Los blogs hechos en el terreno por soldados en Irak están siendo muy vigilados. Al Pentágono le molesta que la visión de los militares llegue directamente a los ciudadanos, narrando la crudeza de la guerra. Un artículo de Xeni Jardin, publicado nada más y nada menos en la revista Wired, recoge parte de estas disquisiciones entorno a los milblogger.
Los blogs personales (que no tienen el patrocinio o sirvan al Departamento de Defensa) no podrán ser creados o mantenidos durante las horas normales de servicio y no podrán contener información de actividades militares que no estén disponibles para el público general. Esta información incluye a los comentarios sobre las actividades militares diarias y las operaciones, la moral de la unidad, los resultados de las operaciones, el estado del equipamiento, y cualquier otra información que pueda ser beneficiosa para los adversarios.
En el artículo de Wired, Jardin sostiene que es “una señal del choque creciente entre los militares con una tradición censora y las expectaciones de los jóvenes soldados destetados en la abierta cultura digital.”
En 1999, bajo mandato de Clinton, se puso en marcha la
Joint Web Risk Assessment Cell (JWRAC), dotada con 22 reservistas cuya misión era chequear toda la red para identificar posibles riesgos.
Para controlar a estos
destetados en la era digital, el Pentágono puso en marcha la Army Web Risk Assessment Cell (AWRAC, célula de evaluación de riesgos en la Web) en el año 2002. Su preocupación creció con la guerra de Irak, no solo por los milbloggers, sino también por las cámaras con las que se inmortalizaron bestialidades como las cometidas en Abu Ghraib.
Miembros de la AWRAC escrutando la Red en busca de webs que puedan comprometer la seguridad de las tropas estadounidenses sobre el terreno.
La AWRAC dispone de 10 soldados de la Guardia Nacional de Virginia que chequean tanto páginas oficiales como no oficiales donde se podría violar normas de seguridad. “ Tengo amigos en Irak, Kuwait y Afganistán. Desde que empecé esta misión, he visto muchas cosas que pueden poner en peligro a muchos soldados. Veo muchas biografías, fotos, nombres y fechas de nacimiento. Considero esto crítico. Terroristas (y personas que intentan robar tu identidad) pueden usar esta información” asegura el sargento Yaphet Benton, un técnico en redes en la vida civil. Las declaraciones las hace un reportaje publicado en la web de
Asuntos Públicos del Ejército.
Danjel Bout, capitan de logística de la tercera división de Infantería en Irak, y autor de 365 and a Wakeup
Muchos de los blogs simplemente se han ido cerrando cuando los soldados volvía a casa. Es el caso de
365 and a Wakeup -con un completo album de fotos – que
el 18 de enero pasado volvía a su soleada California después de 18 meses en Irak . Los hay también que postean sobre las heridas de sus compañeros. Otros, como
Dave’s Doldrums, publicaban
su último post el 17 de octubre, aludiendo a la violación de normas, asegurando que volvería a postear en su vuelta a la vida civil.
En blacklive, encontramos un largo listado de estos milblogs, recogidos en un libro titulado The Blog of War.
La restricción, control y manipulación de la información en la guerra por parte de los ejércitos son tan antiguos como la misma guerra. Nunca hasta ahora los soldados podían informar sin control alguno de su día a día. Los milbloggers han sido una fuente más de contextualización que de pura información. No se restringen porque informan, sino porque nos contaban la vida que puede llevar un solado en un escenario bélico. Eso puede crear fisuras dentro de una oponión pública estadounidense que cada día cuestiona más esta guerra, al tiempo que con esta cruda y directa visión cuesta mucho convencer a los jóvenes para que se enrolen en el ejército.
Cuando los periodistas empotrados han pasado de 700 a 10 en la actualidad, los milbloggers pasaron a cumplir esa función. El Pentágono ha debido de pensar que ya vienen por si solas las malas noticias desde Irak, como para que encima las contextualicen los de casa.