Historia de una fotografía: Gloria Swanson por Steichen
Moeh Atitar de la Fuente - Sunday 5 de October de 2008
Si tuviéramos que elegir al fotógrafo más representativo del siglo XX, Edward Steichen estaría sin duda en la terna final de candidatos. Steichen (nacido en Luxemburgo en 1879, pero trasladado junto a su familia a EE UU con apenas tres años) fue primero seducido por la pintura, antes de descubrir a los 16 años la fotografía; primero como paisajista y retratista, luego fotógrafo en la Fuerza Área de EE UU en la Primera Guerra Mundial y director artístico de la Navy en la Segunda Guerra Mundial; y entre medias fotógrafo de moda y uno de los creadores del glamour fotográfico del star system de Hollywood, sin olvidar su cargo de conservador en el MOMA.
Todos las biografías de Steichen señalan a la revista Camera Work como una de sus primeras influencias. Fue fundamental, sin duda, su relación con el padre de la publicación, Alfred Stieglitz, uno de los primeros grandes de la fotografía al que se le había metido entre ceja y ceja conseguir que la fotografía fuera considerada arte. Su pupilo — si se puede considerar que Steichen fue tutelado en algún momento — fue coherente hasta el fundamentalismo: si el principal rival de la fotografía era la pintura, en 1923 deja atrás la brocha y quemaba todos su cuadros. Veinte años antes ya había logrado hacer uno de los mejores retratos de la historia al escultor francés Rodin, y se había colocado a un nivel tan alto que una de sus fotografías, tomada en 1904, hoy es la fotografía más cara del mundo.
Glamour. Y llegó el cine, la moda… Las revistas, los magazines, se pusieron al servicio del star system. Revistas como Vogue y Vanity Fair (esta última nacida en 1913) popularizan los sueños de actores. La fotografía juega un papel esencial en este juego de acercar el glamour, que se convierte en un producto de masas. Y al servicio de este juego se pone Steichen, según dicen algunos, para pagar las facturas y la educación de sus hijos tras el divorcio de su primera esposa, pero sobre todo para hacer arte: en 1923 ficha por las publicaciones Condé Nast, entre las que se encuentra precisamente las revistas Vogue y Vanity Fair. “¡Hagamos de Vogue un Louvre!”, era la máxima de Steichen. Y sin ser un experto en moda, uno si que se puede llegar a dar cuenta que Steichen logró que el modelo no eclipsara a la vestimenta, y que la vestimenta tuviera su lugar en el modelo.
La fotografía y la modelo. Gloria Swanson pertenece al nacimiento del star system, donde el cine aún mudo es ya un fenómeno de masas. La actriz da que hablar tanto dentro como fuera de las pantallas por su relaciones amorosas. De la mano de Cecil B. de Mille, Swanson consigue llevarse el titulo de mujer fatal, siendo en esto también primeriza. Contrato mediante en 1920 con la Paramount, Gloria Swanson es ya la estrella femenina del cine mudo cuando Steichen hace esta fotografía en 1923, poco antes de empezar su relación con Vanity Fair.
Steichen cubre a Swanson con un encaje que enseña los rasgos de la actriz, pero que también la protege. Sabiendo como sabemos ahora que Gloria Swanson abandonó el cine con la llegada del cine sonoro — no tenía la voz acorde con sus papeles — la protección del velo cobra una especial significación.
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