Cómo informarse de un sitio cuando no te dejan informar
Monday, April 25th, 2011
El primer paso para informar es informarse. Parece obvio, pero en muchas ocasiones es el paso más importante. El sentido común es quizá el mejor aliado, porque no exige mucho a cambio y sin embargo nos olvidamos de él en muchas ocasiones. Si lo has visto tu, si has lo has presenciado, solo tienes que contarlo. Cuando no, tienes que buscar a alguien que te lo cuente, y que se alguien tenga solvencia. En los coles de periodismo se repite hasta la saciedad que lo mejor es tener tres fuentes separadas entre si para confirmarte un hecho que no has presenciado (lo más puritanos lo exigen incluso cuando tu lo has presenciado, por si te da una alucinación). Se nota que los teóricos no han estado estos días en Siria.
Siria es un país informativamente cerrado para los periodistas, pero hay información para los periodistas. La nutre gente corriente con sus cámaras, sus móviles, con sus twitter, etc. No creo que estén haciendo periodismo, pero están informando (si están haciendo periodismo o no, en el fondo me da igual) ; una información interesada; una información parcial; pero la única información disponible y sin la posibilidad de buscar tres fuentes distintas que te la verifiquen. ¿Qué hacer? Los teóricos sesudos dirían que esa información no es válida, por mucho que la veamos por el Youtube y nos parezca verosímil. Saltan las dudas: ¿cuándo se hizo el vídeo?¿dónde se tomó? ¿quién lo grabó?
Si uno se deja llevar solo por los teóricos termina convertiéndose en un escéptico que duda de todo.
Por suerte alguien se le ocurrió la solución del parche, por si le colaban un engaño. La fórmula viene a ser algo parecido a: “Les ofrecemos el vídeo de la matanza de xxx; es una filmación recogida de youtube; este medio no ha podido confirmar la verosimilitud de su contenido”.
Todo esto tiene que ir acompañado de algo que tiene que estar en el adn de todo periodista, en al menos un par de genes. Se llama honestidad, que no objetividad. La honestidad viene a ser algo así como que lo que tu quieras contar sea lo que realmente crees que es real, sin ningún añadido ni ningún condimento que te beneficie o que realmente no sepas.
Me dejo para el final la utilidad de difundir este tipo de contenidos (vídeos e imágenes) no estrictamente verificables ni verificados. Hace unos años, ante hechos similares, habríamos hablado de ‘testigos presenciales dicen que’. Hoy esos testigos presenciales llevan una cámara y ya no lo tienen que contar al periodista sino colgarlo en Youtube, twittearlo o compartirlo en Facebook. El periodista ha perdido en muchos casos la mediación entre los hechos y los testigos. Su labor está ahora en escudriñar los contenidos producidos por otros.
Yo soy partidario de difundir vídeos e imágenes en estas condiciones. Exige, como siempre, tener el sentido común encima de la mesa y poner esos parches, dejando claro a tu público que no has podido verificar el contenido no porque seas un vago sino porque te enfrentas a una dictadura que te lo impide. Es la única manera de imponer un discurso ante un régimen dictatorial que reprime de manera feroz. Los téoricos te acusan, peorativamente, de haber dejado el periodismo de lado y de haberte convertido en un activista.