Todos los medios estadounidenses destacan un extremo del discurso de Obama al aceptar la nominación demócrata a la presidencia: Obama ha estado más mordaz que nunca contra McCAin. Ha sido un discurso en el que ha relacionado al candidato republicano con Bush: “Somos el partido de Roosvelr. Somos el partido de Kennedy. Así que no me digan que los demócratas no van a defender este país. No me digan que los demócratas no nos van a mantener seguros. La política exterior de Bush-McCain ha despilfarrado el legado de generaciones de Americanos — demócratas y republicanos — han construido, y tenemos que restablecer ese legado”.
En cuanto a la cobertura por los medios digitales, New York Times sigue dando lecciones al resto: el discurso de Obama se puede encontrar transcrito, de tal manera que cada parte remite al momento en el que el candidato lo pronuncia en un vídeo. Chapeau!
Obama ya ha desvelado el secreto mejor guardado de su candidatura: será Joseph (Joe, para los amigos y carteles electorales) Biden, quien acompañe al candidato demócrata como candidato a la vicepresidencia.
Así, la elección de Biden hay que valorarla con lo que complementa a Obama:
— Un viejo de Washington. Biden, al contrario que Obama, es un perro viejo de Washintogn. Lleva desde en el Senado desde hace 36 años, cuando Obama tenía 11 años . Obama ha venido lanzando en su campaña continuos mensajes de cambio, dirigidos sobre todo a los que llevan “mucho tiempo en Washington”. Pues bien, ahora incorpora a uno de los políticos de siempre. La candidatura lo venderá como la fórmula de cambio más experiencia, como apuntan ya muchos analistas que cojean más del lado demócrata. La candidatura de McCain ha tenido el primer ataque fácil, vía comunicado: “No hay nadie más crítico con la falta de experiencia de Obama que Joe Biden (…) Biden ha denunciado la débil capacidad de juicio de Obama en materia de política exterior y ha reafirmado con sus propias palabras lo que los americanos están a punto de comprobar: que Barack Obama no está preparado para ser presidente”.
— Un experto en política exterior. Biden ha ocupado en dos legislatura la presidencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, entre 2001 y 2003 y desde 2007 a la actualidad, periodos en los que los demócratas han ostentado la mayoría en la cámara. Pero su actividad exterior es anterior, incluida su actividad durante la guerra en los Balcanes. En su presentación en Springfield, Obama ha querido recordar como Biden fue uno de los primeros en llamar en público criminal de guerra a Milosevic.
— El arrepentido de la guerra de Irak. Al contrario que Obama, Biden votó a favor de la guerra de Irak y mostró su apoyó desde el 11 de Septiembre al presidente Bush en la llamada guerra contra el terrorismo.
Pero Biden – como no podía ser de otra manera formando el ticket demócrata – se ha mostrado arrepentido de su decisión. En este vídeo acusa desde el Senado acusa a Bush, en réplica al republicano McCain, de no tener una política sobre Irak y de haber mentido sobre las armas de destrucción masiva. La retórica es impecable:
— Más tropas para Afganistán. Biden tiene una teoría parecida – sino calcada – a la de Obama: la guerra contra el terrorismo no se juega en Irak, sino en Afganistán, y es partidario de enviar más tropas al país asiático. De hecho defendió con una carta la postura de Obama sobre Afganistán. Pero además, Biden coloca el foco en Pakistán, donde cree que radica el problema.
— Su postura sobre matrimonio homosexual y el aborto. Como católico irlandés — algo que ha puesto encima de la mesa en su primera apariencia pública como candidato elegido por Obama — lo normal es que Biden se mostrara contrario a los matrimonios entre homosexuales. Sin embargo él ve las uniones homosexuales como algo inevitable para que los gays tengan los mismos derechos que las parejas heterosexuales, y se ha mostrado en contra de lo que defienden casi todos los republicanos: una enmienda a la Constitución que especifique que el único matrimonio válido es el de un hombre y una mujer. Sin embargo, no escucharemos a Biden ser un arduo defensor ni del matrimonio homosexual ni del aborto. Esta postura más conservadora es un equilibrio necesario, ya que el ataque de los republicanos puede venir como en 2004 no por la guerra de Irak, sino por los valores que unos defienden frente a otros.
— Un candidato sin prestar batalla, el perfecto tapado. El senador Biden se presentó el 31 de enero 2007 a la carrera por la nominación demócrata. Ya lo había intentado 19 años antes, sin éxito. El 31 de enero de 2008 anunciaba que se retiraba de la pugna y daba su apoyo a Obama. La corta campaña de Biden deja un vídeo electoral, ejemplo de comunicación política en positivo: sacó a sus rivales — Obama incluido — diciendo que “Joe tiene razón”:
— Sus ataques a Bush. Quizá este vídeo del senador Biden criticando el último discurso sobre el estado de la nación de Bush sea el mejor resumen de su ideario:
Nadie podrá acusarle desde luego de no ser — al menos últimamente — un acicate de Bush. La campaña de Obama relacionará directamente a McCain con Bush.
Uno de los trapos sucios que usará McCain. Pero no todo va a ser bueno dentro del historial de Joe. La candidatura de McCain lo tiene fácil para lanzar un ataque: en mayo de 2004, Joe pidió a McCain que se uniera a la candidatura del demócrata Kerry para “romper la división de EE UU”. “¿Por qué ahora me atacas si hace cuatro años me querías para el mismo puesto que ocupas ahora tú?” se preguntará McCain.
¡Ganó el periodista! A la candidatura de Obama no paró de prometer estos últimos días que los primeros en saber quién iba a ser el nombre elegido para ser el vicepresidente no iban a ser lo medios, sino los suscriptores de la página web de Obama y vía sms todo aquel que hubiera donado un dólar. Pero los periodistas fueron más rápidos que la candidatura, y la CNN primero y luego el New York Times se adelantaron al marketing político.
Curiosidad. Tres y media de la tarde hora española. A mi correo del trabajo llega un e-mail enviado desde la candidatura de Obama, cuya traducción dice:
Amigo:
Tengo algunas noticias importantes que quiero hacer oficiales.
He elegido a Joe Biden para ser mi compañero de carrera.
Joe y yo vamos a aparecer por primera vez como compañeros de candidatura esta tarde en Springfield, Illinois – el mismo sitio en el que esta campaña empezó 19 meses antes.
Estoy entusiasmado de tomar el camino de la campaña con Joe, pero los dos no podemos hacerlo solos. Necesitamos tu ayuda para seguir construyendo este movimiento para el cambio.
Por favor, haz saber a Joe lo feliz que porque él forma parte de nuestro equipo. Comparte tu mensaje de bienvenida y nosotros se lo haremos llegar.
http://my.barackobama.com/welcomejoe
Gracias por tu apoyo, Barack”.
¡Bien! Soy uno de los dos, cinco ,diez millones de internautas al que Obama va a spamear desde ahora.
Pero esto solo acaba de empezar: falta la convención demócrata que empieza el lunes, que McCain diga quién es su vicepresidente, la convención republicana en septiembre, los debates, los trapos sucios…
No había duda de que McCain en el conflicto entre Rusia y Georgia se iba a decantar por Georgia. El candidato republicano ha visto una oportunidad de oro para mostrarse él también — y sin salir del país — como un candidato firme en cuestiones exteriores. Y que mejor que protestar airadamente contra Rusia, y despertar los viejos fantasmas de la guerra fría.
El candidato republicano emitió el viernes — mientras la Casa Blanca aún se mostraba prudente — un comunicado condenando “la agresión rusa”. Era tan solo el primero de tres comunicados en la misma línea. Para ello consultó y contó con el apoyo de la Casa Blanca a través de consejero en seguridad nacional, Stephen Hadley.
Ayer, McCain iba más allá, y en un acto electoral celebrado en Penssylvania reproducía lo que le dijo al oído McCain al presidente Mikhail Saakashvili en una conversación telefónica: “Hoy todos somos georgianos“:
El vídeo de la intervención de McCain no tiene desperdicio. Pertenece a la toda neocon FOXNews. El candidato hace una descripción de los ataques rusos sobre Georgia. El realizador apoya las palabras con imágenes de la guerra. McCain saca pecho y recuerda que el viajó a Georgia, una “pequeña democracia” — se olvida del pucherazo de su amigo Saakashvili –, que “ha sido agredida” por Rusia. “Las agresiones a las democracias no pueden salir tan baratas”, dice un candidato al que le cuesta pronunciar el nombre de su amigo Saakashvili
Si todos los estadounidenses son georgianos, McCain lo es un poco más: su principal asesor en materia de relaciones exteriores, Randy Scheunemann, es un reconocido lobbista georgiano en los pasillos de Washington. Scheuemann usó a su señorito el pasado mes de abril para mostrarle su apoyo incondicional a su señorito Saakashvili, el mismo día que la empresa lobbista para la que trabajaba firmaba un contrato para seguir representando a Georgia por 200.000 dólares. Desde el equipo de campaña de McCain dicen que Scheuemann ya no trabaja para el señorito georgiano, pero se les olvida recordar que esto fue una imposición del candidato a todos sus asesores: solo se hacía lobbye para él.
Si McCain se ha mostrado partidario de Georgia, Obama parecía en esto europeo: los primeros días emitió varios comunicados llamando a ambas partes a un cese el fuego, condenando la respuesta rusa, pero también la acción de Georgia sobre Osetia del Sur. Pero el demócrata puede que, cuando despierte de sus vacaciones en Hawaï, se encuentre con un McCain que se ha colgado todas las medallitas en política exterior que él se había llevado en su tour veraniengo.
La propuesta de paz. Con este anuncio ha recibido el presidente ruso a su homólogo francés y de turno de la UE, Nicolas Sarkozy, que ha llevado a Moscu su propuesta de paz, rechazada ayer por el embajador ruso ante el Consejo de Seguridad por que establece la presencia de soldados georgianos en una eventual fuerza de paz: “No podemos estar de acuerdo con esto porque supondría asumir la presencia de gente que se describe como guardianes georgianos de la paz. No pueden seguir [en Osetia del Sur porque] han cometido crímenes, han abatido a nuestros camaradas con los que servían en la misma fuerza de paz”.
Pero el plan presentado a las partes si que contiene un punto que puede resultar cómodo para Rusia: la vuelta al statu quo anterior a la guerra, iniciada por Georgia, y con una contundente y quizá desproporcionada respuesta rusa, con la que puede terminar afianzando su postura en en Cáucaso. La UE y EE UU no quieren tampoco que Rusia saque a colación el caso de Kosovo para aplicarlo a los territorios georgianos independentistas.
La escenificación georgiana. El domingo, el presidente georgiano Saakashvili, se paseó por la BBC y la CNN; en la cadena estadounidense, el mandatario georgiano fue entrevistado por la estrella de la cadena Wolf Blitzer. Saakashvili, en un perfecto inglés perfeccionado sin duda en sus años en Harvard, apareció con un mapa detrás, en el que iba explicando bolígrafo en mano los ataques de Rusia. Las preguntas de Blitzer no es que fueran muy incisivas. La postura rusa estuvo presente con unas declaraciones grabadas al embajador ruso ante la ONU, con una réplica larga del presidente georgiano. Ningún equilibrio: los rusos son los malos. Al día siguiente, lunes, Shaakasvali se presentaba en una rueda de prensa; hoy, ante una multitud en la capital, con el papel de víctima bien aprendido, ha pedido una acuerdo de paz por escrito, que busca encorsetar a Rusia.
La postura de EE UU. Por si había alguna duda, este conflicto ha mostrado que EE UU es un firme aliado de Georgia. Y lo ha hecho — además con el entrenamiento militar previo que de poco le ha servido al país caucásico — montando un causus beli: Bush aseguró ayer queMoscú “quiere derrocar al Gobierno electo de Georgia”. Era solo la puntilla, ya que el domingo en el consejo de Seguridad el embajador estadounidense acusó al Kremilin de lo mismo, y usó una conversación entre su secretaria de Estado y el ministro de Exteriores ruso. Por un momento, el Consejo de Seguridad retrocedió unas cuantas décadas, y volvía a una guerra fría diplomática.
Dos periodistas muertos. El número de víctimas en esta guerra no está claro: ha sido, como en toda guerra, un arma de la propaganda de ambas partes. Lo que es cierto es que un cámara de la televisión holandesa RTL, un periodista georgiano que trabajaba para el Russian Newsweek y su conductor han fallecido en los bombardeos rusos de hoy.
El conflicto entre Rusia y Georgia por la región independendista de Osetia del sur no ha sorprendido a quienes siguen la realidad del Cáucaso. El número de esta semana de la revista The Economist dedicaba un análisis a la región — Bang bang, who’s dead? –, y recalcaba el aumento de la presencia militar rusa en Osetia y de la impaciencia de los georgianos. El viernes se ha iniciado un conflicto, primero con bombardeos e invasión de Georgia sobre la región rebelde, protegida por Rusia, y con la consiguiente reacción del Kremilin que ha contraatacado bombardeando objetivos en territorio georgiano y enviando carros de combate a la capital, Tsjinvali.
El momento. Georgia ha elegido el inicio de los Juegos Olímpicos para bombardear y ocupar la capital de Osetia. Independientemente de la llamada paz olímpica – que a estas alturas nadie puede esperar que se respete – no es casual el momento elegido: Putin, ahora primer ministro, se encontraba en la inauguración de los Juegos, y desde allí se mostraba rotundo: “La guerra ha comenzado“. Quien tenía que responder, de todas formas, era el presidente ruso, Dmitri Medvédev, visto como un títere en las manos de Putin. Si la guerra de Chechenia fue la que catapultó y afianzó a Putin en la presidencia años atrás, este conflicto puede suponer la misma oportunidad para el nuevo presidente.
El objetivo georgiano. Las escaramuzas entre georgianos y rusos – con Osetia como telón de fondo – no son nuevas, pero no han alcanzado la intensidad del pasado viernes. Georgia no puede ni soñar con una victoria militar. Rusia es superior hasta en el terreno: Georgia limita al norte con Rusia y la otra república independiente (Abjasia), y por el este con el Mar Negro, donde la superioridad naval juega también del lado ruso. Por tanto, Georgia no puede estar buscando una victoria con las armas. El objetivo de este ataque es conseguir una mediación internacional que consiga reducir la presencia de Rusia de ese territorio, donde tiene desplegados “una fuerza de paz”. El presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, quiere terminar de una vez con este conflicto que le supone el cierre de la OTAN, y que ha sido la causa de llegar a la presidencia.
El movimiento. Hay que decir que Georgia ha jugado, de momento, sus bazas de manera excelente para la consecución de su objetivo, que no es otro que la intervención internacional. Saakashvili le ha dado la vuelta a la tortilla y ha asegurado que son los rusos los que buscan una invasión de Georgia. Quizá el movimiento más importante de estos dos días no han sido los bombardeos sobre la capital rebelde. El movimiento se producía a varios miles de kilómetros: Georgia ha decidido retirar a sus 1.000 efectivos desplegados en Irak. Con ello puede conseguir que se hable del conflicto también en la opinión pública estadounidense, obsesionada por la guerra de Irak. El conflicto entre Georgia y Rusia puede entrar en liza en la campaña electoral estadounidense, ya que McCain se ha mostrado como un estrecho partidario de Saakashvili.
El apoyo de EE UU. Georgia se ha acercado cada vez más a EE UU y a la UE, pese que no han querido que la antigua república soviética entre de facto en la OTAN. Ni EE UU ni los países europeos se puede permitir el lujo de tener un aliado militar en conflicto con Rusia. Esa es la razón principal por la Georgia no está en la OTAN. Ello no quiere decir que Georgia no actúe de punta de lanza de UE y EE UU. En el inicio de este conflicto ha estado marcado por el apoyo de EE UU a Georgia: “Pedimos a Rusia que cese los ataques aéreos y con misiles contra Georgia, respete la integridad territorial de Georgia y retire sus fuerzas de combate terrestres del territorio georgiano”, afirmó ayer la secretaria de Estado Rice en un comunicado, añadiendo que quiere proponer una “mediación internacional” en el conflicto, que es justo lo que quiere buscar Georgia. Además, Washington tiene desplegados en la capital georgiana a 127 soldados estadounidenses para entrenar a las tropas del país, en teoría para su uso en Irak.
Por su parte, los países europeos llaman al cese de las hostilidades, pero también a la intervención de la comunidad internacional.
El blindaje ruso. El presidente aseguró ayer que va a “defender la vida de los ciudadanos rusos, estén donde estén”. Putin se encargó de dar la ciudadanía a la mayoría de los habitantes de Osetia del sur, un blindaje sobre este enclave. El Kremilin consigue tener una excusa para defender su posición de influencia en el Cáucaso. “Rusia está presente en el territorio de Georgia de manera legal, cumpliendo su misión pacificadora según los acuerdos internacionales. Rusia históricamente ha sido garante de la seguridad de los pueblos caucásicos, y lo seguirá siendo”, recordó Medvédev . Además, a corto plazo, Moscu ha decidido enviar más tropas a Osetia, y ahora asegura haber recuperado el control sobre la capital.
Lo que está en juego. Georgia es un punto clave para el transporte de energía desde el Caúcaso, rica en petroleo y gas natural. No hay nada más, pero tampoco nada menos.
Inoperancia de la ONU. Es quizá el punto al que nadie puede sorprender: la reunión del Consejo de Seguridad se ha cerrado sin aprobar ninguna resolución, y el borrador con el que se trabaja defiende restablecer statu quo. Se podría escribir ya el siguiente axioma: la efectividad el Consejo de Seguridad es inversamente proporcional a los intereses en juego de los cinco países con derecho a veto, entre ellos Rusia.
¿Y ahora qué? Podemos jugar a adivinar el futuro: Rusia no parece que vaya a ceder. Ya lo hizo de facto en Kosovo, donde tuvo que claudicar, y no sirvió para defender a sus protegés serbios. Osetia es el mismo caso, pero al revés, y es ahora la que Rusia puede esgrimir el caso de Kosovo para defender la independencia de un territorio que ni tan siquiera ella misma ha reconocido. No es plausible que en esta ocasión Rusia permita que otros jueguen en su terreno, en las puertas de su casa. Las cosa pintan más bien negro en esta ocasión.
El sistema electoral estadounidense es complicado. Ya explicamos aquí todo el proceso de primarias, caucus, etc, fase ya superada. Ahora toca que los candidatos — McCain y Obama — decidan quién les acompañará para luchar por la vicepresidencia.
Este vídeo de 3 minutos y 43 segundos explica el sistema electoral de las presidenciales de Estados Unidos de manera sencilla y clara, en una especie de “elecciones para dummies”:
La seguridad privada se muestra como una necesidad para los estados, con ejércitos y policías cada vez más reducidos. El Estado cede esa cesión del monopolio de la violencia a estas empresas, que son a todas luces un gran negocio.
Más cerca: la Cadena SER cuenta que el Gobierno, “a instancias del sector [pesquero]”, baraja la posibilidad de sufragar en parte la contratación de empresas de seguridad privada en el océano Índico. Ayer, la ministra Chacón contestaba esto en una entrevista a El País:
P. ¿Cuándo se pondrá en marcha el dispositivo militar para evitar que se repitan secuestros como el del Playa de Bakio?
R. España está en disposición de trabajar por un despliegue inmediato de una fuerza naval multinacional en aguas somalíes para combatir la piratería. Lideramos la resolución de Naciones Unidas que permite un despliegue de ese tipo y ahora estamos liderando su aplicación con Francia en el seno de la UE.
P. ¿Y cuándo se aplicará?
R. La UE dirá cómo y cuándo, pero queremos que sea con la mayor inmediatez, porque se reabre la campaña pesquera.
Cuestión de imagen: McCain se fotografía el viernes con el Dalai Lama, para parecer místico, pacífico y Obama se hace fotos con los militares en Kuwait hace una semana, para parecer guerrero, un buen comandante en jefe… Es la campaña…
El candidato tenía un problema: los encuestados lo valoraban mal en política exterior y no veían en él a un comandante en jefe de su Ejército. Con la mayor parte de sus soldados desplegados en dos países (Irak y Afganistán) y un mundo pendiente de EE UU, este es el talón de Aquiles de un especie de emperador en ciernes.
El candidato Obama durante su mitin en Berlín
La solución a este problema lo encontraron sus asesores en una fórmula obvia: “viaja, conoce mundo, y que el Mundo te conozca”, le debió de decir algún asesor. En menos de una semana, el candidato Obama ha pisado Kuwait, Afganistán, Irak, Jordania y Alemania. Lo importante no era solo el destino, sino los mensajes que Obama ha proclamado en cada uno de ellos.
— Kuwait: el secreto ha rodeado la primera parte de este vieje, donde el candidato Obama ha visitado las dos zonas de guerra donde tiene desplagadas tropas EE UU. En Kuwait, lugar de acuartelamiento de los soldados para su paso a Afganistán e Irak, no hubo mensaje para los medios. Hubo que esperar al día siguiente para ver un vídeo de Obama jugando al baloncesto con soldados, a Obama escuchando como vivían los acuartelados, a Obama desayunando rancho…
— Irak: un silencio bastante pronunciado, sin apenas declaraciones, pero si con sus consejeros asegurando que Obama y el Gobierno iraquí están de acuerdo en el calendario de retirada de los soldados para finales del 2010. Obama si que aseguró que ha visto progresos en las calles de Irak, con más gente en las calles. Había que mandar el mensaje de que “esta gente ya no nos necesita”. Coincidió la visita de Obama con el desmantelamiento del incremento de soldados conocido como the surge.
— Israel: y llegó el Obama amigo de Isreal. Sólo hay que evaluar el tiempo que ha pasado con los líderes israelíes (incluido el jefe de la oposición) y con los palestinos, a los que apenas ha dedicado una hora para reunirse con Abbas y su primer ministro. Eso si, las crónicas del día recordaban que para llegar a Palestina tuvo que pasar por dos chekpoint. “Israel es un milagro”, garantizó la seguridad del aliado, no habló esta vez de negociar con Irán, y aseguró que “Israel se tiene que preparar para todas las opciones frente a Irán”.
— Jordania: en el país árabe el mejor mensaje vino en forma del nuevo avión que el candidato ha estrenado para la campaña. Todo un Air Force One.
— Alemania: El orador se puso su mejor traje y allí dejó el pretendido realismo de los otros días y volvió a su idealismo del ‘yes we can‘. El candidato ha hablado de “derribar muros”:”Los muros entre los países que tienen más y los que tienen menos, los muros entre razas, entre tribus, entre credos, entre inmigrantes y nacionales”. El escenario era obvio: la puerta de Bradenburgo, donde Kennedy gritó que el también era berlinés, o donde Reagan le dijo a la Gorbachov que el Muro tenía que caer. Este es el Obama que gusta fuera de EE UU, el que encandila con sus palabras, con sus discursos, el que hace que 200.000 personas vayan a escucharle en Berlín en uno de los mayores mitines de la campaña. Porque no hay que olvidar que esto solo es el juego de la campaña.
El viaje de Obama termina en Francia e Inglaterra. El candidato volverá a sus cuarteles generales con la apariencia del deber cumplido: ha mostrado que tiene una política para Irak – Afganistán, ha reiterado su apoyo a Israel, ha sido aclamado como líder en Alemania… y las encuestas le amplía su ventaja con respecto a un decrépito McCain que va a remolque.
La edad es otro de los temas que van a marcar la campaña, junto a la política exterior — guerra de Irak, Afganistán, desafío nuclear iraní, las relaciones con Israel –, la economía y, por mucho que digan que EE UU ha cambiado, la raza del candidato Obama.