Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Archive for January 15th, 2009

Yo tampoco soy antisemita

Thursday, January 15th, 2009

Iñaki marca cada día una de las mejores columnas, aunque no sea sobre un papel, sino sobre la pantalla. Ayer hablaba de la acusación de antisimitismo a la que nos enfrentamos todos los que denunciamos a las acciones matoniles y ajenas a toda ley internacional que lleva haciendo Israel desde su nacimiento.

Visto en RosaJ.CPor cierto, cabe recordar la definición de la RAE: 1. adj. Según la tradición bíblica, descendiente de Sem. U. m. c. s ; 2. adj. Se dice de los árabes, hebreos y otros pueblos. U. m. c. s. 3. adj. Perteneciente o relativo a estos pueblos.

El arte de titular: la enfermedad de Jobs

Thursday, January 15th, 2009

Steve Jobs es el Bill Gates de Apple. Ahora quizá tiene más focos que éste segundo, retirado también de Microsoft. Ayer anunciaba que dejaba momentáneamente la empresa de la manzana por motivos de salud. Ahora la pregunta que se hacen todos es si la manzana no será atacada por gusanos sin un Jobs que la cuide. Me ha impresionado como presentaba la información de hoy la agencia de noticias Reuters, con éste combo, dónde se ve la degradación del estado de salud de Jobs:

No sé si había alguna manera distinta de demostrar que éste hombre está enfermo; cuando uno se retira, y dice que se va por motivos de salud yo creo que basta. No hace falta mostrar su degradación. La decrepitud fastidia mucho al que la sufre, pero tiene un imán atractivo para el que no la padece. El género humano es así. Y al hilo de este ¿hay alguien que sea totalmente imprescindible?

PS: No sé si será por Jobs, pero desde hace un año me he metido en el mundo Apple y la verdad, más feliz que una perdíz. 

Bombardear hospitales, la ONU y a periodistas

Thursday, January 15th, 2009

20 días de operaciones de Israel sobre la franja de Gaza. Ayer Hamás aceptaba el plan de paz propuesto por Egipto, con sus matices. La última hora, mientras escribo estas líneas, es que el Ejército del único país democrático en la región de Israel ha bombardeado instalaciones del hospital Al Quds, en el barrio de Tal El – Hawa y perteneciente a la Media Luna Roja. 500 enfermos había en su interior. Antes, ha bombardeado la sede de la ONU en Gaza.  700 personas se refugiaban en su interior. El fuego ha afectado a los almacenes de comida y combustible. Y esta vez no han sido fuegos pirotécnicos de maganesio: fósforo blanco, que no se puede apagar con agua, que necesita de espuma para ahogar el oxígeno, y que es algo que directamente los palestinos no tienen. La pelota estaba en el tejado de Israel, y ésta es su respuesta: un nuevo ataque a la población civil.

Las tropas terrestres del estado hebreo avanzan por el sur de Gaza. Los carros de combates se adentran un poco más en el núcleo urbano. Los testimonios que recoge la televisión Al Jazeera en árabe — con una cobertura 24 horas — son estremecedores: “No podemos respirar por el fósforo blanco”, decía una residente en Gaza, “podéis escuchar vosotros mismos los disparos”. Pero eso da igual: las víctimas superan ya el millar, muchos de ellos civiles. Del lado israelí son 10 militares y tres civiles. Las cifras hablan solas.

Olmert se va en febrero. Puede que ésta sea su despedida. Dicen que ni Barak no Livni están a favor de seguir de las operaciones militares, que ya no se pueden conseguir más objetivos. Es fácil dar esa visión: quien acareará con las consecuencias de esta carnicería son los que se quedan, Barak y Livni.  Olmert no tiene rédito político que conseguir. Su única ambición puede ser ahora personal: limpiar su imagen de perdedor lastrada desde la guerra de Líbano. Pero los que se quedan — Barak y Livni — son conscientes que con esto, de cara a los suyos, ganan puntos de duros: los mítines de la campaña electoral para las elecciones de febrero se está celebrando cada vez que van a visitarles diplomáticos europeos que no les sacan los colores (sólo se piensan en no hacerle socio superpreferente), y que como mucho llaman al alto el fuego, a la proporcionalidad y la retórica vacía propia de consulados y embajadas. En esos mítines Livni insiste en que “no es un ataque contra el pueblo palestino sino contra los terroristas de Israel”. Hoy, el invitado del mitín es el secretario general de la ONU, esa organización que ya no sirve absolutamente para nada. Sin embargo los hechos sacan los colores y la contradicen.

Quizá por eso la aviación israelí ha bombardeado el edificio de oficinas donde se concentra varios despachos de prensa, afectando a los pisos donde se encuentran las oficinas de Abu Dahbi y de Reuters. Los testigos, los periodistas son siempre molestos molestos.