Guerra y Paz

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Moeh Atitar de la Fuente

Periodista, fotógrafo y blogger. Más sobre el autor.

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Líbano: un asesinado, demasiados sospechosos

Moeh Atitar de la Fuente - Thursday 23 de November de 2006

El asesinato del ministro de industria Pierre Gemayel pone al Líbano, de nuevo, ante un precipicio que parece, de nuevo, insalvable. El ministo fue acribillado en su vehículo, sin apenas tenían medidas de seguridad en un país que arrastra una crisis política y una clara fragmentación.

El asesinato llega en un momento en el que Siria, junto a Irán, toman protagonismo en Irak. Muchos señalan a Damasco como el ejecutor de este asesinato; si fuera asi, sería o una irresponsabilidad o un golpe de poder dentro de Siria para deslegitimar a Bashar al Assad en Damasco. La preguta sería clara: ¿el poder en Siria esta atado y bien atado? Sabiendo que iba a ser señalado como el principal sospechoso, el gobierno sirio se apresuró a condenar el asesinato del líder maronita perteneciente a una saga falangista, como bien recuerda Algarabía.

Precisamente la clase política antisiria no tiene dudas: “Parece que el regimen sirio quiere continuar con los asesinatos. Espero más asesinatos pero no importa lo que hagan, por que seguiremos aquí y saldremos victoriosos”, declaraba Jumblatt, líder druso antisirio. La ONU, que ya inició la investigación del asesinato de Hariri, anunciaba que iba a ayudar a Líbano en la investigación de quien puede estar detrás del asesinato de Gamayel.
Si Siria es la sospechosa número uno, es de sobra conocido que Hezbollah es señalada como el brazo sirio e iraní en Líbano. Este asesinato aísla aún más a la comunidad Chií de Líbano; el líder de Hezbollah ni ha llamado a la familia del asesinado ni ha mandado emisarios a los funerales que se celebran hoy. Recordemos que la crisis por la que arrastraba el gobierno libanés se debe, en parte, a la presión de Hezbollah para la creación de un gobierno de concentración nacional.
El que busca una escalada y una división dentro del Líbano, no le puede pasar desapercibida presencia de tropas bajo bandera y mandato de la ONU. Los soldados españoles, desplegados en el sur del Líbano, donde las banderas de Hezbollah hondean de manera ostentosa, han recibido la orden de extremar las medidas de seguridad. Jesús a. Núñez Villaverde en la tribuna libre de El País defiende, acertadamente, un refuerzo de las tropas españolas en Líbano: “El autoimpuesto límite de no desplegar en el exterior más de 3.000 soldados, que más parece un argumento partidista, para evitar ser vistos como más intervencionistas que gobiernos anteriores, que el reconocimiento de una incapacidad operativa real, no puede frenar la voluntad política de contribuir decididamente a evitar el continuado deterioro de una crisis que ocurre ante nuestros ojos.”
En esa misma columna se nos recuerda como el gobierno israelí quedó dañado en la guerra contra Hezbollah éste verano, y puede aprovechar toda esta confusión para terminar el trabajo pendiente. Se enlaza con otra imagen repetida en varios medios es que este asesinato viene a ser como una de las bombas de fragmentación lanzadas por Israel este verano. La hipótesis señala que a Israel no le interesa que triunfe una misión de interposición dentro de Líbano ya que ese sería un modelo a importar para el propio conflicto entre Israel y Palestina.
Demasiados sospechosos – posiblemente se nos escape alguno más – para un asesinato, y sería irresponsable señalar a uno de ellos de manera clara. Transcurrirán muchos años hasta que sepamos quien ha estado detrás de un asesinato que solo busca el estallido de una guerra civil en Líbano, con las facciones sacando las armas de donde las tenían escondidas. El funeral de hoy será una muestra de dolor, de duelo, pero también una muestra de fuerza.