especie en peligro“: así describía el senador John Kerry el panorama de la prensa escrita en una audiencia convocada por él, a la que acudieron representantes del prensa impresa y de Internet. Kerry, senador por Massachusetts está preocupado porque lo periódicos de papel se van al garate hasta en su propia casa: el mítico Boston Globe, comprado hace un par de años por el NYT por 1.000 millones de dólares, hoy tiene una deuda de 800 y en menos de 60 días puede echar el cierre.
Panorama desolador, con periodistas escribiendo esquelas de periódicos. ¿Y quién mató al periódico? La respuesta que dio David Simon — periodista de prensa escrita en Baltimore y creador de la magnífica serie The Wire — señalaba [en parte, pero no solo] a Internet. “Entiéndeme, no estoy haciendo un argumento lúdico contra internet y todo lo que ofrece. Pero no verán, en mi ciudad, a los bloggers o a los llamados periodistas ciudadanos en el ayuntamiento o en los pasillos de los tribunales o en los bares donde los oficiales de policía se reúnen”. Simon señalaba en su intervención como los lectores tomaban la información de los agregadores de noticias, y pasaban del papel. “En poco, el parásito está matando lentamente al huesped”. La crítica de Simon contra el periodismo ciudadano es demoledora: “la expresión periodismo ciudadano suena en mis oídos como Orweliana. Un vecino que es un buen escucha y se preocupa por la gente es un buen vecino; no es en ningún sentido un trabajador social, solo un vecino con un jardín y buenas intenciones no un ciudadano bombero”. [En definitiva, el periodismo ciudadano, los bloggers, están lejos de sustituir al periodismo ciudadano].
Simon terminaba su intervención (de lectura recomendable) pidiendo que se relajara ciertas normas antitrust (en EE UU un periódico no puede controlar una cadena de televisión en su mismo ámbito geográfico, por ejemplo) , y que los periódicos pudieran defender su copyright de artículos que circulaban por Internet. También intervinieron frente a los senadores, Arianna Huffington, la vicepresidente de Google, Marissa Mayer, el antiguo editor de The Washington Post Steve Coll, James Moroney, del The Dallas Morning News, y Alberto Ibarguen, presidente y CEO de la fundación Knight. Gente de postín.
El mismo tono catastrofista adoptaba el senador Kerry en el comunicado previo, haciendo un repaso a lo que Internet había perjudicado a la prensa escrita, citando a Pulitzer como arranque: “Nuestra República y nuestra prensa triunfarán juntas o caerán juntas”. El senador señalaba esto:
— Google ganó 21.000 millones en anuncios en 2008, pero las noticias que proporciona son un agregador de fuentes gratituas.
— Graiglist, que da anuncios gratis, tiene un 1,000 millones de visitas al mes (???), costando a los periódicos miles de millones al año (la gente deja de pagar por anuncios en prensa escrita).
— Youtube tiene más de 100 millones de espectadores cada día y 65.000 nuevos vídeos diarios. Tiene beneficios entre 120 millones y 500 millones al año.
— Facebook, la red social gratuita, ahora tiene 200 millones de usuarios y tiene 700.000 nuevos cada día. El año pasado tuvo 300 millones de beneficios en anuncios. Irónicamente, NYT ha pagado 1,45 millones por el tráfico, pero en Facebook tiene solo 447.926 ‘amigos’.
— En EE UU hay 250 millones de abonados a teléfonos móviles que envían más de 1000 millones de mensajes de texto cada día. Este medio interactuación está tomando cada vez más atención en los publicistas. Se estima que la industria publicitaria en los móviles excede los 2.000 millones anuales.
De lo que se deduce que parte del negocio que tenía en exclusiva la prensa escrita hace un años se ha derivado a Internet, por la gratuidad, pero también con ingentes beneficios de los que la prensa (que proporciona contenidos), considera que no está ganando lo suficiente.
Falta algo de autocrítica: la mayoría de periódicos estadounidenses se tragaron en su mayor las armas de destrucción masiva de Irak y la crisis económica no la han olido hasta que no la tenían en frente, tal y como nos ha pasado en otras latitudes.
El problema de la prensa escrita se está abordando en muchos lugares, por muchos parlamentos y gobiernos. En Francia, por ejemplo, Sarkozy sacó un plan de rescate, que entre otras cosas le pagaba a los jóvenes una suscripción a un periódico de papel durante un periodo de tiempo. Mientras, en España, no existe este debate de manera pública y oficial. Por el Congreso no he visto desfilar a periodistas para hablar de la crisis del periodismo, porque quizá porque no somos conscientes de que la prensa, el periodismo, es fundamental para la democracia.
Cada vez que éste debate — Internet, papel — es abordado en mi cabeza resuena la canción “Video kill the radio star“. Fue el primer videoclip que emitió la MTV. ¿Quién iba a seguir escuchando las radiofórmulas, las cadenas de música 24 horas, si tenían una cadena que les daba lo mismo pero de manera visible? Pero nadie mató a las radios. Con Internet y el papel pasará algo parecido.
Gracias Carlos por los enlaces, y avisarme que había tenido lugar esta audiencia: aquí todas las intervenciones.
PS: No sé si David Simon — al que le debo muchas horas de regocijo gracias a The Wire — es consciente de que su intervención frente a Kerry solo la he pedido leer enterita gracias a Internet. ¡Qué paradoja.