El alma del mundo
Thursday, May 9th, 2013
Confieso que pocas exposiciones de fotografía me entusiasman cómo para volver, remirar. Pocas me generan esa envidia sana que te hace declamar para dentro un ‘¡Qué cabrón!’. Esa envidia, ese ‘cabrón’, es el reconocimiento al trabajo fotográfico, que eleva una imagen para abandonar la simple anécdota.
Conocía el trabajo ‘El alma del mundo’ porque conozco a Nuria Tesón, coautora del proyecto junto al fotógrafo Miguel Ángel Sánchez. Los tres hablamos en un encuentro casual en la plaza del 2 de mayo, la víspera de que Tesón y Sánchez cogieran los bártulos hacia El Cairo. Me parecieron valientes y grandes apostadores.
Mi primer contacto con ‘El alma del mundo’ fue en forma de libro, y me fascinó la coherencia, el manejo preciso de la luz, pero sobre todo la profundidad de cada retrato. No se caía ninguno del proyecto. Para mi el retrato es el género supremo en fotografía y el más complejo. Todas las sensaciones que me trasmitió el libro se multiplicaron en la exposición del Conde Duque, con 70 retratos a gran tamaño y una calidad excelente en la impresión.
Hablé con Miguel Ángel Sánchez un rato durante la inauguración de la muestra. Me explicó su manera de trabajar, cómo montó su estudio, sus referencias pictóricas… pero sobre todo cómo había accedido a cada persona de la cual se sabía gran parte de su biografía. Y eso es lo más complicado: ganarse al retratado para que te deje ir más allá de su foto. Una vez logrado ese objetivo la mayoría de los fotógrafos desaparece de la vida del sujeto atrapado. Miguel y Nuria son de los que luego se interesan por mucho de los fotografiados, porque no solo les interesa esa foto lograda. No me sorprendería nada volver a ver estos mismos retratados pasados unos años en una segunda parte de esta serie.
La exposición ‘El alma del Mundo’ son 70 retratos de egipcios. El proyecto, iniciado en 2009, se topó con la revolución de 2011. El trabajo se podía haber llenado de revolucionarios, de manifestantes, de egipcios ansiosos de libertad, y sobre todo haber acudido al aquí ‘te pillo aquí te mato’ fotográfico (vulgar foto de prensa, dirán algunos, como si eso fuera lo fácil). Sin embargo optaron por incorporar la revolución al proyecto sin desvirtuar ni lo uno ni lo otro. Por eso sobran los pies de foto y ganan los textos de Nuria Tesón, algo para leer con calma, para digerir con cada foto, porque se alejan del dato, porque quizá el alma no entienda de edades y de historias mundanas (vulgar texto de prensa, dirán algunos, como si eso fuera lo fácil). Porque cualquier retratado podría salir de las páginas de Naguib Mahfuz o podrían ser uno de los vecinos del Edificio Yacobian de Alaa Al Aswany.
España trata mal a sus fotógrafos. Es cuanto menos curioso que hayamos tardado tanto en ver esta exposición, que hubiera pasado antes por París, y que un medio como el The New York Times se hubiera fijado en él mucho antes que cualquier otro medio español. Se nos debería de caer la cara de vergüenza que se nos descubra fuera lo que tenemos delante de nuestras narices, pero nos sobra prepotencia y falta de consideración por el trabajo de los demás para que eso no suceda.
La exposición El Alma del Mundo estará en el Conde Duque hasta el próximo 1 de septiembre.